La vista de Todoroki deja mucho que desear. Su percepción del mundo por parte de su ojo izquierdo es ligeramente borrosa, como si los bordes de las cosas fueran nebulosos, y de vez en cuando el ojo duele por razones desconocidas. El derecho está bien. Es decente pero no es maravilloso. Para leer, tiene que concentrarse más de lo normal. Los párrafos parecen desenfocados.

En cambio, el olfato de Shoto es muy bueno. Puede reconocer los aromas de cada persona con sólo respirar. Aunque Shoto tenga los ojos cerrados, puede adivinar quién está cerca si es que lo conoce, lo ha olido antes. Los aromas de la gente que ve día a día los tiene grabados en la cabeza, por eso, todos son diferentes para él.

Su mamá solía tener esencia a tulipanes y galletas recién horneadas. Ahora, a desinfectante y medicamentos. Su viejo, a madera chamuscada. All Might tiene un olor bastante particular, como a perfume masculino, a sangre y a sudor. Aizawa tiene un aroma a gatos y a café amargo. Nitroglicerina y picante, libros viejos y metal, golosinas. Bakugo, Iida, Uraraka. Viento y cuero. Inasa. Perfume de mujer y chocolates caros. Yaoyorozu.

Pero hay un olor que realmente le gusta. Izuku huele a sudor, pero tiene un toque de dulce, como galletas. Hasta él sabe que es raro que compare el olor de un amigo con galletas, igual como el que solía tener su madre. Pero de verdad Izuku tiene ese aroma, y a veces tiene esencia como a champú de bebé, al igual que si comprara su champú en una tienda de productos para recién nacidos. Shoto a veces siente ganas de poner su nariz en los rizos de Midoriya solamente para comprobar que huele así.

Pero hay momentos donde Izuku huele a sangre y a lágrimas. Y a Shoto se le aprieta el corazón, la garganta se le cierra, y se siente impotente. Como aquella ocasión donde Bakugo fue secuestrado delante de los ojos de todos sin nadie que pudiera hacer algo. El grito de dolor, de angustia, como si estuviera muriendo, que salió de la boca de Midoriya fue lo que terminó de agrietar el corazón de Shoto. No le gustaba ver así a Izuku. No era justo. Él era demasiado bueno para oler a sangre y sufrir tanto. Por eso, siente un pequeño placer cada vez que Midoriya tiene su olor natural, su distintivo. Como si todo estuviera en paz con el universo, como si todo estuviera en el orden correcto.

Él está satisfecho con sólo saber que Izuku llega oliendo a galletas y bebés y sudor, porque para Shoto respirar es mucho más fácil cuando Midoriya está cerca. Todo es mucho más fácil si Midoriya está cerca, aunque el ardor consuma a Shoto de arriba a abajo, como si su lado izquierdo se encendiera por eso. Pero no es así. No lo hace. Pero así se siente.

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Notas de autora: ¿de dónde salió esto? de mi obsesión con los olores, pues claro, aunque mi olfato sea una reverenda mierdecilla pero qué importa, puedo volver el asunto a gay y estamos todos bien.

(¿Pueden creer que me tomó años encontrar un título adecuado? Mi beta Natch me sugirió "el olor del amor" y yo me burlé de ella, aunque estoy convencida que sería mejor que la basura de título que he puesto ahora JAJSJAJS)