Hola~~ bueno esta es mi primera incursion en el fandon de Hetalia, espero que les guste jeje ^^U sean amable por favor.

Advertencias: este fic se desarrolla en un universo alterno, todos son personas normales. Utilizo nombres humanos por eso: Yekaterina para Ucrania (es el que vi que usan mas) Ivan para Rusia, Natasha para Belarus y Alfred para Estados Unidos (que va a salir mas adelantito) Otra cosa, Natasha esta occ (es que considero que en una familia normal no se puede darese tipo de acoso XD entre otras razones) espero no les moleste mucho ^^U y bueno los personajes de Hetalia no me pertenecen.

Por cierto, al principio me inspire en la cancion Lonely in gorgeous de Tommy February6 les recomiendo que vean la traduccion de la letra y la comparen con la situacion de Belarus en la obra original. Dicho eso (?) espero que les guste.

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Natasha no pudo evitar dejar caer la taza que segundos antes reposaba entre sus manos, salió corriendo y casi bajo de un salto las escaleras hasta llegar a la puerta de la entrada. Estaba cerrada, desesperada, no se molesto en intentar abrirla por las buenas sino que de una fuerte patada la derribó, perdiendo en el proceso las pantuflas que protegían sus pies. Aun así no le importo. Salió corriendo como si su vida dependiera de ello a pesar de que sus pies se herían y se enfriaban por culpa de las piedras que sobresalían de la fina capa de nieve que cubría la tierra. Corriendo sin saber a dónde dirigirse, no supo en qué momento había saltado la cerca de su casa para acabar entre los arbustos del jardín vecino. El sonido de su vestido rompiéndose y las ramas arañándole la piel no lograron captar su atención.

Natasha no sentía nada: ni el frio, ni el dolor de las heridas recién hechas, ni la fatiga de sus músculos, ni la dificultad de sus pulmones para conseguir oxigeno… nada. Solo había lugar para el terrible dolor que desgarraba su pecho. Escucho a su hermana mayor gritar su nombre a lo lejos, el dolor aumento: aunque ella se esmerara en buscarla, eso no la reconfortaba, ella quería que él la buscara… sin embargo eso no sucedería. Él no la perseguiría.

Cuando las lágrimas finalmente bajaron por sus mejillas se vio incapaz de seguir corriendo. Una pared apareció como por arte de magia para detenerla al momento en que se sintió colapsar. Con la vista medio borrosa descubrió que estaba en la ciudad, había fiesta. El bullicio la molestaba pero al no tener la energía suficiente para moverse decidió deslizarse en el pequeño callejón para llorar en paz.

Estaba mal, estaba enojada, estaba triste, estaba… celosa… celosa, de su hermana mayor. Muchos dirían que lo único que Natasha tenía que envidiarle a su hermana era su generoso escote, fuera de eso la mayoría de las personas decían que Natasha era la más grácil y bonita de las dos. Sin embargo esa misma gente coincidía en que lo que Yekaterina no tenía en gracia y belleza lo compensaba con su carácter: dulce, considerada y servicial. Mientras que la menor era fría, intimidante y peligrosa. Si, era peligrosa, no estaban exagerando, no por nada era la delincuente más peligrosa de su secundaria.

Aun así la menor no le envidiaba nada a su hermana, al contrario la quería mucho, al quedar huérfanos fue Yekaterina quien se encargo de ella y de su hermano mayor. Estaba a la mitad de su carrera universitaria cuando sucedió la tragedia, dejó sus estudios y se dedico por completo al cuidado de ellos. Si Natasha recordaba las caras de sus progenitores era por las fotos que sus hermanos conservaban de ellos. Así que la consideraba a ella como su madre.

Pero la causa de su repentina huida de casa, de sus celos hacia su hermana mayor, era el varón de la casa: su hermano Iván. Desde que tenía memoria, Natasha había sentido una admiración y devoción increíbles por él. En el fondo siempre supo que lo que sentía por Iván era otra cosa, pero era muy joven para ponerle nombre. Hasta el día en que su hermano trajo una chica a casa y la presentó como su novia.

Ese día, prudentemente esperó a que terminara la visita de la chica para que su hermano fuera a dejarla y así quedar a solas con su hermana. Le preguntó muchas cosas referentes al noviazgo y cosas así. Hasta que se decidió a explicar timidamente lo que sentía por Iván. Sin embargo por alguna razón que hasta el momento desconocía, se cuido de mencionar a quien se refería. Fue cuando Yekaterina le revelo que esos eran los síntomas de alguien enamorado.

Al principio Natasha se sintió bastante mortificada por tal descubrimiento. Y no era para menos ¡Estaba enamorada de su propio hermano! Los primeros días su mente se internó en un conflicto interno, pues la situación iba en contra de los principios que le había inculcado y por otro lado no podía evitar sentir lo que sentía. Finalmente lo aceptó y olvidándose de su conciencia se dedico a amar a su hermano en secreto. Pero el peso de sus pecados empezaba a aplastarla, así que empezó a desahogarse causando problemas en la escuela hasta convertirse en una delincuente. Yekaterina nunca pudo hacer nada para controlarla, apenas podía dedicarse a curarla cuando la herían e Iván siempre estaba inmerso en su mundo sin prestarle atención. Y eso le dolía. Por eso causaba cada vez más problemas.

Pero esa no era la razón de la situación que se desarrollaba en ese momento. La causa era la escena que había visto antes de salir de casa. Parecía una escena normal, nadie le vería nada de malo a que Yekaterina le hubiera ayudado a Iván con un trabajo de la universidad. Y realmente ese no había sido el problema, la misma Natasha había visto todo eso con una sonrisa que rara vez aparecía en su cara y una taza de chocolate caliente en sus manos, que precisamente iba a darle a su hermano. Pero el mundo pareció volverse negro para ella cuando vio a Iván sonreírle a su hermana dándole las gracias y agregar un "te quiero mucho" al final. La mayor le sonrió, después de todo el chico se lo decía muy a menudo.

Pero la menor de los tres había notado algo diferente, la mirada de Iván tenía un brillo peculiar al momento de decir eso. Y entonces lo supo: era el mismo brillo que Natasha había notado en su propia mirada cada vez que frente al espejo terminaba de arreglarse y se preguntaba si su hermano pensaría que estaba bonita. No habia duda: su hermano Iván estaba enamorado de su hermana Yekaterina. Horrorizada soltó la tasa y salió corriendo de la casa.

- ¡Vaya familia de incestuosos salimos! – susurro al tiempo que sonreía para sí misma con amargura.

Se quedó llorando en el callejón un rato más, sin saber que mas hacer. Después de todo no podía regresar a su casa porque no sabría como explicar todo el drama que acababa de armar, tampoco podía decirle a su hermana sobre el triangulo amoroso que se había formado entre ellos sin tener pruebas del amor de su hermano Iván, además ella no era quien para delatarlo. Aparte de eso no tenía fuerzas para levantarse e ir a ningún lado.

Notó que empezaba a nevar, señal de que la temperatura bajaría dramáticamente de un momento a otro, pues en Rusia los inviernos no eran nada suaves. Suspiró resignada, era evidente que con tanto alboroto Yekaterina no sería capaz de encontrarla (pues no creía que Iván intentase buscarla) además de que estaba lejos de casa. Su vestido, aunque era lo suficientemente grueso como para salir a la calle en un día normal, no representaba una gran defensa contra el frio de una noche nevada rusa, especialmente ahora que estaba roto.

Su destino parecía estar sellado: Iba a morir de frio, sola, en un callejón sucio, y para colmo no iba a ser una muerte en paz debido a la bulla de la fiesta. Su corazón se contrajo al pensar en lo triste que se sentiría Yekaterina, pero el dolor de pensar que tal vez a Iván no le importaría en lo mas mínimo su muerte se le hiso tan insoportable que empezó a llorar de nuevo. Fue cuando escucho una voz hablándole:

- Oye tú ¿Qué haces ahí? – al levantar la vista Natasha reconoció al compañero de clase y rival de su hermano, no recordaba su nombre solo sabía que era estadounidense – Ah! Pero si eres la hermanita de Iván – por lo visto, él también la reconoció - ¿estas bien? ¿Qué te sucedió?

El muchacho, que al parecer de Natasha tenía fuerza sobrehumana la hiso ponerse de pie sin mucha dificultad. Pero ella no fue capaz de sostenerse y hubiera caído si el rubio no la sostiene.

- OPS! Parece que estas un poco mal, te llevare a tu casa y… - no término de hablar cuando Natasha negó débilmente con la cabeza.

- Por favor, a mi casa no – fue todo lo que dijo antes de desmayarse.

Continuará…

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Bueno, eso fue todo por ahora, espero no les haya desagradado mucho, comentarios, dudas, sugerencias, quejas, tomatasos, patatasos, bolas de nieve, scones, etc en un review porfavor.

Por cierto, el titulo es solo algo que se me ocurrio poner, en realidad no soy buena con ellos.

Matta nee~~