Disclaimer: Como muy bien todos sabéis, los personajes de estos fan fictions pertenecen a Rowling y a algunos más que yo desconozco. La razón por la que escribimos historias con ellos no es por querer aprovecharnos ni por sacar algo de ello, es simplemente porque nos encantan los personajes y queremos formar parte de su mundo. Por ello, creo que no se merece ningún autor de fan fictions ser demandado por sus escritos sólo porque adora a los personajes y sus vidas en los libros. Que nuestra querida Rowling se lo tome como un halago a su trabajo.
NOTA DEL AUTOR: Bienvenidos queridos lectores. Antes de comenzar con esta aventura en la que me embarco por primera vez, quisiera dedicar este fict a mi querida amiga Zal y también a mis queridas autoras preferidas de ficts, Carla Gray y Lorien Lupin, gracias a las cuales me animé a escribir. También quería puntualizar que esta historia ocurriría en un mundo paralelo ya que en ella, a pesar de ser el sexto curso de Harry, Ron y Hermione en Hogwarts, Voldemort no surgió en cuarto curso y el quinto fue un curso normal (odio ese libro). Costará un poco encajar la historia como sexto año en Hogwarts pero bueno, es lo que menos importa. Espero que os guste mucho con mis mejores deseos.
Alonning presenta su primera producción (grandes nervios azotan al autor durante el redoble de tambores):
EL VENENO MÁS MORTÍFERO
CAPÍTULO 1: UN DÍA HORRIBLE
Kings Cross es una estación bastante normal. Como en todas las estaciones de trenes en hora punta, se encontraba abarrotada de gente y sobretodo en un día como el de hoy, 1 de septiembre. El reloj que se situaba cerca del andén 9 marcaba prácticamente las 11 cuando una chica de casi 16 años (ya que los cumplía en ese mes) pasó como un rayo hacia el andén 10 con bastante dificultad debido a la gran muchedumbre que había en la estación. Llevaba un carrito con un baúl que tenía grabadas las iniciales HG y una cesta de mimbre de la cuál salía un maullido de indignación cada vez que la joven daba un giro brusco para evitar la colisión con alguien.
Sí, Kings Cross es una estación bastante normal...para la mayoría de la gente. La chica llegó frente al muro que separaba el andén 9 del 10 y sin siquiera mirar alrededor se dirigió directa a él. Cuando parecía que la colisión sería inmediata, la chica desapareció misteriosamente para segundos después sonar el reloj de la estación indicando que ya eran las 11 de la mañana. ¿Cómo era posible que aquella chica desapareciera sin dejar rastro? Eso era porque Kings Cross no era, al fin y la cabo, una estación tan...normal.
Hermione Granger apareció en el andén 9¾ escondido mágicamente tras el muro que separaba los andenes 9 y 10 en la estación de Kings Cross. Sin perder el ritmo de su frenética carrera se dirigió hacia la puerta más cercana al interior de la locomotora carmesí que saldría a las 11 en punto (y apenas faltaban segundos) hacia el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Introdujo su baúl y la cesta de mimbre en la que Crookshanks se debatía por salir y enseñarle, a base de arañazos, que la chica no podía tratarlo así (cosa imposible ya que la cesta estaba encantada precisamente para evitar eso) y justo cuando el reloj del andén 9¾ marcaba las 11 y el Expreso de Hogwarts arrancaba, Hermione saltó dentro del vagón y cerró la puerta.
-Vaya día que llevo-se quejó la chica para sí misma-. Primero me levanto tarde, luego no encontraba a Crookshanks por ninguna parte-en ese momento miró con enfado la cesta de mimbre y el gato pareció amedrentarse y dejó de quejarse, es decir, de maullar-, después mi ticket de tren desaparece, el coche de mis padres no funcionaba-seguía enumerando la chica, ahora con los dedos-, el autobús noctámbulo que no llegaba a la estación y el cobrador que no paraba de intentar ligar conmigo durante todo el viaje-esto lo dijo como diciendo "y encima con lo feo y estúpido que es"- y encima casi me trago a una familia entera con mi descontrolada carrera con el carrito.
-Lo cierto es que llevas un día horrible-dijo una voz en la puerta que daba al primer compartimento. De ella salió un chico alto de cabello rojo y con la cara llena de pecas seguido de otro, algo más bajo, de cabello oscuro e imposible de peinar, ojos verdes con gafas y una cicatriz con forma de rayo en la frente.
-Sí, Ron tiene razón, hoy no es tu día Hermione-dijo el chico de la cicatriz, el famosísimo Harry Potter.
-Que graciosos que sois-repuso la chica con ironía-. ¿Por qué no me ayudáis con esto, por favor?-Obviamente, esto también lo dijo con ironía ya que les lanzó el baúl a la cabeza mientras ellos se reían.
-No te enfades Hermione-dijo Ron tras el golpe recibido en la cabeza por el baúl. Los dos chicos estaban ahora tirados en el suelo del tren con el baúl por encima de ellos, aplastándoles.
-Es cierto, sólo fue un inocente saludo...-dijo Harry medio mareado.
-¿Creéis que estoy enfadada?-dijo la chica mientras se reía a carcajada limpia. Mientras ellos intentaban levantarse del suelo, ella caminaba hacia el compartimento del vagón con la cesta de Crookshanks entre los brazos.
Hermione entró en el compartimento. Junto a la ventana se encontraban las jaulas de Hedwig, la lechuza de Harry, y Pig, la lechuza de Ron. Ambas se giraron hacia la puerta al ver que se abría y ulularon al ver entrar a Hermione (por supuesto Pig más que ulular montó una fiesta en su jaula con estridentes pitidos y rápidos revoloteos). La chica se sentó cerca de la puerta y quitó el encantamiento de la cesta de Crookshanks para que éste pudiera salir un poco. El gato dio un paseo por el compartimento antes de acomodarse en un rincón de los asientos a echarse la siesta. En ese momento llegaron Harry y Ron cargando con el baúl de Hermione que dejaron en los estantes superiores junto con los suyos y se sentaron frente a la chica.
-¿Qué tal el verano?-preguntó Hermione a pesar de ya saber más o menos como estaba todo vía lechuza.
-¿Cómo crees que puede ser un verano con los Dursley?-preguntó Harry como reprochándole algo obvio.
-¿Qué han hecho esta vez?-preguntó la chica.
-Han vuelto a poner a dieta a mi primo Dudley-dijo Harry amargamente- y por lo tanto todos hemos hecho dieta, yo más que nadie.
-¿Pero no había terminado con eso el año pasado?-dijo Hermione-Dijiste que ya había terminado con su dieta porque ya estaba bien.
-Sí –contestó Ron-. Al parecer cuando terminó con la dieta a base de frutas comenzó una nueva dieta a base de chocolate, bollos y todo tipo de dulces con lo que la dieta anterior se fue al traste en pocos días.
-Y tuvo que comenzar de nuevo con la dieta para recuperar "la línea"-dijo sarcásticamente Harry-. He pasado más hambre...Menos mal que conseguí que Ron me enviara comida con las lechuzas.
-Sí, aunque Errol siempre la llevaba toda hecha un destrozo (ya sabes que es un desastre)-agregó Ron- y Pig con tanto revoloteo se le caía con mucha frecuencia.
-Vaya verano entonces.-dijo Hermione.
-Bueno-continuó Harry-, después pasé las últimas semanas con los Weasley y todo fue mucho mejor.
-Nos pasamos los días jugando al quidditch o en la tienda de los gemelos-añadió Ron.-Están teniendo un éxito aplastante. Allí vimos a más de medio Hogwarts en apenas unas horas comprando todo tipo de artilugios. Fred y George han aumentado considerablemente sus productos y con ello sus ventas.
Hermione puso cara de "no se como pueden ganarse la vida vendiendo artilugios destructores". Entonces añadió:
-¿Y cuáles son sus nuevos artículos de broma?
-Pues...-comenzó Ron, pero entonces se calló cuando la puerta del compartimento se abrió bruscamente y aparecieron en el umbral las tres personas con las que ellos no querrían cruzarse nunca más: Draco Malfoy y sus "matones", Crabbe y Goyle.
-Vaya-dijo el chico rubio platino. Había crecido bastante durante ese verano y parecía venir con ganas de fastidiar hasta la extenuación. Sus amigos también habían crecido pero no del mismo modo sino más bien hacia los lados.-, pero si son las altas dignidades del club de fans de San Potter y el propio San Potter en persona. Que gran honor tenemos, chicos.
Como era de esperar, Harry y Ron se pusieron en pie en el mismísimo instante en que Malfoy entró en el compartimento y de un humor no muy bueno. En cambio, Hermione apenas se inmutó y delicadamente dirigió su mirada hacia los antipáticos visitantes.
-Muérete Malfoy.-dijo Hermione sin haberle visto todavía.
-Cállate, asquerosa Sangre Sucia.-dijo el chico con un odio casi palpable. Por alguna razón estaba más que cabreado.
Harry y Ron prácticamente se le tiran encima para descuartizarle sin haber hablado siquiera todavía, pero Hermione, con extrema tranquilidad, les dijo con un gesto que se sentaran, que ella se las apañaría. Estaba más que harta se ese niñato engreído que se cree superior al resto todo el día con la maldita tontería de "Sangre Sucia! Sangre Sucia!". Ahora se iba a enterar. Giró la cabeza para mirar al estúpido niñato para decirle unas cuantas cosas cuando...
No pudo hablar. No, no pudo porque estuviera hechizada para no poder hablar. ¿O sí? No, ¿que era eso que sentía? ¿Qué...? Se quedó estupefacta observando a Malfoy sin poder quitarle la mirada de encima. De su pelo, de sus ojos, de su cara, de...todo.
"Hermione" se reprendió mentalmente "¿Qué haces? Reacciona. Ibas a dejarle claras unas cuantas cosas a ese ingrato. Hermione! Despierta!". Pero ella seguía como en trance hasta que oyó que alguien la llamaba.
-¿Hermione, te pasa algo?-dijo Ron al ver a la chica totalmente empanada.
Hermione reaccionó por fin y durante unos segundos se quedó pensativa y cabizbaja hasta que cayó en la cuenta de que todos esperaban su ajuste de cuentas, incluso el propio Malfoy estaba esperando. Así que con un ágil movimiento sacó su varita y apuntando a Malfoy dijo:
-¡Tribalum!-exclamó mientras de su varita salieron tres rayos de luz verde que se entrecruzaban hasta que llegaron hasta los Slytherins y se distribuyeron uno para cada uno de ellos y los rodearon en un destello verde hasta que la luz se disipó, dejando un paisaje que provocó las carcajadas de Harry y Ron. Malfoy, Crabbe y Goyle habían sido envueltos por lianas y no podían moverse. Su piel se había vuelto verdosa y su cabello se había convertido en un trébol de cuatro hojas que les daba un aspecto muy ridículo. Tras esto, la gente de los compartimentos cercanos comenzó a salir y conforme lo hacían empezaron a producirse carcajadas que llenaron todo el tren.
-Al menos tendréis mucha suerte-comentó Harry entre risas.
Pero, además de los tres chicos-trébol y todos los pertenecientes a su casa, había una persona más que no se rió, siquiera sonrió. Hermione seguía igual de pensativa que antes sin darle la menor importancia al espectáculo que estaba convirtiendo en un caos a todo el tren. Sólo prestó atención a los chicos-trébol cuando Malfoy dijo con gran odio:
-Te acordaras de ésta, Sangre Sucia.-La furia salía por todos los poros de la verdosa piel del chico y el odio por las hojas como si hiciera la fotosíntesis.
Ella se le quedó mirando de forma extraña como si le importara lo que le había dicho y al mismo tiempo le diera igual. Muy extraño.
Al poco tiempo, la gente se aburrió de ver a los chicos-trébol y volvieron a sus compartimentos aún riéndose. Entonces Harry y Ron salieron al pasillo y con un encantamiento repulsor mandaron a los Slytherins a la otra punta del tren. Cuando entraron, todavía riéndose, Harry preguntó a Hermione:
-¿Dónde has aprendido ese estupendo maleficio?-Hermione volvió a la realidad después de otra reflexiva sesión a saber donde y contestó.
-Durante el verano-dijo ella-. Hice un viaje con mis padres a distintas partes del mundo y aprendí algunos hechizos interesantes. Éste lo aprendí en Irlanda-respondió con su tono de "yo lo se y tú no"-. Además me compré distintos libros de encantamientos propios de los países y los estudié con lo que he reforzado mi repertorio de hechizos.
Harry y Ron pusieron cara de "no debimos preguntar" aunque después le pidieron los libros para aprender esos interesantes hechizos que podrían ayudarles, además de fastidiar a Malfoy.
Tiempo después, apareció la señora del carrito que lleva los dulces y compraron a montones: grageas Bertie Bott, ranas de chocolate, Meigas Fritas, pasteles de calabaza y tantos otros dulces que casi acabaron enfermos. También compraron chucherías lechuciles para Hedwig y Pig y una bola de lana hecha de caramelo para Crookshanks con la que se pasó todo el viaje jugueteando.
Pasaron el rato contando anécdotas de las vacaciones tales como cuando los gemelos Weasley probaron en Hermes (la lechuza de Percy) su nueva golosina crecepelo (la pobre lechuza quedó convertida en una bola de pelo que provocó que se le cayeran todas las plumas y para cuando Percy consiguió eliminar el vello rapándola, la pobre quedó sin plumas y no pudo volar durante dos semanas) o cuando Hermione realizó puenting mágico en las Catarátas del Niágara y se le enganchó la dooly (una serpiente endémica de la zona extremadamente elástica) en una roca en mitad de la cascada y casi la deja caer (con un Flipendo, Hermione destruyó la roca y pudo sobrevivir).
Se acercaba el momento de bajar del tren y los tres amigos se pusieron las túnicas de Gryffindor y Ron y Hermione las insignias de prefectos. Recogieron los dulces que sobraron y se prepararon para salir del tren. Los equipajes y las mascotas ya serían llevados a sus correspondientes lugares en el castillo.
Cuando el Expreso de Hogwarts comenzó a detenerse en la estación Hogsmeade, los alumnos salieron de sus compartimentos y formaron un río que se acercaba a las salidas del tren. Al salir, vieron a Hagrid como todos los años llamando a gritos a los alumnos nuevos de primer año para que hicieran el paseo en barca antes de llegar al castillo y ser seleccionados para las casas. Apenas le saludaron y fueron arrastrados por los alumnos que se dirigían hacia los coches sin caballos (aunque ellos ya sabían que eran thestrals).
De camino al castillo no intercambiaron ninguna palabra. Harry y Ron miraban a la nada pensando en sus cosas al igual que Hermione. "¿Por qué? ¿Por qué tuve esa reacción?" se preguntaba. Se quedó totalmente empanada mirando a Malfoy. Pero, ¿por qué? Llevaba todo el camino intentando adivinar que era lo que le había ocurrido sin llegar a una conclusión clara. "¿Qué me pasó?"
-Ya hemos llegado-comentó Harry, lo que hizo sacar a Hermione de sus pensamientos.
Los tres bajaron del carruaje y se dirigieron hacia la puerta del castillo, el que sería su hogar hasta final de curso. La imponente imagen del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería con todos sus torreones y sus luces les mantuvo retenidos unos segundos. Allí se respiraba magia.
Entraron y se dirigieron al Gran Comedor que como siempre estaba iluminado por cientos de velas que flotaban sobre los alumnos de las mesas de las cuatro casas y sobre la mesa de los profesores. Allí, en el centro de la mesa estaba el profesor Dumbledore, director del colegio desde hacía incontables años con su figura que imbuía respeto. A sus lados se hallaban los demás profesores: el profesor Flitwick de Encantamientos y jefe de la casa Ravenclaw; la profesora Sprout de Herbología y jefa de la casa Hufflepuff; el amadísimo profesor Snape, por supuesto de pociones y jefe de la casa Slytherin; el profesor Lupin de Defensa Contra las Artes Oscuras; la profesora Trelawney de adivinación...y así hasta completar la mesa. Faltaban dos profesores, por supuesto: Hagrid que enseñaba Cuidado de Criaturas Mágicas que ahora estaba con los alumnos de primero cruzando el lago y la profesora McGonagall de Transformaciones y jefa de la casa Gryffindor que estaría preparando la ceremonia de selección de los nuevos alumnos.
Se sentaron en la mesa de Gryffindor junto a sus compañeros de casa y comenzaron a hablar con ellos acerca de las vacaciones, el nuevo curso, etc. Allí estaban Neville Longbottom, Seamus Finningan, Dean Thomas, Parvati Patil, Lavender Brown,...Todos ellos habían llegado o llegaban tras ellos. Se sentaron y esperaron hasta que comenzara el banquete de bienvenida. Hermione en cambio no habló en todo el rato. Apenas saludó y se calló mirando entre la gente que entraba en el Gran Comedor.
-Está muy rara, ¿no crees?-comentó Harry a Ron en voz baja.
-Sí, yo creo que es por lo de Malfoy-contestó Ron-. Estúpido-dijo con rabia buscándole también entre la multitud-. Propongo que le hagamos alguna bromilla para que se le bajen los aires de superioridad.
-Tal vez tengas razón-contestó Harry-. Alguna broma que le fastidie mucho. Estoy harto de él.
-Ya pensaremos algo-dijo Ron-. Ya empieza la selección.
Los alumnos de primer año entraron en el Gran Comedor en fila pasando entre las mesas y se dirigieron hasta que quedaron frente a la mesa de profesores donde los esperaba la profesora McGonagall con el Sombrero Seleccionador mientras que Hagrid entró por una puerta disimuladamente (debido a su tamaño fue difícil) y se sentó en su lugar en la mesa de los profesores.
El Sombrero Seleccionador cantó su canción como todos los años cambiándola, por supuesto; con tanto tiempo para prepararla a lo largo del año siempre realizaba espectaculares actuaciones. Entonces dio comienzo la selección de los nuevos alumnos y cuando cada uno fue enviado a su casa correspondiente, Dumbledore dio paso al banquete y todos los alumnos se dispusieron a comer.
Como siempre aparecieron de la nada multitud de manjares en todas las mesas, transportados mágicamente desde las cocinas por los elfos domésticos del castillo. Harry y Ron, extremadamente hambrientos al igual que la mayoría de los alumnos, se pusieron a comer enseguida disfrutando de todas las exquisiteces que habían preparado los elfos para la cena de comienzo de curso. Sin embargo, Hermione apenas probaba bocado siempre absorta en sus cavilaciones.
A pesar de la algarabía reinante, la chica continuó callada durante toda la cena siendo infructuosos los intentos de Harry y Ron de animarla. Cuando encontró a Draco, que ya no tenía aspecto de trébol, se fijó en que éste de vez en cuando mandaba miradas de profundo odio hacia ella, tras lo cual apartaba la vista. No entendía lo ocurrido, ni por qué no era capaz de mirarle con el odio que siempre sentía hacia él. La situación de Hermione hizo que sus dos amigos se preocuparan aún más y vieran más apremiante que nunca la "broma" contra Malfoy.
Cuando acabó la cena, Dumbledore hizo los avisos de todos los años, especialmente dirigidos a los alumnos nuevos, y les dio las buenas noches con lo que los alumnos se marcharon del Gran Comedor cada uno hacia su respectiva Sala Común.
Ron y Hermione fueron informados por la profesora McGonagall de la contraseña del cuadro de la dama gorda y guiaron a los alumnos de Gryffindor a la Sala Común, sobretodo a los de primero, y les mostraron la contraseña (¡Bubotubérculo!). Tras esto, los tres amigos se reunieron de nuevo frente a las escaleras de los dormitorios antes de irse a dormir.
-Al final no fue un día tan malo, ¿no Hermione?-comentó Harry mientras se acercaban a las escaleras de los dormitorios.
La chica asintió distraídamente al igual que durante el resto del camino.
-Hermione, ¿te pasa algo?-preguntó Ron preocupado.
-No, nada-dijo ella-. Sólo que estoy muy cansada. Hasta mañana. Buenas noches.
-Buenas noches.-contestaron ellos sin saber que decir ante la reacción distraída de su amiga mientras ella subía a su dormitorio.
-Tenemos que hacer algo-dijeron los dos al unísono. Se miraron y subieron a sus dormitorios esperando que al día siguiente Hermione estuviera mejor.
Mientras Hermione subía las escaleras hacia su dormitorio y se preparaba para ir a dormir, pensó que aquel había sido uno de los peores días de su vida y que lo peor de todo había sido el encuentro con Malfoy. ¿Por qué había actuado de aquella manera?
Tras acostarse y reflexionar sobre ello durante un tiempo, cayó en un sueño intranquilo en el que tuvo sueños de tréboles y chicos de pelo rubio platino.
NOTA DEL AUTOR: Hasta aquí el primer capítulo de esta historia. Espero que os haya gustado (aunque hasta a mi me parece un poco rollo) esta presentación de la historia. Como ya sabéis la protagonista es Hermione, y Draco tiene mucho que ver en ella. Por favor os pido que me deis la paliza con los reviews porque si no recibo unos cuantos, mínimo diez, no subo el siguiente capi. Además, actualizaré, si se cumple lo de los reviews, mensualmente, lo digo para que lo tengáis en cuenta. He tenido que acabar adoptando estas medidas por propia experiencia.
Y EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO...
Las primeras clases en Hogwarts del 6º año del trío de amigos.
Harry y Ron planearan qué hacerle a Malfoy. Su "broma" está en marcha.
¿La venganza de Malfoy contra Hermione? ¿Llegará el momento de esa temida venganza?
¿Sabrá Hermione por qué tuvo esa extraña reacción o seguirá intentando hallar la respuesta?
Nos vemos en breve, ¿vale? Adiós!
Alon
