Harry Potter y el último heredero.

Capítulo I

"La desaparición de Draco".

Después de un mes de fugarse de Hogwarts Draco no daba señales de vida. Su madre Narcisa pensó que estaba muerto, después de todo, se enteró que el plan de Draco había resultado, pero que a último momento Draco sufrió de arrepentimiento y Snape había tenido que asesinar a Dumbledore. Narcisa sabía que Voldemort no estaba contento con su hijo y lo más seguro era que lo hubiera asesinado, de hecho, hace más de un mes que andaba toda vestida de negro y lloraba todas las noches, por Draco y por su esposo Lucius que estaba en Askaban.

Un día de esos Narcisa se sentó en la silla en que solía sentarse Lucius a leer el diario y se puso a bordar un chal (esas eran sus entretenciones últimamente) y sintió un ruido en la puerta, ella se paró y observó, pero no vio absolutamente nada. Siguió con su bordado, pero nuevamente sintió un ruido en la puerta de Roble negra que tenían, pero este golpe ya no era amistoso, era como una patada en la puerta.

ABRAN LA PUERTA!- Gritó Narcisa, pero ninguno de sus nuevos elfos domésticos la abrió o se asomó siquiera para cumplir con su orden – es que nadie me escucha! – Volvió a gritar, pero la puerta de roble en ese instante reventó y la empujó por el aire por la presión. Narcisa cayó bajo una mesa y se golpeó fuertemente la cabeza, por su cabello casi blanco empezó a sentir que algo escurría, se tocó levemente la cabeza y vio que su mano estaba roja. Narcisa comenzó a levantarse del suelo, pero sólo veía polvo y destrozos.

¿Quién anda?- Dijo ella como en un gemido, le dolía mucho la cabeza, ya que tenía un corte muy profundo y la sangre no paraba de brotar- contéstenme! – Narcisa se puso de pié y sintió que un escalofrío le recorría el cuerpo.

¿Es que no reconoces a tu señor, Narcisa? – Dijo una voz fría que venía desde el polvo que había en la sala. Narcisa contuvo la respiración por unos segundos y vio como la figura de Lord Voldemort aparecía delante de ella, parecía cada vez más humano, aunque aún parecía como muerto. Narcisa al verlo se arrodillo, abrazó sus calabericas piernas y se puso a llorar.- Suéltame.

Señor, Draco no quiso, ¿Dónde está, señor por favor..- Decía en chillidos Narcisa. De pronto levantó la vista y miró a Voldemort a los ojos, no vio en él ningún gesto de compasión.

Voldemort la tomó de un brazo bruscamente y la lanzó fuera de sí, Narcisa continuaba llorando y tocándose la cabeza, su pelo ya no estaba rubio, sino que rojo. Voldemort se volvió y llamó a alguien que estaba con él, detrás de él apareció Severus Snape, este no tenía la misma cara de Voldemort, se veía compungido.

De pronto Voldemort de un golpe se dio vuelta y quedó frente a Narcisa.

Narcisa, últimamente me he sentido muy decepcionado por miembros de tu familia – Dijo Voldemort con una falsa voz de lástima – Primero Lucius que me hizo perder la profecía y luego – Voldemort hizo un silencio y se acercó más a Narcisa – Tu hijo Draco, que se arrepintió de asesinar a Dumbledore. – Voldemort levantó sus hilos de cejas mirando fijamente a Narcisa que lo miraba y negaba con la cabeza. – Si, Narcisa, ambos han traicionado mi confianza, ambos igual de cobardes, tu esposo se fue a Azkabán, porque sabía que ahí estaría seguro, y tu hijo, ¿Dónde está, Narcisa?.

Narcisa se levantó con una mano en el pecho y mirando a Voldemort, ella tenía una extraña sensación de alegría.

Pensé que lo habías asesinado, mi señor- Dijo ella sonriendo débilmente.

No, se arrancó, dime donde esta, te lo ordeno – Dijo Voldemort levantando su varita y apuntando a Narcisa, ella levantó su mano.

Señor, no lo sé, tenga compasión, es mi único hijo, es lo único que tengo – Decía Narcisa sollozando.

Eso tendría que haberlo pensado tu esposo antes de traicionar, ¿no? – Dijo Voldemort – Honré a tu hijo habiéndole dado esa misión, pero tu hijo es un cobarde, igual a su padre. – Voldemort parecía realmente my enojado, furioso. – Debes saber, Narcisa, no voy a tener compasión con tu hijo por haber arrancado como una rata de mi lado, seguramente ya se entregó a la orden, ¿no?.

No señor, jamás mi hijo haría eso. Yo lo conozco, soy su madre – Decía con un poco de desesperación en la voz. Snape que estaba atrás de Voldemort se acercó a Narcisa.

Narcisa dimos donde está, por lo menos sálvate a ti misma. – Le dijo Snape levantándola del suelo.

Tú! – Gritó Narcisa – Tú dijiste que ibas a cuidar a Draco.

Voldemort se rió a carcajadas.

Severus no es la niñera de ningún niñito malcriado, Narcisa – Dijo Voldemort aún riendo – Sabes lo que yo hice a los dieciséis años, Narcisa? – Hubo un silencio – Maté a mi padre y a mis abuelos, y no me arrepiento. Y tu hijo, no fue capaz de matar a un anciano desvalido como Dumbledore, si no hubiera sido por ti, Severus.- Dijo Voldemort con un poco de cariño en la voz.

Señor, pero mi niño, no sé donde está- Repetía Narcisa.

Voldemort sacó su varita y la miró fijamente.

He lidiado antes con mujeres como tú, ¿sabes, no querían entregar a sus hijos, pero yo sé que tu me eres fiel Narcisa, entrégamelo – Decía Voldemort estirando la varita y apuntando el pecho de Narcisa – Estoy seguro de que no querrías morir por él, o sí?. ¿Supongo que aún me quieres seguir ayudando, NARCISA, sólo debes entregarme a Draco. – Pero Narcisa no oía, sólo negaba con su cabeza de un lado a otro, Snape, que siempre le había tenido mucho cariño a Narcisa salió de la casa con un dejo de tristeza. – Decide, Narcisa, ¿Me lo vas a entregar, o …- Voldemort apuntó su varita como si estuviera jugando. Narcisa lo miró fijamente con tristeza y con miedo, ella temblaba de pies a cabeza y abrió su boca, pero no dijo nada- ¿Dices, Narcisa?.

Lo siento señor – Dijo Narcisa con voz ahogada y con lágrimas que caían silenciosamente por sus mejillas – no sé donde está Draco. Mi señor, siempre te he sido fiel, pero se trata de mi único hijo – Voldemort levantó su varita al pecho de Narcisa nuevamente como amenazándola – Señor, no hay escapatoria, me va a matar si o si, no sé donde está Draco… - Guardó silencio y se limpió la voz – y si lo supiera, no se lo entregaría, el amor por mi hijo, es más grande que el que tengo por usted.

Avada Kedabra – Pronunció Voldemort y salió el rayo de luz verde que apuntó el pecho de Narcisa que salió disparado hacia una pared y cayó en el suelo sin hacer el menor ruido.

Voldemort salió de la casa rápidamente y miró a Severus con mucha ira.

La maté – dijo – Dijo que amaba a su hijo más que a mí. – Snape se ahogó con lo dicho – Yo si hubiera sido ella lo hubiera entregado para salvarme, pero no, sentimentalismos de madre, que estúpido, no crees Severus? – Le dijo Voldemort riendo.

Si, mi señor – Dijo Snape silenciosamente.

Me hizo recordar a Lily Evans – Dijo Voldemort con una sonrisa en los delgadísimos labios- también se entregó por su hijo, de que les sirve, igual los voy a encontrar y van a caer en su mismo destino – Decía Voldemort mientras se metían en un sector obscuro de la calle para transportarse a su escondite