kingdom of life
Los humanos cuentan muchas historias a sus pequeños, y todas ellas suceden en maravillosos castillos o en magníficos paisajes. Generalmente las historias son adaptadas a su edad y a la capacidad de su inteligencia emocionándose con cada aventura y un "vivieron felices para siempre", pero los mayores, al perder esa inocencia que los caracterizaba cuando niños, reclaman historias más enjundiosas con finales más realistas al mundo actual sin el tan esperado felices para siempre, el cual no existe. Bueno, la historia que se contara a continuación será para esos pequeños mayores con más hambre de realidad esperando cumplir con sus expectativas.
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Hace mucho tiempo, existió un maravilloso reino gobernado por un matrimonio, el rey de las estrellas y la reina de las rosas.
Ambos reyes venían de diferentes lugares y costumbres, los padres de ambos no les permitían casarse, pero con el amor tan profundo y sincero que se tenían, les dio el valor suficiente para abandonar sus respectivos reinos para casarse y formar su propio reino maravilloso. Las rosas vanidosas de pétalos multicolor, al ver que su reina las abandonaba, la maldijeron con un conjuro: si el amor tan profundo que le tenía el rey de las estrellas no era verdadero, su corazón dejaría de latir y su cuerpo consumido por las espinas. ¿Ustedes creen que los padres de ambos tenían razón al imponerse al amor que se tenían?
Tiempo después, la reina de las rosas dio a luz a gemelos, una hermosa princesa y un encantador príncipe. Los reyes estaban felices con sus pequeños, pero la felicidad les duro poco al enterarse que su hijo heredó la maldición de su madre. El rey de las estrellas, desesperado por perder a su esposa y su hijo, busco por todos los reinos vecinos a quien pudiera eliminar la maldición, pero era tan poderosa que ningún brujo se atrevió a curar a la reina y al príncipe. El rey al final se resignó, esperando que con el amor que le tenía a su familia bastara para mantenerla unida.
Los gemelos, desde que nacieron, eran tan hermosos y encantadores que se robaban el corazón de los reinos vecinos, ganando muchos amigos y compañeros de juegos. Los príncipes tenían como amigos al príncipe caballero y su hermana menor, la princesa de corazón valiente, ambos muy enérgicos y traviesos parecidos entre sí, también tenían de amigo al príncipe invisible, que siempre se perdía, al príncipe gruñón y al príncipe feliz, ambos gemelos al igual que ellos, el príncipe sapo (según el muy hermoso) y su hermana, la princesa costurera, siempre creando lindas vestimentas para sus súbditos.
Los hermanos eran muy unidos y no se separaban en ningún momento. El príncipe era muy protector, cumpliendo cualquier capricho de su hermana, y la princesa muy celosa, haciendo pucheros cada vez que alguien se acercaba mucho a su hermano. Durante las noches de tormenta, la princesa con mucho temor se escapaba de su cuarto a dormir con su hermano para que la protegiera y el príncipe con una sonrisa, le contaba mágicas historias para calmar los miedos de su hermana.
No pasaron muchos años cuando los problemas empezaron a surgir, el rey de las estrellas y la reina de las rosas peleaban muy seguido, empezando a que se disminuyera el amor entre ellos y tanto a la reina como el príncipe los empezara a consumir la maldición de las rosas poco a poco sin darse cuenta de ello. Eran tan fuertes las peleas y tan sinceras las blasfemias, que terminaron con destruir ese reino tan maravilloso que habían formado. Los reyes terminaron su matrimonio y con ello separando el amor fraternal que se tenían sus hijos. La reina decidió marcharse a su reino de las rosas llevándose consigo a su hijo pero su hija, le rogo a su madre que no la abandonara y no se llevara a su hermano, pues ella se quedaría tan solita junto a su padre. La reina, con lágrimas en los ojos, le beso la frente y le entrego su medallón de flor, afirmándole que siempre amara a su princesa y la llevaría siempre en su corazón. El príncipe pataleo y rezongó antes de irse para que no le separaran de su hermana, pero todo eso fue inútil ya que no le quedo de otra que prometerle a su hermana regresar a su lado y los dos juntos, rehacer ese reino tan maravilloso que crearon sus padres y destruyeron. Con su corazón infantil destruido, la princesa se despidió de su madre y hermano, esperando cumplir con la promesa hecha y conseguir su "feliz para siempre".
"La princesa al quedarse con su padre, se convirtió en la princesa de las estrellas y el príncipe al irse con su madre, se convirtió en el príncipe de las rosas".
