Capítulo 1: Epílogo.

Fue hace tiempo, un recuerdo vago resguardado en lo profundo de mi mente. Mientras el mayordomo me entregaba a la escuela, miré, a los otros chicos que estaban en la escuela todos con sus padres. Tks, son todos unos cursis no entiendo su necesidad de una mamita. Pero me detuve en una niña que no estaba llorando, ella se despedía felizmente de su madre y esta le decía un montón de cosas, mientras la abrazaba. Yo observé a lo lejos desde un rincón que fatiga puede sentirse mirando esa escena tenía envidia de esa niña. La mujer mayor de cabellos castaños levanto la vista y me atrapó mirándolas, su mirada se tornó más dulce y me sonrió con calidez. Mi corazón comenzó a palpitar.

A la entrada la maestra no hizo callar a todos y nos presentó a la nueva alumna, la misma que a la entrada.

-Por favor seamos buenos amigos-dijo inclinando la cabeza adelante haciendo una reverencia.

-Bien, por favor Aoi-chan siéntate junto a Hiroto Hyuga-La maestra me nombró a mí, que molestia. La niña paseo su mirada por todo el salón buscando el lugar.-Hiroto-kun levanta la mano por favor-dijo la maestra sonriendo con nerviosismo. Hice lo que ella me dijo y la niña nueva se sentó junto a mí.

A la hora del almuerzo todos reunieron sus bancos y como siempre todos me tenían miedo, por eso nadie se sienta conmigo. Un ruido me distrajo, la niña de cabellos Azabache se sentó enfrente de mí. Me moleste y no tarde en hacerlo notar, sin embargo ella sacó su almuerzo. Cuando pensé que iba a comer se detuvo y observo el árbol Sakura que estaba en la entrada de la escuela. Se paró y le fue a preguntar a la señorita algo. La maestra asintió muy sonriente y la niña se acercó a mi banco nuevamente, tomó sus cosas y salió por la puerta. Uff no debería sorprenderme nadie quiere sentarse conmigo porque soy el hijo del señor Natsume Hyuga.

Mi padre y mi madre se estaban separando y no es como que les importe mucho lo que yo piense o mis sentimientos solamente lo decidieron. Pero la verdad yo anhelo la vida de un niño normal.

La niña nueva salió por la puerta y se sentó bajo el árbol de cerezo. Yo sin darme cuenta salí al patio y la niña me atrapó mirándola, inmediatamente aparte la mirada y cuando la volví ella me seguía mirando y como su madre hizo me sonrió con dulzura. Ella no me mira como el hijo de mi padre, me mira como otro chico normal. Me hizo señas para que me acercara, cuando estuve a su lado me dijo:

-Mi nombre es Aoi Yukihara mucho gusto en conocerte.-La niña me sonrió y por primera vez advertí que sus ojos eran del color rojo como los míos y de mi padre, cabellos castaños eran como el color ámbar. Teníamos la misma edad eso se veía a la distancia. No me di cuenta de que me estaba mirando hasta que habló-¿Por qué no tienes almuerzo?-su pregunta era muy tonta, al menos para mí.

-Porque mi mamá no sabe cocinar –respondí con naturalidad.

-Abre la boca y di ahhh- dijo ella.

-No- En respuesta inmediata recibí un gran pisotón y abrí la boca para retarla pero me metió algo en la boca. Comida, y era deliciosa. La saboree y retuve el sabor en mi boca cuanto pude, la comida era casera y nada se compara con ninguna otra.

-A que es delicioso ¿Verdad? Mamá lo cocinó a ella le gusta mucho cocinar-ella me empezó a dar un poco de su almuerzo.-¿No te conozco ¿Cómo te llamas?-

-Me llamo Hiroto Hyuga y tengo 5 años-dije yo mientras ella habría los ojos como platos.

-Me llamo Aoi Yukihara y tengo 5 años. –Ella también se presentó como yo. Sonreí era divertido y tranquilizador estar a su lado. –Mañana ¿Quieres ir a jugar a mi casa?-me preguntó lo que nadie nunca me había dicho. Asentí y ella sonrió aun más.