CAPÍTULO 1

Podría pasar el resto de mi vida aquí mismo. La playa, esa brisa que colorea mis mejillas, el olor a sal, el sonido de las olas, ese color escarlata en el cielo que indican los escasos minutos de sol que le quedan al día.

Es mi lugar favorito. No lo comparto con casi nadie. No hay nada en este mundo que me dé más paz y tampoco he visto nada más bonito en mi vida.

"Estás nerviosa ?" apenas escucho su voz. Tengo la mirada perdida en el horizonte."Lexa?"

Salgo de mi pequeño trance, giro la cabeza despacio. Esbozo una pequeña sonrisa antes de contestar.

"No debería hacerte yo esa pregunta?"

"Bueno, yo te lo he preguntado primero" me replica. Su voz llena de orgullo.

Respiro hondo meditando qué contestar. No es que sea una pregunta complicada, de hecho no lo es. Un o un no bastaría para contestarla, pero sé que tengo que elaborar más mi respuesta.

Vuelvo a mirar la puesta de sol. Preciosa.

"Lexaaaa?"

"Eres imposible" le contesto bromeando.

Intento poner mi cara más seria, pero me conoce demasiado bien, así que, pasando mi brazo por su hombro hago que se acerque más a mí para que pueda recostarse sobre éste.

"No estoy nerviosa. Bueno, no demasiado. Estoy emocionada y aterrada a la vez" le contesto mientras acaricio su espalda. "Pero es un paso que tenemos que dar. Vamos a estar bien, lo sabes, verdad? Yo siempre voy a estar a tu lado. Siempre" Giro mi cabeza y le planto un beso en su cabellera rubia.

"Odio cuando te pones así... vas de dura pero eres tan sentimental..." se ríe pero en el fondo le encanta que sea así.

"Venga! vamos a casa. Mañana nos espera un largo viaje" le digo mientras me levanto y sacudo la arena de mis pantalones.

"Me dejas conducir?" me pregunta mientras se está colocando el casco.

"Estás de coña?" Le contesto alzando la ceja con una sonrisa de medio lado en mis labios. "Aden, tienes 14 años"

"Tenía que intentarlo" me devuelve la sonrisa mientras pongo mi moto en marcha.

El sol se va ocultando cada vez más en el horizonte californiano. Ya no hay marcha atrás. De nada sirve arrepentirse. Es ahora o nunca.

En mi cabeza se repite el mismo mantra que me lleva asediando este último mes -Es lo mejor para Aden- no hay nada más que pensar.

En su día lo tuve claro y ahora, cuando ha llegado el momento de la verdad, no me arrepiento. Voy a dejar todo por mi hermano, porque lo necesita.

Así que, mientras conduzco por la ya solitaria carretera con los brazos de Aden rodeando mi cintura, pienso en el giro de 180° que darán nuestras vidas a partir de mañana.

Cruzo los dedos. Todo saldrá bien.

Nota: Hola a todos! Esta es la primera vez que escribo un fic así que espero no decepcionaros.

Espero que os guste!

Agradezco que dejéis un comentario :)