Disclaimer: Gravitation y sus personajes son propiedad de Maki Murakami, así como Card captor Sakura y sus personajes son propiedad de CLAMP. Yo no gano ni me beneficio monetariamente con sus creaciones, pero obtengo la satisfacción de plasmar unas ideas loquillas que flotan en mi cabeza.


"ERASE UNA VEZ HACE MUCHO TIEMPO..."

~Prólogo.

Había una vez, hace mucho tiempo, en un reino muy lejano,

en una era sin nombre, en un mundo sin forma,

tan lejanos ya que el hombre no recuerda;

existía un príncipe que soñaba con amar

aunque fuera una vez en la vida.

A través de esa ansia ensoñadora, de poeta y romántico,

tenía la sensación en los labios, de haber probado la delicia de besos castos y pasionales,

podía percibir en el cuerpo, un ardor pasado de manos dulces y suaves

y en el corazón, el paso de un cálido fulgor de latidos y frenesí, desesperantes;

hasta el punto de desbordarse.

No lo sabía, pero todo ello, era la huella que había dejado en él su historia,

porque el había sido protagonista del más dulce relato

borrado por el sacrificio de un hechizo.

Solo una historia...

Una historia de traición, de dolor, de despecho,

de venganza, de tristeza, de desesperación,

de reencuentro, de destinos, de verdades,

de recuerdos, de confusión, de lágrimas, de alegrías,

de bondades, de ternura, de pensamientos,

de palabras, de sentidos, de pasión, de lujuria, de deseo...

o tal vez una simple y sencilla historia de amor.

Este es el relato de un amor entre dos personas, entre dos vidas, entre dos hombres,

unidos por el destino y separados por el.

Una historia de la que nadie tiene memoria.

Erase una vez... hace mucho tiempo.

Un sentimiento que se mecía dentro de él solo se vería apaciguado cuando estuviese a su lado

El viento ondeaba sus cabellos dorados que se dejaban hacer ante las caricias de este, y los rayos del atardecer que moría alumbraban la belleza extasiante de su linaje tan perfectamente delineado e implantado en cada rasgo de su rostro y su cuerpo. Una leyenda que moría o que al menos él había decidido que moriría por el bien de toda su gente, solo por seguir el rumbo de su corazón... cuantos vuelcos podría darle su corazón; solo oírle pronunciar su nombre y toda su alma se movía desesperada dentro suyo, y aun así seguía sin saber que hacer y si lo que hacía era lo correcto, escuchando el latir de su corazón que le decía que no importaba el futuro, lo único que importaba era el presente, que lo mejor era vivirlo al máximo. El futuro que se dejara venir, ya verían como lo enfrentarían, aún si medio mundo se ponía en contra. Con este pensamiento halo de las riendas de su caballo alejándose de donde un momento se detuvo a mirar aquel precioso paisaje, que mostraba todas las casas rodeadas de ríos, vegetación, siguiendo el camino y un poco más al noreste, imponente y majestuoso se asentaba el castillo de aquel reino de Fedrar.

Bajo a la colina, a unos veinte minutos de allí se hallaba una casa bastante humilde a donde en la entrada detuvo al caballo, una joven que se encontraba en ella le saludo cordialmente como hacía cada vez que aquel hombre pasaba por ahí y se detenía, ya que aquella se había vuelto una costumbre bastante regular.

- Eiri-san que gusto tenerlo por aquí

- ¿Qué tal Maiko, todo bien?

- En perfectas condiciones, gracias por preguntar

- Y...

- Si busca a mi hermano - dijo guiñándole el ojo - se encuentra en la parte trasera alimentando a los caballos

- Muchas gracias

Eiri Uesugi, aquel joven de 23 años era capitán del ejército de Fedrar, un soldado bastante competente, el mejor que había tenido el reino en años y en el que estaba depositada la confianza del rey Yuki Kitazawa.

Eiri detuvo al caballo y bajo de él, caminando quedamente hacia los establos donde diviso a un joven que alimentaba a un blanco corcel, propiedad de uno de los vecinos del lugar, el cual, seguramente lo había dejado para que lo cuidaran a cambio de un pago bastante decente. Eiri quedó detrás del joven, sonrío natural y espontáneamente, para después susurrarle al oído.

- ¿Me extrañaste Shu? - El joven giró hacía atrás al reconocer la voz que le hablaba, sonrío y se abalanzó sobre Eiri

- Eiri eres tu, waaa que alegría verte

- Bueno eso responde mi pregunta

- Pues que creías baka, claro que te extrañe, te extraño siempre que te vas por ahí y me dejas como una doncella esperando e implorando que no te pase nada

- Obviamente no me pasara nada, porque no quiero que en ese bello rostro se derramen lágrimas por culpa mía

- Eiri... - dijo en un susurro y después buscó sus labios para ansiadamente robarle un beso.

Lentamente se dirigieron dentro del establo, en el cual había espacio para dos caballos, pero por ahora solo se ocupaba el espacio de uno, mas aparte donde se ponía el alimento que era la pastura... y visualizada por aquellos hombres como un lugar cómodo para demostrarse su afecto. Eiri depositó al joven sobre esta y lo admiró por unos instantes, su querido Shunichi Shiokawa, un joven de 19 años de edad de mirada azulada y cabellos rosados; lucía tan inocente con aquel rubor que estaba calmadamente posado sobre sus mejillas… como si fuese la primera vez que lo poseía, Shunichi siempre miraba como si fuese la primera vez; y sin embargo entre esos juegos podía encontrarse con una fiera que no se saciaba a pesar de sus constantes lloriqueos que en medio del acto se oían como un mensaje subliminal, eran una forma sutil e indirecta de pedir más.

Desató lentamente la capa que le cubría para después deshacerse de las finas prendas que le envolvían, Shunichi lo miraba discretamente a la vez que el calor en su cuerpo empezaba a atormentarlo, no lo había tocado siquiera y ya empezaba a provocarle bastantes sensaciones en su cuerpo. Entre caricias juguetonas ambos se encontraron, como muchas otras tantas veces, sintiendo a sus cuerpos en contacto; deleitados con la danza, ritual o cualquier otra palabra que pudiera describir los movimientos, caricias, miradas, suspiros, besos... que remplazados por palabras, decían como el corazón palpitaba desesperado gritando sin voz, un te amo en lo profundo de aquellas dos almas ansiosas por unirse, por sentirse un solo cuerpo aunque fuese solo unos momentos. Ambos cuerpos temblaron, uno bajo el otro, tocando al amor que exhalaba cada poro de su piel para finalmente caer suave y lentamente rendidos, Eiri salió de Shunichi y lo envolvió a el.

- Eiri... dime, ¿siempre estaremos así?

- ¿Acaso temes algo?

- Bueno yo... a veces creo que todo esto es un hermoso sueño del cual espero nunca despertar

- Claro que no despertarás, ya lo estás

- Te amo demasiado, si algún día no vuelves de esas batallas...

- Bueno... - lo dijo mientras con una mano le indicaba al rostro del pelirosa que debía mirarlo, este accedió y Eiri continúo con lo que decía - ... ya no tendrás motivo, iré con el rey y le diré que dejo mi puesto

- ¡¿Lo dices en serio?!

- Claro, tengo muchos motivos, la guerra que lleva como estandarte la libertad no es más que un tormento para pequeños pueblos conquistados que caen en una peor miseria de la que se encontraban, el rey a sucumbido ante el poder y me desilusiona saberlo pero no quiero ser parte de esa porquería, y otra de las razones es que no quiero que sigas enfadándote cada vez que vuelvo

- Eiri yo solo... - antes de poder decir nada Eiri se trago aquellas palabras en un beso

- No digas nada, ¿no estas feliz?

- Claro que si... ¡Waaa Eiri eres tan mono, todo lo haces por mi!

- No te la creas tanto

- Oh vamos Eiri no seas tan quisquilloso y dilo ya, me amas tanto como yo a ti

- Bueno ya lo dijiste tú así que, no hay necesidad que lo repita yo

- ¿Por que eres tan orgulloso?

- ¿Y tu por que eres tan gritón?

- Yo no grito

- Ajá, lo de hace rato me dijo todo lo contrario, hasta el pobre caballo se asustó y seguro todos pensaron que te estaban matando

- Que cruel - Shunichi se sentó haciendo un pucherito y volteándose al lado contrario para no mirar a Eiri, estaba enfadado con el

- Jajaja me encanta hacerte enojar

- lalalala, eres un odioso

- Y tu eres una cosita linda, ya no te enojes, ¿si?

- Mejor vamos a cenar, tengo mucha hambre - Shunichi se levantó y se vistió - te engañe

- Tonto y además mentiroso

- Di lo que quieras

Y entre discusiones Eiri imitó a Shunichi para seguirlo a la casa. La cena fue amena entre una que otra "pelea" que tenía la pareja. Maiko de verdad estaba contenta de ver a su hermano Shunichi tan feliz, a pesar de que no era muy bien visto que entre hombres hubiese amoríos, lo cierto era que para ella el hecho de enamorarse era tan grande que no importaba de quien fuese, al fin que el amor no distingue mas que a las personas... al alma, de la cual seguro su "cuñado" y su hermano se habían enamorado.

- Bien tengo que irme

- Pero no duraste nada

- Regresare en unos días, tengo que ir con el rey, que seguro no tomara nada bien mi noticia pero para su desgracia ya he tomado mi decisión y no pienso revocarla

- Te extrañare

- Vamos me he ido por mucho mas tiempo

- Bueno pero para mí lo que sea es una eternidad

- Ya empiezas a sonar como mi hermana

- ¡Eiri! Lo digo porque es la verdad

- Si princesita

- Ya lárgate entonces

- Nos vemos pequeña princesita - Eiri dio un beso fugaz a Shunichi, con puchero en la cara por supuesto, sonriendo ante la faceta de su amante montó a su caballo y se alejo, el puchero desapareció de la cara de Shunichi, sus dedos tocaron sus labios y su semblante cambio

- ¿Qué sucede hermanito, por que pones esa cara?

- Maiko, no te ha pasado que sientes que tu corazón te grita que corras hacía alguien que se va para alcanzarlo, es una necesidad, no quieres que se vaya por que temes que no vuelva

- Bueno el joven Eiri va a volver, te lo dijo en la cena y te lo debió a ver repetido ya que siendo tú...

- No Maiko, esta sensación es muy distinta a otras veces, y no me gusta, no me gusta nada

- Tu y tus figuraciones raras. Mejor vámonos ya a dormir, seguro y es la edad no te preocupes, tu novio se ha ausentado por tanto tiempo y míralo, se sabe cuidar perfectamente

- Si, soy un tonto

Maiko se metió a la casa, y antes de que Shunichi hiciera lo mismo dio una ultima mirada al camino que había seguido Eiri, ni con las palabras de Maiko se sentía tranquilo; algo, como si antes de saltar al vacío, se mecía dentro de el y ese sentimiento no lo dejaría en paz hasta verse de nuevo junto a Eiri.

Pasó toda la noche de camino al castillo, Shunichi le había insistido que durmiera esa noche en la casa y temprano en la mañana se fuera; pero no sabía como describirlo, tenía la necesidad de ir para volver rápido, de hecho tenía la necesidad de quedarse y no irse nunca...ciertas palabras dichas por su amado pelirosa le llegaron a la mente "- Eiri... dime ¿siempre estaremos así? –", un temor extraño se posaba de pronto en su alma porque, ahora el también se preguntaba lo mismo. Ja es absurdo, que puede pasar, trato de callar a su corazón con esas palabras sin embargo había algo que lo hacía sentir bastante incomodo y no estaría en paz, hasta que llegara junto a su amante y durmiera junto a el, solo así se sentiría calmado.

En medio de esos pensamientos se encontró frente al castillo, bajó del caballo y uno de los cuidadores le saludo, llevándose al animal a las caballerizas, para después, darse paso al interior de la mole de piedra. Era un lugar bastante rústico, pero no le quitaba el poder que poseía, un salón oscuro envuelto en paredes de piedra talladas con alusiones a la línea real, pilastras pegadas a ellas sostenían adornos ostentosos y centrado al fondo, el trono gris con tallados de oro y madera, decoraban aquel mueble, una fina obra de herrería… pero estaba vacío Seguro el poderoso esta dormido. Detrás suyo escucho unos pasos, un hombre que no aparentaba los 30 y tantos años que tenía, ojos verdes que se conjugaban con el traje del mismo color, cabellos rubios, mas claros que los del soldado que estaba delante de el, y una amplia sonrisa al darse cuenta quien estaba en aquel recinto.

- Eiri que sorpresa

- Seguchi

- Ya te he dicho que me puedes llamar Tohma, soy el marido de tu hermana

- Lo sé

- ¿Y porque tan temprano por aquí? Aún no se ven los rayos del sol

- Deberías saber ya que soy un hombre bastante madrugador

- Si, Mika me lo ha contado, pero no sabía que fueses un "vampiro" digo venir hasta aquí cabalgando desde tan lejos

- Necesitaba ver con urgencia al rey

- Pues Kitazawa-ou aún no se levanta

- Que novedad

- Se te olvida que la gente sensata aún esta dormida

- Eso nos excluye, ¿no crees?

- Como consejero del rey tenía algunos asuntos que estudiar y no tenía sueño

- ¿A que hora puedo encontrarlo en su trono?

- Pues en unas dos horas, aun es temprano, porque no vienes conmigo, a Mika le dará mucho gusto verte

- De acuerdo

Un poco como decirlo, ¿aturdido, desesperado? No lo supo, pero aún sobre el, había un sentimiento que le imploraba ir a despertar al rey y terminar con todo de una buena vez, siguió a su cuñado, por el momento no podía hacer nada mas y desde la ceremonia que unía a Seguchi Tohma con su hermana no la había visto desde hace aproximadamente cinco meses, así que esperando calmar su "extraña desesperación debido a un algo irreconocible e irracional", vería a su hermana.

Llegaron de inmediato a la casa Tohma, que estaba a un lado del castillo, por aquello de lo que se le llegase a ofrecer a su esposa ya que Tohma la mayor parte del tiempo se encontraba trabajando.

Entraron, era un lugar bastante lleno de lujos, amplio y en pocas palabras digno del consejero, la garrapata del rey como solían llamarlo algunos. Y es que no se le despegaba. Mika Uesugi ahora la señora de Seguchi, una mujer alta con bastante porte, ojos de un azul tan oscuro como la noche, cabello largo recogido en una trenza y un adorno de mariposa de lado derecho, un vestido largo de terciopelo rojo y las mangas caían delicadamente, en su mano izquierda la argolla de matrimonio. La mujer del segundo hombre más poderoso de Fedrar. Mika estaba levantada desde hacía mucho tiempo, se encontraba sentada en una de las habitaciones leyendo unas cosas mientras la mujer que le servía, le avisaba de la llegada de Tohma y de un acompañante.

- Vaya hasta que apareces

- Lo siento Mika, pero mira te traje una sorpresa

- ¿Sorpresa?

- Hermanita – dijo sin emoción

- ¡Eiri! que alegría, hasta que recuerdas que tienes una hermana, insensato - le dijo esto ultimo dándole un zape

- Que te crees

- Se te olvida acaso... soy tu hermana, tarado, y la mayor

- Je, je que bien que se lleven de maravilla me tengo que ir, deje asuntos pendientes, Eiri-san estas en tu casa - dicho esto ante la mirada de reproche de Mika salió

- Bueno después de este recibimiento, gustas algo hermano

- Si, es lo mínimo que merezco después del "cariño" que me diste

- Marina – habló con tono solemne a la joven que le asistía en los quehaceres del hogar

- Si señora

- Prepare el desayuno para dos por favor

- Enseguida

Se dirigieron al amplio comedor, Marina sirvió el desayuno en el que ambos hermanos degustaron en silencio, terminaron quedando ahora sobre la enorme mesa, dos tazas de té.

- ¿Cómo va tu vida en matrimonio hermanita?

- Como verás Kitazawa-ou parece mas esposa que yo misma

- Lo supuse

- Solo veo a Tohma por lapsos, en el día no aparece y en la noche menos

- Entonces nunca seré tío - Mika lo miró indignada - tranquila hermanita solo bromeaba

- Humm a veces pienso en el porque acepte casarme con el

- Era tu prometido lo olvidas

- Lo malo de ser mujer, pero riquezas no me faltan y con eso me conformo, en fin y a ti, ¿como te va? La última vez que nos vimos no acabaste de contarme como fue que te liaste con el mocoso hijo de Shiokawa

- Ese problema es de nuestro padre, yo ni siquiera sabía que pasos tenía. Apenas tuve la edad suficiente y me mando al ejército, alegando que Seguchi tenía contactos

- Bueno intuyó que algo bueno habrías de hacer, por eso de que el fue un gran guerrero...

- Pero, como no pudo explotar sus facultades, quiso que yo hiciera lo que el no pudo... lo que el viejo haya hecho no me importa en lo mas mínimo

- Si, como a ti no te comprometió

- Dejémoslo descansar en paz, el caso es que Shunichi comprendió que yo no tuve nada que ver en lo de las tierras que le quito mi padre al suyo

- Seguro se las devolverás, por mi puedes hacerlo, con esto - dijo mientras alzaba los brazos - no me hace falta

- Que lindo gesto hermanita

- Ya sabes, cuando quieras

- Bueno, debo ir al castillo, necesitaba hablar con el rey

- Con el pomposo jajaja no se como lo puedes soportar

- No vivo con el

- Agh pero es odioso, aunque a ti te tiene en mucha estima

- Lo sé, pero me va a bajar de su pedestal en cuanto le de la razón del porque estoy aquí

- ¿Y eso?

- Me retiraré del ejército

- Vaya. Por primera vez estoy de acuerdo en algo contigo

- ¿De verdad me apoyas?

- Claro, lo haces por amor, ¿no es así?

- ...

- Me da gusto por ti, por lo menos uno de los dos será feliz

- Gracias Mika, no se que decir

- No digas nada, yo soy más material, por lo menos Tohma me trata bien y eso del amor no lo conozco por lo tanto, no me interesa, así estoy bien.

Mika miro dulcemente a Eiri, tomo su mejilla para después fundirse en un abrazo. Por alguna razón ambos lo hicieron con mucha fuerza y ante sus mentes llegaron recuerdos de su infancia, de antes de que Eiri se fuera de la casa por mandato del padre de ambos. Los juegos y las risas de ambos niños junto con una Mika que alegaba que algún día encontraría a su príncipe azul y que sería el amor de su vida; cuando Eiri volvió, su hermana ya no era la misma, siempre supuso que era porque, de alguna forma, al saberse que estaría comprometida y se casaría con alguien impuesto le dolía y para ella era un forma de sobrellevarlo de una mejor manera. Era algo que sin haberlo platicado nunca, lo supiera. El abrazo se rompió y Eiri descubrió que lloraba, sin saber porque, al igual que Mika. Se enjugaron las lágrimas y sonrieron.

- Nos vemos hermano

- Cuando hable con el rey, vendré a verte - Eiri dio media vuelta y antes de salir Mika lo detuvo

- Te quiero Eiri

- Yo también, aunque seas tan amargada

- Tonto

Le soltó el brazo, y ante una última sonrisa vio como su pequeño hermano se fue ¿Por qué se sentía así?, con esa ansiedad, con un nudo tan fuerte... dentro de su garganta ¿Por qué de pronto todo el cariño de su hermano le dolía sentirlo? No lo supo, pero esperaba que pronto Eiri hablara con el rey y tener su tan ansiada visita, y sus "insultos" de hermano... solo así estaría tranquila.

Los primeros rayos del sol tocaban la tierra de Fedrar, la mañana había llegado para alegría de Eiri que empezaba a resentir la noche sin dormir. "Espero que Kitazawa-ou ya este despierto" se dijo mientras entraba de nueva cuenta al castillo. El trono esta vez no estaba vacío, ahora era ocupado por un hombre de 32 años, mirada ambarina y debajo de una pequeña tiara que señalaba el estatus que representaba en aquel lugar, rebeldes cabellos castaños claros se posaban sobre el rostro del rey de Fedrar, Yuki Kitazawa. El rey miraba fijamente a Eiri y este le sostenía la mirada, el rey esbozo una sonrisa.

- Eiri, que sorpresa tenerte por aquí

- Su alteza - dijo esto reverenciándolo

- Oh vamos Eiri, entre tu y yo no hay formalidades, ya lo sabes

- Yo...

- ¿Haz venido por algo en especial, a pedirme algo...?

- Necesitaba hablar con usted

- Tohma me lo comentó, ¿no es así Tohma?

- Si, Eiri deseaba hablar con usted

- Bien Eiri ¿que necesitabas decirme?

Eiri no había visto a Tohma llegar, pero sin darle tanta importancia, prosiguió con lo que con tanta ansia quería decirle al rey

- Su alteza

- Sin formalidades por favor

- De acuerdo, Yuki, yo... estoy muy agradecido con todo lo que me has brindado en estos últimos años

- Y no es para menos Eiri - se levantó del trono y se dirigió a Eiri, le sonrío nuevamente y se giró para, mientras caminaba, seguir hablando - todo lo que ahora poseo, lo que le puedo llamar reino y no la miseria que el antiguo rey mi padre manejaba, este extenso y basto territorio, digno de su majestad; todo este reino lo he obtenido en gran parte gracias a ti

- Sólo hacía mi trabajo

- Y de que manera, este reino no había tenido un guerrero tan audaz y capacitado en muchos años

- Su majestad tiene mucha razón, Eiri es bastante habilidoso en el arte de la guerra, y claro, su padre pudo notar esas cualidades, las cuales, a pesar de que el no las hubiese podido utilizar, vio orgullosamente como su hijo las heredaba

- Acaso hay algo que necesites... con mucho gusto te lo daré, solo pídelo

- Bueno, verá, yo... estoy muy agradecido por todo, pero he decidido abandonar mi puesto

El rey paró en seco su "caminata", se giró para mirar a Tohma que solo alzó los hombros en señal de no saber nada, aunque al igual que el rey, estaba sorprendido ante aquella noticia. Después se dirigió mas seriamente hacía Eiri.

- Dame un buen motivo Eiri

- Yo, tengo por quien vivir, si usted me entiende

- ¿Por quién vivir, acaso ya hay alguien en tu vida, estas comprometido?

- Podría decirse, por ello, he decidido que es lo mejor para empezar una nueva vida; me apena mucho dejar mi cargo pero de verdad necesito hacer esto

- De acuerdo Eiri, gracias por prestarme tus honorables servicios

- Con su permiso me retiro

- Adelante

En aquella habitación se respiraba la tensión, Eiri lo percibió a pesar de la expresión impasible que mostraba el rey, pero ya había dicho lo que había que decir, no le quedo más que salir de aquel recinto para arreglar algunas cosas y regresar lo más pronto posible junto a Shunichi. Mientras tanto Tohma y Yuki solo miraron cuando Eiri salió de ahí, después de ello el rey caminó hacia su trono y se dejo caer pesadamente. Suspiró para, después de sugerir que le trajeran algunas cosas para el desayuno, volverse a Tohma.

- ¿Quién es?

- ¿La persona por la que deja todo esto?

- Ajá, quiero saber todo sobre ella

- Bueno, Mika me ha comentado que Eiri se enamoró... de un plebeyo

- ¡Plebeyo! Por un plebeyo deja un puesto tan envidiable y una vida llena de gloria. ¡Dios! ¿Pero que rayos tiene en la cabeza Eiri?

- Y, eso no es todo

- No me digas que hay algo peor

- Si lo hay, el plebeyo es un hombre

- ... u - un hombre ¡por un hombre muerto de hambre me deja, a mi y a su pueblo!

Yuki se envolvió en cólera, se levantó blasfemando al sujeto en cuestión para después como rayo, una idea le cruzará la cabeza, gloriosa y bella visión. Recobró la compostura y con una sonrisa maliciosa se dirigió a Tohma

- ¿Cuál es el nombre del bastardo?

- Shunichi Shiokawa

- Shiokawa eh ¿no es esa familia a la que el padre de Eiri y yo quitamos tierras hace unos años?

- La misma

- Perfecto... ¡Tachi!

- Si dígame su majestad

- Quiero que vayas a la dirección que Tohma va a darte, y le des un mensaje a un joven llamado Shiokawa Shunichi... claro no sin antes una previa presentación de esas que sólo tú sabes hacer

- ¿Quiere que lo mate?

- Por supuesto pero, no lo mates al instante, solo dale una herida que le haga sufrir, una herida que le haga ver una muerte lenta y dolorosa – el rey sonrío malignamente de solo imaginarse la escena, su mirada brillo- y dale este mensaje "El rey le manda decir que Eiri Uesugi solo le pertenece a un hombre, que si no lo quiere ver en la misma situación en la que el va a quedar, lo deje, que rompa cualquier relación con el, que se obligue ha hacer que Eiri Uesugi no haga otra cosa que repudiarlo"

- ¿Eso es todo?

- Si, y quiero un buen trabajo

- Por supuesto su majestad

- ¡Su majestad! ¿Esta seguro de querer tomar estas medidas?

- Entre todos los hombres que están a mis servicio, tu y Eiri son los que están en mi mayor estima; y no por un mocoso estúpido y además de una calaña poco convincente voy a dejar que el mejor de mis hombres caiga del pedestal en el que esta parado para ir a uno que lo ponga en la burla, así que Tohma, no cuestiones mis decisiones y mejor ve con Tachi para que le des la ubicación de la nueva "residencia" Shiokawa.

Tohma no dijo palabra alguna y se retiro en silencio, el bien sabía que él y su cuñado, estaban en los más altos pedestales para el rey. Pero algún brillo de malignidad se vio reflejado en la mirada de Yuki y no le gustaba nada... acaso eran ¿celos? y recordó las palabras de hace unos momentos "por un hombre muerto de hambre me deja, a mi y a su pueblo" el mi lo recalco de una forma posesiva ¿Acaso el rey tenía otra especie de cariño hacia Eiri? Eso ya lo arreglaría después ya que en parte, la información dada no se la daba de mala gana, el tampoco quería que Eiri se involucrara con ese mocoso, aunque la actitud del rey tampoco le agradaba del todo.

Mientras tanto el rey miraba en su copa el vino mientras sonreía

- No te vas a escapar, a mi nadie me deja por un estúpido muerto de hambre, Eiri Uesugi siempre te vi como un trofeo, mi brillante y precioso trofeo y como tal, no hay más que un solo ganador dueño de el y claro ese soy yo, salud por eso - levantó la copa al aire para después beber del contenido... para Yuki era más que claro que Eiri debía ser sólo y exclusivamente para él.


¡Hola a todas las personas que me lean!

Les doy la bienvenida a esta nueva/vieja historia, que ya lleva un tiempo olvidada en mi ordenador, pero que hoy me anime a revivirla

¿Qué les pareció? ¿Les gustó? A mi en lo personal me parece encantadora jijiji además de que es interesante hacerla a modo de leyenda, se me hace una idea de alguna manera romántica, no sé que piensen ustedes, igual pueden hacer cualquier crítica, opinión, chisme o comentario (jiji) hacía esta historia, cualquier review será recibido con mucha alegría a lo largo de los capítulos.

Les cuento que será un Alter Universe (AU) y como es de esperarse contara con algo de OOC de parte de algunos personajes. Lo irán viendo conforme el paso de los capítulos.

Sin más preámbulos nos leemos una vez por semana, les aviso que la actualización será cada jueves o viernes.

Gracias y fin de la transmisión.