De antemano les pido una disculpa por mis faltas de ortografía, intente no pasar ninguna por alto, yo se son molestas al leer y ruego perdonen mi estupidez.
Los personajes no me pertenecen si no a Hajime Isayama, solo la historia es de mi pertenencia, pues la portada tampoco es de mi pertenencia crédito a su autor.
Por último porque tampoco la biblia que nadie lee, está historia es incesto así que no lo lean si el género no les gusta.
Capítulo número uno.
Manzana.
El sol alumbraba las calles con sus tallos dorados que hacen a todo lucir mejor, el aire refrescante entrando por las narices, algunos pájaros volando, vuelan tan bajo que podrían tocar el suelo, luego se elevan tan alto que pueden tocar las nubes. Casi no hay ruido en las calles, los humanos descansan y todo es tan calmado, tan tranquilo y relajante.
Hasta que la dueña de la casa número veinte pone su música de mama y resuena, el hijo de la señora de la casa número dieciocho sale corriendo azotando la puerta con la mochila a medio caer en el antebrazo, tiene una manzana atorada en sus dientes para que no se pierda, corre con el uniforme mal acomodado, siempre se queda dormido. Y luego esta el, de nombre Levi Ackerman.
Sales de tu casa con tu maletin de cuero en mano, vives en una zona de ricos y eres un arquitecto reconocido. Lo que siempre quisiste.
A mitad de llegar al automóvil su cónyuge le para del hombro con una sonrisa en el rostro, una mujer hermosa llamada Petra poseedora del apellido Ackerman.
—Casi lo olvidas, amor —Su labial baila sobre sus labios al hablar y al terminar sus dientes blancos forman una sonrisa sincera llena de amor.
Le extiende su reloj olvidado antes en el baño cuando se metió bajo la regadera para relajarse y destensar los músculos preparándose para el largo día que empezaba.Levi lo toma en mano y se apresura a ponérselo.
—Gracias, amor — le deja un beso sobre la coronilla de la forma más cariñosa en que un hombre poco amoroso como el puede demostrar algo y se mete al auto deportivo color negro.
—¿Llegas a cenar? —le pregunta por la ventanilla bajada. Levi asiente con la cabeza levemente y enciende el motor. Este ruge fuerte listo para ponerse a trabajar bajo el control del hombre.
—¡Espera! ¡ESPERA! — su camisa blanca mal acomodada se bate al correr rápidamente por el jardín cubierto de césped al que tanto tiempo le dedica su esposa, el sol da en ella y pinta sus cabellos de un tono más claro, similar a la miel. Al final llega a la ventana del conductor, tiene la respiración agitada, posa su mano sobre su pecho y aspira con fuerza exagerando y sacando su lado dramático a flote —Voy tarde ¿me llevas? — por fin se decide a hablar luego de jadear —¡Por favor! —un puchero adorna su joven rostro mientras estira la última "o"—Es la última vez —le sonríe y pasa sus brazos por su cuello colgándose un poco de la puerta —¡Vamos, Papa! Te queda de pasada.
Su hijo, Eren, le sonrió implorando que le llevara con su delicado rostro a centímetros del suyo. Su hermoso hijo de cabello color cajeta, era el niño más hermoso de todos, sus deslumbrantes ojos esmeraldas tenían cierto parecido a los ojos de un minino, eran grandes y algo alargados al final, como si no fuera poco una gran cortina de pestañas tupidas y largas de un tono café oscuro protegían como fieles guardianes los ojos mininos. Y ese par de caleidoscopios en tonalidades verdosas le aspiraban la respiración, le robaban el aliento y le secaban la garganta hasta dejarla como el desierto. Pasó saliva pesadamente haciendo que su manzana de adán se moviera por la acción, Eren desvío su mirada un momento y el lo utilizo para contestar.
—Bien, sube — el seguro sonó liberado y el castaño salto feliz antes de darle un beso a su madre en el mismo lugar que antes Levi. Rodeo el auto y se metió dentro aventando su mochila a la parte de atrás.
—Mil gracias, papá —se despidió de su madre con un agitamiento de mano por el parabrisas. La mujer fue dejada en la puerta mientras ellos se marchaban de la zona residencial.
¿Cuanto tiempo faltaba para que el pequeño listón que le sostenía la cordura se rompiera? Ese pequeño listón de color blanco que el mismo había apodado: "Moral"
Y claro que "Tabú" también estaba en su mente, nosotros los humanos apodamos tabú a todo de lo que no queremos hablar, reflexionar o siquiera pensar, es apartado a una esquina oscura donde nadie puede verlo, sabemos que está mal, pero ¿por que? Los animales no tienen ningún problema en ese tema, la mayoría de nosotros de niños tampoco lo tenemos, pues nunca falta alguien en la familia que siente atracción por su primo o coquetea un poco con sus parientes de belleza dotada, incluso en la biblia podemos leer algunos ejemplos, como lo son Lot y sus hijas, los necesariamente ocurridos después del paraíso o después del Arca de Noe, sin embargo eso estaba tan satanisado como lo es posible.
Hablo del incesto, hablo de compartir una relación más allá de la familiar con alguien de tu propia sangre.
Hablo de la mirada de Levi cuando se desviaba sin importar cuanto quisiera impedirlo hacia las desnudas piernas de su hijo, el pantalón corto arrugado le dejaba ver las estilizadas piernas donde se perdería por siempre. El le orilla a tomar las tijeras y cortar el listón de una vez, a tirarlo todo por la borda, dejar de pensar en lo "correcto" y "incorrecto"
Empuja con fuerza de su espalda. Y borra las frases en contra como lo son : "nocivo para la salud social" ó "Impuro", "Sucio", "Enfermizo", "Satánico"
Francia, España, Japón, Suecia, Portugal, Nueva Jersey: Esos son los países en que el incesto no es penalizado. Más no estaba permitido en muchos de ellos el casamiento, ha no ser que fueran parientes lejanos ¿por qué pensaba en eso?
—¿Papa, en qué tanto piensas? — El castaño piel de miel le pregunta mientras se inclina levemente hacia el.
Su mirada se dirige levemente a los carnosos labios color coral que se mueven lenta y sensualmente.
¿Cuando empezo? ¡¿Cuando?!
En realidad no hay un inicio, solo un desarrollo, el sentimiento de atracción siempre existió en el, siempre presente, siempre golpeando desde dentro de su mente, presente en todo, en sensaciones, en palpitares apresurados, su excitación, en loscelos que tenía por el, solo por el, solo para Eren, su dulce niño, el hermoso bebe salido de el, para si.
Así fuera castigado por los más grandes dioses por sentir eso, así se fundiera en el infierno con las llamas ardientes salidas de su pecado, no podía evitarlo. Llévame serpiente llamada satanás, quizá puedas convertirte en mi dios.
Empujándolo al infierno con sus labios cuando habla, no tiene compasión.
—En la construcción del edificio, Eren.
—¡Ah! Ya veo, se que te irá muy bien, no te estréses.
—No lo hago.
El chico bufó con ironía, como si el mejor chiste hubiera sido contado —Tu ceño se frunció más de lo normal. — se inclino sobre sus rodillas para pasar el dedo en el entrecejo, aspiro con fuerza del cuello de Levi, justo donde la camisa blanca se doblaba "Mmm..." saboreo el aroma aspirando lentamente — Adoró con locura este perfume, me trae recuerdos — el aliento caliente con olor a pasta de dientes recorrió el cuello blanco porcelana de Levi. Sus miradas se encontraron cuando el azabache le miro casi sin querer verle. Tenía las profundidades del mar en sus ojos y en el interior lo tenía hundido a él.
El castaño se alejo y cayó nuevamente sobre sus glúteos.
Lo tenía tan cerca, pero tan lejos.
Era como una cosa muy cara, como algo muy valioso que todo el mundo desearía, algo muy hermoso, un diamante hecho de sueños, como el país de las maravillas de cada quien, como el sueño perfecto, era todo, pero para el era nada porque no podía ni tocarlo, ni sentirlo, ni perderse en el y lamentablemente el es muy ambicioso como para conformarse con solo mirar.
El joven jugueteo con su teléfono entre las piernas, riendo candorosamente debes en cuando por algún chiste de Internet ¿cómo podía ser posible que hasta verlo reír le resultaba tortuoso?
Eren, tu sigues empujandome sin empujar realmente, como si fuera un suicida y tu fueras el que me orilla a ello, estas a nada de ser responsable, pero no lo eres.
¿Por qué tienes que usar esos pantalones cortos para vóleibol? Es que ellos no saben lo que provocas en mí con ellos, ellos no pueden siquiera imaginarse lo que pienso de ti dentro de esos pantalones indiscretamente cortos, no saben lo enfermo que estoy por ti.
Empuja la puerta y baja, regresa por la mochila al asiento trasero, la cuelga sobre su hombro ya acostumbrado al peso por los largos años de escuela, cierra la puerta y regresa a la puerta del copiloto para asomar la mitad de su cuerpo superior — Me voy, te veo en la cena —cierra la puerta con una última sonrisa llena de cariño, se despide con su mano y da la vuelta sobre sus pies.
Casi entra a la escuela cuando el grito de Levi le llama.
—¡Eren! —el castaño voltea a mitad de la entrada —Olvidas tu celular.
Levi le muestra el aparato con los audífonos enrrollados alrededor.
Las miradas de los jóvenes viajan al hombre recargado en el deportivo "Atractivo" piensan bastante féminas y estoy colando sus pensamientos con un colador de rayas muy juntas porque si no esto se convertiría en un mercado de piropos vulgares.
Sus ojos verde olivo miran al castaño regresar sobre sus talones hasta el — Gracias, no se que haría sin el —toma el teléfono extendido a el y nuevamente se acerca para dejarle un beso en la mejilla — Cuidate mucho, te amo.
La campana suena y resuena en todo el terreno de la escuela hasta ellos, el chico le regala una última sonrisa achispada antes de correr a la entrada. Le deja intoxicado.
Se perdió en el interior de los salones, las horas pasaron, las horas nos ayudan a programarnos y organizar nuestras vidas diarias, a veces nos presionan, Eren definitivamente las presionaba a ellas para poder irse a casa, la escuela no era ni su amor correspondido, ni su mejor enemigo, por lo cual no era bueno ni siquiera para perder su tiempo.
Petra se embarazo a muy temprana edad, solo tenía catorce años cuando sucedió, no tenía ni un año desde que había experimentado el lago rojo cuando cayó embarazada. Los padres de la entonces pre-adolescente se volvieron locos y la corrieron de su casa decepcionados. Así fue que cuando Eren nació Levi y Petra solo contaban con quince años de vida. Vivieron en casa de Levi hasta que este pudo trabajar a los dieciocho, apenas consiguió su credencial se consiguió cinco trabajos, solo el sabe como lo logro, era misión imposible con la carrera universitaria, pero bueno el es Levi Ackerman y era joven y sobre todo un orgulloso de lo peor, tanto como para dejar los riñones antes de seguir hiriendo su orgullo al depender de su madre.
Un pequeño cuarto de menos de 6 metros por lado fue su hogar por toda la carrera de Levi, luego de eso el estalló con mucho esfuerzo en éxito. Y ahora con treinta años tenía una familia perfecta.
Pero todos esos años algo estuvo muy presente en el, y era el extraño sentimiento que tenía hacia su hijo, se volvió más fuerte a medida que crecía pasándolo de pedofilo a viejo rabo verde. Era su hijo biológico, se sacó sangre más de cuatro veces por el, la primera cuando se descubrió que Petra estaba embarazada y los demás a medida que su atracción y morbo crecía como un plaga en su cuerpo, pero no había duda alguna, no importaba cuánto intentará probar lo contrario, no importa lo diferente físicamente que sean, era su hijo.
Cuando el castaño asistía al pre-escolar el le llevaba y recogía diariamente, aprovechando la situación para situar besos en los pequeños labios, se excusaba en que muchas personas besan a sus hijos de pequeños, pero el realmente nunca fue parte de ellos, tuvo que dejarlo cuando el niño cursaba el quinto año de primaria porque Petra estaba preocupada de lo que la gente diría y el dejó de hacerlo como si no le importara.
Las cosas fueron tomando un rumbo diferente, las cosas se fueron retorciendo hasta no dejar rastro de lo que originalmente eran, sus pensamientos cambiaron tanto pasando de un: "Mi hijo es un niño muy bonito" transformándose hasta convertirse en un "Mi hijo es tan excitante". Y los sueños que tenía, esos sueños que le hacían pararse a mitad de la noche para masturbarse en el baño, ni siquiera podía hacerlo con su esposa sin traer a su hijo a su mente.
Levi podía ser todo lo cortante y serio que el quería ser, pero el había llorado la primera vez que le sucedió cuando su niño tenía 12 años. Lloro justo después de que el semen brotó en su mano, estaba perturbado de él mismo, de su mente. Con la frente llena de sudor se miró en el espejo del baño para asegurarse de seguir siendo humano, para segurarse de seguir siendo el y lastimosamente lo era.
Había algo en el cuerpo de Eren, una atracción desconocida, le miro crecer, no se suponia que tuviera esos sentimientos. Investigo tanto del tema como le fue posible, hablo por Internet con gente que tenía estos problemas o experiencias en el tema, para hallar una manera de quitarse esos pensamientos,pero nada dio resultado, no lo lograba, incluso asistió a un psicólogo y este llegó a la conclusión de que era la edad de su hijo y del como la suya se vio interrumpida en esa misma etapa, pero no importo cuanto hablo, cuanto pregunto o cuanto investigo, no podía sacarse los pensamientos morbosos.
Saliendo del trabajo paso por el castaño a la escuela porque el chico le dijo que ese día salía tarde por el club, le quedaba de pasada y era la misma hora de su salida. Se estacionó fuera del colegio y espero, mirando como el atardecer pintaba el cielo en tonos naranjas, morados y azules, toda una obra de arte.
La puerta del copiloto se abrió y el castaño luego de arrogar su mochila a la parte trasera se desparramo en el asiento del copiloto suspirando.
—Estoy tan cansado —dijo de nuevo dramatizando —Moriré, estoy seguro, pongan muchos dulces en mi funeral, también muchas manzanas —las manzanas era su fruta preferida, no podían faltar en casa.
—Siéntate bien y ponte el cinturón, Eren. —la voz ronca y profunda de su padre le ordenó.
—Si, si, ya entendí —el cinturón apretó su cintura contra el sillón.
El auto se puso en marcha, no diría que la relación entre ambos es la mejor, pero no era mala, se hablaban normalmente, pero nunca existió esa comodidad familiar, la comodidad de comer como cerdo delante de su padre o de soltarse a hacer bobadas como con su madre.
El chico se soltó a reír dulcemente de un momento a otro recordando lo que ese día pasó. No hubiera parecido tan raro para Levi de este haber tenido su teléfono fuera, pero ese no era el caso.
—¿Vas a contarme porque te pones a reír de un momento a otro?
—Es muy vergonzoso, pero si insistes. —el no había insistido aún —Muchas amigas preguntaron por el apuesto hombre que me dejó en la entrada, incluso algunas pensaron que eras algo como mi Sugar Dady — río con fuerza —Eso me pasa por tener un papá tan guapo. —luego agrego casi enseguida como un pequeño niño emocionado—Mi papá es el número uno, es el hombre más guapo del mundo.
El castaño reía divertido, eso le solía ocurrir desde el pre-escolar, las madres de sus compañero o maestras preguntaban por su papá, el era muy celoso en ese entonces y se enojaba por esas preguntas "¿Tu padre es soltero?" preguntaban como asumiendo que lo era, pero Eren siempre les callaba la boca diciendo que su padre era solo de él y su madre.
—¿Te divierte que piensen eso?
Los ojos esmeraldas de Eren viajaron al perfil del azabache, si, su padre era muy apuesto con esos ojos profundos color verde olivo, su cabello azabache que contrastaba con el blanco leche de su piel, sus facciones eran fuertes y finas, tan guapo como ningún otro hombre visto.
—Si, es divertido, no? —dijo con cierto tono coqueto y risueño.
—Bastante. —alargo la palabra enredando en sus dientes las letras y saboreando en su lengua el sabor a mentira.
Levi estaba bastante mal, pero si el estaba mal, Eren tambien, el castaño quizá era el más malo de los dos al sentir las miradas de su padre sobre el y aún así ponerse el short del club en casa aunque el bien podía ponérselo en la escuela.
—¿Les dejaste en claro que no era así?
—No, no tengo porque dar explicaciones, además es divertido.
El silencio reino en el auto con su linda corona de oro, permanece en el trono hasta que Levi le detiene.
—¿Te regalaron esos chocolates? —sobre los acaramelados muslos un paquete de chocolates que antes no noto descansaban.
—Si, un pretendiente.
Sería una tontería para Eren el tener vergüenza de decir la verdad, así que el hablaba las cosas tal y como eran.
El no tenía idea de lo que eso podía provocar en Levi ¿Qué asqueroso mocoso caguenge se atrevió a regalarle algo a su niño? ¿Con qué derecho?
—Bueno, es mejor que le digas que tienes pareja.
—¿La tengo? —su ceja se alzó con impresión.
Un silencio enfurecido reino nuevamente, casi podías mirarlo pesado y molesto, hasta que el azabache le venció nuevamente con su voz ronca.
—Si, dijiste era divertido que pensaran que somos pareja.—lo miro fijamente — Lo es.
El cuerpo de Eren no era voluminoso o lleno de curvas féminas, porque bueno, el no era una chica, su cuerpo sí era delicado y delgado, con las clavículas marcadas y sobresalientes, las manos huesudas, los glúteos sobresalientes de su delgadez y sus muslos tonificados, ese hermoso tono de piel ligeramente cubierto por un tono miel muy claro, como si le hubieran sumergido en miel dentro de una tina, con la piel perfectamente hidratada y suave al tacto, dueño de quince primaveras vividas.
—Bien —contestó con una sonrisa.
Dios cuanto lo siento, puedes quemarme si quieres, por fijarme en un niño, en mi hijo o en un hombre, pero es que el no era justo ¿como esperaba el que Adán no le traicionara si le prohibía algo tan bueno? Algo tan provocador.
Subió las piernas al parabrisas, esas largas y torneadas que el sabía tenía por el vóleibol, soltó una risita coqueta —El entrenador hoy se sobrepasó con el entrenamiento — pasó su mano por sus piernas hasta los muslos. — Me duelen las piernas.
El auto paro en el semaforo detrás de algunos autos antes que ellos. La mirada de Levi recorrió las piernas de su hijo, su garganta se seco cuando sus ojos se encontraron, el chico pestañeo lentamente casi adormilado —Me duele —tenia un tono parecido a un lloriqueo.
—¿Donde?
—Aquí — tomo la mano del azabache y la llevo a su muslo, dirigiendo el ritmo lento con el que la mano de Levi se deslizaba por su piel.
El azabache paso saliva, su lengua bailo rápidamente por sus labios secos, tenia la mirada llena de lujuria, sus pupilas se dilataron como un animal casando a su presa. — ¿Aquí? — apretó en el muslo, inclinándo su cuerpo sobre el asiento.
—Si...ahí
Sus ojos se encontraron. El aire se volvió denso dentro del auto, sensual, lleno de excitación, lujuria y morbo, tenía esa sensación de hambre en la boca del estómago, era un cosquilleo que bajaba hasta su miembro, le apretó con más fuerza subiendo más arriba hasta donde el glúteo iniciaba, tocando la suave piel aterciopelada, sus miradas no se despegaba quemando entre ellas. El calor surgía desde el interior, quemando desde dentro sus músculos. — Mmm...—gimió el castaño de gozo —Se siente bien.
—¿Si? — su mano se adentro al interior del muslo, tocando la sensible piel de ese lugar, entrando bajo el sorth tocando apenas la punta de la ropa interior del chico.
—Aja...— su voz,esa voz.
No, no hables así Eren, no tienes idea de cómo me pones cuando hablas así.
"¡¡Piiii!!¡¡Piii!! "
El claxon del auto azul detrás de ellos sacó a Levi del transe, se irguió de regreso en el asiento, carraspeando un poco su garganta, puso en marcha el auto con ese palpitar apresurado en su pecho y con esa excitación concentrada en su entrepierna.
El auto se estacionó fuera de la casa blanca de gran jardín —Dile a tu madre que ya entró, le haré una llamada a Hanji olvide decirle algo sobre el edificio — el castaño bajo del auto inclinándose un poco al salir, abrió la puerta trasera y tomó su mochila, regresa inclinándose en el asiento, una de las manos se recargo en el muslo de Levi.
—Bien, gracias por traerme,papá — le dio un beso en la mejilla y salió. Levi le miro entrar a la casa y entonces desabrocho rápidamente su pantalón, no podía entrar con "eso" a la casa.
Miró la puerta de entrada cerrada, solo el pequeño letrero con su apellido colgaba en la puerta Fam. Akerman recuerda perfectamente como Petra busco y busco el diseño perfecto según ella, al final era un tono dorado con el grabado en negro, a Levi le parecía muy simplón.
Escupió en su palma saliva recolectada en su boca, miró su mano ahora con la saliva deslizándose por la palma con las burbujas dentro, se concentraba en el centro y dejaba ver las líneas de palma debajo, la observo como si fuera un lector de manos, se sentía tan enfermo, tan repugnante.
Su miembro venoso de un tono rojizo soltaba algunas gotas de pre-semen que escurrian por todo el glande, el líquido blanco transparentoso se vio esparcido cuando tomó el glande entre su palma, rodeándolo y dando círculos, masajeo toda la glande dejando escapar un jadeo de su boca, echo la cabeza atrás en el respaldo del sillón.
Su otra mano izquierda bajo con el reloj atado en la muñeca, paso de largo el miembro hasta llegar a los testículos grandes y pesados que colgaban debajo de su falo, masajeo tocando con cuidado las bolitas cubiertas por la piel.
Su mano derecha bajo del glánde al tronco grueso y con las venas sobresalientes —Mmh... — gimió con la cabeza echada atrás, mirando el techo del auto, cerró los ojos para solo sentir el placer que el mismo se otorgaba, movía las caderas hacia delante para acompañar el movimiento de su mano.
La piel joven y grandiosa al tacto como el terciopelo, esos bonitos muslos tonificados ¿el bonito trasero sobresaliente de su estructura se sentiría igual de bien?
—Aghh... —su mano moviéndose más rápido, el sonido del costoso traje rozando con el respaldo del asiento de piel. "¡Ahh! ¡Papi!"
La voz de su niño en su oído, interpretando gemidos eroticos y vulgares donde le pedía más.
—Si..asi...bebe — su voz ronca como un gruñido animal, como un animal salvaje, disfrutando sólo de lo carnal sin importar la sangre.
La sensación escalaba por todo su cuerpo hasta su mente aturdida, su pene ardía duro como una roca, lo sentía cerca, su mente nublada por el placer, por las sensaciones que le hacían estremecer todo el cuerpo.
Cada vez más y más rápido, con más euforia, sin detenerse, escuchando el sonido de su palma al moverse sobre el tronco y golpear sus testículos.
Se inclina sobre el asiento del copiloto, abrió el cajón frente a él y sacó algunas servilletas que él mismo Eren había metido ahí la vez que fueron por pizza, recordó su sonrisa cuando probó el primer mordisco, manchando con un poco de salsa de tomate su labio inferior "ups" había dicho antes de limpiarlo con su lengua.
El miembro vibrante, sus pupilas dilatadas — Mgh —mordió su labio cuando sintió todas las sensaciones que recorrían su cuerpo concentrarse sólo en esa parte de su anatomía.
El semen viscoso se expulsó por la uretra, jadeo con fuerza, intentando respirar con normalidad, intentando regresar a su temperatura normal, su mirada volvió al frente, su adrenalina subió al máximo al mirar a Petra abrir la puerta para asomarse.
Cuando bajo del auto ya con la ropa acomodada como si nada hubiera pasado la mujer estaba de camino al auto —Tardabas demasiado — hizo un puchero en sus labios —La comida se enfriara.
—Si, Hanji se desviaba del tema, vamos dentro, muero por probar tu comida.
Camino con la mujer al interior y minutos más tarde estaba cenando con el castaño a un lado. Este tenía el rostro hundido en el teléfono.
—Eren, deja el celular en la mesa —le regaño su madre con el mandil a cuadros, por alguna razón su madre amaba ponérselo en presencia de su papá como si fuera sexy o algo parecido, no podía evitar sentir celos de ella, Eren sabía que no estaba bien, quería a su madre, la amaba, pero no de la misma manera que a su padre, era un sentimiento tan distinto.
Bajo el teléfono y comenzó a comer, volteando a ratos al rostro de Levi, el perfil bien definido y la manzana de adán sobresaliente que se movía cada que pasaba comida.
—Hoy en la escuela, algunas chicas estaban hablando de lo atractivo que es en un hombre la manzana de Adán, yo no la tengo tan marcada, pero mi papá si —comento.
—Tal vez con el tiempo, mi amor, cuando conocí a tu padre tampoco tenía los rasgos tan masculinos como ahora.
—Mi papá se parece a tu papá, mama? —la castaña pareció pensárselo.
—No mucho físicamente, pero en el temperamento si, un poco ¿por qué?
—Solo pregunto, en la escuela Armin me contó que leyo un estudio donde decía que los hijos buscan parejas con rasgos parecidos a los de su padre en caso de ser niña y mama en caso de ser niño.
—Bueno, puede ser cierto, Levi es tan quisquilloso como mi padre. —su madre río y la conversación se desvío a comentarios comparativos.
Levi se levantó de la mesa agradeciendo por la comida a su esposa y despidiéndose de su hijo. Se encaminó a su cuarto a darse una ducha, Petra y Eren ordenaron la cocina y luego se separaron con un "buenas noches" cada uno a su cuarto correspondiente.
La noche cayo, todos dormían en el interior de la casa, el silencio en la calle, el reloj de la sala señala las dos de la mañana cuando Levi se despertó con una sed increíble, se levantó de la cama quitando los brazos de Petra que le rodeaban el torso desnudo con mucho cuidado de no despertarla, se deslizó por la habitación hasta salir por la puerta, la cerró detrás de él, bajo las escaleras aún medio dormido, mirando y no mirando el suelo y los escalones.
Se sirvió el agua en un vaso sin llegar a prender la luz, solo con la del refrigerador le vasto para la accion, una vez complacido su capricho se dispuso a regresar a su habitación, subió los primeros dos escalones de las escaleras, pero entonces lo escucho.
Eren dormía en el cuarto de abajo, porque el de arriba no le gustaba pues según el era más pequeño, aunque era imposible porque ahora se alojaba en el de invitados, el sonido entraba en sus oídos como un susurro.
En medio de la noche, retorciéndose en la cama, desnudo, con las gotas de sudor corriendo de su cuello a su pecho trazando los delicados pectorales, con las sábanas a los lados arrugadas —Mm..Levi — la voz en gemido casi inaudible, trago saliva diciéndose a si mismo que había perdido la cabeza, sus pies curiosos lo llevaron a pasos lentos más cerca de la puerta —Siii...Levii..ah..—con la espalda arqueada hacia su mano, lo escuchaba real, real como su propia existencia, real como el ardiente deseo que tenía por el, real como Petra, real como la noche, como la luna, real como el.
Trago saliva pesadamente antes de dar la vuelta a la manija, abrió sólo un poco.
Hay estabas tu, desbordando placer y sensualidad por cada uno de tus poros, lascivo como te imagine, con tu miembro atrapado en tu mano, satisfaciendote con mi nombre en tus labios, gimiendolo como yo lo hacia con el tuyo cuando nadie se encontraba en la casa, la luz de la luna alumbrando tu hermoso cuerpo, miraste en mi dirección con los ojos cristalinos, tus jadeos aumentaron junto al movimiento de tu mano —Papi...mmhh...papi..ah..¡Ah!..mmsii— te mire hasta que acabaste y te desbordaste en la cama, con el pecho agitado subiendo y bajando, el aliento caliente saliendo de tu boca. Te miré.
La puerta se cerró y el azabache regreso a su cuarto junto a Petra con una imagen que no podria olvidar y no debía hacerlo, jamás lo hizo porque fue cuando todo comenzó.
Fin del capítulo.
Espero les gustará y sin más que decir me despido, bye, bye, cuidado con las palomas.
