—Seré directa: me enamoré de ti.
»Yo, Mc, estoy loca, perdida y completamente enamorada de ti, Saeyoung Choi.
Enamorada de tus bromas pesadas, enamorada de tus extravagantes lentes, enamorada de tu obsesión con las Honey Buddha Chips, enamorada de tus defectos e inseguridades, de tu sonrisa, del dulce sonrojo que invade tus mejillas cuando te robo un beso, de tus pucheros y tus regaños, de tus locuras y tus asfixiantes abrazos de diez minutos de duración, de la calidez que emana tu cuerpo, de tu sencilla presencia.
No sé en qué momento sucedió, no estoy del todo segura de en qué momento mi pulso comenzó a acelerarse al verte en línea, tampoco sé cuándo mi corazón comenzó a saltarse latidos por ti, o en qué momento mi cuerpo comenzó a estremecerse al sorprenderme con tus bromas directamente susurradas a mi oído. No sé desde cuándo tu sonrisa evoca a la mía, tampoco sé decirte en qué momento tu felicidad se convirtió en la mía. Sólo sé que sin tu sentido del humor, sin tus extravagantes disfraces, sin tus locuras e hiperactiva personalidad mi vida no volvería a ser la misma jamás, sin ti... no soy nada.
Debo admitir que en un principio el perder la apuesta contra ti al no lograr ingerir la décima octava bolsa de Honey Buddha Chips, la idea de declararme de nuevo, esta vez en frente de una multitud, me puso un poco de los nervios, pero ahora, frente a toda esta gente, me doy cuenta de que no es suficiente, de que esto ha dejado de ser una apuesta, porque por mi propia voluntad quiero que todo el mundo se entere de esto, queridos invitados, miembros de la RFA, quienes son como mi segunda familia, renombrados reporteros y, sobre todo tú, Saeyoung Choi: estoy enamorada de ti, y jamás dejaré de estarlo, incluso si tú dejarás de corresponder a mis sentimientos-«
Y entonces sé que ha llegado el momento, el de responder a aquella propuesta ya olvidada, la que me dijiste a modo de broma hace dos años, antes incluso de la primer fiesta, dejo a todos confundidos, genero murmullos, todos de personas que seguramente no se han dado a la tarea de aprender árabe sólo para poder ayudar a practicar a su novio, pero estoy satisfecha al observar como la felicidad y un profundo sonrojo lo iluminan a él, y sólo a él, que me devuelve la mirada cristalizada con una dulce sonrisa tirando de sus labios.
-أنت وأنا ، لنلتقي على المحطة الفضائية-
"—Tú y yo, casemonos en la estación espacial—", con esas palabras finalicé mi discurso para la segunda fiesta de la RFA, con el rostro totalmente sonrojado, señalando al que en poco meses se convertiría en mi esposo, y otros tantos meses después, en el padre de mis hijos.
