El Fin
Por: Odisea27
Cap. 1
"Decisión"
En lo que antes había sido una pequeña aldea, el sol comenzaba a asomarse alentando a cada ser vivo a iniciar su día.
En una de las casas del centro de la aldea, la luz del sol comenzó a infiltrarse por una de las ventanas posándose sobre un chico de cabellos amarillos, quien molesto, comenzó a despertarse. Bufo molesto, el hecho de despertarse significaba regresar a la vida de mierda, según el, que le había tocado.
Sin mas se levanto y cambio su ropa de pijama por su indumentaria shinobi, que consistía de un pantalón negro, donde en su pierna derecha traía su kit de kunais y shuriken, una chamarra negra con franjas en los brazos color rojo y una playera blanca. Salió de su habitación y comenzó a bajar las escaleras para dirigirse a la cocina.
Entrando, encontró a su mamá preparando el desayuno de todos. El nunca lo había entendido, su madre provenía de un clan antiguo y grande de ninjas de nacimiento y poseedores de un Kekkeigenkai, pero su madre, su madre había dejado eso a un lado y se había dedicado a ser una simple ama de casa. No era que la odiara, sino que simplemente, no lo entendía.
Después de un corto saludo, se sentó en la mesa y comenzó a desayunar, un segundo después, apareció su hermana y atrás de ella apareció su padre.
-Bu-Buenos días Naruto-kun. Te prepare el desayuno.
-Buenos días. Hinata no voy a desayunar, solo tomare un café.
-Pe-Pero, Naruto-kun tienes que desayunar algo, te ayudará con tu dolor de cabeza.- dijo Hinata viendo a Naruto tomar la taza de café y llevársela a la boca.
-Ya comeré algo en la oficina.- dijo Naruto dejando sobre la mesa la taza de café ya vacía. -ya me voy. Nos vemos en la noche.
-Que te vaya bien.- dijo Himawari y Hinata al mismo tiempo.
Boruto solo vio como salía su padre por la puerta, sin mirar atrás o haciendo alguna despedida con sus manos. Esos momentos eran los que mas odiaba, su padre parecía ser indiferente ante ellos, siempre ponía la excusa que su trabajo consumía todo su tiempo, pero la verdad era, que desde que tenía memoria, su padre era así.
Aún cuando era un simple shinobi, siempre estaba fuera de casa haciendo misiones, conviviendo con sus amigos, en los que su madre jamás asistía, o entrenando. Inclusive recordaba el día que nació su hermana, su padre llego cuando ella ya había nacido.
-Gracias por la comida. Ya me voy.-
-Ve con cuidado, Boruto-kun.- dijo Hinata viendo a su hijo marcharse.
Boruto comenzó a caminar a través de Konoha, había quedado en verse con su equipo y su maestro en la entrada de la torre Hokage. Al llegar, ya estaba su equipo completo, su maestro Sarutobi Konohamaru, Uchiha Sarada y Mitsuki. Juntos se dirigieron a la sala del Hokage.
-Buenos días, Hokage-sama.- dijeron Konohamaru, Sarada y Mitsuki haciendo una reverencia.
-Buenos días.- dijo Naruto volteándolos a ver. -Bien, la misión es fácil, deben ir al otro lado de la aldea y ayudar a la limpieza del bosque, tal parece que unos turistas del fin de semana no dejaron muy limpia la zona, así que ustedes…
-¡No me jodas, viejo!- grito Boruto, llamando la atención de Naruto y los demás.- Nosotros somos ninjas, no basureros. Sino eres capaz de darnos misiones de acuerdo a nuestro oficio, busca a otras…
-Boruto, tu eres ninja de Konoha, y tu deber es ver por ella, así sea desde levantar basura, hasta pelear por ella. Además solo eres un gennin, no esperes que te de misiones mas altas, tendrás las misiones que te corresponden y ya.- dijo Naruto con voz seria.- Y por hoy te pido que guardes silencio, no tengo ganas de estar escuchando tus lloriqueos de inconformidad, quisiste ser shinobi y vas a aceptar lo que te diga tu superior…
-¿Mi superior?, ¿Por qué tendría que obedecer a un padre que ni siquiera pasa tiempo con nosotros?- dijo Boruto enojado
-Porque en estos momentos no soy tu padre, soy tu HOKAGE y si no eres capaz de obedecer, dímelo de una vez para retirar tu nombre de la lista de shinobis.- dijo Naruto conservando su voz y pose seria, asombrando a todo el equipo Konohamaru. Estirando su mano derecha, le entrego a Konohamaru el pergamino que contenía la misión.- Pueden retirarse, me duele la cabeza para estar aguantando estas cosas.
-Si, Hokage-sama.- dijo Konohamaru y se retiro siendo seguido por sus alumnos.
-No deberías ser tan altanero, solo buscaras que te saquen del plantel.- dijo Sarada sin apartar su vista del camino.
-Tch, cállate, ustedes jamás lo entenderían.- dijo Boruto metiendo sus manos en los bolsillos de su chamarra y mirando a su derecha.
-No eres el único que tiene problemas, no te sientas único.- dijo Mitsuki volteándolo a ver y haciendo una sonrisa burlona en su rostro. Ganándose una mirada seria por parte de Boruto.
-Basta.- dijo Konohamaru.- si no les gusta esta misión, lo único que queda es apurarnos y tendrán el resto del día para hacer lo que quieran.
Los tres asistieron y se dirigieron a la parte de la aldea mas modernizada y que estaba encima de las cabezas de los Hokages.
Cuando llegaron, Konohamaru les presento a la encargada que dio las instrucciones y sin dirigirse la palabra, los tres gennin comenzaron a limpiar esa parte del bosque. Pero cuando se dirigieron a sus puesto, los tres se quedaron asombrados.
-¡¿Qué demonios?!
-Esto no parece que fuera hecho por "unos" turistas.- dijo Mitsuki
-Disculpe señora, ¿Cómo paso esto?- pregunto Sarada.
-¡Oh! Fue el fin de semana durante el evento de Hanami, vinieron muchos turistas de otras aldeas, mas los de Konoha, aquí hubo ciento de turistas.- dijo una señora viejita y rechoncha.
-¡¿Qué? Esto nos llevará todo el día! Ese maldito viejo, en serio nos vio cara de recogedor.
-Bueno equipo; será mejor que comiencen a trabajar.
Sin mas, comenzaron a hacer su "misión". Tuvieron que limpiar el bosque, un pequeño rio donde desbocaba a un lago. A medio día tomaron un descanso para comer un tentempié, y aunque pensaban que habían terminado, Konohamaru los llevo a otra área para seguir limpiando y aunque Boruto grito en desacuerdo, lo hicieron.
Cada uno estaba concentrado en lo que hacían, hasta que fueron distraídos por un quejido, Sarada y Mitsuki voltearon hacía donde estaba Boruto para ver que había pasado, pero fue Konohamaru quien se acerco para ver.
Boruto se encontraba agachado agarrando su pantorrilla. Mientras levantaba la basura, no dejaba de pensar en lo que había vivido en la oficina de su padre, cualquiera diría que ya estaba acostumbrado a esos roces entre padre e hijo, cuando iba en la academia, constantemente lo mandaban a esa oficina por escaparse o hacer alguna "travesura", sin embargo en cada ocasión, Naruto solo se había limitado a decir: "Deja de estar haciendo eso, tengo muchas cosas que hacer, podrías ayudarme con portarte bien." Pero en esta ocasión, había sido la primera vez que le decía palabras fuertes.
Había estado tan concentrado en esos pensamientos, que no se había dado cuenta que estaba levantando una bolsa de platico, pero que debajo de ella había una serpiente, esta al sentirse amenazada, no dudo en soltar una mordida. Al acercarse Konohamaru, la vio y sin dudarlo la mato, el problema no era la mordida, si no que nadie sabía si esta podría ser venenosa. Agarrando la mano de Boruto, para poder ver su pantorrilla le hizo una cortada para permitir la salida de sangre y tal vez veneno, al terminar lo vendo y le dijo:
-No podemos dejar la misión y tampoco puedo dejar a los demás aquí solos. ¿Puedo confiar en que iras directo al hospital?- pregunto. -Llévate a la serpiente para la identifiquen.
Boruto sin esperar mas, agarro la bolsa donde estaba la serpiente, y hecho a correr hacia al hospital, definitivamente, no quería morir por una tonta serpiente, y menos sin demostrarle a su padre, que podía ser un shinobi mejor que el.
Al ingresar al hospital, corrió hacía la recepción y pregunto por el único médico a quien le tenía confianza:
-¿Dónde está Shizune-san?
-¿Estas bien?
-¿Dónde está Shizune-san?
-Esta en su oficina, pero…
Boruto sin esperar mas, comenzó a caminar hacia la oficina de Shizune, había estado muchas veces allí que conocía el camino de memoria. Iba caminando, viendo hacía todos lados por si a Shizune se le ocurría andar entre los pasillos, pero se detuvo de golpe, al escuchar una voz conocida, al poner atención se dio cuenta que venía detrás de una puerta que decía "Privado". Sin pensarlo mucho, se acerco a escuchar mejor.
-¡¿Por qué insistes en pensar en que solo fue un desliz?!
-¡¿Y tú por qué insistes en tratar de recordarlo?!
-¡Porque paso!, tal vez yo lo ocasione… pero era algo que tenía que pasar. Esto debió pasar mucho tiempo antes, pero nuestra terquedad no nos dejo…
-Si antes no paso, fue porque era incorrecto. Ahora es mas incorrecto hacerlo, Naruto.
-No es incorrecto… tu no eres feliz, yo no soy feliz. Estamos viviendo una vida monótona y que ni en nuestras pesadillas queríamos. Si por lo menos tenemos un rayo de luz que nos haga levantarnos cada día, entonces no estamos haciendo nada malo.
-¿Te estas escuchando? Por Dios Naruto, tenemos familia, ¿No puedes estar hablando en serio?, tu jamás lo harías.
-Estoy hablando en serio, y cuando te digo que te amo, puedes jurarlo que voy muy en serio…
-Naruto…
-Te amo, Sakura-chan.
La voz de Naruto se había escuchado muy decidida y seria, no daba oportunidad para pensar que era solo una broma y eso Boruto lo había podido ver. Sorprendido y con sentimientos mezclándose en su interior, comenzó a alejarse de esa puerta. Ya no sentía el dolor de su pie, hasta había olvidado que probablemente, la serpiente que lo mordió, podía ser venenosa, y en su mente, el recuerdo de las palabras de su padre, mientras estaban en la oficina, habían sido cambiadas por esas tres palabras: "Te amo, Sakura-chan".
Quería correr, huir, gritar, llorar, quería entrar a esa habitación, que se había quedado en silencio, y golpear a su padre hasta que sus nudillos sangraran, quería ir con su madre y gritarle, enojarse, reclamarle… ¿en que momento el amor que debía de existir entre sus padres, se había acabado?, ¿hubo ese amor?, ¿desde cuando su padre era infeliz que decidió joderle la vida a el, a su hermana y a su mamá?
Lo odiaba… odiaba a su padre, que siempre se mostraba indiferente; odiaba a su madre, que tenía preferencias a su padre antes que a sus propios hijos; odiaba a Himawari, por ser tan ingenua y sin una pizca de querer ser mas que una ama de casa; odiaba a Sakura, que estaba encerrada con su padre haciendo quien sabe que cosas; odiaba a Konoha, por respetar y casi venerar a una persona que no merecía ser nadie; odiaba su vida, y se odiaba a si mismo. Si esto era una ilusión, rezaba porque lo despertaran.
Cuando se dio cuenta, estaba en las orillas de Konoha y en el cielo ya se mostraba el ocaso. Otra vez volvía a pasar lo mismo, había despertado con un rayo de esperanza de que este día sería diferente, que este día no pelearía con su padre, que tendrían una convivencia de padre-hijo, que hoy su madre se preocuparía por el que si no llegaba a comer saldría a buscarlo, que la aldea lo vería como un ninja importante por si mismo y no por ser hijo del poderoso Hokage, que hoy Sarada no fuera tan callada y Mitsuki sin sarcasmos.
Pero no había pasado nada de eso, el último rayo de esperanza que tenía se había derrumbado cuando escucho a su padre decir esas palabras, que en algún momento había deseado que fueran dirigidas a ellos mismos, en cambio, fueron dirigidas a una ex-ninja-medico, que también se había dedicado al hogar.
A lo lejos, escucho el canto de los pájaros, y como si hubiese sido algún mensaje, su mente se aclaro. Boruto se puso de pie y comenzó a caminar de regreso a la aldea. Estaba decidido, prefería tener a sus padres separados y que el pueda vivir en paz, a tenerlos juntos y seguir viviendo una pesadilla.
Sería irónico decir que conocía a su padre, pero estaba seguro que si hablaba con el, él lo aceptaría y no se opondría, es mas, el sería el primero en avanzar. El problema sería su madre, ella jamás lo aceptaría, haría cualquier cosa con tal de mantenerlo a su lado.
Con una mirada fija y decidida, comenzó a caminar directo a su casa. En el reloj de mano que llevaba, ya marcaban las 6:00pm.
