Dreamer Soul Pirates

Prólogo…

Oro, fama, poder…todo lo tuvo aquel llamado el "Rey de los Piratas", Monkey D. Luffy…

Han pasado 20 largos años…Un día Monkey D. Luffy se coronó cono el Rey de los piratas, lo había cumplido…su sueño y el de sus nakama. Pero la felicidad no dura para siempre…Monkey D. Luffy al derrotar al Yonkou Kurohige en Raftel encontró el One Piece, pero al ser emboscados por la marina que había derrotado al ejercito revolucionario en la mas grande y atroz guerra en la historia no pudieron ni él ni su tripulación hacer algo…poco tiempo lucho al lado de sus nakama dándoles el adiós definitivo, ya que se entrego para que ellos escapar…Al poco tiempo de haber sido capturado lo enviaron al mismo lugar donde el Anterior Rey de los Piratas Gol D. Roller había sido ejecutado, dejándonos unas palabras que pasarían a ser historia; "El One Piece, eh? Lo deje todo en ese lugar, salid a buscarlo, y no olviden cumplir su sueño! Shishishi". Pero ni esas palabras tan importantes les quito el miedo a los tiempos que seguimos viviendo día con día...

Ahora el nuevo mundo ha cambiado...las personas ya no sueñan...el gobierno mundial se alzó sobre todo…la gente vive con miedo…todo se acabó…

El destino ya ha escrito el pasado y así seguirá el futuro si se permite…pero hay una esperanza…¿La hay?...Si, y esa esperanza crece como las llamas que arden por no extinguirse en el olvido, la misma que impulsa a todo sueño ser cumplido, la misma que tu tienes para lograrlo…¿Te unirías?

Fin del Prologo.

Capitulo 1: This is the begining.

Las explosiones se escuchaban por toda la Isla de WarHouse, los gritos de los civiles y de los guerreros eran desgarradores…

- ¡Por favor que alguien nos ayude! - Gritaba una madre desesperada al tener entre sus brazos a su hijo herido por la batalla en la que estaban incluidos en contra de su voluntad.

- ¡Auxilio/Socorro/Por favor paren! - Es lo que seguía gritando la gente sin ser escuchados.

La batalla en la cual se estaban envolviendo era nada mas y nada menos que por conquistar el territorio de WarHouse, una isla en la que se situaba una gran organización criminal. La batalla ya llevaba meses y parecía durar para mucho mas. La mayor parte de la población en aquella pequeña isla estaba finada. Los últimos sobrevivientes ya empezaban a sentir el hambre, la sed y el final de sus esperanzas de que puedan sobrevivir a aquella monstruosa batalla.

- ¡MAMA! ¡PAPA! - Es lo que se escuchaba entre aquellos miles de soldados en su lucha hasta la muerte. - ¿¡DONDE ESTAN!? - Quien gritaba por sus padres no era mas que un niño de 7 años asustado por lo que estaba pasando.

Aquel niño tenia un peculiar cabello de color rojo intenso y unos brillantes ojos color esmeralda. Vestía con unos pantalones cortos y una camisa amarilla que tenia pintada una línea negra horizontal, además de unas sandalias. Sin duda lucia como un joven inocente y lleno de promesas. Pero la vida es injusta, y aquel chiquillo estaba a punto de aprenderlo.

- ¿Mama?... - Lo que veían sus ojos era horrible, un soldado estaba golpeando múltiples veces, la cabeza de su madre ya inerte en el suelo. - ¡DESGRACIADOOO! - Aquel chico se arrojó en un ataque de furia hacia el hombre que apaleaba a su madre. Rápidamente lanzo un puñetazo pero el soldado ni se inmuto al ser golpeado en el rostro, este sin embargo se molesto y le dio un rodillazo en el estómago dejándolo retorciéndose en el suelo. - ¡Sucia alimaña!, ¿Cómo te atreves a levantarle la mano a un miembro de "Diablo's Rage"? -

Aquel tipo no perdió el tiempo y empezó a patearle, mientras el niño seguía llorando ahora tanto de dolor como de ira y tristeza. Lo siguiente que paso, ni el niño ni su agresor lo vieron venir. Algo caía del cielo, cada vez se acercaba más al punto de conflicto. En un instante aquel objeto dejo el cielo para estar en el suelo completando su aterrizaje, y esto su vez causaba una onda de choque así acabando con la lucha pues destruyó la isla. - Creo que me excedí un poco, je. - Decía la bella mujer mientras soltaba una risa nerviosa y se rascaba la nuca.

Ahora lo único que quedaba de la isla era una pequeña porción de tierra en la que sólo cabía ella. - Al menos no quedaba ningún inocente… - Se dijo triste al no haberse enterado antes de esta "pequeña" guerra y haber llegado para salvar a los civiles. - Bien, es hora de ir a casa…- - ¡ALTO AHÍ, CABRONA! - Es lo que gritaba alguien a lo lejos. La mujer rápidamente se giro con una vena en la frente molesta por el insulto, pero la rabia disminuyo al ver a un niño completamente lastimado y con su ropa desgarrada haciendo esfuerzos que ya no tenia por nadar hacia donde estaba ella. - ¡SI TE HABLO A TI, CABRONAZA! -

El niño de pelo rojo finalmente llegó a donde estaba ella y empezó a darle puñetazos mas débiles de lo normal en la rodilla ya que este estaba demasiado dañado y fatigado para cambiar su posición de rodillas al suelo que estas estaban en menos e la mitad de la porción de tierra que quedó. - ¿Por qué destruiste mi casa y a mi familia?... - Es lo que preguntaba el niño sollozando sin dejar de golpearla.

- Eres muy valiente al hacer eso a una persona tan fuerte como yo, y muy suertudo al sobrevivir. - Decía la mujer fríamente. - Devuelvelos… Devuelve a mis padres s-si eres t-tan fuerte… - Aquel chiquillo ya sin fuerzas se derrumbo en la pierna de esta mujer abrazándose de ella y rompiéndose a sollozar dura y amargamente. La mujer parecía ser fría pero un nudo en la garganta se le estaba formando y las ganas de abrazar a aquel niño para consolarlo creciendo.

- Ser fuerte no significa eso, tus padres están muertos, ¡aceptalo! - Dijo la mujer duramente hacia el joven librándose de su abrazo y lista para marcharse. - Por favor no te vayas… - Fue lo ultimo que dijo el pelirrojo de rodillas con las manos en el suelo y la cabeza agachada mientras sus lágrimas le recorrían la cara completamente. - Por que debería quedarme? -Pregunto esta sin voltearse. - Entonces lleva me contigo… - Imploró mas de lo que ya lo había hecho. - - Por que debería llevarte conmigo? Eres un niño debilucho que no puede ni salvar a sus padres, me serías inútil. - Estaba a punto de irse.

- ¡ESPERA! - El grito que dio aquel niño ya no era un grito triste y desesperado, ahora era un grito de coraje y determinación, haciéndolo parecer alguien completamente diferente. - ¡T-tal vez sea solo un niño, t-tal vez sea un debilucho, tal vez no pueda proteger a nadie! ¡Y talvez tu seas un millón de veces mas fuerte que yo! Pero si vuelves a mencionar a mis padres de esa manera… ¡TE PATEARE EL TRASERO! - Este ultimo grito hizo que la mujer girara sobre sus talones y confrontara al chico con una pequeña sonrisa ladina en su rostro. - ¿Si te dieran el poder para vencer a quien sea, que es lo que harías? - Pregunto la mujer de pronto.

- ¿Eh? - Fue lo único que respondió el pequeño pelirrojo confundido por la pregunta tan espontánea. - Solo lo repetiré una vez mas, Si te dieran el poder para vencer a quien sea, ¿Qué harías?- Preguntó la mujer aun firme. - Si me dieran… Yo… Yo… ¡Yo le rompería la cara a la gente mala! ¡YO NO DEJARIA QUE LE PASE A LOS DEMAS LO QUE A MI! Protegería a mis seres queridos y… ¡Te patearía el TRASERO! - Gritó emocionalmente dejándose llevar por la pregunta. - Bien dicho… - El pequeño niño ya no supo que pasó, aquella mujer lo noqueo con un puñetazo en el estomago y lo tomó en brazos. - Tu destino y el mío han cambiado por esas palabras tuyas… - Entonces la mujer por fin dejó lo que quedaba de la isla y salto tan fuerte que parecía que volaba por los aires. Y por primera vez llevaba a alguien con ella.


¿D-donde estoy?... - El niño se había despierto, y ahora estaba en un lugar completamente distinto. - Estas en mi casa, siéntete honrado. - La voz hizo que se sobresalte se y volteara a donde provenía la voz. Esa voz pertenecía a ella, la mujer que apareció en su hogar al cual ahora estaba hecho añicos. El recordar todo lo acontecido lo hizo sentir muy mal, ahora sus padres y sus amigos ya no estaban, estaba consciente de eso.

- No estés triste. - El chico nuevamente se sorprendió al ver los intentos de aquella fuerte mujer intentando hacerlo sentir mejor. - Tus padres y amigos ya pueden descansar en paz… -

Eso ultimo provoco que él sonriera y se sintiera mejor pero eso no evito que este volviera a derramar lágrimas de tristeza. - Ahora, ¿Qué va a pasar conmigo? - Fue lo ultimo que preguntó. - Te diré que va a pasar contigo. Te quedaras aquí y yo me encargare de tu formación para que puedas ser fuerte. - Eso sorprendió al chiquillo, no se esperaba que una mujer que acababa de conocer le dijera algo así. - No te creas tan especial, es solo algo que es beneficioso para mí. Pero primero que nada, ¿Cuál es tu nombre? - - E-e-e…Elrick, Walker D. Elrick. - Dijo sin más. - ¿Y cual es el tuyo, vieja? -

Tan rápido como la luz la mujer se situó enfrente del niño y le dio un golpe en la cabeza que le dolió hasta los pies. - ¿¡Por que has hecho eso anciana?! - Y otro más - ¡Bruja! - Y otro. - Señorita. - El chico ya estaba sentado con los pies juntos y la cabeza agachada en forma de respeto y con tres enormes hinchazones, mientras que la mujer sacudía su puño para acabar con el humo que salían de sus nudillos. - Espero que eso te enseñe a respetar, de ahora en adelante me dirás sensei. - Dijo mientras se daba la vuelta. Entonces el chico empezó a inspeccionarla y se dio cuenta de algo… Esa mujer no era nada normal.

La bella mujer tenia el cabello negro corto hasta los hombros pero lo hacia lucir salvaje, no era alta pero tampoco baja, y sus ojos eran de un increíble color topacio. Sus ropas eran o muy raras o muy extravagantes, se vestía con un traje muy corto de color blanco y amarillo, sus piernas estarían en total descubierto de no ser por las mallas negras y unas botas que le llegaban hasta la rodilla del mismo color que el traje… ¿Y eso era una capa? Lo era, y de color amarillo.

Ella dijo al sentir su miraa - Mikako. - El niño detuvo su inspección y volvió a mirar a la mujer a los ojos. - Mi nombre es Mikako. - Suspiró. - Ahora vamos, no debemos perder ni un solo segundo de entrenamiento. - Ella ya estaba saliendo cuando escucho el rugir de un estomago. - Vaya, vaya, alguien tiene hambre. - Al decir aquella frase la mujer soltó una poderosa risa contagiosa, solo que Elrick no lo veía así. - ¡Callate! - Dijo molesto pero el oír el estomago de Mikako hacer ruidos también provoco que este se riera y la mujer ahora fuera la molesta. - Vamos a comer de una vez… - Saliendo por fin de la habitación con Elrick siguiéndola.


10 años después…

Isla kawawaka, al sur. Villa NewOrange

- ¿¡Oioioi que haces?! - Exigía un señor de edad avanzada a un chico que se estaba comiendo todo de su puesto de frutas y verduras. - ¿¡Qué te pasa viejo?! ¡Te dije que lo pagaría! - Aquel que contesto era un peculiar chico que no aparentaba mas de 16 años. - ¡Ya te lo dije! - ¡No me importa estas espantando a mis clientes! - El viejo ya estaba furioso.

- ¡Esta bien! Solo…- Sin perder el tiempo el joven pelirrojo se lleno los bolsillos de frutas y empezó a correr sin haber pagado lo que se comió. - ¿Qué? ¡Atrapenlo! ¡Al ladrón! - Comenzó a gritar en anciano al ver que no podría atraparlo. - Chico rebelde… - Dijo para finalizar mientras una sonrisa ladina se formaba en su rostro. - Me recuerdas tanto a mi de joven… -

En el puerto de la misma villa…

Ahora se podía ver al mismo joven saltar hasta un pequeño bote mientras escapaba de la ley. - ¡Maldición! ¡maldición! ¡maldición! - Repetía por estarse tardando tanto. - ¡SI! - Gritó al salir disparado junto a su bote al inmenso mar azul. - Bien,1. abastecerse de comida. ¡listo! 2. Conseguir bote. ¡listo! -

En el puerto…

- ¿¡Donde coño esta MI BOTE!? - Gritaba un hombre al no encontrar lo que le pertenecía.

De regreso al mar…

- ¡Hihahaha! - Reía el joven. - Bien, y número 3… Conseguir mi tripulación… En proceso. - Dijo mientras miraba hacia el horizonte y una gran sonrisa aparecia en su rostro mientras su cabello pelirrojo tapaba sus ojos.