Hola, hace mucho que no ando por acá. Por eso decidí, escribir esto.
Espero que les guste. Dejen sus reviews por favor, me dan fuerza para seguir escribiendo. Solo serán 2 capitulos.
Declaimer:
Bleach NO es mío, Tite Kubo no me lo quiere dar :/
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*~ Gothic Prince ~*
I
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Tenía miedo, mucho miedo. El terror le recorría cada poro y vena de su cuerpo, estaba temblando como un pudin, el pánico la hacía quedarse clavada en el suelo como si fuera grilletes pesados que no la dejaban huir. Pero lo que más le daba temor eran esas esmeraldas casi sin vida que la miraban fijamente, de arriba abajo, escaneándola sin pudor alguno.
Era su compañero de instituto quien la miraba de esa forma.
Ser la compañera de banco de un chico tan oscuro era tenebroso, sobre todo si ese chico era el siempre estoico y taciturno Ulquiorra Cifer. Era muy conocido por su personalidad fría y calculadora, sin mencionar esas facciones blancas y elegantes, espeso cabello negro un poco despeinado, con un mechón bifurcado sobre su perfilada nariz. Era muy popular entre las alumnas, pero nadie se le acercaba, lo conocían como Gothic Prince. Era guapo, pero daba un aire sombrío estar junto a él. Podría suponer que así eran los demonios. Sin embargo al contrario de lo que sus naturales instintos de auto-preservación le dictaban, se encontraba en una encrucijada por dentro de su propia mente, el terror que él le daba y la paradójica fascinación que tenia hacia ese demonio, le ponían en un total predicamento en ese momento. De haber estado en un salón vacio recogiendo sus cosas para ir a casa, pasó a estar en una sala sin luz, la cual se había ido por el horrible clima que se desato al paso del día escolar, encerrada con el principal protagonista de sus pesadillas.
Ulquiorra siempre le dio miedo, parecía ser la clase de persona a la que le arrancaron el corazón y te podría quitar la vida en el preciso instante en que lo molestaras, como esos villanos de los mangas que solía leer, no tenía una razón clara del porque le temía, desde el momento en que sus ojos se cruzaron por vez primera hacia bastante tiempo, ese sentimiento la acosó y la personalidad tan extraña del chico no ayudaba en nada, siempre tan alejado de todos, metido en complicados e intrínsecos libros de cosas paranormales, gustos completamente diferentes de la idea que te hacías al verle, un vocabulario casi nulo, no por falta de educación sino de interés en su interlocutor, hábitos completamente insólitos y rozando lo oscuro, prácticamente describía a un diablo, pero a pesar de todo eso, una parte de ella estaba perdidamente interesada en él. Tan callado y sereno como la muerte misma esperando llevarse tu alma al purgatorio, tan bello y misterioso como un ángel caído destrozando sus inanimadas alas manchadas por el pecado, era el misterio más llamativo y peligroso que se dedicaba a tentarla día tras día para resolverlo.
La cuestión en ese momento no era nada de lo anterior, sino lo que la había orillado a su actual aterradora situación. Podría haber una y mil razones, pero la única cosa por la cual ese demonio la miraba tan fijamente como si estuviera planeando acabar con su vida, era por el conjunto de hojas que la delgada y voluptuosa pelinaranja tenía entre sus dedos.
Así es, Inoue Orihime había descubierto el mayor secreto del Gothic Prince del instituto.
Era el autor de una famosísima novela de terror con tintes románticos y retorcidos, de la cual millones eran fans en todo el país. "Shi No Kokoro" incluso ella misma la había leído y era una fiel seguidora de la saga. El detalle era, que el romance que se describía rozaba el contexto sexual entre un par de estudiantes que resolvían casos relacionados con entidades tenebrosas. En otras palabras un genero completamente maduro para un chico de apenas 15 años.
—Mujer-pronunció Ulquiorra con una voz grave y que la envolvía de cierta forma amenazante -. Eso es mío-apuntó el escrito.
—Lo siento-susurró pasmada.
—¿Lo leíste?-preguntó al tiempo que se lo quitaba de las manos.
—Yo…- las palabras no le salían.
—Contesta de una vez-ordenó clavándole los ojos.
—Si-calló de golpe. El cuerpo se le estremecía del miedo.
—¿Comprendes que no puedes decir ni una sola palabra de lo que has leído, cierto?-inquirió acercándose para acorralarla. La ojicastaña retrocedió un par de pasos, hasta que su espalda chocó contra el marco de la ventana cerrada, donde el panorama de afuera desvelaba una pronta tempestad de relámpagos.
—Sí.
—No confió en ti mujer-estrechó la mirada y alzó una de sus manos, sus largos dedos blancos acariciaron los labios de la chica, haciéndola respingar de la sorpresa y el horror -. ¿Debería cocerte la boca para estar seguros?-pensó en voz alta.
—No diré nada, lo juro-chilló asustada.
—Por supuesto que no lo harás-sentenció serio-. Has leído un borrador inédito, actualmente eres peligrosa para mi trabajo-pronunció-. No puedo ser tan diligente y dejarte ir con solo una vana promesa.
—¿Qué?
—Dejare un recordatorio, una marca que te hará recordar día tras día que tu silencio debe ser mantenido –musitó contra su oreja -. Rómpelo y morirás- amenazó inclinándose, la pelinarajan contuvo la respiración cuando sus labios chocaron contra la erizada piel de su yugular. Sintió una succión, como si le quisiera arrancar la piel de esa área con su boca, se dio cuenta de lo que esa acción era realmente.
—¡¿Qué haces?!-exclamó aterrada mientras chocaba aun mas contra el frio cristal, el moreno no le contesto en cambio atacó otra parte de su cuello -. Ulquiorra-san…- la voz le tembló al igual que las rodillas -. Pará…-un hilo de voz suprimió el ligero quejido. Se sentía raro, como un calor naciendo en ella.
—Ya no puedes escapar. Cada vez que la marca desaparezca la hare de nuevo, no hay objeción mujer-dijo mientras se alejaba y dejaba a la chica inhabilitada para moverse.
—¿Por qué?-murmuró a punto de llorar.
—Confiar en los demás es la debilidad del humano, ser cegados por las promesas que nacen en momentos de extenuación, no es más que el contrato de la muerte- recitó mirándola por el rabillo del ojo.
—Te equivocas-espetó con las cuerdas vocales vibrándole -. Las promesas nacen del corazón.
—El corazón no es más que una blasfemia de la razón, una excusa para justificar el error de la propia naturaleza. ¿Realmente crees en él? Lo que llamamos corazón no es más que un órgano al que se le arraigan sentimientos nacidos del pensamiento- explicó.
—No, es lo que piensas realmente-dijo.
—Tú no puedes decir lo que pienso o no.
—He leído tus libros, todos. Siempre has dejado en claro la existencia del corazón. ¿Por qué decir lo contrario?-cuestionó.
—Veo que eres inteligente mujer-sonrió de lado, Orihime creyó que el corazón pararía de latirle en ese momento, su miedo había desaparecido dejando paso a esa parte de ella que estaba hechizada con él -. Descúbrelo, si puedes-retó caminado hacia la puerta -. Pero recuerda, te estaré vigilando.
—Lo hare-asintió. No sabía cómo habían acabado de ese modo. Se tocó la "marca" de Ulquiorra, aun estaba caliente, su mente aun no comprendía el resultado de todo. Solo estaba segura de una cosa…
Ese demonio la había capturado en ese misterio, lo descubriría, descubriría las verdaderas creencias de Ulquiorra respecto al corazón. Estaba abrumadoramente emocionada por ello.
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Continuara
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Hola chicas REGRESE XD Aunque es solo un two-shot, ya extrañaba a horrores a este adorable par.
Espero que haya sido de su interés.
Dejen sus comentarios.
Nos vemos en el siguiente.
Akari se despide.
Yanne!
