Bien, este pequeño aporte lo hice en base a una peticion hecha por mi queridisima Alma anderson (notese: onee-chan! ^o^)
Es un UxFemFrance / ArthurxFrançoise
La verdad no se que decir, no hay advertencias ni nada mas por ahora, solo espero que lo disfruten
Y gracias por darme una oportunidad y leerlo~
Hetalia no es mio... por mucho que lo desee, no lo es
Don't be negative
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-¡Arthur! ¡Oye, Arthur! – le llamaba Gilbert, el aludido se giro a mirarlo, Gilbert corría hacia el moviendo una de sus manos, siguió caminando por el pasillo que los llevaba al salón de clases disminuyendo la velocidad para que su amigo pudiese alcanzarle.
-Hola Gilbert, ¿Qué tal? – saludo una vez que este llego a su lado y comenzaron a caminar juntos al salón.
-Pues aquí, no hay mucho que contar, ¿qué tal tus vacaciones de invierno? – pregunto el albino.
-Aburridas… no hice mucho y ¿las tuyas?
-Ah, ya sabes, Lud se la pasaba saliendo con Feliciano y pues… no había mucho que hacer… además, ¿por que tan desaparecido? No supe de ti durante todas las vacaciones, además no pude contactarte de ninguna forma– reclamo el alemán.
-Tuve que viajar… asuntos familiares… - Arthur le miro hastiado, se notaba que el tema le aborrecía – "reunión de los Kirkland" – dijo haciendo un gesto con sus manos para ejemplificar las comillas.
-¡Oh vamos, que no puede ser tan terrible!
-Mis hermanos son insufribles, ni te imaginas… - suspiro.
-Kesese, ya estas de vuelta, así que tranquilízate y vuelve a la normalidad – dijo mientras entraban al salón y caminaban directo a sus asientos. Viendo que varios de los lugares estaban vacios, incluyendo el de junto a Arthur, el chico que se sentaba allí se había trasladado de ciudad hace unos meses y el asiento jamás volvió a ser ocupado… ¿acaso Arthur era tan pesado?
-¡Sí! ¡Qué alivio! – exclamo dejando su bolso sobre su escritorio. Gilbert hizo lo mismo en el escritorio que se hallaba adelante del que ocupaba el británico - Ya no tendré que verlos hasta el verano, y con suerte no me obligaran a ir otra vez – dijo sentándose sobre su escritorio, Gilbert le imito con su propio escritorio.
-Lo ves, algo bueno salió de ello – afirmo su amigo.
Prontamente el profesor entro al salón. Y junto a él sus compañeros comenzaron a ordenarse y sentarse en sus respectivos lugares, ambos chicos hicieron lo mismo bajándose de sus escritorios para sentarse en sus respectivos asientos. Gilbert miro de reojo al británico quien yacía con la mirada fija en el maestro.
-Buenos días, lamento el retraso – dijo el profesor llamando la atención de todos – hoy, y como supongo ya sabrán, tenemos una nueva estudiante. – Arthur le dio una mirada inquisidora a Gilbert, pero este miraba a la pizarra, así que golpeo la espalda de este con su bolígrafo llamando su atención, el albino giro un poco su cabeza para mirarle.
-¿Sabias algo? –susurro para que el profesor no les escuchara. Su amigo negó con la cabeza y prontamente volvieron su vista al profesor, el que hizo un gesto indicándole a esa persona que ingresara al salón.
Inmediatamente ingreso una chica de cabello castaño el que llevaba recogido en un moño dejando caer dos mechones de este que contorneaban su fino rostro, su estatura era elegante al igual que la mirada azul en su rostro, si silueta era por mucho envidiable, razón por la cual muchas chicas del salón hablaban entre ellas de forma sigilosa y los hombres no podían evitar quitarle los ojos de enzima, incluso Arthur debía admitir la belleza innata de la chica. No pudo evitar fijarse que la cintura de la chica era estrecha y sus caderas un poco anchas, y su pecho… simplemente era bastante generoso. Su piel blanquecina, sin llegar a ser pálida se veía fina y delicada. Arthur desvió la miraba intentando no ser tan obvio como sus compañeros.
-Bonjour – saludo, delatando inmediatamente su procedencia francesa, cosa que de por sí, molesto al británico, por alguna razón jamás había logrado soportar a los franceses – me llamo Françoise Bonnefoy, es un gusto conocerlos - dijo gentilmente esta.
-Muy bien, tome asiento – señalo el profesor.
La chica examino el salón, habían varios lugares vacios y algunos de sus compañeros y compañeras le hacían gestos para que se sentara junto a ellos, mas ella eligió el lugar de junto a Arthur. Dejo su bolso y al sentarse le dirigió una mirada rápida y examinadora al británico, quien, aun cuando noto esto, decidió ignorarla y poner su atención en los ejercicios algebraicos que el profesor comenzaba a explicar en el pizarrón. ¡Apenas estaban llegando de las vacaciones de invierno y ya los bombardeaban con información!
Suspiro e intento poner atención, pero inevitablemente sentía la mirada azul de la chica sobre si desconcentrándole. Giro un poco su rostro para lanzarle una mirada molesta con el ceño fruncido, con la clara intención de que dejara de mirarle, pero su expresión se vio opacada al verla sonreírle de medio lado antes de poner su atención en la pizarra e ignorarle.
¡¿Y ahora era ella quien le ignoraba?
¡Ah, ¿Quién entiende a las chicas?
¡¿Quién entiende a los franceses?
Y peor aún, ¡¿Quién entiende a las chicas francesas?
Lanzo un suspiro molesto, seguido a esto escucho una leve risa contenida de la francesa, una risa suave y elegante, pero esto solo le molesto mas, lanzo otro suspiro, de todos los lugares vacios en el salón, ¡Tenía que elegir justo el que estaba junto a él!
-Ah…Sera un día muy largo – susurro para sí mismo.
La campana para el receso del almuerzo sonó y seguida a esta una exclamación aliviada del general de los alumnos, habían logrado sobrevivir a las clases de la mañana, solo faltaban un par de horas en la tarde después de almuerzo. El británico se estiro sobre la mesa intentando relajarse, aunque prontamente sintió a sus compañeros agruparse a su lado. Estaban interrogando a la chica nueva, otra vez, lo habían hecho en cada uno de los recesos que habían tenido, ¿acaso no se cansaban de cotillear?. Gilbert se paro y le hizo un gesto, a diferencia de sus compañeros de clases, ellos no tenían interés en interrogar a la francesa.
Caminaron por los pasillos del edificio en búsqueda de la cafetería, Arthur quería comer algo puesto que esa mañana había salido sin desayunar. De pronto su amigo recibió una llamada de celular y le hizo un gesto al británico para que esperara, un par de minutos hablando y colgó, pero antes de que pudiese volver a hablar con Arthur su celular volvió a sonar, lo contesto y comenzó otra charla, prontamente se despidió de su interlocutor y se volvió a Arthur mirándole serio.
-¿Te molesta si te dejo solo un momento? - pregunto de inmediato. Arthur le sonrió sabiendo que Gilbert solo se ponía serio cuando era algo realmente importante o cuando se trataba de su hermano, y por la mirada seria y hasta un tanto preocupada del albino, seguramente sería por esto último.
-¿Ludwig? – indago, el albino lo miro como si dudara de que debía responder, luego sonrió y asintió de inmediato.
-Al parecer está en la enfermería con Feliciano… - explico, su amigo le miro esperando por mas información- por lo que entendí al italiano le cayó un balde en la cabeza…
-¡¿Cómo es que justo le cayó a él y en la cabeza?
-Lo mismo me pregunto… iré a verlos – dijo, luego se dio la vuelta y comenzó a caminar a paso rápido en dirección contraria a la que ellos se dirigían originalmente.
Arthur suspiro y siguió su camino. Entro a la cafetería, estaba llena de grupos de alumnos sentados en las mesas hablando animadamente. Y él era el único que estaba solo, se encogió de hombros dispuesto a comprar algo y salir de allí para comer tranquilo en el patio, pero no paso mucho antes de que sintiera que lo llamaban.
-¡Arthie~! – era Alfred, quien le hacía gestos desde una de las mesas del lugar.
El británico ignoro esto fingiendo no haberle visto y fue comprar un refresco y unos pasteles, pero cuando se giro para irse de la cafetera el norteamericano se encontraba junto a él inclinado y sonriéndole, casi apegado a su cuerpo y con su rostro muy cerca del de Arthur, observándole fijamente con sus ojos azules.
-¡Erk! – exclamo sorprendido retrocediendo instintivamente debido a la cercanía del otro.
Pero por accidente paso a llevar a quien se encontraba pasando tras él, y peor aún, no solo le empujo sino que también se tropezó y cayó torpemente sobre esa persona, logrando que ambos cayeran directo al piso, quedando el encima de quien había botado. Y además, todo empapado por su refresco, el que había botado cuando cayó, y de su pastel no había ningún rastro, pero pronto lo encontró en la boca del norteamericano.
-Ah… - exclamo ante el golpe que se había dado, por suerte no se había lastimado seriamente. – ¡Oye! ¡Eso era mío! – exclamo olvidándose de un pequeño detalle, que aun se encontraba sobre quien había botado.
-Auch… - de pronto escucho quejarse a quien había quedado bajo él, y por la voz pudo notar que había caído sobre una chica, rápidamente se paro pues prácticamente había quedado sentado sobre ella.
-Lo siento – dijo de inmediato girándose a verla. Encontrándose con que había caído sobre la francesa – yo… Eh… Esto… - intento excusarse, pero prontamente sintió que se sonrojaba al notar que gracias a su torpe caída la chica había caído de espaldas al suelo y su falda se había levantado, y ahora podía ver su ropa interior. La chica dirigió su mirada al lugar donde estaban ahora los ojos del británico, se sonrojo levemente también y se apresuro a reacomodar su falda.
-Pensé que nunca te quitarías de encima – dijo la francesa soltando un suspiro.
-Lo siento, fue culpa de este idiota – dijo señalando al estadounidense, quien frunció el ceño e inflo las mejillas en un berrinche algo infantil – ¿Estás bien?
La chica simplemente los miro, prontamente el británico le ofreció la mano para ayudarle a pararse. Ella acepto y tomo la mano del chico parándose, pero cuando estaba levantándose su pie derecho cedió y sintió un fuerte dolor en el área, seguramente se lo había torcido.
-Ah… me duele el pie… - se quejo la chica observándolo, pero con las medias y el zapato no notaba si se había lastimado, pero si sentía un dolor bastante intenso.
-Oye Arthur… - interrumpió Alfred – al menos deberías llevarla a la enfermería, tú la lastimaste.
-¡Pero si fue tu culpa devora hamburguesas! ¡Además me debes un pastel!– reclamo el mayor.
-¡¿Mía?¡Pero si tú te caíste sobre ella! – exclamo, ambos chicos comenzaron a discutir.
De pronto la castaña noto que el británico aun no le soltaba la mano y tiro de esta para poder irse por su cuenta a la enfermería pero el británico la tenia bien sujeta y no parecía percatarse de ello.
-Hey, cejoncito… - llamo la chica
-¡¿Qué? ¿Cómo me dijiste?
-¿Me devuelves mi mano por favor? – Dijo señalando sus manos tomadas, el chico se sonrojo y le soltó de inmediato – Merci – dijo dándose la vuelta y comenzando a caminar con dificultad, cojeando debido al golpe.
-A… ¿a dónde vas? – pregunto Arthur al verla marcharse.
-A la enfermería –explico sin detenerse.
Arthur le miro dudando, quería seguir peleando con el norteamericano pero sabía que había sido su responsabilidad que la chica se lastimara, y verla marcharse sola y además cojeando era un ataque directo a su conciencia. De pronto la chica volvió a tropezar, seguido volvió a caer al suelo quedando sentada en este, y se sujeto el pie herido quejándose. ¡Maldición, Alfred podía esperar! Sin pensarlo mucho e ignorando los gritos del menor fue a donde se hallaba la chica. Quien solo le dirigió una mirada de reojo, hasta que noto que el británico se agachaba a su altura.
-¿Que quieres? – pregunto reacia a las intenciones del chico.
-Te llevare a la enfermería – respondió decidido a hacerlo.
-Merci, pero puedo valerme por mi misma chéri - dijo la chica con intenciones de levantarse, pero el dolor de su pie se lo impedía.
-Sí, claro se nota – dijo el rubio con un notorio sarcasmo en sus palabras – además es tu primer día aquí, ¿sabes siquiera donde esta?
-No, pero de todos modos llegare – respondió tranquilamente.
-Vamos, que de todos modos fue mi culpa… - insistió ofreciéndole la mano una vez más.
-Bien – dijo ella mirándole de forma maliciosa – pero tendras que cárgame – exigió sin cambiar la expresión de su rostro.
-¿Ah? ¿Y por te cargaría? – pregunto incrédulo ante la petición de la chica.
-Tú mismo lo dijiste, fue tu culpa de todos modos – respondió.
-Si claro, pero no te cargare – contrario una vez más.
-¡Ah! ¡Qué terrible dolor es este! ¡No existe peor odisea en el mundo! – Dijo la chica poniendo el dorso de su mano sobre su frente y sosteniendo el peso de su cuerpo con la otra apoyada sobre el suelo - ¿Qué hare ahora? ¡De seguro quedare inválida…!
Arthur sintió como la mayoría de las miradas se dirigían hacia ellos, ¡¿por qué tenía que hacer eso justo en un lugar lleno de gente?
-Eres la reina del drama… No te cargare, si quieres que te acompañe entonces levántate – insistió, moviendo la mano que tenia extendida a la francesa para que esta la aceptara.
Pero a diferencia de lo que esperaba, la chica le miro con sus ojos inundados con pequeñas lagrimas, las que daban un brillo especial resaltando su hermoso color azul, e hizo un pequeño puchero, entregándole una expresión a la que casi nadie podría resistirse. Intento ignorar esto e insistir en que se parara.
-N-no te cargare… - volvió a decir intentando no ceder ante esa mirada. Pero la chica no cambio la expresión en su rostro – e-esa mirada no funciona conmigo… d-de ninguna forma me convencerás…
Paso tras paso. Solo sus pasos se escuchaban produciendo eco en ese lugar, los pasillos se encontraban vacios a esa hora, todos estaban almorzando, a excepción de ellos. Bueno quizás así era mejor, de ese modo no tendría que sufrir la humillación de que sus compañeros y amigos le vieran en esa embarazosa situación.
Caminaba lentamente en dirección a la enfermería debido al peso extra que significaba llevar a cuestas a la chica, después de todo no había podido resistirse a "esa carita" que le había puesto la francesa y había terminado cargándola. En ese momento la chica iba tarareando una canción desde su cómoda posición entre los brazos del chico, quien la estaba cargando como si fuese una princesa, una mano sosteniendo sus piernas y la otra sosteniendo su cintura mientras ella se abrazaba suavemente del cuello del chico.
-¿Podrías dejar de hacer eso? – pregunto ya cansado del constante tarareo de la chica, Françoise le miro extrañada y se detuvo.
-Mon ami, deberías relajarte un poco… Eres muy serio – dijo esta, Arthur le miro frunciendo el ceño.
-¡Tu ni siquiera me conoces! - exclamo obviamente molesto por el comentario de la francesa.
-Ves, a eso me refiero – dijo la chica poniendo el dedo índice de una de sus manos en el ceño fruncido del rubio – se te marcaran las líneas de entrecejo muy pronto – dijo jugando con su dedo en este, prontamente cambio de dirección y se puso a jugar con las gruesas cejar del británico – sí que son gruesas…
El chico remeció su cabeza ante el comentario con intenciones de que ella dejara de jugar con sus cejas, y lo consiguió.
-Eso no te importa – dijo una vez que sintió la mano de la francesa volver a su posición anterior abrazando su cuello, pero seguido a esto sintió que ella apoyaba también su cabeza en el espacio libre que quedaba en su hombro, bastante cerca de su cuello cosa que noto por que los mechones de cabello de la chica le hacían cosquillas en el cuello, no pudo evitar sonrojarse un poco ante esto.
-Solo era un comentario… - dijo de inmediato – no trates así a tu princesa – dijo con un tono dramático. Arthur bufo.
-Parece que, convirtieron en rana a la "princesa" - dijo poniendo énfasis en que la última palabra sonara de forma sarcástica.
-Uh… que pesado… de todos modos solo era un comentario ¿qué tiene de malo que hable de tus cejas? –pregunto un poco ofendida por la actitud del rubio.
-Solo deja de hablar de ellas – pidió.
-¡Pero son antiestéticas! – Exclamo la chica, logrando obtener un suspiro resignado del chico, por suerte para este último ya estaban llegando a la enfermería – ¿Me dejarías depilártelas? – pidió con cierto tono esperanzado en sus palabras. Arthur le miro extrañado ante la pregunta que acababa de hacerle la chica y decidió ignorarla.
De pronto se detuvo frente a una puerta que tenía una cruz roja pintada en ella.
-Llegamos… por fin – dijo, susurrando lo último, la chica simplemente le miro – debes golpear tu, yo no puedo – dijo haciéndole notar que con ella a cuestas no podía hacer más que esperar.
-Claro… - dijo la chica soltando una de sus manos del abrazo y golpeando con ella la puerta, para luego volver a su cómoda posición.
Prontamente la puerta se abrió y la enfermera les miro extrañada.
-¿Que necesitan? – pregunto de inmediato.
-Se lastimo el pie – dijo Arthur, la mujer le hizo un gesto para que entraran.
Una vez adentro el chico vio que el lugar estaba vacío, ¿no se suponía que Gilbert estaría allí? Bueno después tendría tiempo de interrogarlo. Dejo a la chica suavemente sobre una de las camillas y se giro, entonces noto que la enfermera los miraba sonriendo con una extraña expresión.
-¡Hacen muy linda pareja! – exclamo de inmediato la mujer. Arthur se sonrojo y Françoise solo sonrió incomoda para no parecer descortés.
-De hecho solo somos compañeros de clase – aclaro la chica, la expresión de la mujer cambio a una un poco avergonzada.
-Oh… eh… bueno… - dijo incomoda – entonces, veamos que te sucedió – dijo volviendo a poner su expresión alegre. Después de una minuciosa revisión, que para Arthur duro más que solo unos minutos, la enfermera suspiro – tendré que enviarte al hospital y después llamar a tus padres para que te lleven de regreso a casa.
-¿Eh? ¿Por qué? – pregunto Arthur preocupado en cierto modo, no porque le importara una chica que apenas y conocía, sino porque se sentía culpable, después de todo el la había tirado al suelo.
-Pues, si fuera algo menor podría curarlo yo misma, pero esta lesión parece ser un poco más seria, en casos así debo enviarla a un hospital. – explico la enfermera.
-Ah – suspiro la chica – supongo que está bien…
La enfermera se puso a buscar entre los archivos de los alumnos una carpeta, pero al no encontrarla se giro un poco confundida hacia la francesa
-No tengo tu ficha…
-E-es que ella es nueva – interrumpió nuevamente el británico.
-Oh… de seguro no la han traído aun… - dijo girándose para tomar una agenda y un lápiz – ¿Cuál es tu nombre?
-Françoise Bonnefoy.
-Iré a informar a la dirección, vuelvo enseguida… - La mujer salió del salón dejando a ambos chicos solos, Arthur miro incomodo a la francesa.
-Eh… - desvió la mirada incomodo, ¿Por qué tenía que quedarse solo justo con la chica con quien menos quería estar?
-Tranquilízate, que no muerdo – dijo la chica mirándole divertida al notar la actitud incomoda del británico.
-Mejor cállate frog, no tengo por qué temerte… - respondió de forma arrogante el rubio.
-¿A si? Pues tienes suerte de que no pueda apoyar el pie… - amenazo la chica, sacándole una risita irónica a Arthur - y no me digas frog – agrego casi haciendo un berrinche.
-Sí, claro lo que digas froggy~
-¡Que no me digas froggy! Además, tendrás que compensármelo – insistió cruzándose de brazos.
-¡¿Qué? ¡¿Y por qué haría eso?
-Eso es simple, tú me lastimaste mon chérie~
-Si claro lo que digas… - dijo ignorando a su compañera – ah, como detesto a los franceses – susurro para sí mismo. De pronto le puerta se abrió y volvió la enfermera.
-Aquí esta – anuncio la chica mostrando una carpeta, de pronto sonó la campana anunciando que el receso de almuerzo había finalizado- Hm…es tu primer día de clases, y ya te lastimaste.
-Eh… digamos que solo fue un accidente – dijo la francesa lanzándole una mirada acusadora a Arthur.
-Puedes irte, llegaras tarde a clases – dijo la enfermera este, aunque sonó mas como una orden que como una sugerencia. Arthur asintió.
-Adiós, ma chérie~ - dijo la chica haciendo un gesto con la mano y luego le lanzo un beso por los aires guiñándole un ojo y logrando sonrojar al otro, Arthur respondió con un gesto simple y se marcho al salón de clases.
Avanzo lentamente por el pasillo, realmente no quería entrar a clases, sobre todo ahora que sabía que por su culpa enviarían a la chica nueva al hospital. Aunque no era exactamente su culpa tampoco, después de todo había sido un accidente por culpa de Alfred, sí, eso había sido, nunca fue su culpa sino de Alfred.
Cuando ya estaba llegando al salón soltó un suspiro, después de todo aun seguía sintiéndose culpable.
Y hasta aqui hemos llegado... la revisión no fue -nunca es- hecha minuciosamente -al menos por mi xDDUUU- así que no me sorprendería si hay faltas ortográficas -seguro que las hay -
aun no he decidido si quedara como un one shot o si lo continuare como Fic -no se asusten de que actualmente este como "terminado" es posible que cambie-
Lo sometere a votacion popular, dejenme reiew y me dan su opinion: se merece continuar, o se queda como one-shot (?)
Apreciaría mucho esto :3 ademas ya saben, si quieren lanzarme tomates, escones, patatas u objetos que puedan daarme significativamente, alli abajo hay un botoncito que sirve para ello.
Nos leemos pronto~ Bye~
