Los personajes de Naruto no me pertenecen son propiedad de su respectivo autor. Solamente la trama de la historia me pertenece.


Primavera dulce

1. El comienzo de todo

Se escuchaba el cantar de los pájaros acompañado de los sonidos naturales del ambiente, típica escena de película llena de alegría y paz. Pero para mi desgracia no era así, lo odiaba por lo mucho que he llegado a amar esta época del año, que según mi madre es la mejor y más romántica, debido que se supone que va acompañada del renacer de las plantas y nueva aparición de todo en el medio, llenándose de color y vida, como tal vez se imaginen, me refiero a la primavera.

Siempre he amado el invierno debido a su apariencia, los tonos grises, el frió estremecedor, bueno para que mencionar todo, si me gusta en su totalidad. Pero por culpa de cierta persona siento que ha pasado a segundo plano.

Todo comenzó una mañana de primavera, era sábado y mi bellísima y adorada madre me mando a comprar algunos productos, que según ella necesitaba.

Para mi suerte cerca de casa se encuentra un pequeño supermercado que se le asemeja a una tienda de abarrotes, pero con cierto nivel de lujo levemente superior. El cual es atendido por una mujer ya algo mayor y por otro hombre que da la apariencia de andar por la misma edad, en lo personal supongo que debe ser su esposo, pero no soy del tipo de persona que se la anda chismoseando donde no lo llaman, aparte que no tengo curiosidad por saberlo.

Al llegar al lugar recordé que no tengo la menor idea de cómo es lo que me han encargado comprar, para mi suerte tal vez sea un producto con etiqueta.

Busque, busque y busque, no encontraba nada, hasta que vi unas cajitas diminutas que justo decían "levadura", al lado se encontraban las "harinas", que también eran parte de mi objetivo, pero ahora mi dilema tomo lugar, ¿Qué tipo de harina y levadura debía llegar?, momentáneamente paso de ser una búsqueda a una batalla mental entre que debía elegir.

Estire mi mano y la posicione frente a las harinas, la pasaba frente a una y momentáneamente cambiaba mi mano hacia otra, ¿Cómo rayos lo sabría?, ni que fuera cocinero. Debí preguntarle a mi madre que tipo necesitaba, aunque yo ni en mi vida hubiera sabido que hay diferentes tipos, para diferentes cosas.

De repente escuche una voz levemente chillona, pero suave, -La harina depende del tipo de platillo que desees preparar- inmediatamente me volteé hacia la dueña de la voz.

Era más ni menos una chica de hermosos ojos verdes, cabello largo de un exótico color rosado claro, piel blanca, sonrisa deslumbrante, con facciones un poco aniñadas pero lindas. Bueno en general su apariencia es demasiado agradable, para mi es como la de un ángel. Salgo de mis pensamientos y recuerdo que no estoy solo.

-Eh... Si, pero... no lose que tipo debo comprar- la mire a los ojos, pero rápidamente desvié mi mirada algo apenado.

-Mmmm... si harás un pastel debes llevar una como esta- la mire de nuevo, ella señalo y seguidamente tomo uno de los empaques regalandome una sonrisa que para mi ha sido muy honesta, mientras me extendió el paquete, lo tome.

-Esta debe ser entonces- sostuve el paquete con mas fuerzas y voltee a las anteriormente vistas "levaduras", ella de inmediato se acercó a ellas y me alcanzo una.

-Es de las mejores, bueno por lo menos es mi favorita- rió como una pequeña niña.

-Gracias- después de agradecerle di media vuelta, estando dispuesto a irme pero en eso siento como toman mi brazo, volteo sobre mi hombro y veo como su rostro ahora paso de una alegre a uno que no supe como describir.

-Te he salvado la vida, ¿Piensas irte así sin más idiota?- ¿Qué diablos?, amable y alegre, se torna tosca, ¿acaso esta chica tiene problemas de personalidad?

Gire hacia ella completamente, termine de comprenderlo ella se molesto o trataba de burlarse de mi, lo que es lo mas probable.

-No me mires con esa cara, tan siquiera dame el placer de saber el nombre del chico de los refrescos... que diga del mandadero del chef, oh perdón del fiel ayudante... – se detuvo en seco y estallo en una carcajada, no la entiendo.

-Lo siento, lo siento- me miro apenada – No quise comportarme así, pero es que... hace tanto que no me burlaba de alguien, lo siento- esto ultimo lo dijo con sus manos juntas en forma de suplica.

-Ah... no te preocupes, estoy acostumbrado, adiós. – otra mal nacida más que desea hacerle la vida de cuadritos a los demás, pensaba mientras caminaba hacia la caja registradora.

Salí del lugar con mis compras en mano, el consuelo seria que mi madre haría un delicioso pastel. Al caminar alguien me toma del brazo, ¿ahora quién será, una vieja loca o un mono parlante?, pero no, era ella, a quien menos esperaba volver a ver.

-Sakura... mi nombre es Sakura, ¿el tuyo?- me pellizco amistosamente el brazo, o eso quiero pensar.

-Sasuke, debo irme- hice una seña advirtiéndole que así seria.

-Mucho gusto Sasuke- sonrió fingidamente- "Igualmente Sakura, es un placer conocerte"- esto ultimo lo dijo tratando de imitar una voz masculina, sin notarlo me causo gracia.

-Vamos Sasuke, ¿acaso no tienes modales?- frunció el ceño mirándome

-Lo siento, pero debo irme antes de que se moleste mi madre- le dije sin más, aunque sonara como una escusa bastante boba, en realidad es la verdad, puede que termine enfadada conmigo por tardar mucho, y no es por demorarla en su labor, sino que le causo preocupación, según dice ella.

-Esta bien, esta bien, puedes irte, pero la próxima no te dejare ir tan fácil- rió divertida mirándome fijamente –hasta la vista- y se marcho.

Mi fin de semana se fue demasiado rápido, cuando menos lo pensé ya era lunes, tendría que volver a clases. En términos generales mi día comenzó bastante bien, hasta que por la puerta del salón entro "esa" chica, Sakura, ¿Qué hace ella en mi salón?

-¡Oh!, Sasuke-camino hacia mí sonriendo - nunca me imagine verte aquí de nuevo-

-Sakura... ¿tu..?.. eh.. -¿Qué me pasa? ¿Por qué no puedo formular siquiera una simple frase?, maldición.

-Sí balbuceas no te entiendo Sasuke- me dijo burlona – mejor alégrate seré tu compañera de clase- sonrió de una forma que sin notarlo me dejo embobado momentáneamente.

No puedo creer que esa chica tan extraña cambiaría completamente mis días, llenándolos de alegría. Tan simple evento cambio mi vida, pero también surgió algo preocupante.

Si hablamos de Sakura, su padre decidió volver a su ciudad natal, por lo cual tuvo que cambiar de escuela, según su padre debía ir a esa secundaria, porque cuando él era joven asistió a ella, sumándole que para ser de gobierno tiene bastante prestigio. También debo mencionar que su padre es chef y decidió abrir un restaurante, que en poco tiempo alcanzo niveles muy altos de popularidad, debido a que toda la comida que sirven tiene una apariencia encantadora acompañada de un sabor exquisito como si se tratara de un platillo para dioses. Por otro lado la madre de Sakura no desarrolla ninguna profesión o trabajo, simplemente es ama de casa y se encarga de que todo este en orden.

La casa donde vive actualmente es algo antigua, ya que era la casa de su abuela. Y aunque parezca raro aun se conserva bastante bien, en lo personal para mi es de muy buen ver, ya que cuenta con una gran entrada y dos pisos de altura, sin mencionar que todas las habitaciones son bastantes amplias al igual que el patio y la zona del jardín. Todas las habitaciones están decoradas con un estilo moderno que al mismo tiempo denota un aire antiguo, debido a ciertos detalles o adornos. La habitación de Sakura cuenta con una cama de dos plazas, un televisor, baño propio, ropero bastante amplio, un enorme espejo y algunos muebles para colocar o guardar cosas, las paredes están pintadas de color crema y de ella cuelgan algunos posters, en su mayoría los muebles son café chocolate y lo demás es de muchos colores.

Por otro lado yo solo tenia 14 años, físicamente era delgado y algo alto para mi edad, mi piel es blanca, mis ojos son oscuros y mi cabello es del mismo color, podría decir que negro, pero con una apariencia descuidada y nerd, bueno en realidad lucia como un perdedor. Como es de imaginarse vivo con mis padres y hermano mayor . Vivimos en una casa no muy grande, pero lo suficientemente espaciosa para los cinco. Cuenta con solo una planta de altura y cuatro dormitorios, sin contar las demás habitaciones como la cocina, la sala, los baños y demás. La decoración esta al gusto de mi madre con pequeños detalles que reflejan a mi padre. Mi habitación esta pintada de color gris, los muebles en su mayoría son oscuros tirandole al negro, cuento con una cama de dos plazas, cubierta por sabanas y cobertores de color azul, tengo un librero bastante amplio donde exhibo mis pertenencias y guardo mi colección de libros, también un closet algo pequeño pero lo suficientemente grande para mi, una televisión y consola de videojuegos.

Desde el día que conocí a Sakura, pase la gran parte de mi tiempo a su lado. Ella me miraba como su amigo, su hermano y no como a un chico. Perdió el miedo o la pena de contarme cosas, que se supone solo entre chicas se deben de decir. Sin querer me volví su confidente, su pañuelo de lagrimas e incuso su mas fiel compañero.

Pero ahora el miedo a perderle ha surgido, tras mis constantes batallas mentales.

Yo tan solo un chico poco agraciado, que cursa la secundaria he caído rendido ante los pies de la más rara y loca, pero adorable y bella chica de toda la escuela.

Habían pasado ya más de 3 años, ambos ya contábamos con 17 años de edad, cursando preparatoria, que para mi suerte aun seguimos en el mismo curso.

Aun con el tiempo que paso, nuestra relación aun seguía muy amena, pero con la diferencia que ahora me sentía como su sombra, ya no notaba su antiguo afecto. Aparte debo mencionar que ahora ella tiene muchas amigas y una apariencia totalmente diferente.

Sakura se había convertido en una mujer mucho más hermosa que la chica que conocí, hace 3 años en primavera. Llevaba su cabello largo por debajo de la media espalda, llevaba con una partidura a las 3 cuartas partes de su cabeza dejando caer una pequeña capa sobre sus mejillas, sus ojos seguían teniendo un hermoso tono verdoso, mantenía una muy buena figura, bastante esbelta, pero con curvas evidentes, teniendo bastante altura a comparación de las demás chicas, pero no la suficiente como para superarme ya que yo sobresalgo mas o menos una cabeza al lado de ella, en general puedo decir que ella ha seguido siendo una de las chicas más bellas en la escuela. Sin embargo, a pesar de todo, yo sé que sigue siendo la misma Sakura que yo conocí ese día durante la primavera.

Pero yo seguía siendo el mismo chico desalineado, con apariencia de perdedor, lo cual opacaba mis oportunidades de que ella se fijara en mi, y más si me comparan con su grupo de amigos para salir de parranda, según he escuchado para las chicas ellos son bastante atractivos.

-¿Qué tanto miras?- me miro fijamente -¿Acaso no piensas sostener mis pertenencias? - prácticamente me lanzo sus cosas encima, sin mas me dispuse a cargarlas por ella.

Mis días estaban comenzando a ser monótonos al igual que antes, solo vivía porque debía, con la diferencia que todo lo que ella me pide yo lo cumplo sin pensarlo dos veces. En ocasiones me he sentido como un simple burro de carga pero al final, ella me agradece curveando sus labios, formando una hermosa sonrisa, justo como siempre con eso bastaba para que todos los pensamientos negativos que pude llegar a tener desaparecieran, curando mis penas.

Como era de costumbre acompañaba a mi bella amiga Sakura a su casa, cargando sus cosas. Era viernes, no teníamos tarea por hacer y pasaría la tarde junto a su compañía.

La madre de Sakura me trataba muy bien, incluso de vez en cuando era un poco insinuante, pero lamentablemente al parecer Sakura no tiene ni un poco de interés romántico en mí.

-Sasuke, necesito que me digas cual me queda mejor- me dijo mostrando dos vestidos, mientras se adentraba al baño de su cuarto.

Paso muy poco tiempo y ella salió luciendo un vestido, que le iba como anillo al dedo, simplemente se veía preciosa.

-...- no tenia palabras, simplemente me quede observándola, como siempre, embobado al admirar su belleza.

-¿Qué tal?- me dijo sonriente.

-Te vez espectacular – le dije, me sonrió coqueta al darse cuenta de cómo la miraba.

-Espera a ver el otro- salió de la habitación.

Toque mi pecho, estaba realmente acelerado, en estos momentos desearía no ser su amigo.

- Sasuke, mírame- voltee inmediatamente, ahora su vestido era mucho mas corto que el anterior, le ajustaba como una segunda piel, de un color azul petróleo sin tirantes, teniendo un escote un poco profundo. Para mi fue todo un espectáculo, sentí como caí rendido de nuevo a sus pies, pero recordé que lo usaría para salir a una de esas fiestas a las que acostumbra ir, llena de chicos y chicas bastante promiscuos amantes de la bebida y las fiestas salvajes. Me puso furioso el solo pensar que la verían como un simple pedazo de carne, y mas el hecho que la verían tan hermosa, pensando que es una chica fácil con ese vestido, que anteriormente pensé que la hacia despampanante, pero ahora se torno vulgar.

-El otro te queda mejor- le dije tratando de ocultar mis sentimientos, pero sin querer soné despectivo.

-¡Sasuke! No me hables en ese tono – me dijo algo molesta –si yo sé que me queda hermoso y lo sabes – me miro fijamente y sonriendo triunfante – yo sé que te ha encantado verme con el, lo se por como me miraste y como me sigues mirando con deseo.-

Baje la mirada y me sentí avergonzado, se perfectamente que luce hermosísima, pero no quiero que nadie mas la vea así, solo quiero que sea mía, desde aquel día en el supermercado cuando me sonrió ofreciendo su ayuda me enamore, y cada día que pasaba mi afecto hacia ella fue creciendo inimaginablemente, pero soy muy tonto, porque se bien que ella no me quiere de igual forma y que a veces me trata mal, pero yo no, solo la quiero, es algo más grande que eso, no tengo palabras para describirlo.

-Vez, te lo dije, no puedes negármelo- rio con orgullo – Este es el indicado, ya puedes irte, tengo que terminar de alistarme para el gran reventón al que asistiré hoy, lleno de chicos sensuales- esto ultimo me lo dijo coqueta, sentí como si me apuñalara por la espalda, sin pensarla dos veces me levante de donde estaba sentado y camine hacia la salida de su habitación, simplemente me marche.


Hola, les agradezco por tomarse su tiempo leyendo mi historia, es mi primera vez. No duden en dejar sus criticas, comentarios y/o sugerencias, se reciben con ansias y de forma positiva.

Espero haya sido de su agrado.