La leyenda de: tsuki y taiyō
Cuenta la leyenda, que la Luna y el Sol, estaban profundamente enamorados, y siempre esperaban al atardecer, para poder verse durante ese corto período de tiempo.
La Luna deseaba ser madre, pero los enamorados sabían que no podían tenerlo. Pasaron días y la Luna seguía deprimida, asi que el Sol, al no poder verla así, le propuso que se encarnaran en humanos, para así tener al bebé; pero la única condición que había, era que volverían a la normalidad cuando tuvieran al niño. La Luna aceptó encantada y así se hizo, se encarnaron en humanos y el tiempo paró, hasta que nació un precioso bebé, de cabellos plateados, heredados de su madre y ojos dorados, de su padre.
El hijo de la luna, lloraba en la oscura y silenciosa montaña, por frío y hambre, la Luna sufría al verlo así, pero no podía hacer nada. Un anciano pastor pasaba por allí, buscando a una cabra que se le había extraviado, y se lo encontró. Asombrado lo cogió en brazos y observó absorto su rostro, pálido como la luna, urbes doradas como el fuego y pelo de plata. Conmovido por el llanto del niño, decidió llevárselo con él. Y así el anciano junto a su esposa, lo cuidaron y criaron, siendo observados por la Luna y el Sol.
20 años después…
Intentó proteger sus ojos chocolates, con sus manos, de los rayos del sol,mientras el viento movía sus cabellos azabaches en una dulce danza.
- Kagome ¿qué haces aquí fuera?, vamos, entra adentro y prepárate para recibir al señor Akitoki.- dijo su madre desde la puerta. Kagome asintió y se dirigió a su habitación. Una vez vestida con un traje de muselina verde aceituna, fue hacia el comedor, para recibir a su invitado.
El señor Akitoki, era un joven alto, de compleción delgada, de carácter agradable y humilde. Era amigo de Kagome desde hacía varios años, y estaba enamorado de ella, pero nunca se declaró.
Kagome le hizo una reverencia y lo saludó cortésmente – es un placer volver a verte Houyou¿ a qué viene esta inesperada visita?- preguntó curiosa mirando a su madre de reojo, que se encontraba sentada al final de la sala. Houyou contestó nervioso - verá srt. Kagome, la razón por la que he venido, es su mano - Kagome lo miró sin entender - vo…voy… a… pedir su mano, nos conocemos desde hace mucho, y siempre he sentido algo por usted, y como tiene edad de comprometerse… pues yo… decidí… - Kagome le interrumpió – Houyou¿me estás diciendo que me case contigo? - Kagome miró a su madre para pedirle ayuda, pero esta guardó silencio. – Houyou… yo… verá… todavía no sé si quiero casarme, de verdad me siento alagada por su declaración pero… - suspiró - ¿déjeme pensarlo sí?- Houyou la miró comprendiendo –cl...Claro, entiendo, puede pensarlo el tiempo que desee. Bueno con su permiso debo irme- dicho esto y tras una rápida reverencia, cruzó la sala para ir hacia la salida. Una vez madre e hija solas, kagome estalló.
– Madre¿cuándo pensó decírmelo¿sabe cómo me sentí?, no sabía cómo decirle que no quiero casarme con él, no siento esa clase de cariño por él, y encima no me excusaste- dijo exaltada dando vueltas por la habitación. Su madre la miró seria – hija, yo sé como debes sentirte, pero ya tienes edad para casarte, y pensé que Houyo… bueno que funcionaria, sois amigos desde hace años, es de buena familia, noble y todo un caballero, es perfecto y se nota que te ama.
Kagome paró en seco y giro hacia su madre – no quiero casarme, no todavía, además cuando me case será con alguien al que YO ame – recalcó – se que a mi edad muchas quieren casarse con un buen partido pero… yo no madre, y lo sabes. Si es por el dinero…- Su madre agachó la cabeza - puedo trabajar, me disfrazaré de campesina, nadie me reconocerá; suelo pasar desapercibida en los bailes, la atención de los jóvenes esta principalmente en la hija del conde Onigumo - cogió de las manos a su madre – por favor dame una oportunidad, si no consigo suficiente dinero en un determinado periodo de tiempo…- suspiro- prometo que me casare con Houyo- su madre la miró tristemente y la abrazó – oh hija, perdóname, sé que es duro para ti, pero no puedo permitir que trabajes, para eso ,lo haré yo - Kagome la miró enfadada -sabes que no puedes, estas enferma, la que no lo permitirá seré yo - Kagome se alejó – dame esa oportunidad mamá, por favor - y corrió a su habitación.
Kagome esperó a que su madre se retirara a su habitación. Cuando lo hizo, aprovechó y se coló en la sala donde los sirvientes se cambiaban; bueno… cuando tenían, ya que tuvieron que despedirlos por no tener presupuesto suficiente para pagarlos. Inspeccionó todos los cajones y armarios, hasta que encontró un vestido más o menos de su talla; se lo puso, se soltó el cabello y se lo despeinó. Una vez lista, se escapó sigilosamente, para ir al pueblo a buscar trabajo. Conseguiría ese dinero, de eso estaba segura.
- MIOGAAAAAA¿Todavía no está la cena?, me muero de hambre…
El anciano lo miró reprochante – oh niño este, te he dicho que nos faltan ingredientes, ya ha ido Kaede a por lo que faltaba al pueblo, asi que cállate un rato y vete a jugar con los pájaros – dijo mientras colocaba la mesa.
- feh!, voy a dar una vuelta por el bosque, como siempre… - refunfuñó.
Kagome caminaba tranquilamente por el pueblo, pensando por dónde empezar a buscar trabajo, pero entonces oyó un grito de una mujer mayor, corrió todo lo que pudo y se encontró con una mujer intentando luchar con un ladrón que le tiraba de la bolsa. – suelte, he dicho, no tengo nada, solo me queda esto para comer, déjeme – gritaba la anciana, mientras el otro seguía tirando. Kagome se acerco por detrás y le dio un golpe con un palo, dejándolo inconsciente. La anciana le sonrió – muchas gracias muchachita, me has salvado¿como agradecértelo?- preguntó. Kagome negó con la cabeza – no tiene que agradecer, era lo mínimo que podía hacer- dijo mientras se aseguraba de que no había matado al ladrón. Kaede volvió a agradecerle y se marchó. Kagome también iba a hacerlo hasta que sintió que la agarraban de los tobillos, bajó la vista y vio que era el ladrón¿no estaba inconsciente?.
– ¡mujerzuela,¿Quién te crees que eres, para darme un golpe así?, me las vas a pagar- dijo el ladrón al tirar de ella para que cayera, se levantó y cogió el palo para azotar a la "pueblerina", pero esta ya se había levantado y escapado, la siguió gritándole de todo. Kagome estaba tan asustada que no se había dado cuenta de que se había adentrado al bosque Shikon. De repente tropezó con una raíz. El ladón rió y se le acercó. – Vaya, vaya que mala suerte bonita jajajá- se sentó encima de ella y la inmovilizó – ahora podré jugar contigo jaja- dijo lujuriosa.
– SUÉLTAMEE, suel…ta…me, aléjate de mí – gritaba Kagome, intentando soltarse. Vio que no podía hacer nada, asi que solo pudo cerrar los ojos sollozando, esperando que le hiciera eso ya, pero nunca la llegó a tocar, al contrario, ahora solo oía golpes, y quejidos; entreabrió los ojos y pudo ver dos siluetas peleando, pero ya no pudo ver más al sentir un golpe¿era un palo lo que la golpeó?, no lo supo, quedó inconsciente.
Inuyasha maldijo al ver a la chica desmayada, no se esperaba que el hombre cayera al lado de la chica, dándole un golpe así con el palo, suspiró, no tenía otro remedio que llevarla a su casa.
Kagome abrió despacio los ojos, y se encontró en una habitación que no era la de ella, intentó recordar: anciana, palo, ladrón, bosque…, palideció, no podía ser, estaba con el ladrón, en su casa seguramente, a saber que le hará o que le habrá hecho ya. Entonces gritó con todas sus fuerzas, Inuyasha entró corriendo a la habitación encontrándose a una muy agitada chica. Se acercó a ella para gritarle dos o tres cosas, pero no se esperó una bofetada de parte de ella.
- Tú¿Cómo te atreves estúpido ladrón¿ que me has hecho?, como me hayas tocado te vas a enterar - estuvo dispuesta a atacarle pero el chico la inmovilizó agarrando sus muñecas.
- KIAAAAAAAAAAAA!!, súeltame!! No me toques!!- dijo zarandeandolo para qu la soltara. Inuyasha por su parte solo pudo agarrarla más fuerte para que parase, y sin querer sus rostros quedaron cerca, muy cerca. Kagome se sonrojó al tenerlo así, pero abrió los ojos tanto como pudo, ese no era el ladrón que había golpeado en el pueblo, era otro chico. Se calmó y así fue soltada por Inuyasha, para que se tranquilizara.
- tu no eres el ladrón - afirmó - lo… lo siento… creí que eras… - fue interrumpida por un feh!, Kagome rió divertida, era muy gracioso el chico, y también atractivo, esto último la hizo sonrojar.
- ¿por qué te ries niña?- preguntó enojado. Kagome paró de reir y lo observó mejor, entonces se acercó más a él, haciendo enrojecer al chico. Alzó las manos y tocó suavemente ¿ las orejas del chico?, Inuyasha se sorprendió por este acto, pero no pudo objetar nada, ya que esas caricias le daban un placer increíble.
- Ala! .Son de verdad, que tiernas, son tan lindas¿por qué las tienes?, y ahora que me fijo, tienes el pelo plateado y los ojos… o esos ojos - se acercó mucho más con una dulce sonrisa que estremeció al joven - son preciosos, parecen dos llamas de fuego… - dijo emocionada.
Inuyasha no sabía que decir o hacer, siempre tuvo que vivir escondido, porque se reían o asustaban por su aspecto y esta chica venía ahora y decía que era ¿lindo y tierno?, no lo entendía.
Kaede entró en la habitación con una bandeja con comida – veo que ya has despertado y que se llevan bien –dijo observando como la chica seguía con las manos en las orejas del chico - Me alegro. - Inuyasha se separó rápidamente de la chica como si tuviera algo contagioso – ejem… bueno yo me voy Kaede, y tenga cuidado, está loca – Kagome lo miró indignada – no estoy loca tonto!, esque me confundí, pensé que eras el ladrón… y… - se sonrojó. Kaede observaba como empezaban a insultarse , se veían tan graciosos,¿ podría ser que ella fuera la chica de la profecía,se preguntó, definitivamente tenía que hablarlo con su marido.
- Inuyasha vete a ayudar a Mioga, ya despúes puedes estar con la muchachita todo lo que quieras- dijo la anciana, provocando que a los chicos se les subieran los colores. Inuyasha cruzó la puerta para irse y se despidió con su habitual feh!.
- no le hagas caso, en verdad es un buen chico. Bueno tu come y cuentame, que pasó – Kgome asintió y empezó a relatar la historia mientas comía pan. Kaede la escuchó atentamente y estuvieron hablando toda la tarde.
- ¿qué tal está la chica? – preguntó Mioga.
- feh! Ya despertó, y la muy estúpida me atacó – Mioga rió por lo bajo – y despúes se disculpa diciendo: oh! pensé que eras el ladrón – dijo imitando la voz de la chica, sin éxito. – jajaja seguro que acabaís juntos- comentó el anciano sin parar de reír; Inuyasha se sonrojó - tsk… viejo loco¿yo con ella?, anda ya!.
- Inuyasha, no le ves un cierto parecido con… bueno ya sabes… - dijo seriamente el anciano. Inuyasha asintió y se subió a la cima del árbol pensativo. Mioga suspiró y entró a la casa.
Sí, se parece a Kikyo, pero también son distintas, esta chica no se asustó de mi aspecto, ni le desagradó, puede que esta vez sea diferente…. ¡No! No va ser diferente, no va a pasar nada, se irá y punto. Será lo mejor para mí y para ella.
-Señora Kaede, yo… sé que está mal… porque me habéis ayudado mucho y… yo… bueno – respiró hondo - … necesito trabajo¿me podría dar empleo?, lo necesito por favor.
Kaede la miró enternecidamente - yo te lo daría… pero no tenemos mucho dinero, ya con los impuestos y mantener a estos dos, que comen como mulas jeje… no tenemos suficiente , pero tengo una amiga en el pueblo que… - Kagome la miró esperanzada – creó que necesita una chica para el restaurante. Podrías ir allí¿no? – sonrió Kaede. Kagome solo pudo abrazarla – gracias por decírmelo, de verdad que lo necesitaba, iré ahora mismo, la vendré a visitar a menudo lo prometo, dele gracias a Inuyasha – se despidió de Kaede y salió para bajar al pueblo.
Iba bajando la colina cuando la agarraron del brazo y la voltearon fuertemente - ¿a dónde demonios crees que vas? – preguntó enojado Inuyasha, ni siquiera dio las gracias, todas eran iguales. Kagome recuperada del susto le sonrió – voy al pueblo a buscar un trabajo que me dijo Kaede, y le di las gracias por todo lo que han hecho, pero ya que estas aquí te las daré personalmente - Inuyasha la miró extrañado,¿ qué iba a hacer?, pero sus pensamientos se esfumaron, al notar los tibios labios de la chica en su mejilla¿le acababa de dar un beso?
- muchas gracias Inuyasha - dijo sonrojada al igual que él – ahora debo irme - y la vio irse colina abajo - ¡os vendré a visitar¡hasta otro día Inuyasha! - gritó. Pero Inuyasha no dijo nada, estaba en shock, esa chica era muy rara, pero lo más extraño de todo, era que ese inocente beso, lo había llenado de paz. Hacía mucho que no se sentía así de querido.
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Hola!! está es mi 1º historia, asi que supongo que sea normal que este flojita, quizás mal redactada, disculpenme si tengo faltas de ortografía, yo creo que no tengo muchas (esq no tengo corrector de esos de texto), asi que pido perdón y piedad, si me poneís reviews para poder animarme (por favor) no sean duros/as conmigo, yo aceptaré criticas porque me ayudarán a mejorar, pero sean suaves, que soy sensible (T-T) jiji, bueno pues nos veremos si quereís en el próximo capitulo, besos.
Aclaraciones: El amikiri es un yōkaide la mitología japonesa. Se lo halla en los cuerpos de agua, especialmente en aquellos frecuentados por los pescadores. Son rápidos nadadores y como su nombre lo indica "cortadores de redes". Cortan las redes de los pescadores con sus pinzas de langosta. Son general criaturas pacíficas que no se inclinan por atacar a los humanos a pesar de su apariencia bizarra. La apariencia general de un amikiri son las pinzas de langosta, cola de serpientey cabeza de pájaro.
Si se ve el dibujito que puse,... lo hice yo!!, para mí, creo que me quedó mono jeje bueno ahora si adiós!!. Ah!, los personajes de Inuyasha no me pertenecen...
