Prólogo.

Kratos y Pandora estarían caminando para salir del Laberinto. Kratos se pondría a pensar acerca de lo que dijo Cronos. "Cuando te llevaste la caja de Pandora, el miedo hizo presa a Zeus!".

No era común de él rebuscar en lo que dicen sus enemigos, pero algo le decía que era importante. Ante la última puerta. Kratos logra conectar los hechos, el poder que Atenea le pidió buscar, él ya lo tenía, fue el poder que el uso para matar a Ares. Los males del mundo que Atenea menciono podrían estar en dos lugares. El primero sería en la caja y el segundo seria en Zeus y el resto de dioses.

"Está vacía..." Dijo Kratos.

Pandora lo miro con intriga.

" La caja está vacía!" Vuelve a decir el fantasma de Esparta.

Pandora dice que eso no es posible. Kratos empieza a decirle a Pandora lo que ocurría. Hace años cuando abrió la caja de pandora, el absorbió el poder para matar a un dios. Sin embargo los males del mundo o seguían en la caja o los tenia Zeus dentro de él. A Pandora le cuesta creer eso hasta que ve el destello, la llama de la esperanza en los ojos de Kratos. Dado a que este sintió esperanza para Pandora, ya que ella no tendría que sacrificarse para abrir la caja.

Decidido a terminar con esto de una vez, Kratos le pide a Pandora que se ponga a salvo. Kratos llamaría a Atenea, esta aparecería, Kratos le preguntaría, si había alguna forma de enlazar todas las armas, magias, reliquias y armaduras que obtuvo a lo largo de su vida junto con su espíritu con su alma.

(Nota: En algunas culturas, el espíritu y el alma son dos cosas distintas. En God of War, por ejemplo, tras que Atlas perdiese su alma, este seguía consciente de lo que ocurría en la gran guerra.)

Atenea respondería sí. Había un método, un antiguo ritual que pocos conocían, el cual esto requería de algunos sacrificios de ciertas reliquias. Kratos le entregaría: La Tormenta de Hielo de Bóreas, el cáliz de Hera, el águila de Zeus, el casco de Hades, Los planos de Dédalo, El anillo de Hefesto, la hombrera de Heracles, la caracola de Poseidón y la liga de Afrodita.

Una vez entregados Atenea realiza el ritual. Una vez completado, Kratos prepararía para subir la gran cadena y enfrentar a Zeus. Pero antes Atenea le dice que alguien ha llegado para ayudarle.

"Hermano..." Dijo alguien atrás de Kratos.

Kratos al escuchar eso se da la vuelta, ve a su hermano menor Deimos quien había muerto a manos del dios de la muerte, Tanatos.

"Los espartanos jamás huyen!" Dice Deimos.

Atenea menciona que tras la muerte de Hades, todas las almas del inframundo eran libres. Debido a esto, Deimos pudo volver a la vida.

Ambos hermanos entrarían juntos a matar a Zeus. Los hermanos pelearían contra su padre a muerte, con Kratos usando todo el arsenal que habia obtenido derrotando a los olimpicos y Deimos usando la lanza y el escudo de Esparta.

Gaia intervendría para matarlos a los tres. Antes de intentarlo, Gaia menciona que nunca busco la muerte de los espartanos, pero ya no le dejaron más opciones. Zeus se burla de Gaia, diciendo que sin importar a quien hubiera escogido para iniciar la segunda titanomaquia, de igual forma la hubieran traicionado.

Gaia, furiosa por las palabras insolentes de Zeus empezaría a aplastar la rotonda donde los espartanos peleaban contra su padre. Sin embargo, todos lograron entrar en el agujero que había en el cuerpo de Gaia, el cual había sido provocado por el hipocampo de Poseidon.

La batalla de los hermanos contra su padre continuaría hasta que Kratos y Deimos clavasen la espada del olimpo en Zeus contra el corazón de Gaia. Kratos liberaría el poder de la esperanza para asegurarse de acabar con Zeus. Cuando Zeus muere, Gaia también lo hace y del cuerpo del antiguo señor del Olimpo sale una luz cegadora. De pronto, solo hubo oscuridad y después una enorme explosión cubriría el mundo, provocando su reinicio.

Al mundo le tomaría miles de años en recuperarse y debido a la enorme destrucción provocada por la muerte de los olímpicos, la geografía mundial cambio radicalmente.

El mundo, ahora llamado Remnant, era habitado por mortales mucho más fuerte que los que solían habitar en el mundo anterior. Pero esto conllevo a la proliferación de monstruos y seres que sean capaces de oprimirlos. Los Grimms, seres que se alimentaban del miedo de los mortales, con apariencias de bestias negras con cascos similares a un cráneo.

Pero ahora, nos centraremos en un pequeño pueblo, llamado "Esparta", nombrado así, en honor a unos escritos antiguos que lograron ser rescatados. Una mujer estaría dando a luz a su primer hijo.

"Vamos Calis! Solo un poco más." Decía la enfermera que estaba al lado de la mujer.

Calis, hizo un último esfuerzo, y dando así el nacimiento de su hijo, ella se sintió aliviada, pero pronto se preocuparía, pues el rostro del doctor congelo la habitación.

"Esto es... Estas son..." Recia el Doctor sin creer lo que veía.

"Que ocurre Doctor?" Pregunto la enfermera.

El doctor mostraría al bebe varón, quien tendría unas marcas de nacimiento muy peculiares. Una enorme marca roja en forma de tatuaje que empezaría en punta desde su mejilla izquierda e iría como una línea cada vez más gruesa hacia atrás de su cabeza pasando por su ojo. Al llegar a su espalda, esta se desviaría por su costado por la parte del abdomen para subir hasta su hombro izquierdo y terminaría en forma de espiral en su antebrazo izquierdo. También había otras dos en forma de cicatrices. Una enorme en su abdomen y otra que cubriría una porción de la parte derecha de la cara. Calis abriría los brazos para hacerle saber al doctor que quería verlo de más cerca. El doctor le entregaría a su hijo, entonces la enfermera y el Doctor se alejarían un poco.

"En todos mis años asistiendo partos, jamás vi unas marcas así." Dijo el Doctor.

"Se parecen al de unas estatuas antiguas" Respondió la Enfermera.

"Las de las antiguas civilizaciones?" Pregunto el Doctor.

"Si, creo que el nombre de la estatua era..." Respondía la enfermera pero sería interrumpida por Calis.

"Kratos..." Diría Calis sacando de su conversación al Doctor y la enfermera. El infante al oír lo dicho por su madre, soltaría un sonido de alegría, una risa.

"Perdone, Calis. ¿Qué dijo?" Pregunto el doctor.

"Ese es su nombre... Kratos" Respondió Calis.

"Ya veo ¿Por qué eligió ese nombre?" Dijo el Doctor, tratando de pensar que todo era una coincidencia.

"Fue idea de mi marido… Pero, no solo será así. Kratos Fárbauti. ¿Te gustan tus nombres?" Decía la mujer a su hijo, esperando que esta la entendiera.

El infante sonreiría al oír su nombre y extendería sus manos a su madre.

CASI 15 AÑOS DESPUÉS

Al pasar de los años Kratos creció como un chico normal. Era conocido en su pueblo por su ostentosa fuerza y singulares marcas. Que en un principio alteraron a todos, pero tras el nacimiento del hermano menor de este. Deimos, todos pensarían que era algo de familia, pues Deimos nacería con la misma marca roja.

El espartano de cabellos negros, iría como cualquier otro niño a la escuela. Muchos de años superiores intentaron intimidarlo, pero solo terminaban mordiendo el polvo por la fuerza del chico. Quien en poco tiempo, se hizo de un gran respeto, aunque este no se diese cuenta.

Para sorpresa del joven y casi una razón de infarto para su madre, Kratos recibió una solicitud para ir estudiar a la Academia Signal. Una institución dedicada a entrenar cazadores. Personas que se dedican a enfrentarse a los Grimms para la seguridad pública. Tras su llegada, tuvo que tomar dos exámenes para ver sus habilidades y conocimientos. El práctico logró pasarla, sin la necesidad de uso de algún arma. Basto únicamente con sus puños para poder pasar. Y el de conocimiento saco calificación perfecta. Ambos exámenes de ingreso dieron como resultado que se decidiera darle clases de forma privada por lo que Kratos carecería de amigos en Signal. Su única amistad era su tutor y profesor quien guio al joven como si de su propio hijo se tratase. El nombre de este hombre era Qrow Branwen. Hombre alto de cabello negro y ropas grises. Este hombre solía poner a Kratos a pruebas bastante duras, al menos para la mayoría de los chicos de la edad de Kratos, pero este podía realizarlos con mucha facilidad, casi parecía que le salía natural. También le brindaba armas de todo tipo para ver cuál sería la definitiva para él, pero el joven jamás se sintió cómodo con alguna. Tenía un don natural para manejar cualquier arma, pero la conversación era siempre la misma.

Qrow: Que tal esta?

Kratos: No está mal, pero siento que le falta algo...

Qrow: Otra vez? Porque no creas tu arma? Signal te brinda siempre los materiales para que crees la tuya.

Kratos.- Lo se Qrow. Pero no creo que pueda crear una si algún tipo no me convence.

El joven espartano de cabello negro, siempre tenía su chaqueta invernal negra, con el signo omega en su espalda y lambda en ambos brazos y mangas recogidas hasta los codos. Camiseta roja. Pantalón gris similar a unos jeans. Botas de combate negras. Este estilo en particular, se lograba combinar con muchas armas. Kratos había tratado con muchas, lanzas, espadas, arcos, pistolas, entre muchas otras. Incluida en ellas la de Qrow, una Guadaña francotiradora. Sin embargo, ninguna parecía concordar con los gustos del pelinegro. Pasaría un año desde que Kratos llego a Signal que Qrow comenzaría a desesperarse un poco, ya que su alumno estrella seguía sin arma fija. Había logrado matar Grimm con armas provisionales o a veces ni las usaba para acabar con esas bestias. Aunque no lo dijera, el hombre realmente se preocupara por su alumno.

La relación de ambos era de amistad más que de profesor-alumno. Qrow respetaba y siempre elogiaba la capacidad de adaptación del joven a muchas situaciones. Por su parte Kratos consideraba a Qrow como un gran amigo y camarada, aunque de vez en cuando le molestaba que este se refiriese a él como si fuera un niño pequeño, Kratos actualmente tenía 14 años, pero por su estatura, cualquiera diría que tuviese 17 o más.

Otro día de práctica llego, y otra vez, el pelinegro volvió a rechazar el arma. Esto comenzaba a volverse el pan de cada día.

Qrow: Que crees que necesita un arma para que te convenza?

Kratos: Creo que sería, que se sintiera parte de mí.

Qrow se reiría un poco por el comentario.

Kratos: Que pasa? He dicho algo gracioso?

Qrow: No, para nada. Solo que me recordaste a la menor de mis sobrinas.

Kratos: Me estas llamando infantil?

Qrow: Oye, que sepas que ella es mayor que tú por un par de meses. Hubieran sido compañeros de no ser por tus habilidades.

Kratos: Eso no quita el hecho de cómo me miras mientras dices eso.

Kratos notaba como Qrow lo miraba como si este fuera un niño pequeño. El chico siempre tomo esto como un insulto, siendo más alto que el resto de los chicos de su edad, más fuerte, entre otras cosas, al menos se merecía algo de respeto. Y cuando alguien lo miraba como si fuese alguien infantil, sin experiencia. Era como si le dijesen débil, un gran insulto hacia el.

Qrow: Bueno, se hace tarde. Porque no das un paseo por la ciudad y despejas tu mente?

Kratos: Bien, pero más te vale dejar de tratarme como si fuera un mocoso.

Kratos se retiraría mientras que Qrow solo miraría como este se iba.

Qrow: Es igual de necio que su padre. Maldito cuatro ojos, después de la muerte de él, te alejaste para mantenerlo a salvo y ahora, míralo. Ya está siguiendo tus pasos.

Entonces, una llamada le llegaría al hombre. Este sacaría su Scroll, para ver de quien era la llamada.

Qrow: Oh vaya, así que si lo estabas viendo.

Fin del prólogo.