Y esta cosita, surgió mientras releia Fairy Tail, y ahí cuando Wendy se presenta esta presente un pequeño Romeo sonrojado, solo quedo dejar a volar la imaginación...
Little Feeling
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La primera vez que Romeo Conbolt vio a Wendy Marvell tenía solo seis años y ella doce, su sorpresa fue grande cuando se encontraron después de siete años; quien diría que ahora él era mayor que ella.
Romeo recuerda perfectamente cuando conoció a Wendy, Natsu-nii y los demás la habían traído (a ella y a su gata, Charlie) después de una peligrosa misión, según recuerda se había quedado sin gremio por algo referente a fantasmas ¿era que se habían vuelto fantasmas o se los habían comido los fantasmas? Romeo nunca fue bueno en interpretar las historias de Dragneel cuando este hablaba con la boca llena.
Wendy se había presentado educadamente y él pensó que era linda y agradable, no pudo evitar sonrojarse avergonzado ante tal pensamiento, a su edad los niños no creen que las niñas son lindas; también se asombro de conocer una Dragon Slayer tan joven y celebró su llegada al mejor estilo Fairy Tail: con alboroto.
Con el tiempo Wendy se volvió su amiga, jugaban juntos, ella siempre le contaba sobre sus misiones cuando volvía, le ayudaba con su tarea, paseaban juntos, a veces incluso curaba sus heridas y le consolaba cuando lloraba (pero claro, él nunca admitiría esto último). Es por ello que cuando no regreso de la isla Tenrou, se sintió devastado por su perdida y durante siete años no pudo evitar recordar con nostalgia aquellos días felices, al menos hasta ese maravilloso día cuando todos regresaron.
A veces Romeo no puede evitar preguntarse qué fue lo que le causo más sorpresa el que todos regresaran o que no hubiesen cambiado nada desde entonces, casi parecía como si fuera ayer cuando les deseó buena suerte para el examen clase S.
Pero Romeo si había cambiado, y mucho; después de siete años cuán grande fue su asombro al darse cuenta que ahora era mayor que ella, incluso le sacaba un par de centímetros. Y cuando ella se acerco a saludarle con una gran sonrisa, no pudo evitar ponerse nervioso; Wendy seguía siendo tan linda como la recordaba, su corazón se acelero un poco ante este pensamiento, pero él creyó que luego se calmaría, solo es el asombro, se repitió para sí.
Oh, error, la situación solo empeoró, ahora cada vez que veía a Wendy o alguien hacía mención de ella su corazón daba un brinco y sus latidos se descontrolaban, cuando se aproximaba se sonrojaba hasta las orejas y cuando hablaba se le trababa la lengua y terminaba tartamudeando un poco; Romeo no entendía lo que le estaba pasando, aunque todos extraños síntomas le sacaban un poco de quicio por no permitirle comportarse correctamente ante ella (y es que a veces solo quería quemar todo y salir corriendo de ahí), no podía evitar pensar que quizás esa pequeña sensación que se alojaba en su pecho cada vez que pensaba en Wendy no estuviera tan mal.
Tal vez después debía preguntarle a Natsu-nii sobre lo que le sucedía, seguro que él debía saber algo.
Oh, joven Romeo, yo que tu no lo haría.
Gracias por leer.
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