POV James
¡CONSIDÉRATE MUERTO, JAMES SIRIUS POTTER!- La dulce voz de mi hermanita se escuchó por toda la Madriguera. Realmente no era tanto como para gritar así. Lo único que hice (con ayuda de Fred) fue poner una tintura de Sortilegios Weasley en su shampoo. Ni siquiera una permanente, en, calculamos, una semana, tendría su brillante cabello pelirrojo como siempre.
-Tranquila, Lils, ¿Qué te pasó?- Pregunté inocentemente. Era obvio lo que le había pasado, tenía el húmedo cabello púrpura con mechas azules brillantes. Al parecer, no se lo tragó.
-¡VOY A DECIRLE A PAPÁ, Y SÍ, FRED, A TÍO GEORGE TAMBIÉN!-Fred a mi lado empezó a reir. Papá podía castigarnos, pero ¿tío George? Probablemente nos felicitaría.
-¡No es divertido! ¡EN TRES DÍAS VOLVEMOS A HOGWARTS Y YO TENGO EL CABELLO TEÑIDO!
-Prima, personalmente creo que combina con tus ojos.- Se burló Fred.
-¡DÍGANME CÓMO DESHACERME DE ESTO!- Lloró mientras tomaba un mechón azul.
-Primero que nada, Lils, deja de gritar.- Dije tranquilamente. Eso pareció enfurecerla aún más.- Segundo, no se puede sacar con magia. En unos días lo tendrás como nuevo.- Dije, sonriendo.
Lily respiraba pesadamente. Se acercó a los dos y susurró, con toda la furia que podía poner en sus palabras. Estaba totalmente roja.
-Voy a vengarme de esto, James, Fred. No es una broma.
Dicho esto, se dio media vuelta y se alejó silenciosamente.
Mientras se iba, puse una sonrisa confiada. Pero la verdad es que temblaba por dentro. La niña podía ser realmente cruel cuando quería.
Fred y yo empezábamos el 7mo año. Albus el 5to y Lily el 3ro. Estos últimos años en Hogwarts había una invasión Weasley-Potter, como todos la llamaban. Muchos primos iban allí con nosotros.
En cuanto mi hermana desapareció de la vista, compartí una mirada con Fred. Su complexión aceitunada (que quedaba horrible con el cabello pelirrojo, perdón, primo) estaba algo pálida y su expresión era de espanto puro.
-Niños,- Mi madre nos llamó. No importaba que ya estuviéramos por terminar el colegio, para ella siempre seríamos los niños.- Busquen sus cosas, ya es tarde y no fuimos a comprar las cosas para Hogwarts.
Dicho esto, entró en la casa.
Unos diez minutos después, estábamos Lily, Albus, Hugo, Rose, Roxanne, Fred, Louis, mamá, papá y yo en frente de la chimenea. Todos miraban el cabello de mi hermana con curiosidad, pero inteligentemente decidieron no hacer comentarios.
Papá tomó un poco de polvos flu y los tiró al fuego. Las llamas se tornaron verdes.
-Bueno, hay que organizarnos. Los niños, de mayor a menor. Ginny y yo vamos últimos. Digan "Callejón Diagon" claramente y, por Merlín, no se pierdan, sus padres me matarían. Por cierto, el próximo año le toca acompañarlos a Ron. Hugo, no dejes que se le olvide... James, tu primero- Papá seguía recordándonos que habláramos claramente. Temía que saliéramos por cualquier chimenea, justo como la primera vez que él viajó con polvos flu.
Corrí hacia las llamas gritando "Callejón Diagon". Las llamas no quemaban, eran tibias. Comencé a girar y me mareé. Finalmente llegué a destino.
Los demás fueron apareciendo uno a uno. Cuando papá apareció, comenzamos a buscar todo lo que necesitábamos para este curso.
Decidimos separarnos. Algunos irían por los materiales, Hugo debía ir por una túnica nueva, acompañado de Ginny. Otros irían por los ingredientes para pociones y Fred, Lily (en contra de su voluntad) y yo fuimos por los libros.
Salimos de Flourish and Blotts con una enorme pila. Por suerte, Lily había hechado un encantamiento en su bolso para que entre todo lo que compramos.
Como ya teníamos lo que buscábamos, decidimos que un helado no vendría nada mal. Incluso mi hermana, que seguía furiosa con nosotros, accedió.
Ya con nuestros tres conos, comenzamos a buscar a los demás. Creí haber visto la roja melena de mi madre y estaba yendo para allí cuando sentí una fría mano en mi brazo.
-Disculpa, ¿Puedes decirme qué lugar es este? Creo que estoy perdido.- Un chico de la edad de Lily, que estaba extrañamente pálido, como si no hubiera visto el sol en semanas, me paró. Tenía un cabello oscuro y espeso, y ojos negros como si estuvieran hechos de sombras. Hablaba con un extraño acento.
-¿No sabes? Estamos en el Callejón Diagon, si es lo que preguntas.- Contesté. El chico murmuró algo en un idioma que no conocía, sonaba como si estuviera maldiciendo.
-Inglaterra, ya veo. Dioses, esto está mal.- Murmuró un poco más alto. Lo miré extrañado ¿El tipo estaba en el Callejón Diagon pero no sabía que estaba en Londres? Ni siquiera podía ser que una aparición fallida, porque no tenía la edad.
-No eres de aquí, ¿Verdad?- Preguntó inteligentemente Fred. Casi le doy un golpe en la nuca. La respuesta era obvia.
-No, yo, eh, soy americano.- Contestó, pero su mente estaba en otro lado. Tenía el entrecejo fruncido, como si estuviera concentrándose en algo.
-James, Lily, Fred, los estaba buscando.- Nos regañó mi madre. Entonces, vio al pálido muchacho. Reconocimiento brilló en sus ojos, aunque no uno de bienvenida.
-Oh, me habían dicho que...- Murmuró. Carraspeó y continuó.- Tu debes ser Nico.
El chico parecía tan sorprendido como cualquiera de nosotros porque mi madre lo reconociera. Evidentemente no se lo esperaba, y no parecía conocerla. La miró fijamente unos momentos y luego asintió.
-No sé por qué sabe mi nombre, pero así es.- Vaciló un segundo y completó.- Mi nombre es Nico Di Angelo.
Bueno, mi primer crossover. Tengo la intención de seguirlo, pero todo depende de si consigo alguna review. Prometo no hacerlo tan cliché como otros fanfics, sobre todo espero hacer algo un poco más original.
Algo que quería aclarar: Nico se cruza con la nueva generación porque me parecía un poco más lógico con respecto a los años, aunque sé que la línea de tiempo no es perfecta. Además, descubrí que tengo una obsesión con los hijos de nuestros héroes.
Reviews? Ideas? Críticas? Todas son bienvenidas
