Shalom, aquí les traigo una historia, mi primer fic Faberry ¡yay! Es una adaptación y es Quinn GenderSwap porque así quedaba mejor. Glee no me pertenece.
A medida que pasan las estaciones del tren, cambia el tipo de viajero. Los turistas ya se han bajado y ahora estoy sola con los autóctonos. Ya hace unas cuantas estaciones que las camisetas han dejado paso a los trajes formales y de chaqueta. Me siento a miles de kilómetros del Paris bohemio donde soñaba empezar mis estudios, pero bueno, he tenido suerte de sobra, me aceptaron la tesis y he encontrado un sitio para vivir, así que no voy a quejarme porque esté en un barrio pijo.
Ya hemos llegado a Monceau, mi parada, ¡ostras! ¿Barrio pijo?, con pijo me quedo corta, altos edificios, bicentenarios con enormes portones, aquí está el parque y la avenida del mismo nombre, ah ya estoy. Pulso el botón de la portería y la portera contesta al momento "Soy Rachel Berry, he quedado con..." no me deja terminar la frase. La monumental puerta se abre con una vibración siniestra y me la encuentro en la entrada de mármol, viste con un impecable traje de chaqueta, parece un ama de llaves inglesa, digo yo ¿todo el mundo va de punta en blanco en este barrio?, me acompaña hasta el ascensor.
"Es en el quinto, lo habitual es que el inquilino de la habitación suba por la escalera de servicio, pero está en reparación y no se puede pasar, así que el señor Fabray le autoriza a utilizar el ascensor" uy que majo este Fabray.
Hace años que no visito a mi prima, me pregunto como estará, me espera delante de la escalera y también va vestida como si fuera a un garden-party fúnebre, me invita a entrar en la habitación donde nos espera un té humeante. La habitación es pequeña pero bien amueblada y decorada con gusto, hay una cama minúscula, un escritorio delante de la ventana y una pequeña cocina, tras la puerta se encuentra un aseo diminuto con su wc, ducha y lavabo. Es una casita de muñecas pero mi prima me explica que es todo un lujo, las chambres de bonne, así se llama a las habitaciones de servicio, aunque no suelen estar tan equipadas. Normalmente el aseo suele estar en el rellano y respecto a la ducha pues tengo la impresión de que me lo voy a pasar bien aquí, aunque de todas formas no necesito mucho mas, una cama y un escritorio serán suficientes para la existencia monástica que me espera este año.
Pero si hay algo que no ha cambiado en Marley ¡es su verborrea! Ya me sé toda su vida, como llego sin un centavo, como fue buscando trabajo hasta encontrar este, de empleada del hogar en casa del señor Fabray, pronuncia señor Fabray con veneración, ostias no sabia que mi prima era tan formal. Y por supuesto ha seguido contándome como conoció a Jake, de su próximo matrimonio y su mudanza a una casita del extrarradio… estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano por no explotar ¿Cómo ha podido dejar de trabajar para irse a vivir con un hombre?
No es que tuviera el trabajo más emocionante del mundo pero ¡Estamos en 2013! Su actitud no me fastidia, ¡Me exaspera!, recuerdo las ultimas palabras de mi padre en el aeropuerto de Lansing: "Sobre todo cuando veas a Marley, cierra esa boquita de feminista implacable, da igual lo que pienses, no digas nada". Después me cuenta con pelos y detalles su magnifica historia de amor, yo sonrío como una estupida. Da igual, pues en realidad esta historia de mi prima ha sido mi salvación en esta vuelta precipitada, bueno eso y la generosidad del famoso Fabray, que me ha permitido quedarme en la habitación de mi prima hasta que me establezca en París.
Señor Fabray, llevo dos horas oyendo hablar de el y este personaje ya me cae mal, esta forrado, tiene un edificio y solo vive aquí de vez en cuando, me lo imagino como una especie de tirano en pijama de seda, será un sesentón, Marley no sabe a que se dedica pero ¿tiene un trabajo? ¿Está jubilado? Marley dice que es soltero, seguro que para no llamarle solteròn, perfecto así seguro no me distraerá de mis estudios…
Marley por fin se calla, deduzco que ya se todo lo que tengo que saber, decido irme a explorar el barrio mientras ella termina de empacar sus cosas, me reservo la visita al parque para el fin de semana, por ahora quiero encontrar algo para cenar esta noche. Caminar, eso es lo que llevo esperando con impaciencia desde que supe que venia a Francia, no volver a coger el coche para ir a todos lados, ir a comprar una baguette caminando por el barrio… pero me da la impresión de que eso no se lleva en Monceau, llevo un cuarto de hora pateándome las calles y no he visto ni una tienda, solo una floristería, un anticuario y un montón de consultas de médicos, psicólogos y clínicas privadas, parece que el único sitio al que puedes ir cerca de mi casa es a ponerte botox. ¿Será que esta gente no come? Cuando vuelvo a casa, me asombro al ver un caniche apricot y pensar que me gustaría tener uno.
Menos mal que Marley ha previsto todo, me deja sus provisiones y un plano con todas las tiendas cercanas, en algunas ha dibujado un dólar y una calavera. Entiendo el mensaje
"y sobre todo puedes llamarme"
"no te preocupes…"
"Y no olvides ir a presentarte con el señor Fabray, y haz el favor de darle bien las gracias…"
"Sí, claro… de todos modos ¿por que no me lo presentas tú? Así seria mas fácil ¿no?"
"Ahora esta de viaje y para cuando vuelva, seguro que estaré en mi luna de miel, que no se te olvide ¡eh! No quiero que piense que mi prima es una maleducada…"
"¡Por Dios! Nunca dejaría que pasara algo así"
"¡Rachel!" me regaña sonriendo "Una cosita mas, tendrás que prestar mas atención a tu ropa…"
Y me echa un repaso de arriba a bajo como la portera de hace un rato, no lo entiendo, si voy vestida de lo mas normal, claro teniendo en cuenta que soy una estudiante en mudanzas. Unos vaqueros, unas Converse, la sudadera de mi uni… ¡Ni que los estudiantes franceses hicieran las mudanzas vestidos de Chanel! Aunque vete tú a saber… me da que esto es solo el principio de mis sorpresas.
R&R. Besos…
