Hola! Nuevo fic! Lo cuelgo ya que tengo ganitas, no lo he revisado mucho...y ... bueno está situado apartir del 4x08. Más adelante tal vez los capítulos sean más largos y contengan M. Disfrutadlo tanto como yo.

Y... Comentadme.

Dedicado a mi pequeña cookie monster ;-)

Sintió como si un taladro traspasara de un lado de su sien al otro extremo, partiéndole la cabeza en dos.

Apenas se movió entreabriendo los ojos, sin reconocer dónde se encontraba. Al parecer estaba en el suelo, a juzgar por el dolor de su espalda, y en una habitación que no era la suya.

Se irguió levemente y vio al fondo la luz cegadora del sol recién asomando entre los edificios.

Gruñó al moverse y sentir cada uno de sus huesos crujir y cómo un pitido zumbaba en sus oídos. La cabeza le pesaba un quintal. Tenía una resaca de las de campeonato.

Se tapó los ojos con la mano y la vio pintada de rotulador. Frunció el ceño. Pestañeó y se quejó. Si, hasta pestañear le dolía. Se levantó del frío suelo de al parecer el salón de una habitación, o más concretamente una suite presidencial.

De lejos aun podía escuchar la canción 'Iko, Iko' de The Belle Stars resonar en su cabeza. No, estaba sonando de lejos, en algún lugar de la habitación…

Al fondo de la sala había un gran ventanal que daba a un balcón, las cortinas estaban completamente abiertas… entonces recordó. Estaba en Atlantic City.

Buscó su ropa, su móvil, su cartera… nada.

Lo único que logró encontrar fue su traje de Elvis tirado en el sofá. Suspiró. Se miró. Llevaba apenas unos gallumbos anchos, descalzo. En el suelo, lleno de plumas, una almohada y una sábana.

-¿Qué demonios hice anoche?-murmuró el escritor moviéndose por la estancia, viéndola llena de plumas, cojines tirados, vasos esparramados y algunas bebidas derramadas por todos lados… y la televisión encendida en un canal de teletienda que sufría un par de interferencias.

Abrió una puerta y una gallina salió aleteando sus alas y cacareando a unos decibelios indecentes a esas horas de la mañana y después de la juerga que se había corrido, dejando su cuerpo como si un camión le hubiera pasado por encima.

¿Qué demonios hacía una gallina allí?

Carraspeó sintiendo como aun su garganta ardía por todo el alcohol ingerido y sintió como su estomago se removía arriba y abajo como si estuviera en una montaña rusa.

Salió corriendo al baño, el cual, no presentaba mejor aspecto.

El espejo estaba pintorreteado con lápiz labial de color rojo pasión.

La mitad de los cosméticos se encontraban tirados sobre el lavamanos, y el mismo se encontraba tirado; eso si en el suelo, con la cabeza metida en el retrete, jurándose que jamás volvería a beber, tal y como con 16 años en aquél viaje a Italia había prometido.

Una vez hubo vomitado hasta el desayuno del día anterior, se levantó del suelo y se miró al espejo entre los dibujos que había allí.

Dios, tenía unas ojeras marcadísimas, el cabello revuelto, los ojos rojos y casi cerrados, empezaba a crecerle la barba. Vestía con una camiseta que ponía

'Welcome lo the fabolous…Atlantic City' Copiada de las mismísimas Vegas.

Y lo que era mejor, en su rostro lucía un hermoso bigote negro pintorreteado con rotulador a juego con un monóculo también pintado en su ojo izquierdo. Estiró su cuello y abrió los ojos como platos. Estiró su mano derecha acariciando su cuello, donde lucía un tremendo chupetón que no recordaba del día anterior. Menudo fiestón.

Se giró, tiró de la cadena del wc, y se inclinó en el lavamanos para lavarse la cara.

Se lavó la cara y se mojó el pelo tratando de domarlo. Estaba pegajoso. No quería saber de qué. Se quedó mirándose al espejo mientras trataba de peinarse y fue ahí cuando un pequeño destello brillante entre su pelo llamó su atención.

Alzó la mano y la giró, volvió a girarla, mirándosela. Abrió la boca ahogando un grito. Estaba en shock. Puso casa de horror y luego cerró la boca, frunciendo sus labios.

La pequeña argolla dorada, seguramente una baratija imitación de oro, se cernía alrededor de su dedo anular.

Recién casado.

-¿¡CASTLE!?

Castle trastabilló casi cayéndose de culo al escuchar el grito proveniente de fuera del baño, a sus espaldas. Cerró los ojos sufriendo dolor de cabeza causado por el grito.

-¿Be…ckett?

Se giró confuso, tragando saliva, armándose de valor.

10 minutos antes…

Sintió el móvil vibrar a sus pies y se despertó, gimiendo de dolor. Movió su mano hasta alcanzar el móvil y lo apagó. ¿Desde cuando ella tenía esa incesante musiquilla molesta como tono de llamada?

Estiró cada uno de sus músculos, y notó como su cuello dolía horrores. Había dormido en una mala postura. Y al parecer se había bebido hasta el agua de los jarrones, pues sentía como su cabeza iba a estallar en breves y como su boca estaba seca. Tenía la lengua como una zapatilla.

Hizo una mueca de asco conteniendo las ganas de vomitar y abrió los ojos. Las sábanas eran blancas… frunció el ceño y se sentó en la cama… una cama que no era la suya, pues ella usaba sábanas oscuras.

O por lo menos esa semana. Miró alrededor suyo. No, definitivamente esa no era su casa.

Beckett pensó en que momento de la noche anterior llegó a una habitación de un hotel y recordó el caso que les había llevado a Atlantic City. Suspiró. La despedida de soltero de Ryan, todo cuadraba… no, no cuadraba ¿Qué demonios hacía ella en una suite?

En una suite donde parecía que cualquier grupo de música se hubiera montado su mejor juerga.

Se levantó de la cama y se arrastró, descalza por la salita. Nadie. Se quedó mirando la televisión que fallaba por momento y la apagó.

Mala idea. Ver su reflejo era lo peor que podía hacer. Tenía su cabello enmarañado, su maquillaje completamente corrido.

Bufó. Y siguió su camino. Ni rastro de su placa, pero, Si de su pistola… tirada al lado de un montón de vasitos amontonados y de cartas de poker.

Irresponsable. Eso había sido al dejarla ahí. Agarró el arma… y se percató que no se trataba de su arma… si no de una copia barata, de juguetería o de más bien de juguetería de adultos. Disparó al sofá y pudo ver como manchaba parte del mobiliario con el líquido ambarino que surtía. Tequila seguramente, su estomago le recordaba que la noche anterior había tenido la agradable compañía de cómo mínimo, José Cuervo.

-¿Qué demonios pasó anoche?-se preguntó a si misma.

Se volvió a mirar en el reflejo de la TV. No tenía aspecto de policía, si no fuera por que si llevaba un traje de policía.

-¡Oh dios!-exclamó tapándose la boca.

Se miró de arriba abajo. No, no llevaba el traje oficial de la policía, en lugar de ello, llevaba un traje de policía prostituta. Eso era lo que llevaba. Descalza, con unos shorts y una camiseta anudada dejando su estomago al aire y su escote bien pronunciado, demostrando que gastaba un dineral en lencería fina.

Y fue justó ahí cuando se percató del gigante problema en el que se había metido. Comprobando que todas sus extremidades estuvieran bien, mirando su cuerpo de arriba a bajo, se fijó en su mano izquierda, más concretamente su dedo anular. O más bien en el anillo de algo que imitaba al oro y dejaba un cerco verde alrededor de su dedo.

Se llevó las manos a la cara en señal de derrota, y cuando estaba pensando de qué forma salir de ese percal, o si directamente suicidarse, escuchó ruido de vómitos procedentes del baño.

Con miedo, siguió su camino, tropezando con la almohada del suelo y viendo como una gallina se movía a sus anchas. Un sueño, si, se trataba de un sueño… o una pesadilla, si no, cual era la explicación para que ese animal de granja campara en la suite más cara de ese hotel. Ninguna.

Trató de tranquilizarse…en cualquier momento se despertaría y seguiría en su cama.

Llegó al baño y se aguantó del marco de la puerta para no caerse de la impresión.

-¿¡CASTLE!?

Castle trastabilló casi cayéndose de culo al escuchar el grito proveniente de fuera del baño, a sus espaldas. Cerró los ojos sufriendo dolor de cabeza causado por el grito.

-¿Be…ckett?

-¡¿QUÉ DEMONIOS PASÓ ANOCHE?!-ambos gritaron al unísono, aguantando estoicamente la resaca.

Ninguno de los dos salía del asombro y ninguno de los dos apartaba la mirada del anillo del otro, temiéndose lo evidente.


Continuará...