Título: Ojos Color Jade.

Parejas/personajes: Estados UnidosxVenezuela (María Miranda) y mención de Francia

Disclaimer: Hetalia ni Latín Hetalia me pertenecen (ni en mis más locos sueños).

Notas de la autora: Muy buenas a todas, primero que nada, con respecto a mi otra historia me temo que no podré actualizar, con todos los problemas que hay en mi país se me es imposible, pero no estamos para eso, espero que les gusten este Alfred x María.


En el más mínimo movimiento, en la más leve respiración hacia que la cruz que colgaba en su cuello se balanceara. Con cada mueca de disgusto, felicidad o soberbia que mostraba, resaltaban al colgante.

Por alguna extraña razón, no podía apartar mi vista del busto de ella, no porque quisiera ver los encantos que mantenía ocultos ante cualquier mirada impura, no, no había pasado tanto tiempo con Francis para que se me pegarán sus malas costumbres.

Puedo ver como sus labios, los cuales tenían un pequeño brillo gracias al labial, se abrían y cerraban, tal vez me estaban hablando, tal vez me estaban riñendo.

Tengo que mirarla a los ojos, me dije mientras levantaba mi cabeza y enfocaba mis ojos en otra cosa.

Grave error.

Mis ojos ahora se clavaban en su mirada jade, tan brillante, tan viva, tan inocente.

Ah…puedo ver cómo me llama, como pronuncia mi nombre, lo hace lento y vocaliza bien. Me gustaría escuchar cómo suena.

Desvio mis ojos de la atenta mirada de aquella muchacha, que al parecer esperaba una respuesta, mía supongo, ¿Qué me habrá preguntado?

Ella se sienta y cierra sus ojos, lleva su mano a su cara y se masajea la sien, luego acomoda un mechón marrón que caía con gracia en su frente, Abre sus ojos y golpea la mesa.

Yo me asusto y salgo de mi trance.

Empiezo a escuchar los murmullos de las personas, que hasta ahora eran invisibles. Cada segundo pasaba más lento y mis oídos comienzan a escuchar mejor.

No eran murmullos, eran gritos de las personas que discutían entre sí.

Dentro de todo aquel ruido lograba escuchar una voz. Su voz y me estaba llamando.

-Alfred-

Que bien suena, pero…. Tengo que contestar, ¡vamos, contéstale!

-what?...-

-¿Te parece bien que la próxima reunión sea en tu casa?-

-I agree…-

-Bien, supongo que damos por terminado esto- ella suspira y una pequeña sonrisa se escapa de sus labios. Acaricia su cruz.

Vi como guardaba sus papeles y salía apresurada de la sala, decidí imitarla y retirarme.

Caminé el pasillo con esperanzas de verla antes de que se fuera, por un momento me sentí estúpido al pensar que ella me esperaría, doble la esquina y algo o más bien alguien me detuvo.

Me volteé y la vi.

Sus ojos jades brillaron y sus labios rosados me susurraron –Deseo verte pronto…Alfred- y sin más se fue, dejándome sin habla como acostumbraba a hacer desde que le regalé su colgante de cruz.

-María, yo también deseo verte pronto…My love-.