Nota aclarativa: Es un Achele ya que los personajes principales son Dianna Agron y Lea Michele pero no está basado en la "realidad" Es una historia que se me ocurrió con ellas, así que no esperéis otra que no sea eso.


Capitulo 1: Llegar tarde a veces puede traer grandes cosas

Dianna caminaba con prisa por las calles de Los Ángeles, tenía una importante sesión fotográfica con una de la revista mas vendida de todo el país. Había sido una suerte que la llamaran para aquello ya que aunque su carrera estaba en pleno auge debido a varias películas que había realizado y que habían resultado ser un éxito en taquilla, esa revista en cuestión solo entrevistaba a estrellas ya consolidadas y que llevaban mucho tiempo en el mundo del cine y televisión.

Miró la hora de nuevo y maldijo para si misma, ya llegaba tarde. ¿Como era posible que a pesar de haber estado con 2 horas de antelación preparada, consiguiese llegar tarde? Ni siquiera lo entendía. Suspiró y aceleró el paso intentando evitar en el trayecto a todos los transeúntes que parecían haber elegido ir en dirección contraria a la que ella iba solamente para fastidiarla.

Ya casi estaba llegando, vislumbró el edificio entre la multitud y comenzó a ponerse cada vez mas nerviosa, distrayéndose de esa manera de su trayecto y chocando sin querer con una pequeña chica. Apenas fue un pequeño golpe que las desestabilizó a ambas momentáneamente, pero Dianna no tenía tiempo para esas cosas, así que gritó una disculpa y siguió su camino.

Antes de entrar en el edificio cogió aire intentando parecer calmada y entró con paso decisivo hasta el mostrador de recepción.

-Buenos días -le dijo la chica tras el mostrador- Nombre y motivo de la visita por favor -le pidió cogiendo una lista entre sus manos.

-Dianna Agron, vengo a una sesión fotográfica -respondió.

La chica hecho un vistazo a la lista y después de unos segundos asintió.

-La están esperando, adelante. Diríjase al ático -le explicó regresando a su trabajo.

Dianna asintió y caminó hasta el ascensor jugando con los botones de su abrigo intentando controlar los nervios. Se introdujo en él y antes de que siquiera pudiese pensarlo ya se encontraba en el ático, con las puertas abriéndose y viendo al otro lado como ya se encontraba todo el equipo montado y esperándola.

Bajó la cabeza algo avergonzada y entró en la estancia dirigiéndose hacia su agente y publicista que se encontraban hablando en esos momentos con el fotógrafo.

-Bueno días -murmuró.

Los hombres se giraron al oírla.

-Llegas tarde -soltó su agente frunciendo levemente el ceño.

-El trafico de esta ciudad es horrible -se excusó como pudo.

El fotógrafo le sonrió de manera delicada.

-No importa, ya estas aquí que es lo importante -le dijo cálidamente- Ve a maquillaje para que te preparen.

Dianna asintió y se dirigió hacia los tocadores. Se quitó el abrigo colocándolo en una de las perchas del lugar junto con el bolso y se sentó en la silla frente al espejo. Nada mas que lo hizo un par de manos comenzaron a trabajar en su rostro y en su pelo mientras ella simplemente se dejaba hacer.

Después de unos minutos, cuando ya casi estaba preparada el agente llegó a su lado observando como estaba quedando.

-Esta tarde es la entrevista para la revista -le recordó.

-Lo se -respondió simplemente intentando no moverse demasiado para no dificultar el trabajo a la maquilladora.

-Y quería hablarte de una nueva película que quieren que realices, pero es una larga conversación así que creo que será mejor que lo hablemos en otro momento.

Dianna lo miró de manera curiosa queriendo saber ya cual era esa nueva película y porque necesitaban una larga conversación ya que normalmente él le da un guión en el que podría estar interesada, lo lee y luego le dice si quiere o no hacerlo, así de simple. ¿Porque en esa ocasión era diferente?

-¿Te parece bien quedar a comer el miércoles? -le preguntó.

-No se si tengo ya algo planeado para ese día -le respondió Dianna- ¿Te importaría pasarme el bolso?

El hombre le acercó el bolso y ella abrió el compartimento exterior para coger el móvil y comprobar su agenda, pero cuando lo hizo lo encontró vacío. Frunció levemente el ceño y miró en el interior del bolso, buscándolo por todas partes. Ni rastro de él.

La maquilladora se había apartado ligeramente esperando para poder continuar y Dianna se levantó de improvisto casi corriendo hacia su abrigo mientras todos la miraban extrañados.

-¿Qué pasa? -preguntó el agente mientras ella registraba cada uno de sus bolsillos a conciencia.

-He perdido el móvil -dijo derrotada dejándose caer en el asiento de nuevo.

-¿Como? -preguntó con tono asustado el hombre- ¿No lo habrás olvidado en casa? ¿O en el coche? -dijo esperanzado.

Dianna negó lentamente con la cabeza para después suspirar.

-Salí con el de casa, lo tenia en la mano porque estaba enviando un mensaje y luego estoy segura que lo metí aquí -señalo el compartimento exterior del bolso- pero ya no esta.

-No puedes estar hablando en serio... -dijo lentamente el hombre.

Dianna escondió su rostro entre las manos. Hoy no era su mejor día, de eso estaba segura.

-¿Qué pasa? -preguntó el publicista llegando a su lado.

-Ha perdido el móvil -explicó el agente.

-¡¿Qué? -gritó alarmado y se acercó a ella al ver que no decía nada- ¿Había algo en él que podría poner en peligro tu imagen? -preguntó lentamente en un susurro para que nadie mas lo oyese.

-¿Puede ser?... -dijo con miedo en su voz.

El hombre se separó llevándose las manos a la cabeza.

-Eres una irresponsable -le recriminó- ¿Sabes el daño que te puede hacer si algo de ese teléfono sale a la luz?

-¿Te crees que no lo se? -dijo Dianna alzando la voz y enfrentándose a él- Se perfectamente lo que puede pasar y si pasa tendrás que hacerle frente, que para eso te pago.

El hombre la fulminó con la mirada.

-Esperemos que al final no pase nada... -dijo lentamente para después alejarse del lugar.

Dianna miró frunciendo el ceño al agente el cual también se alejó. Ella suspiró y volvió a dejarse hacer por la maquilladora.

Cuando terminó la sesión de fotos se escabulló de allí lo mas rápido que pudo, no soportaba las miradas que recibía del agente y el publicista. Como si fuese su culpa haber perdido el móvil o lo hubiese hecho a propósito. Suspiró y se dejó caer en el sofá nada mas llegar a su casa, poniendo los pies sobre la mesa y cerrando los ojos intentando relajarse.

Aun era temprano, apenas eran las doce del medio día y todavía tenia tiempo hasta la entrevista, ya que aquella sesión de fotos había sido increíblemente temprano, demasiado para su gusto con lo que le gustaba dormir por las mañanas y aunque se había alargado mas de la cuenta, el trabajo era el trabajo y eso había sido muy importante para su carrera.

A los pocos minutos de haberse tirado en el sofá el teléfono de la casa sonó. Se levantó con desgana y lo descolgó sin ni siquiera mirar quien la llamaba.

-¿Si? -dijo al cogerlo.

-¿Con quien hablo? -preguntó una voz femenina al otro lado del teléfono.

Dianna frunció levemente el ceño.

-Eso debería preguntarlo yo, ya que tu eres quien me ha llamado a mi.

-Eso seria lo normal si no fuese porque no se a quien estoy llamando -respondió elocuentemente la chica.

-¿Qué quieres? -preguntó exasperada Dianna.

-Vaya humor -se quejó la chica- Hoy una chica chocó conmigo por la calle y se le cayó el móvil, desde el cual estoy llamando para intentar localizarla y devolvérselo -explicó.

El rostro de Dianna se iluminó.

-¿Tienes mi móvil? -preguntó ilusionada.

-Si tu eres la chica con la que choque, entonces si -dijo simplemente la chica.

-Si soy yo -respondió rápidamente.

-Que pena, pensé que serias mas simpática -murmuró la chica haciendo que Dianna frunciese el ceño- Voy a estar en el parque MacArthur, frente al lago en dos horas, pasa por allí y te lo daré.

-¡Allí estaré! Gracias, por cierto me llamo Dianna.

-De nada -respondió escuetamente y cortó la llamada.

Dianna miró el teléfono confundida.

-Encantada -murmuró a la nada y colgó el teléfono.

Miró el reloj de la pared y calculó cuanto le llevaría llegar hasta el lugar de encuentro y luego hasta su entrevista que era a las 4 y aunque parecía que tendría tiempo de sobra, donde se realizaba la entrevista estaba en la otra punta de la ciudad del encuentro con la chica misteriosa. Maldijo por lo bajo esperando que la chica fuese puntual porque no podía permitirse llegar tarde otra vez.

Dos horas exactas después Dianna llegó frente al lago, el cual se encontraba bastante lleno de gente como era habitual en un día soleado como aquel, aunque al ser otoño hiciese un poco de frío, la gente aprovechaba cada segundo de sol que les brindaba la naturaleza.

Caminó alrededor dándose cuenta en ese momento de que ni siquiera sabia como era la chica. Si, se había tropezado con ella esa misma mañana pero ni siquiera le había prestado atención y no recordaba nada de ella. Suspiró y siguió dando vueltas esperando que la otra si se hubiese fijado en su aspecto.

De repente comenzó a oír algo de alboroto en una de las partes del lago y se acercó curiosa para averiguar que pasaba. Mientras se iba acercando se dejaron de oír las voces de la gente que fueron sustituidas por las primeras notas de una canción tocada con una guitarra.

Sonrió sin poder evitarlo, le encantaban los músicos callejeros los cuales a veces tenían mas talento que los grandes artistas. Se lamentó de todos aquellos que no conseguían triunfar por no ser lo que se supone que es comercial para discográficas y se apoyó en uno de los arboles, un poco alejada del semicírculo que se estaba formando alrededor de un chico, con el pelo a lo mohicano, que tocaba la guitarra y de una chica morena y pequeña que se encontraba de pie a su lado para observarlos mientras esperaba.

Las notas seguían avanzando tocando una canción que ella no reconocía hasta que de repente, la chica comenzó a cantar acompañando a la guitarra. Dianna se quedó con la boca medio abierta mientras la escuchaba. A eso se refería antes, esa chica tenía una voz increíblemente hermosa de eso no cabía duda. Se miró los brazos los cuales se encontraban con la piel de gallina y sacudió la cabeza volviendo a mirar a los dos músicos.

Después de unos minutos se removió inquieta mientras miraba el reloj, ya habían pasado mas de 20 minutos desde que había llegado y no veía por ningún lado a la chica, aunque lo de ver era solo una forma de hablar. Suspiró y miró por última vez a los músicos que ya iban por la segunda canción y justo en ese momento su mirada se cruzó con la de la chica que dejó de cantar atrapada por sus ojos.

Dianna no pudo evitar mirarla con intensidad mientras que la chica rápidamente se recompuso y siguió cantando, la rubia suspiró y se dio la vuelta para irse. Todo había sido una perdida de tiempo, seguramente aquella chica solo quería asegurarse de que era de ella y ahora mismo estaría publicando todo el contenido de su teléfono en Internet. Se mordió el labio preocupada mientras caminaba hasta que un tirón en su brazo hizo que se diese la vuelta asustada.

-Hola -dijo la cantante frente a ella con una amplia sonrisa.

-Hola -respondió lentamente mirándola confundida.

-¿Eres Dianna no? -preguntó la chica.

-Si, pero ahora mismo tengo prisa, lo siento muchísimo -dijo intentando evadirse, lo último que quería en esos momentos era tener que aguantar a una fan.

La chica la miró contrariada mientras Dianna se dio la vuelta con intención de proseguir su camino pero la voz de la chica la hizo pararse en seco.

-¿Entonces no quieres tu móvil? -preguntó con una sonrisa de suficiencia en su rostro.

Dianna se giró rápidamente.

-¿Tienes mi móvil? -hizo la misma pregunta que realizó cuando hablo con ella por teléfono.

-Si tu eres la chica con la que choque esta mañana, entonces si -respondió exactamente lo mismo que la otra vez.

-Oh, gracias a Dios -murmuró acercándose a la chica- ¿Me lo puedes dar? Es verdad que tengo algo de prisa.

La chica lentamente negó con la cabeza haciendo que Dianna la mirase alzando una ceja.

-¿Como que no?

-Si mi invitas a un café te lo doy -dijo sonriendo de manera traviesa la chica.

-¿Me estas chantajeando? -preguntó sin terminar de creérselo.

-Oh venga, no creo que pedir que mi invites a un café pueda considerarse chantaje.

-¿Encima que me tienes esperándote durante media hora tengo que invitarte a un café? -cuestiono.

-No te hice esperar, yo estaba aquí a la hora que te dije, lo único que no te había visto -se excusó- Y si no quieres, pues vale -se encogió de hombros y comenzó a alejarse.

Dianna la miró con la boca abierta y corrió detrás de ella.

-¡Espera! -le gritó haciendo que se detuviese.

-¿Si? -dijo con tono inocente exasperando aun mas a Dianna.

-Vamos, no tengo tiempo para estas tonterías -le dijo cogiéndola del brazo y arrastrándola hasta un puesto de café cercano.

-¿Que desean? -dijo el dependiente.

Dianna miró a la chica esperando que respondiese.

-Un café doble con leche de soja por favor -pidió.

El chico asintió y dirigió su mirada hacia Dianna.

-Eso es todo -sentenció.

En menos de un minuto el café estaba en las manos de la morena y Dianna la miraba expectante.

-Gracias -le dijo la chica mientras tomaba un sorbo, seguidamente sacó su móvil del bolsillo delantero de su vaquero y se lo dio- Adiós -soltó y comenzó a alejarse del lugar.

Dianna miró su móvil en la mano y luego a la chica que se alejaba, con la boca abierta y sin saber muy bien porque, volvió a correr detrás de ella.

-¡Espera! -volvió a gritar.

La chica se giró y la miró confundida.

-¿Ya está? -pregunta confundida Dianna.

-Tú querías tu móvil y yo quería mi café, las dos tenemos lo que queríamos, así que si -dijo sin comprender porque la otra chica seguía detrás de ella.

Dianna frunció levemente el ceño pensativa y volvió a mirar su móvil.

-¿Has mirado lo que hay en él? -le preguntó de repente- ¿No lo habrás publicado en Internet no?

La chica alzó una ceja sin dejar de mirarla mientras bebía de su café.

-No eres lo suficiente interesante para mi como para cotillear en tu móvil -le explicó.

Dianna la miró entre sorprendida y ofendida. ¿Como que no era suficiente interesante? ¿Quien se creía esa niña para decirme algo así?

-¿Tú sabes con quien estas hablando? -le soltó con altanería.

-Con una prepotente por lo que veo -afirmó la otra dejando muda a la rubia, luego suspiró y prosiguió- Eres Dianna Agron, una de las actrices en potencia del mundo del cine. Has tenido varias películas con un gran éxito y todos preveen en ti una gran trayectoria profesional.

Dianna la miró con la boca abierta.

-¿Siempre has sabido quien era? -preguntó lentamente.

-Si -dijo simplemente la chica bebiendo de nuevo de su café.

-¿Y aun así no has mirado en el móvil? -siguió preguntando.

La chica suspiró exasperada.

-Valoro mucho la privacidad de las personas así que no, no he mirado tu móvil a excepción de la lista contactos cuando busqué el teléfono de tu casa para llamarte -le explicó- Y si me disculpas yo también tengo cosas importantes que hacer -dijo señalando al chico de la guitarra.

-Gracias -susurró Dianna pero la chica no respondió y se alejó del lugar claramente molesta por la actitud de la rubia.

Dianna suspiró y miró la hora, ya eran las 3 de la tarde y seguramente no llegaría a tiempo. Maldijo y hecho a correr en busca de un taxi, a lo mejor tenía suerte y el taxista era un loco al volante y cruzaba volando la ciudad hasta su destino.

Llegó por los pelos casi corriendo en el lugar haciendo que su agente la mirase frunciendo el ceño claramente molesto.

Cogió aire intentando recuperar el aliento y se acercó a su agente y a la periodista, les sonrió dulcemente y se sentó frente a ellos en el sillón dejando su abrigo a un lado.

-Buenas tardes -dijo con su mejor sonrisa.

La periodista la miró con algo de adoración en su mirada.

-Encantada de conocerla por fin -comenzó diciendo la periodista pero en cuanto se dio cuenta de su tono, que claramente indicaba que era una fan, carraspeo y miró su libreta- Vamos a comenzar con unas preguntas sencillas si no le importa.

-Por supuesto que no me importa, pregunte lo que desee -afirmó sin borrar su sonrisa.

El agente la fulminó con la mirada, no debería haber dicho aquello, lo sabia, eso podría llevar a que le preguntasen cosas que sencillamente no quería responder, pero la presencia de aquel hombre la estaba molestando sobremanera y quería molestarlo a él de la misma manera.

-Pero preferiría que fuera en privado -comentó Dianna haciendo que la periodista la mirase confundida.

-Bueno... -comenzó a decir nerviosa mirando a la rubia y luego al agente sin saber muy bien que decir- a mi no me importa...

-Robert por favor, ¿te importaría dejarnos solas? -le dijo a su agente que seguía fulminándola con la mirada claramente enojado.

-No creo que sea conveniente -cuestionó él.

-Yo creo que si, si estamos solas yo estaré mas cómoda, ella también y seguramente saldrá una mejor entrevista -explicó sin dejar de sonreír- así que por favor.

El hombre gruñó por lo bajo y se levantó de su asiento alejándose hacia la barra para darles privacidad.

-Es demasiado protector -dijo en tono de broma la rubia.

Una cosa era molestar a su agente y otra muy diferente era que se enterase aquella periodista de que no lo soportaba, por eso decidió tomar la actitud de que no pasaba nada.

La periodista se rió tapándose la boca con la mano.

-Lo comprendo -afirmó.

Dianna le sonrió dulcemente y la entrevista comenzó.


Las actualizaciones de esta historia serán un poco mas lentas que las de mis otras historias aunque ya tengo algunos capítulos escritos. El motivo es simplemente que si me pongo con todas al mismo tiempo será demasiado para mi y prefiero terminar las otras bien.

Se que debería haber esperado a terminar las otras para subir esta, pero no lo pude evitar.

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SaraChana1