Era un día soleado, perfecto para cualquier actividad al aire libre. Una mujer elegantemente vestida se acercaba emocionada hacia un edificio del que sobresalía la imagen de un Dewgong.

- ¡Este es el lugar! Es muy bonito – dijo para ella misma.

Ya en el perímetro, entró pasando las puertas de cristal de la construcción y volteó de un lado a otro.

- Um, ¿hola? – saludó tímidamente.

Siguió a través de un gran corredor, cuando comenzó a escuchar gritos que llamaron bastante su atención y se apresuró a llegar al lugar de su procedencia. La mujer comenzó a correr pasando varios acuarios y llegó hasta un área muy grande, con albercas y estrados. Dos personas estaban a cada extremo de la alberca principal, observando fijamente lo que sucedía en el agua.

- ¡Staryu, es hora! ¡Embestida! – Gritó una joven pelirroja desde un extremo de la piscina.

- ¡No! ¡Raichu! ¡Esquívalo! – Ordenó un chico con ojos azules.

Pero era demasiado tarde. Staryu golpeó a Raichu y lo tiró de la plataforma en la que se encontraba. El pokémon eléctrico se veía bastante dañado y al caer al agua intentó nadar pero se encontraba demasiado cansado y perdió la conciencia.

- ¡Oh, no! ¡Staryu! ¡Ayuda a Raichu a salir de ahí!

El pokémon siguió la orden de su entrenadora y rápidamente sacó al ser desmayado del agua. Los dos dueños de los pokémon se acercaron corriendo hasta donde se encontraban sus muy agotados amigos.

- Buen trabajo, Raichu. Perdóname por lo que acaba de pasar.

- Gracias por ayudar, Staryu. Hiciste un muy buen trabajo en la batalla.

- ¡Raichu no puede pelear! Se declara a la líder de gimnasio Misty ganadora del encuentro – se escuchó decir a una voz femenina por los altavoces del lugar.

La mujer que había llegado a mitad de la batalla se encontraba observando la situación desde la entrada al área. Sus ojos se encontraban abiertos de par en par, maravillada por lo que vio.

- De nuevo no pude ganarte… Ugh… Ni siquiera por ser mí segundo intento…

- No te preocupes, Chris. Sabes que soy más ruda de lo que aparento – dijo la pelirroja mientras le sonreía.

- Sí, gracias, Misty. Ugh, pensé que si utilizaba a mis pokémon más poderosos… Ni siquiera porque Raichu tiene la ventaja de tipo…

- Aun así, Chris. Fue un encuentro muy interesante.

- Gracias – Chris abrazó a su pokémon y extendió su mano hasta Misty.

Ambos estrecharon sus manos y el chico se despidió y marchó, pasando de lado sin darse cuenta, a la mujer que vio todo con admiración.

- ¡Misty! Voy contigo, espera un momento – se escuchó decir por los altavoces.

Mientras tanto la joven líder acariciaba a Staryu. A sus veinticuatro años era reconocida como una de las mejores líderes de gimnasio y entrenadora de pokémon de agua.

Vio su reflejo en la alberca y sonrió pesadamente; su imagen en el agua mostraba a una chica de cabello rojo, corto, alborotado y suelto, ojos azules y tez blanca, un cuerpo atlético; sin curvas exageradas. Usaba un traje de baño de dos piezas de color amarillo. Se veía cansada, la responsabilidad de ser líder de gimnasio era extenuante.

- Em… Disculpe… ¿Usted es la encargada del lugar? – preguntó la mujer acercándose a Misty.

- Se podría decir.

- Ah, lo que ocurre es que vi el anuncio del lugar en una revista y tenía que verlo.

- ¿Anuncio? ¿De qué está hablando?

- ¡Ah! ¡Vio el anuncio! – Una tercera mujer de cabello rosado se acercó corriendo hasta donde estaban las jóvenes.

- ¿Eh? ¿Tú sabes de esto, Lily?

- Claro, Misty. O sea, como qué ya discutimos esto.

- ¿Lo hicimos?

- Um… ¿Soy inoportuna? Si gustan, puedo regresar después.

- ¡Para nada! Llamaré a mis otras hermanas espera un segundo.

Lily sacó un teléfono celular de su bolsillo y rápidamente tecleó un mensaje.

- ¡Listo! Vendrán en unos momentos. Ven conmigo, por favor. Te llevaré a dar un recorrido.

- ¿Me perdí de algo, Lily?- Preguntó Misty curiosa.

- ¡Para nada! ¡No hay ningún problema! Tú sigue con tu rutina; te contaré después que es lo que sucede.

- Um… ¿Segura?

- Si, además que es hora de alimentar a los chicos. Tú ve, anda.

- Um, ok…

Mientras Misty se alejaba pensaba en lo bonita que era la mujer con la que se encontró. Alta, ojos azules, cabello castaño y facciones refinadas; sin mencionar su elegante manera de vestir: un vestido rosa con encajes. Misty rio brevemente para así misma, esa clase de mujeres la intimidaban un poco, no porque se sintiera fea, sino porque sabía que debían pasar una cantidad de tiempo considerable cuidando su aspecto; ella no podía hacer ese tipo de cosas, su carrera pokémon ocupaba todos sus días.

Después de alimentar a sus amigos, decidió ir a la cocina a prepararse algo de comer, caminó sin gracia por el pasillo y llegó al comedor donde se encontró a la mujer con la que había dejado a Lily.

- ¡Oh! Hola, de nuevo.

- Hola – contestó la chica sentada en la mesa.

- ¿Y Lily?

- Oh, ella y sus hermanas están buscando unos papeles.

- Ya veo… - después de pensarlo un momento, decidió hacerle compañía a la joven – Mi nombre es Misty, mucho gusto.

- Hola, me llamo Serena, mucho gusto.

- ¿Qué te trae al gimnasio Celeste? Usualmente solo tenemos retadores que quieren ganar una medalla y uno que otro admirador de mis hermanas.

- Oh, lo que ocurre es que vi en una revista que puedo rentar este lugar para eventos y después del gran recorrido que me dieron tus hermanas… El lugar es precioso…

- ¡¿Eventos?!

Ahora todo tenía sentido en la cabeza de Misty. Desde hace algunos meses, sus hermanas decidieron convertirse en coordinadoras de eventos sociales, después de todo como ellas dicen "tienen la belleza y los contactos para realizarlos". La semana pasada, encontró a su hermana Daisy realizando una llamada que le pareció muy misteriosa, cuando preguntó al respecto ella solo contestó que estaba contratando publicidad, Misty pensó que se trataba de publicidad para el gimnasio pokémon, ¡no para el gimnasio como salón de eventos!

- ¿Sucede algo?

- No, nada – respondió un poco desanimada la líder de gimnasio.

-¡Ah! Pero, también, por supuesto que he escuchado sobre este lugar anteriormente. ¡Es un gimnasio muy importante dentro de Kanto! De hecho, hoy vi parte de tu pelea y fue maravillosa. Eres muy talentosa y bondadosa con tus pokémon.

La pelirroja se sonrojó un poco al escuchar lo anterior; siempre es agradable que los demás reconozcan tu trabajo.

- Gracias.

Serena le sonrió a la mujer frente a ella.

- Y… Um… ¿Eres entrenadora pokémon?

- Sí, pero me temo que no una muy buena…

- ¡Oh! No digas eso, con suficiente esfuerzo…

- ¡Oh, no! No es eso… Es simplemente que no es mi talento, de hecho, creo que no soy lo suficientemente fuerte como para enfrentarme a alguien. Por el momento me dedico a hornear y mi especialidad son los Pokélitos.

- ¡Vaya! Como paso casi todo el día en este lugar, casi siempre como alimentos instantáneos, aunque eso sí, el alimento de mis pokémon está hecho por expertos.

- ¡Oh! En ese caso, la próxima vez que venga te traeré un paquete de pokélitos y algo para ti.

- ¿Harías eso por mí? Muchas gracias.

- Entonces, ¿estás realizando un evento de cocina?

- Eh, no… De hecho… Estoy organizando mi boda.

- ¡¿EH?! ¡Pero si eres tan joven! Bueno… Te ves joven…

- Sí, lo soy – comenzó a reír educadamente – pero, estoy muy contenta de casarme.

- En ese caso, muchas felicidades. ¿Y por qué no está él aquí contigo?

- Pues… Él es una persona algo despistada así que confió en mí para que realizara todos los preparativos. Pero está bien. Las jóvenes que trabajan contigo son muy amables y se emocionan fácilmente, creo que me ayudarán mucho para esto.

- ¿Te refieres a mis hermanas?

- ¡¿Tus hermanas?! Disculpa, no sabía que eran hermanas. Es que… Todas son algo diferentes, físicamente.

- Si. Nos lo dicen todo el tiempo por eso creo que ellas son muy populares con los chicos y como yo paso todo el tiempo aquí, sospecho que solo los entrenadores pokémon me conocen.

- ¡Oh, no! Para nada, he escuchado hablar de la perla de ciudad Celeste. La líder que es muy bella pero increíblemente dura en sus batallas.

- ¿Pe… Perla? ¿Quién inventa esas cosas? – Preguntó Misty sonrojada.

Serena sonrió a la que le pareció una chica muy tierna, de repente su plática fue interrumpida por tres mujeres escandalosas.

- ¡Está listo el papeleo! - Dijo una rubia.

- ¡Sólo faltan tus firmas! – Gritó Lily.

- Veo que ya se presentaron – comentó una chica de cabello azul.

- Sí, y al fin entendí qué clase de anuncio contrataron - expresó Misty un poco molesta.

- No te enojes, hermanita, esto le dará más publicidad al gimnasio y a las obras que realizamos.

- Ugh… Supongo.

- Bueno, es hora de formalizar este trabajo. Señorita Serena; por favor firme en las líneas.

- Sí, de acuerdo.

Serena hizo lo que se le pidió con rapidez.

- ¡Listo!

- Muy bien, guardaré estos papeles y podremos iniciar con los preparativos…

- Bueno, Serena, ahora de aquí a tu boda serás extra oficialmente una de nosotras. Debemos de conocer tus gustos para que todo quede a tu manera.

- Eres lista porque has contratado a las mejores.

- Las mejores para dar un dolor de cabeza… - Murmuró Misty para ella.

- Muchas gracias a todas, espero que nos llevemos muy bien.

- Por cierto, para visualizar las invitaciones… ¿Cómo se llama tu novio?

- ¿Uh? Es verdad- dijo Serena sonrojándose – su nombre es Ash Ketchum.

Y todo se volvió incómodo en ese momento.