Advertencia: Este Fanfic esta hecho por una persona perezosa y que no le gusta estudiar, las posibles decepciones no son culpa del autor y debido a su pobre experiencia las criticas serán aceptadas.
Los personajes de Katekyo Hitman Reborn! son de Akira Amano-sensei; por desgracia para ellos, los de esta historia son completamente míos.
KATEKYO HITMAN REBORN! 2:
LA NUEVA SANGRE
OBJETIVO 1: ¿Chico nuevo? ¡Vuelve el tutor asesino, Reborn!
Italia, Base General de la Familia Vongola
El sol de la mañana entraba por las ventanas de la majestuosa mansión que se erguía en la mitad de un valle en algún rincón de Italia. Los pájaros ya se despertaban y revoloteaban por ahí en la inmensa hectárea, roedores también empezaban a salir de sus madrigueras y empezaban a corretear por los bosques que delimitaban el terreno y ocultaban la enorme mansión. Prometía ser una mañana tranquila, cualquiera que viviera en esa ostentosa mansión iba a tener un día de total relajación y confort. Pero Tsunayoshi Sawada, el capo de la familia Vongola, supo que no sería así en cuanto oyó el sonido de las alarmas.
Justo en el momento en el que terminaba de vestirse con su traje italiano de miles de euros se dio alarma de un ataque. Tsuna cogió a toda velocidad la pistola que estaba en un cajón cerca al vestidor y salió corriendo al encuentro con sus subordinados. La alarma había sonado por el ala este en un salón que se utilizaba de oficinas, desafortunadamente él estaba en el ala oeste, al otro lado de la mansión. Los intrincados pasillos de la mansión hacían que llegar al salón de donde se proyectaba la alarma fuera aún más difícil, pero Tsuna ya conocía estos pasillos de memoria y también sus atajos. Haló candeleros, salto a través de cuadros, esquivo trampas, y al final llego a tiempo al lugar donde estaban atacando.
Los que atacaban llevaban máscaras negras y trajes del mismo color con sombrero, las máscaras tenían agujeros en los ojos para poder ver y una sonrisa tallada en la parte de la boca. Iban armados con unas Thompson M1928 que se le hacían familiares, por lo visto los tipos iban muy a la antigua. No le dio tiempo de examinarlos más pues la mayoría de balas comenzaron de inmediato a dirigirse hacia él.
Rodó a un lado cubriéndose en un escritorio de caoba, examino la situación, el enemigo era alrededor de veinte y ya llevaba cinco bajas, su bando era de unos trece contándolo a él y aún no habían sufrido ningún daño. Se asomó por el lado izquierdo y ágilmente disparo a tres de los enemigos, luego volvió a cubrirse, rodó velozmente a otro escritorio cercano al otro en el que estaba y desde allí disparo a otros dos de los enemigos dándoles de lleno en el pecho rápidamente sin que tuvieran tiempo para reaccionar. Entonces vio un candelabro encima de dos de los enmascarados, sin pensarlo mucho le disparo a la cuerda haciendo que cayera sobre ellos, dos más, quedaban ocho.
Tsuna recargo el arma y respiro profundamente, demasiado fácil. Salió corriendo hacia ellos, los tipos sin pensarlo dos veces dispararon, pero él ya estaba preparado y se deslizo por debajo de uno de los escritorios, desconcertándolos. Una vez de pie descargo las seis balas del cargador, dos balas para un tipo a la izquierda, una para uno en la derecha y las últimas tres para dos tipos al fondo, mientras tanto sus subordinados se encargaron de dispararle a otros dos tipos de esos. Solo dos más, equivocación, uno más, pues uno de sus subordinados logro atinarle a otro enmascarado, no sin llevarse una bala en el hombro. El último de los atacantes estaba nervioso, se le notaba en su postura, además ¿quién no estaría nervioso con trece pistolas apuntándole a la cabeza?
—¡Me rindo!— Grito el hombre dejando su pistola en el suelo y alzando las manos —¡Me rindo, jefe!— repitió el hombre quitándose la máscara, revelando su identidad.—
—¿¡Mario!?— Exclamo Tsuna, visiblemente asombrado —¿¡Qué carajos haces!?
—¿A qué se refiere jefe?— le respondió el tal Mario, algo confundido —Esto… Jefe… No habrá olvidado que día es hoy ¿o sí?—
—¿Qué día es hoy? Pues hoy es… Oh, mierda…— entonces Tsuna recordó algo muy importante, él había programado para ese día un simulacro de ataque y lo había olvidado, tomándose lo del ataque en serio.—
Entonces sus subordinados al ver su cara comenzaron a reírse, sin tener piedad de su olvidadizo jefe. Incluyendo los que estaban en el piso "muertos" se levantaron y soltaron grandes carcajadas a causa del olvido del capo. Incluso en ese momento recordó que habían cambiado las municiones normales por balas de pintura de color rojo para no herir a nadie. Mientras sus subordinados se reían de él, Tsuna los miro algo sonrojado y comenzó a reírse con ellos de su error. Así fue el resto de la mañana de Tsuna, riéndose y pasando tiempo con sus subordinados en la mansión, organizando una que otra cosa fuera de su lugar. Al final, fue una mañana tranquila.
Pero, al estar ya entrada la tarde, todo se puso un poco más... destructivo. Estaba tranquilo en su estudio leyendo unos informes ilegibles, supuso que eran de Lambo, cuando su pesadilla recurrente acudió a él. Alguien golpeo la puerta, estuvo a punto de decir "pase", pero sintió algo siniestro y familiar detrás de ella. Allí había alguien con quien no quería encontrarse, aunque aún no sabía quién era.
—¿Quién es?— Pregunto cuidadosamente Tsuna, espero unos segundos pero nadie hablo; en cambio volvieron a tocar la puerta, esta vez un poco más desesperados. ¿El extraño visitante no tenía tiempo para decir su nombre? —¿¡Quién es!?— Grito el peli-castaño, algo más irritado, pero esta vez no le respondieron unos golpes. La puerta salió de sus goznes directo hacia su escritorio, rodo para esquivarla, terminando en una esquina de la habitación en el proceso, y sacó una pistola del bolsillo interior de su traje a gran velocidad, esta vez cargada con balas de última voluntad.—
No pudo ver bien pero una rápida silueta entro a la habitación y le disparo a él, Tsuna esquivo las balas con dificultad por el espacio reducido. Entonces pudo ver ese sombrero, el sombrero que lo había atormentado tantas veces. Ese sombrero delató a su oponente e hizo que el capo se estremeciera, al mismo tiempo su sangre comenzó a hervir, ¡después de todo este tiempo el maldito aún seguía tratándolo de la misma manera! Esta vez le iba a enseñar modales.
La fiera batalla no se veía a causa de la enorme velocidad con la que era llevada a cabo, se oían golpes y disparos, pero no podías distinguir que estaba pasando. Una extraña comunicación se escondía entre esos golpes, mediante este combate, alumno y maestro se comunicaban descargando sentimientos en cada golpe y disparo. Se expresaban años de rabia, de inconformidad y también de añoranza, pues aunque no lo admitieran ambos extrañaban esas tardes "tranquilas" en la residencia Sawada. Al final, ambos vieron una grieta en la guardia del otro, y ambos tomaron su oportunidad. Tsuna y su maestro rompieron la guardia del otro y los dos terminaron con la pistola del otro en la sien. En ese momento supieron que la batalla había terminado, y cada uno se había llevado sus buenos moretones.
Después de una batalla que incluyo represalias para ambos, Tsuna se sentó es su silla, después de recogerla del suelo, y miro a su antiguo maestro. Era extraño haber tenido una pelea mano a mano con su ex maestro, al que había temido durante tantos años y al que siempre había refutado por algo. Después de ser convertido en el Neo Vongola Primo, Tsunayoshi se negaba, por más problemas que tuviera, a pedirle ayuda al ex arcobaleno, no porque no la necesitara sino por orgullo. Y aunque no aceptaba su manera de hacer las cosas, el reconocer que necesitaba su ayuda esta vez, así como el noveno la había necesitado anteriormente.
—Así que ya te decidiste, Dame Tsuna— hablo por primera vez el invitado, su voz era más gruesa de lo que la recordaba.—
—¿Podrías dejar de llamarme así?, recién casi hago que muerdas el polvo— le reclamo Tsuna, molesto por su viejo apodo.—
—Tu siempre vas a ser Dame Tsuna— le aclaro el del sombrero, poniendo una sonrisa de medio lado —Y bien… ¿Quién es?— preguntó, mientras que, en su interior, se moría por saber quién sería su víctima alumno.—
—Su nombre es Sora Takami, tiene más o menos la misma edad que yo cuando me visitaste la primera vez. En realidad tenemos algunas cosas en común— respondió Tsuna, visiblemente preocupado por el muchacho que sería su sucesor, su tono cambio a uno más preocupado —Oye, no seas muy duro con él…— el otro solo sonrió maliciosamente y no dijo nada.—
—¿Por qué te decidiste tan rápido a elegir un sucesor?— le pregunto su ex maestro, era una duda que se le había metido en la cabeza.—
—Porque lo elegí a él precisamente, es mucho mejor que el chico se entrene en este momento y no después cuando ya sea adulto— explico Tsuna, luego suspiro, el pobre chico tendría que sufrir lo que el sufrió en la secundaria, y lo peor era que sería su culpa.—
—Y ya que tú eres el Neo Vongola Primo ¿Y a cual título se supone que aspira?— pregunto el intruso, ya que no sabía muy bien que título tendría el chico.—
—Realmente no lo sé, ¿Seria el Décimo o el Neo Vongola Secondo?— se preguntó Tsuna, no estaba muy seguro de cual título obtendría su sucesor— ¿Sabes? Solo dile que ha sido elegido como el que será la Nueva Sangre Vongola—
—Bien, ¿a dónde debo de ir?— inquirió el sicario para terminar de pactar este "contrato".—
Tsuna cerró los ojos y suspiró con nostalgia antes de responder.
—A Namimori.—
Namimori, Japón; Residencia Takami 06:30
—¡Takami Sora!— grito una voz femenina en el piso de arriba del lugar, para ser precisos en una habitación donde no había orden alguno. El piso estaba forrado en mangas y empaques de diversas chucherías y refrescos –¡Levántate Sora-kun, vas a llegar tarde!—
Entre el revoltijo de sabanas y cobijas de la cama salió lentamente una cara de alguien que obviamente estaba durmiendo, abrió solo un ojo y mirando a la figura de su madre tiene el descaro de preguntar:
—¿Qué hora es?—
—Las seis…— iba a responder la mujer, pero un brillo apareció en sus ojos y se apresuró a corregir —¡Las siete hijo!¡Son las siete!—
—¿¡Que carajos!? ¡Voy a llegar tarde!— grito el chico saltando de su cama y dirigiéndose como un bólido a la ducha del primer piso, sin tener en cuenta el piso de madera recién encerado y cayendo por la escalera en el proceso—¡Auch! ¡Mamá!¿Porque tienes que encerar el suelo tan temprano?— se quejó, sobándose la cabeza. Entonces siguió caminando rápidamente a la ducha.
Diez minutos y el chico ya estaba duchado y medio vestido con la camisa blanca, los pantalones y la corbata del Instituto de Namimori. Bajo poniéndose el chaleco, al final de la escalera su cabeza se asomó por la abertura. Una cara renovada de un chico de 15 años, de ojos negros y pelo azabache, sus facciones apenas dejaban de ser de un niño y su rostro ya empezaba a tomar rasgos más adultos. El chico siempre había sido delgado, con una altura promedio, peso promedio, nada fuera de lo normal. El chico corrió en medias hacia la cocina y tomo el sándwich que había preparado su madre como desayuno y se dispuso a salir.
—¡Espera, Sora-kun! ¿No vas a desayunar en casa?— pregunto su madre, antes de que se fuera.—
—No hay tiempo, mamá. Me comeré el sándwich de camino a la escuela— le respondió Sora tomando un bocado, en su afán por irse.—
—Está bien— dijo su madre, que había olvidado su mentira piadosa —Pero no te demores al volver, tendremos una visita esta tarde y hay que hablar de tus notas— le advirtió su madre, el respondió con un asentimiento y una especie de "aja" con la boca llena, entonces salió corriendo hacia la secundaria.
Al final, al ser más temprano de lo que creía termino llegando más temprano que los demás. Se maldijo internamente por no pararse a mirar el reloj ni una sola vez en la mañana, esta jugarreta ya se la había hecho varias veces. Bueno, que más daba, entro a su aula vacía y aprovechó el resto de tiempo para tomar una siesta pequeña. De repente estaba soñando, estaba en la calle y un pulpo gigante amenazaba con comer su takoyaki. Él corría y le gritaba al pulpo que el takoyaki era suyo, y el pulpo no paraba de ir a por su takoyaki. Lo extraño es que llego un bebé en traje con un chupete amarillo colgando del cuello y pateo el pulpo hasta que se fue, luego el bebé miro hacia atrás y le sonrió burlonamente.
Entonces unos toques en su espalda bastaron para despertarlo, el aula ahora estaba medio llena. Miro hacia atrás para ver quien lo había despertado y no se sorprendió al encontrarse con el chico peli-azul.
—Hola Yuki— saludo el recién levantado casi que arrastrando las palabras.—
—Anda, Sora. No ha empezado la clase y tú ya durmiendo— le recrimino el aludido. Su era pelo azul, al igual que sus ojos, su cara ya era de un joven adulto, era mucho más alto que Sora y que cualquier joven de su edad y su complexión era atlética, como si corriera 100 cada día. El chico se rió suavemente al oír el quejido de su amigo.—
—Vale, que con mis siestas no lastimo a nadie— se excusó Sora. ¿Acaso nadie lo iba a dejar dormir en paz? Aunque ahora se daba cuenta, ya el profesor había llegado y casi todos los estudiantes estaban en sus pupitres. Esta vez ganaban, pues no quería ganarse una bronca con su profesor.—Además, hoy no tuve una buena mañana—
—¿Qué ha pasado?— pregunto inocentemente Yuki.—
—Pues que mi madre me ha mentido acerca de la hora y he llegado media hora más temprano al Insti— le respondió Sora con irritación en su voz.—
—Bueno, pues…— pero Yuki tuvo que callarse, pues su profesor ya iba a comenzar la clase y pedía silencio a sus estudiantes.—
—Buenos días, alumnos— les saludo el profesor.—
—Buenos días profesor Yagami— respondió todo el salón al unísono.—
—Bueno, antes de empezar debemos darle la bienvenida a un alumno nuevo. Él es de intercambio, vino desde Italia y espero que lo traten de manera adecuada.— anuncio el profesor a manera de presentación. Todos las chicas cotilleaban sobre qué tal estaría. Los chicos también tenían algo de curiosidad. A Sora no le importaba un comino.— Bueno, pasa y preséntate, no seas tímido—
Todos miraron a la puerta, Sora incluido, para ver entrar a un chico alto, guapo, con complexión atlética. Su pelo era negro azabache como el de Sora, pero este casi no se notaba, además sus patillas enroscadas no se le veía mucho de su cabello al chico. Esto era a causa de que el chico llevaba un sombrero negro con una cinta naranja en la cabeza. Pero algo que si llamo su atención fue un extraño collar a forma de chupete transparente que traía colgado. Además llevaba una manilla verde de goma en su muñeca. Las chicas babearon, los chicos le dieron miradas envenenadas pero cuando se dispuso a hablar todo el mundo se calló.
—Chaos… No… Aquí mejor debería de decir, Ciaossu— dijo el nuevo estudiante con un tono maduro.
Primer capitulo de mi primer trabajo, no sean muy duros con él.
Como podrán ver tratara sobre una nueva generación y sus raras aventuras en este alocado mundo de la mafia, de verdad espero que les guste pues me esforcé bastante en escribirlo. La verdad al ser mi primer trabajo y el tener tan baja autoestima pe hacen pensar que nadie va a leerlo, pero si lo leen por favor dejen sus reviews con sus criticas y opiniones, ojala no sean groseros.
Pues eso, disfrútenlo y ahí nos leemos.
S.
