Título: Vacaciones y crímenes en Hawaii

Argumento: Ella era una especialista forense de la Interpol. Estaba en Hawaii por vacaciones, y sólo por vacaciones. Pero encontrarse con un crimen en medio de una playa, era algo que además de poco probable, podía sucederle a cualquiera, ¿Verdad? Lo que realmente no esperaba, sin embargo, era encontrarse trabajando codo a codo con el equipo Five-0 en el caso más importante de su carrera. Ni tener que develar secretos de su pasado. Ni enamorarse. Eso definitivamente estaba fuera de sus expectativas.

En capítulos posteriores, CROSSOVER CON NCIS. Sip, Ziva David estará de visita.

Disclaimer: Blah blah blah, Hawaii Five-0 no me pertenece (maldita sea!)

Es mi primer FanFic, así que los reviews son más que bienvenidos =)

Espero que disfruten leyendo la historia, tanto como yo disfruto escribirla.

Tess.

CAPÍTULO 1

Estas prometían ser las mejores vacaciones que había tenido en su vida. Nessa suspiró con los ojos cerrados disfrutando de cómo el cálido sol de Hawaii le acariciaba el rostro. Hacía exactamente 46 horas que había aterrizado en el aeropuerto de Honolulu, junto a lo que parecían cientos de personas extasiadas por llegar al paraíso, que incluía en el menú: sol, calor, comida y surf. Descanso… vaya si lo necesitaba. Hacía 6 años que trabajaba sin parar, sin siquiera un fin de semana libre. La aterraba un poco la idea de tener tres semanas por delante sin nada para ocupar su mente, sin tener que pensar en pistas, en evidencias, en testigos, en nuevos crímenes.

Se recostó en una lona de playa dispuesta a vaciar su mente, a broncearse y a relajarse con el sonido de las olas. En los próximos días iba a encomendarse a la tarea de buscar a alguien que le enseñe a surfear… eso sí que sería divertido. Siempre le gustaron los deportes de equipo, desde pequeña. Todavía recordaba la adrenalina corriendo por sus venas al ingresar a jugar un partido de handball, la confianza mutua entre las jugadoras, en jugar por diversión. Claro, eso había sido en su niñez y adolescencia, antes de irse a estudiar a la universidad. Luego se mudó con tanta frecuencia que llegar a la comunión que requerían esos deportes fue imposible. Así se dedicó a la natación, a escalar, a correr, y por supuesto, a aprender defensa personal. Ella venía de un pueblo pequeño enclavado en las montañas, con inviernos en los que nevaba y veranos en los que salía a recorrer las montañas, los bosques y los lagos. Añoraba su hogar, podría haber ido a pasar las vacaciones allí. Su familia sin duda la hubiera acogido con los brazos abiertos, y su madre la cuidaría como una niña pequeña otra vez. Pero necesitaba hacer este viaje sola. Era tiempo de comenzar a juntar los pedazos en los que había quedado destruida 3 años atrás.

El sol comenzaba a picar, señal de que necesitaba una zambullida en el mar. Se sentó por un momento y disfrutó de la vista de las demás personas que compartían la playa con ella esa tarde. Había muchas familias con niños pequeños jugando en la arena, adolescentes y adultos en plan de surf. Eran una imagen perfecta. A veces le sorprendía la inocencia con la que vivían la mayoría de las personas. Ella se sumergía en las cloacas del mundo para hacer su trabajo, pero bueno… alguien tenía que hacer el trabajo sucio, ¿verdad?

De repente, algo le llamó la atención en su vista periférica. Un hombre salía corriendo de los bosques que estaban detrás de la playa, a unos 20 metros a su derecha. Se sujetaba el estómago en señal de un profundo dolor y se inclinaba hacia adelante. Nessa lo miró atentamente, mientras se paraba y se le erizaban los vellos del cuerpo. Una mancha roja oscura se extendía en la camisa hawaiiana del tipo, haciendo evidente que estaba herido, mientras caía de rodillas en la arena. Ella cogió su bolso y corrió hasta alcanzarlo, con la arena quemándole los pies.

Hey, tranquilo – le dijo – Recuéstate y respira profundo, estoy llamando a una ambulancia.- Mientras tomaba el celular y marcaba el 911, le abrió la camisa y encontró que el desconocido había sido apuñalado dos veces en el tórax. Estaba sangrando mucho.

Emergencias, ¿qué podemos hacer para ayudarle? – Si, hay un hombre herido en la playa de Waikiki, fue apuñalado. Necesito una ambulancia rápido, no sé cuánto más pueda aguantar. – Su voz era firme mientras detallaba las heridas a la operadora. El hombre parecía local, con el rostro típico de los nativos de la isla. Sus ojos entrenados comenzaron a captar detalles. Un tatuaje que tenía en el pectoral derecho lo identificaba como un alto miembro de una banda organizada. Rusa. Maldita sea, no los rusos otra vez.

¿Quién lo hizo? ¿Puedes decirme? – Le preguntó calmadamente al hombre. Éste farfulló algo en el idioma local, que ella no entendió. El tipo tosió, atragantándose con sangre, señal de que los pulmones estaban comprometidos, y un minuto después se quedó completamente inmóvil. Nessa le chequeó el pulso, pero ya no estaba. Se había ido. Comenzó a hacerle RCP y lo hizo durante 10 minutos, pero no hubo respuesta.

Una multitud se había congregado a su alrededor mientras lo hacía, se dio cuenta cuando se sentó sobre sus tobillos. –A la mierda las vacaciones- pensó, mientras sacaba la placa de su bolso.

Vanessa Colb, INTERPOL – dijo en voz alta– Den un paso atrás, o varios, y despejen el área, ahora!

Mencionar la palabra INTERPOL siempre tenía un efecto extraño en la gente, pensó. Todos la miraban ahora de manera diferente, como si estuvieran viendo a una Jane Bond en bikini. Por supuesto, nada podía compararse a los capullos de la CIA en Estados Unidos o el Mossad, pero había que agradecer a las películas, por hacer que una placa y un nombre lograran que una escena del crimen sea despejada, hecho que ella sabía apreciar de sobremanera, muchas gracias.

Mientras mantenía a la multitud alejada, escuchó las sirenas de una ambulancia y la policía de Honolulu.

Oficial Kalua - Se presentó ante ella un policía, y luego de mirar el cuerpo tendido en la arena, le pidió que le explicara qué había sucedido.

Vanessa Colb, INTERPOL. Tenemos una víctima apuñalada dos veces en el tórax hace aproximadamente 20 minutos. ¿Quién es el encargado de la investigación?

El hombre se comunicó por radio con su superior, y después de un intercambio de palabras, le dijo: - El equipo Five-0 va a encargarse del caso. Están por llegar. Me dijeron que espere aquí por favor.-

Como si ella fuera a irse a algún lado.

Cinco minutos después llegaron en un Chevy plateado, y de él se apartaron dos hombres. El primero de ellos era un rubio con un peinado que le hizo arquear las cejas internamente, y el segundo era… era… wow… era ese tipo de hombres que a cualquier mujer le produce problemas severos de taticardia y respiración. Nessa sacudió su cabeza y se reprendió mentalmente – Vuelve al trabajo, pareces una adolescente, focaliza, focaliza, focaliza – Mientras los veía venir, discutiendo sobre algo, el moreno la miró directo a los ojos. Unos ojos azules que decían que ese hombre no era alguien con se podía joder. Una sola palabra quedó en su cabeza: problemas.

Teniente comandante Steve Mgarrett, Five-0 – dijo él con voz grave cuando la alcanzaron mientras le mostraba su placa – y éste con corbata aquí es el detective Danny Williams.-

Señora – dijo el rubio a modo de saludo.

Doctora Vanessa Colb, INTERPOL- dijo Nessa mientras evaluaba a ambos hombres - ¿Ustedes están a cargo de la investigación?- McGarrett se cruzó de brazos, ciñó las cejas… y si, el interrogatorio había comenzado.

Si señora. ¿Puedo preguntar qué está haciendo una agente de la INTERPOL involucrada en la investigación de un asesinato en Hawaii?

A Nessa comenzó a desagradarle el tono de mando que McGarrett estaba usando. Era un Militar, y de los duros. Hasta ahí tu encanto, dulzura – pensó- Ella ya tenía suficiente con hombres a los que les gustaba dar órdenes; después de todo, estaba de vacaciones… ella no buscaba problemas, los problemas solían encontrarla a ella.

Primero que nada, Sr. McGarrett, no soy un agente de la INTERPOL – dijo ella con voz exasperada, ante lo que ambos hombres se miraron entre sí y volvieron la vista a ella con expresión confundida – Soy la jefa del departamento forense de la INTERPOL, nunca dije que fuera una agente. Segundo, estoy en Hawaii porque estoy de vacaciones. Tercero, no estoy involucrada en ninguna investigación aquí, simplemente estas cosas… me suceden.

Ambos hombres la escrutaron atentamente, y sus expresiones claramente decían que no le creían una sola palabra.

Déjeme ver si entiendo- dijo Williams – Usted simplemente tropezó con un asesinato en medio de sus vacaciones, y dijo: Oh, Ok! Voy a hacerme cargo! Se presentó ante todos como agente de INTERPOL y tomó el mando… Como una buena chica, por la bondad de su corazón.

Estaba claro que no le creían ni una sola palabra. La cooperación entre agencias era siempre un dolor en el culo.

Ok. Vamos por partes. No estoy en el medio de mis vacaciones, sólo comenzándolas. Jamás dije que fuera una agente de la INTERPOL, sólo dije: INTERPOL, hasta aquí, no dije nada que sea incorrecto; si la gente entendió mal, es su problema. Y por último, detective Williams, no me hice cargo de su escena del crimen... ¡simplemente evité que toda esta multitud la contaminara! Cosa por la que deberían estarme agradecidos, por cierto.- Nessa estaba enfadándose, y a una velocidad de vértigo. Sólo quería irse de allí y tomar una cerveza fría y re-comenzar sus merecidas vacaciones.

Dos agentes más, ella suponía que también pertenecían a Five-0 habían llegado y estaban escuchando atentamente la conversación. A la chica se le tensaron los labios, obviamente conteniendo la risa.

Señora Colb, empecemos de nuevo, ok? Necesito saber que ha pasado. ¿Qué sucedió aquí? – dijo Steve.

Necesitamos, ambos- dijo Danny mirando a su compañero – ¿Trabajamos juntos o no? ¡Siempre haces lo mismo!… ¿Por qué siempre haces lo mismo? Hablar como si yo no estuviera aquí.

McGarret revoleó los ojos y replicó: - Necesitamos saber que sucedió.- Volviéndose a su compañero le dijo:- ¿Estas contento ahora?

Si, muchas gracias. Continúe, por favor.

Nessa los miraba interactuar pensando que en circunstancias normales hubiera disfrutado del roce entre estos dos y se hubiera reído. Se notaba a la distancia que les gustaba tomarse el pelo por cualquier cosa y discutir. Pero ya estaba cansada y sólo pensaba en irse.

La víctima salió del bosque exactamente allí – dijo interrumpiéndolos, mientras señalaba con el dedo- a las 15.46 hora local. Se sujetaba el pecho y estaba sangrando profusamente por dos heridas causadas por un objeto penetrante en la parte superior del tórax. Por la ubicación de las heridas, una infligió daños en el pulmón izquierdo y probablemente desgarró la arteria. Llamé a emergencias a las 15.48 y estaba muerto para las 15.51 hs. Le practiqué RCP pero no hubo respuesta. – Ella respiró hondo y dijo – El arma homicida es un cuchillo de la serie K-Bar y presumiblemente está en ése bosque ahí detrás, a no más de 5 o 7 minutos a paso ligero. La víctima es un miembro de alto rango de la mafia rusa.

Danny levantó las cejas y dijo: - Oh, genial, caso resuelto. Podemos irnos todos a casa ahora. Vámonos ahora. – El sarcasmo estaba de moda, evidentemente.- Y usted sabe todo esto porque…

Porque es mi trabajo Sr. Williams, es lo que hago, soy genetista forense, ¿de acuerdo? Me pagan por encontrar evidencias y entender cómo se comete un crimen.- Nessa ya estaba exasperada – Trabajé en un caso en Rusia hace tres semanas, justamente con estos tipos, de ahí que reconozco el tatuaje. – Ella apostaría el resto de sus vacaciones a que podía encontrar el arma homicida en unos minutos en el bosque ¿era una selva? En la selva de allí atrás – ¿Necesitan algo más, o puedo irme ya? – les preguntó a ambos.

Bueno, doctora, necesitaríamos una declaración firmada, y puede usted largarse de aquí.- Sancionó McGarrett.

Vaya con la gratitud en estos días.

Mientras el equipo procesaba el cuerpo y las casi inexistentes evidencias de algo más -¿qué podía haber peor que una escena de crimen en medio de la arena?- Ella escribió lo sucedido y adjuntó sus datos, según lo requerido, en caso de que necesitaran encontrarla para una nueva declaración. Cuando terminó, se puso unos pantalones cortos de jean y una remera encima de la bikini y se dispuso a juntar sus cosas. Se quedó parada unos momentos, tirando de una cuerda mentalmente, entre quedarse a ayudar o irse finalmente hacerle juicio a una buena cerveza fría. Maldito sentido del deber, pensó. La dorada bebida tendría que esperar.

Decidida, contempló unos segundos al equipo. Eran buenos, había que admitirlo. Los cuatro parecían perfectamente coordinados en sus tareas y lucían muy eficientes. Se dirigió a McGarrett por ser el jefe.

-¿Teniente? Escuche, si lo desean, puedo ayudarlos a encontrar el arma homicida… présteme a alguno de sus oficiales, y no tardaré demasiado, se lo prometo.

-Doctora…Nessa, por favor – lo interrumpió ella – Nessa, se corrigió él - ¿cómo sabe usted dónde está el cuchillo? A no ser, claro, que esté usted implicada en algo de esto.

Ahh, simplemente perfecto. Ahora era sospechosa.

Pues resulta que a esto me dedico, Sr. McGarrett. – Este tipo verdaderamente la tenía por los nervios – Apuesto lo que quiera a que puedo encontrar ese cuchillo en unos 15 minutos. - Bueno, pensó ella, tal vez eso era exagerar un poco, pero no iba a retroceder ahora. – A no ser, claro, que prefiera usted seguir perdiendo el tiempo.- Nessa le dedicó su mejor sonrisa sarcástica, ésa que de adolescente practicaba frente al espejo.

Ella hacía su trabajo condenadamente bien, muchas gracias. Ése era su trabajo, encontrar pistas en escenas de crímenes que ya estaban frías alrededor del mundo. Ella era la última chance de encontrar una nueva vía en la investigación en la mayoría de los casos. Tenía la capacidad para aislarse del mundo y ver las cosas desde el punto de vista de un criminal, y encontraba detalles que nadie más veía.

Steve no parecía muy convencido, pero pareció aceptar que no perdían nada al aceptar ayuda de ella, aunque no le gustara un céntimo. - Pues si es así, ¿Podría usted guiarnos al arma homicida? – Ok, parecía que él había practicado esa sonrisa por más tiempo que ella - No tiene 15 minutos. Tiene usted 10.

Ella podría haber rechazado la orden. Podría. Pero era su trabajo, y lo llevaba incorporado. Un hombre había muerto, santos cielos, sea de la mafia o no. Iba a acabar antes con este asunto lo antes posible. No tenía nada que ver con que ahora quería demostrarle a este idiota que de verdad era buena en su trabajo. Nada. Bueno, tal vez un poco.

Lanzándole una mirada que esperaba le indicara lo que pensaba de él, se encaminó a la selva. Los cuatro miembros del Five-0 la siguieron.