Capitulo 1

-¿Cuánto tiempo lleva sin salir?- pregunto el moreno, que recién había llegado de su larga misión.

-Tres meses- contesto la pelirrosa con un tono de voz que denotaba su preocupación- por eso deseaba que llegaras-

Sus hermosos ojos jade se opacaron y tratando de ocultar la leve capa de lágrimas que se le habían formado, agachó el rostro

-...Desde que Hinata se casó, él… - mordió su labio inferior, era obvio su deseo de reprimir la rabia que se apoderaba de ella al recordar la estupidez que su amiga había hecho -Siempre pensé que ella lo amaba- respondió el Uchiha, enfocando sus orbes negras en algún punto distante, probablemente al vacío. -Y lo ama, pero es muy terca y creyó que haciendo eso salvaría a la aldea- -Dice amarlo pero no confió en Naruto, ella que al parecer creía en el más que cualquiera… dudo cuando no debía hacerlo-

-Yo le recriminé lo mismo –

El moreno suspiro cansado y tras despedirse de su amiga se encamino a un departamento en los suburbios de Konoha, uno que conocía muy bien, mejor que el suyo propio y que era capaz de traer a su memoria los mejores años que paso en Konoha. -"Eres un tonto, como se te ocurre preocupar a todos de esa manera; ese es mi papel, no el tuyo"- pensó.

Se detuvo frente aquella puerta de madera, que aunque no era la misma que toco cuando era niño, se le parecía en demasía. Tomo aire y tras varios minutos llamando a la puerta sin ser atendido opto por no pedir más permiso, nadie deja a Uchiha Sasuke esperando tanto tiempo.

-¿Tú también viniste a consolarme?- Escucho quedamente oír al rubio hablarle, la voz sonaba opacada, nada parecida a la que solía emitir aquel chico bullicioso.

-¿Tú crees que yo vendría a semejante estupidez?- Naruto esbozo una leve sonrisa. -Es verdad, nunca has servido para eso- Sasuke se acercó hasta donde se encontraba su amigo, este estaba demacrado. Se notaba que había perdido peso, y su rostro sumamente delgado, con dos ojeras que parecían cuencas negras destruyendo la belleza de aquellos zafiros azules que antes brillaban opacando al sol, pero ahora hacían alusión al más oscuro vacío. – "¿Acaso en verdad no está comiendo?..." - pensó el moreno –"...Sera un idiota, definitivamente es un gran idiota"- La verdad, parte de él estaba recio a creer las palabras de la Kunoichi…

-"…Naruto no es ese tipo de persona, no, claro que no…"- eso deseaba creer más que cualquier cosa. -Te ves patético; estas más pálido que un muerto, tu casa parece un chiquero, ¿hace cuánto no te bañas?...- -Eso no es de tu incumbencia- -Juraría que estas pudriéndote por dentro, ese hedor no es natural- Exacto, nadie en este mundo era tan capaz como Sasuke para sacar de sus casillas al Uzumaki. -¡Teme! ¡Lo único que se está pudriendo es tu alma!- grito exasperado y por un instante volvía a ser su rubio amigo, así como le recordaba, idiota, impulsivo y gritón, solo basto ver eso y una sonrisa triunfal se dibujó en el rostro de Sasuke; sonrisa que no duro muchos, pues la sombra de tristeza y decepción volvió a empañar los azules ojos de su mejor amigo.

-Sasuke….- el rubio se vio obligado a hacer una pausa, para que sus ojos no le traicionaran como lo hacían últimamente – tu sabes…-

-Creo que deberíamos ir por unas cervezas, ¿no te parece?-

No, él no le huía a escuchar la fatídica historia del Uzumaki, simplemente sintió la necesidad de sacarlo de su ensimismamiento, y que sus sentimientos se liberaran, y como ya lo había comprobado anteriormente, Naruto y el alcohol eran una fusión de sinceridad. Una cálida sonrisa se hizo presente en el rostro del Uzumaki –Eso me obligara a bañarme-

-Sería lo más inteligente que puedes hacer en este momento-

Un leve golpe en el estómago del Uchiha y varios insultos por parte del rubio que al final acepto ducharse.

-Espero que no hayas olvidado como hacerlo-

-Si cuando entre no recuerdo, tendrás que venir a ayudarme- Grito Naruto desde el interior de su ducha.

-Ya quisieras, idiota-

Pero oír la chillona voz de Naruto salir con fuerza de su boca le alegraba bastante; no quería admitirlo, pero ese rubio cabeza hueca hacia que se preocupara más de lo normal. Cuando supo lo que estaba sucediéndole se esforzó mil veces más en culminar la misión

-"¿Cómo es posible que este así por una mujer? ¿Qué acaso no se había acostumbrado a los rechazos de Sakura? Eso ya debería ser un deporte para él."- pensó en el instante que culminó de leer la carta que la pelirrosa le había mandado, quien al parecer había estado intentando comunicarse con él desde hace más de un mes. Pues claro, el hecho que Naruto, el ser humano más hiperactivo, número uno en causar relajo estuviera envuelto en un manto de sombras preocupaba a media aldea y alegraba a la otra mitad, pues tras más de 16 años aguantando las bullas del Uzumaki por las calles, agradecían a los dioses que aquel ser hubiese mermado su escándalo y les regala paz. Recordaba bien las palabras de su compañera, quien haciendo uso de uno de los halcones que él había mandado a Konoha, logro hacerle llegar aquella carta.

"Sasuke, Naruto te necesita más que nunca. Temo por su vida, pues las últimas veces que le he ido a ver lucia demacrado, es probable que no se esté alimentando. Su estado se debe al casamiento de Hinata con Toneri; Naruto descubrió sus sentimientos por ella, y se le declaro; pero ella justo en ese momento partió con Toneri y desde ese día Naruto no ha vuelto a ser el mismo. Se ha confinado a las cuatro paredes de su apartamento, no ha vuelto a hacer misiones, no sale, no quiere recibir a nadie; me siento desesperada, y sé que los vínculos que los une a ustedes son… extrañamente poderosos y pues; así como él logro sacarte de la oscuridad que consumía tu alma, ahora debes ser tú que lo libere de esa prisión a la que él solo y el desamor de Hinata le han creado. Ven pronto por favor.

Sakura"

Hyuga Hinata, la recordaba vagamente, era la prima de Neji, y aunque pertenecía a la familia principal no poseía la fuerza que su apellido merecía; y es por tanto que no era digna de ocupar, según el moreno, mucho espacio en su mente.

Pero había algo que si le llamaba su atención, y es que la joven Hyuga desde tiempos inmemorables espiaba a Naruto como una acosadora nada profesional, que, salvo porque el rubio era un completo tonto, era muy fácil de descubrir. Él lo había hecho, muchas veces la encontró absorta contemplando lo que su amigo hacía.

-"Entonces… ¿Por qué rechazarlo? Es obvio que ella le amaba, ¿o le ama?... no, tal vez su amor desapareció con el tiempo, quizás se cansó de esperarlo, pues, nadie que ame puede rechazar la oportunidad de ser feliz con la persona amada, yo no lo haría si amara a alguien, pero no…"-

Cansado de aquellos pensamientos que le agobiaban y aquella maldita preocupación que no le dejaba ni conciliar el sueño; hizo alarde de todo su talento y culmino la misión antes de la fecha que se había estipulado, y como si de un fuerte imán se tratase aquella aldea, su cuerpo se movió velozmente hacia ella.

-Hare que el idiota e imperativo rubio vuelva a ser el mismo, y no me iré de aquí hasta que eso pase-

Una melancolía, no propia de él, invadió su interior. Al parecer Naruto se había enamorado verdaderamente, no un simple capricho o gusto como estaba el seguro que era lo que sintió el poseedor del Kyubi por su compañera peli rosa.

No, esta vez sí se había enamorado.

-"Eso es normal, Hinata no es nada fea, aunque es tímida, torpe, algo lisiada del cerebro, pero es muy hermosa, debo reconocer que sí, además de ser de las familia más poderosas de Konoha, aunque su personalidad la haga débil y sumamente vulnerable"-

Suspiró cansado, mientras se desplazaba por la casa como si de la suya se tratase. Observando meticulosamente el lugar.

-Realmente ¿Cómo puede un ser humano vivir en este lugar?-

Todo estaba lleno de polvo, con ácaros y polillas, mosquitos revoloteando por doquier y un hedor que molestaba su nariz. El lavador de la cocina estaba taqueado con residuos de Ramen instantáneo, que al parecer fueron deshechos sin ser probados siquiera, el insoportable olor a podredumbre le imposibilitaba respirar bien, produciendo un leve mareo y arcadas que no auguraban nada bueno. Se fue presuroso a la sala, y velozmente escribió una nota dirigida a la integrante femenina del equipo 7 y que mando a través de uno de sus queridos halcones. Tras haber recuperado el aliento y auto diagnosticarse ya estable. Se sentó en el mullido sillón a esperar al rubio. Pasados veinte largos minutos el joven Uzumaki se hizo presente, un poco cabizbajo y con su rostro denotando el descontento por la salida.

-Sasuke... ¿Y si las tomamos aquí?-

-"Estaba loco"- pensó el moreno, no podía seguiría ahí sin el riesgo de vomitar la pobre ensalada y el onigiri de la mañana.

Debía salir cuanto antes, así que tomó el brazo del rubio y lo saco, literalmente, a rastras de aquella denominada "pocilga"(1). Mientras él heredero de la familia Uchiha avanzaba por los tejados con un quejumbroso Naruto en el lomo, Sakura sonreía aliviada y pensaba donde conseguir a esta hora alguien que le ayudará en aquella misión tan peligrosa "limpiar el departamento de Naruto"

-Ni modo cerda, voy por ti- Esbozo mientras apretaba sobre su pecho aquel papel de color blanco.

"Saldré con Naruto... Por piedad, ayúdalo limpiando su asqueroso departamento."

NOTAS:

Este es mi primer Fanfic yaoi, jejeje espero sea de su agrado.

Por favor dejen sus comentarios para ver que les parece