DISCLAIMER: NARUTO Y SUS PERSONAJES © MASASHI KISHIMOTO
"Ventanas del Alma" y "Almas Gemelas" © SAKURA_TRC, 2015
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ALMAS GEMELAS
(3ra Parte de "Ventanas del Alma")
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Summary: Sakura y Sasuke han tomado caminos diferentes con una meta en común: encontrar la verdad tras la desaparición de Itachi. En su viaje enfrentarán diferentes pruebas que harán tambalear su relación, entre ellas la más difícil para ambos: ¿Se atreverá Sakura a revelar los secretos de su pasado o será Sasuke quien los descubra por su cuenta? = TERCERA PARTE DE VENTANAS DEL ALMA =
Capítulo 1. "Caminos divididos"
Despegó la mano del cristal de la puerta y le mostró una sonrisa como despedida. No quería dejarla, pero no podía llevarla con él. No tenía derecho a arrastrarla al lugar que le había arrebatado a su hermano y tampoco podía seguir con ella si su mente estaba ocupada pensando solo en su hermano. No se lo merecía.
Lo conocía y sabía que la sonrisa era forzada. Entendía que tenían que separarse. Sabía que la ausencia de su hermano creaba una sombra en su corazón y no podía portarse egoísta y atarlo a su lado, tenía que dejarlo ir para recuperarlo.
Su corazón se aceleró angustiado. Un hombre y una chica se colocaban a cada costado de su novia, un paso atrás de donde estaba parada. Ella ladeó ligeramente la cabeza y miró de reojo al hombre a su izquierda.
La adolescente le señaló algo y palmeó el bolsillo de su abrigo; inmediatamente él la imitó buscando en el bolsillo de su chaqueta y sacó un sobre dirigido a él.
ooo
Dos meses atrás.
Sakura esperaba paciente a que Sasuke colgara el teléfono. Podía escucharlo preocupado y al mismo tiempo ansioso y enojado.
- Hn, le preguntaré a Kakashi si tiene alguna novedad y dijo que no tenía la autorización para pedir informes de una agencia nacional –hizo una breve pausa y se masajeó el puente de la nariz respirando profundamente– Si sabes algo notifícamelo inmediatamente –Sasuke se quedó callado un momento– ¿Qué dijo? –por lo que Sakura escuchaba, el padre del detective no estaba solo, la otra persona hacía breves intervenciones en la plática entre ambos Uchiha– Dile que yo me haré cargo. Si, tendré cuidado. Hasta luego.
La pelirrosa se levantó del sofá buscando la mirada de su novio quien le seguía dando la espalda. No soportaba la espera y tomó el brazo de Sasuke para obligarlo a verla a la cara– ¿Qué fue lo que te dijo?
- Habló con la Agencia y le dijeron que Itachi está en una investigación; pero no le quisieron dar más detalles –el moreno fijó sus ojos en el teléfono en su mano. En un arranque de ira y desesperación arrojó el aparato contra la pared haciéndolo añicos y asustando a la chica frente a él– ¿Por qué no me llamaste? –preguntó en voz alta olvidando que su hermano era capaz de escucharlo.
Itachi estaba sentado en el sofá de una plaza en la sala, justo detrás de su hermano menor– Si tan solo él me escuchara le diría que estaba ocupado investigando algo importante. Tal vez tú puedas decirle qué investigaba, Akasuna Sakura.
Era en esas ocasiones en las que Sakura deseaba arrancarle la lengua a los muertos y no escuchar nada de lo que decían; pero lo único que podía hacer era intentar asesinar a su cuñado con la mirada.
Sasuke notó como su novia fruncía el ceño mirando directamente al sofá, lugar que estaba vacío… para él– ¿Qué estás viendo? ¿Es él? –el detective tomó por los brazos a Sakura e intercambió miradas entre ella y el sofá– Pregúntale… pregúntale… –la emoción del menor de los Uchiha empezó a desvanecerse al recordar porque la chica podía verlo y él no. Clavó la mirada en el suelo totalmente abatido por la realidad.
- ¿Quieres que le pregunte si está muerto? –el moreno levantó el rostro y, por primera vez en mucho tiempo, se enojó con Sakura– Sasuke-kun… no estoy segura y no quiero darte falsas esperanzas, pero no creo que Itachi esté muerto.
- ¿De qué hablas? Puedes ver su alma, ¿no? Tú solo eres capaz de ver las almas de los muertos. Eso es lo que tú haces, para eso naciste.
La pelirrosa se sintió sentirse ofendida de la manera en la que su novio la estaba tratando– Por supuesto que es lo UNICO que hago. SOLO veo muertos. SOLO hablo con almas en pena. SOLO atraigo mala suerte. ¿Qué más podría hacer?
Había cometido un error fatal. Estaba enojado, pero no era justo que se desquitara con ella, la estaba agrediendo y lastimando por su desesperación. Arrepentido y avergonzado tomó el rostro de Sakura y lo levantó. Con los ojos cerrados unió su frente con la de ella y respiró hondo para tranquilizarse– Lo siento. Lo siento. Es solo que él siempre me ayudaba, él era quien cuidaba de mí, me enseñó todo y yo… ahora… no sé qué hacer –la voz de Sasuke se quebró totalmente y el llanto bañó su rostro. Lo único que podía hacer era abrazarse a lo que tenía, Sakura sería su fuerza para sostenerse, su regazo para llorar, el salvavidas que lo mantendría a flote en el mar de dolor al que había caído. La abrazó fuertemente y escondió su rostro en el hueco entre su cuello y su hombro. La necesitaba, no podía dejarla ir. Ella era toda la esperanza que le quedaba.
Sakura sabía lo que Sasuke estaba sintiendo, lamentablemente no podía decírselo. No podía decirle que perder a un hermano era como perder una parte de tu corazón, como si la mitad de tu mundo desapareciera. Lo vivió en carne propia, Tsubaki estaba muerta y ella no podía cambiar nada; cuando se dio cuenta de su muerte fue como si la alegría de su infancia hubiera sido devorada por un abismo negro. Pero tal vez para él podía ser diferente– Te ayudaré. Ésta vez convertiré ésta maldición en un don para ayudarte a encontrar a tu hermano. Si es necesario abriré ventanas, tocaré puertas; haré lo que sea para volver a ver tu sonrisa una vez más. Debemos mantener la mente fría, ser fuertes y pensar que Itachi no está muerto.
Sasuke levantó la comisura de sus labios en una pequeña y triste sonrisa– ¿Cómo alguien tan pequeño puede ser tan fuerte? –preguntó enderezándose y recargando sus manos en los hombros de la chica.
- Tú has sido mi fuerza todo este tiempo, ahora es mi turno de ser la tuya.
El detective cerró los ojos conmovido por las palabras de una chica que él había jurado proteger y que, una vez más, le demostraba que no era tan indefensa como él quería creerla. No pudo evitarlo y siguió sus instintos. Sus manos viajaron hasta la nuca de Sakura, enredando sus dedos con la larga cabellera que mostraba la pelirrosa. Agachó su rostro para estar a la altura de ella y la besó, lenta y suavemente. Quería que fuera una muestra de cariño y amor, gratitud y reconocimiento– Gracias, Sakura –susurró al finalizar el beso.
La adolescente aún tenía los ojos cerrados disfrutando de un beso único y especial, uno que logró tocar su alma de una manera que nunca antes había sucedido.
Sasuke de pronto recordó que su hermano estaba en la habitación, observándolos– ¿Aun está aquí?
Debido a su estatura, Sakura tuvo que ladear la cabeza para poder ver más allá del cuerpo de su novio y negó en silencio– Se ha ido.
- Agradezco tus ánimos, pero creo que será mejor enfrentar la realidad y hacernos a la idea de que Itachi está muerto.
- No –la pelirrosa negó con la cabeza, su rostro aún estaba entre las manos de Sasuke– La forma en la que siento el alma de Itachi es diferente. Como si estuviera aquí y a la vez como si estuviera lejos. Es extraño, nunca antes había sentido algo así.
ooo
Tiempo actual
- No hay entrada forzada y la puerta no estaba cerrada cuando la policía llegó. Los vecinos dicen que vivía con su amante.
Sasuke enarcó una ceja al escuchar tan peculiar palabra– ¿Estaba casado?
El rubio a su lado sonrió nervioso rascándose la nuca ligeramente apenado– Yo también me confundí cuando me dijeron eso. A lo que Shino se refiere es que vivía con su novio. La víctima era homosexual.
- ¿Por qué no empezaron por ahí? –preguntó malhumorado– Averigüen el nombre de su amante y en donde está. Si la víctima tiene más de una semana muerto quiero saber por qué su pareja no lo reportó y de qué se está escondiendo.
Shino y Kiba dejaron la oficina sin decir nada esperando que Naruto pudiera calmar a la bestia de su compañero. Y así fue. El rubio tomó del brazo a Sasuke y lo arrastró a la sala de descanso de los detectives.
- Respira hondo y profundo. Tranquilízate y cuéntame. ¿Qué sabes de Itachi?
Sasuke se sentó en un futón, recargó sus codos en las rodillas y su barbilla en sus manos entrelazadas– Nada. La agencia alega que no puede revelar información a personal externo a ellos, ni siquiera al Jefe de Policía de Tokyo. Fugaku ha intentado con todos sus contactos y nadie parece poder ayudarlo. Malditos, cuando ellos necesitan ayuda de mi padre él nunca se las ha negado.
- ¿En qué estás pensando?
- Si ellos no pueden hablar con alguien del exterior, tal vez alguien de adentro pueda averiguar qué pasó con mi hermano.
Naruto levantó por el cuello de la camisa a Sasuke y lo miró enfurecido– No piensas unirte a la agencia, ¿o sí?
- Aún no lo he decidido.
El ojiazul no se relajó. La respuesta de su mejor amigo era vaga y carecía de la seguridad que lo caracterizaba. Lo conocía bien y sabía que cuando sonaba de esa manera era porque haría una tontería– ¿Qué piensa Sakura-chan de esto? –su voz sonó más dura de lo que había pretendido, pero quería que Sasuke entendiera lo que estaba arriesgando.
No podía ocultarle nada, Sasuke sabía que Naruto lo podía leer como a un libro abierto y eso le molestaba– No le he dicho nada. Aún.
- Sé que tu experiencia en la vida de pareja es casi nula –el moreno no pudo evitar asesinar con la mirada a su compañero, pero tampoco podía contradecirlo– y lo único que puedo aconsejarte ahora es que lo hables con ella y no tomes una decisión estúpida sin pensar en las consecuencias de tu relación.
- ¿Por qué crees que aún sigo pensándolo? Sé que el trabajo en la Agencia es demandante, por eso Itachi nunca estaba en casa. Ni siquiera tenía una. Por sus constantes asignaciones en todo el país, prefería rentar habitaciones de hotel y cuando estaba en Tokyo se quedaba en casa de Fugaku.
El Uzumaki asintió comprensivo, pero después de unos instantes de pensar en las palabras de su casi hermano frunció el ceño– ¿Por qué hablas de Itachi en pasado? Es como si estuviera…
- ¿Muerto? –dijo Sasuke fríamente– Es lo más probable. Ayer hablé con Aya y me dijo que no ha hablado con Itachi desde hace mucho tiempo. Sabes que mi hermano y ella tienen una relación muy cercana y nunca antes, ni por muy ocupado que estuviera, dejaba de llamarla.
- Eres un amargado, pesimista, negativo y… y…
- Soy realista, Naruto. Además, es mejor esperar lo peor y no mantener las esperanzas en alto. Así la realidad no te pegará tan fuerte.
Naruto apretó el puño fuertemente y liberó la tristeza que sentía contra lo único que tenía frente a él.
…
- ¿Qué tan bien conocía a la víctima?
Una mujer de edad madura frunció el ceño y cerró la puerta en las narices del detective Kiba.
- Te dije que me dejaras las preguntas a mí.
- La siguiente puerta es toda tuya –el experto en rastreo hizo una reverencia burlona y le cedió el paso a su compañero. Con sinceridad esperaba que a Shino le tocara un hombre horrible y grotesco, que les diera la bienvenida con un bate de béisbol y los mirara amenazante.
Shino apretó el timbre del apartamento un par de veces y esperó pacientemente a que atendieran. Fueron solo un par de minutos los que le tomó a la residente abrir. Una joven con un traje deportivo salió con el cabello aun mojado y goteando.
- Lo lamento mucho. Tocaron justo cuando estaba saliendo del baño –respondió secándose el cabello con la toalla sobre sus hombros y una sonrisa encantadora.
- Detective Inuzuka y Aburame –explicó Shino señalando a su compañero y a él mismo con las placas de identificación en la mano– ¿Podría hacerle unas preguntas relacionadas a la víctima del piso de abajo?
- ¿Se refiere al chico que mataron? –el detective asintió seriamente. Kiba quería matar a su amigo, tenía la mejor de las suertes, siempre le tocaban las chicas lindas y dispuestas a cooperar con sus preguntas.
- Entiendo que no es su obligación contestar las siguientes preguntas y disculpe de antemano la molestia, pero podría decirme si conocía a la víctima.
La chica sonrió divertida por la seriedad y formalismos del experto informático– No es ninguna molestia, detective. Si, conocía a Shiomi-san, pero mi amistad no era con él sino con su novio. Shiomi-san no me agradaba para nada.
- ¿Existía algún problema con él?
- Créame, si me hubiera dado problemas a mí lo encontraría en la cárcel y no muerto. Aunque supongo que tarde o temprano todos tenemos lo que nos merecemos.
- ¿Era mal vecino? –se aventuró a seguir preguntando Shino al notar que la chica le tenía confianza.
- No, de hecho me sorprende mucho que no lo haya notado antes. Shiomi-san era muy mala persona –agregó la chica recargándose en el marco de la puerta mientras el agua caía de las puntas de su cabello y humedecía su playera– A veces me encontraba a Issei-kun golpeado sentado en las escaleras, sollozando…
- ¿Issei?
La chica sonrió consciente de la falta de información de la policía– Si, Etsuko Issei, el novio de Shiomi-san –se tapó la boca preocupada– ¿No me digan que Issei-kun lo mató?
- Aun no sabemos quién fue o lo que pasó, la investigación comenzó hoy por la mañana cuando encontramos el cadáver.
- ¿Issei-kun está bien?
- Estamos buscándolo –intervino Kiba– Si usted podría ayudarnos a encontrarlo sería lo mejor.
- No sé mucho, pero una vez me dijo que trabajaba en un gimnasio cerca de la estación Daimon –Shino anotó todos los datos que la joven les proporcionaba amigablemente y antes de que guardara la libreta en su bolsillo la chica lo detuvo– ¿Me permite su libreta y su bolígrafo? –y aunque estaba un poco confundido con la petición, el detective Aburame se encogió de hombros y le entregó lo que pedía la chica– Si encuentran a Issei-kun, ¿podría llamarme, por favor? Estoy preocupada por él.
- Lamento decirlo, pero no podemos hablar de una investigación en curso.
La joven negó con la cabeza sonriendo coqueta– O puedes llamarme para invitarme una cerveza.
…
- ¿Por qué siempre te tocan las chicas lindas?
- No sé, tal vez porque hago bien mi trabajo.
- Cállate –Kiba echó un vistazo al teléfono móvil de su compañero– ¿Qué haces?
El experto informático le enseñó lo que hacía– Haciendo mi trabajo. Ya encontré el gimnasio al que se refería la testigo.
- Vamos allá.
- Le mandaré un mensaje a Sasuke y a Naruto con la información de a dónde vamos.
El detective Inuzuka sacó las llaves del auto y abrió los seguros– Apresúrate.
…
- ¿Desde hace cuánto conoces a Sasuke-kun? –preguntó la pelirrosa recostada sobre el escritorio jugando con la taza de té frente a ella.
Ino alzó la vista al techo y los dedos índice y medio tamborilearon sobre su mentón– Desde que llegaron a la estación de policía se hicieron famosos. Cuatro jóvenes reclutas, extremadamente guapos, solteros e inteligentes. No tardaron en llamar la atención de todos por aquí. Sobre todo Sasuke, que nunca escondió su apellido.
- ¿Y a Itachi? ¿Lo conoces?
La médico forense dio un sorbo más a su té y suspiró larga y pesadamente– Mi relación con Sasuke nunca fue tan cercana.
- Lo siento –pidió disculpas estampando la cara contra el escritorio. Estaba tan desesperada por saber un poco más de Itachi que buscaba las respuestas en los lugares incorrectos.
- ¿Por qué no hablas con Hinata?
La sugerencia de Ino hizo que Sakura rechinara los dientes molesta– Sabes que esa mujer me odia.
- No te odia. Te tiene celos porque le quitaste la atención de su querido primo-hermano.
- ¿Acaso tiene algún complejo?
- No, claro que no –la amiga de la pelirrosa acarició su cabeza maternalmente. Ino entendía que la relación de Sakura estaba pasando un mal momento por la repentina desaparición del hermano mayor de Sasuke y eso afectaba a la adolescente– Hinata perdió a sus padres y luego a su tía. Lo único que le quedaba era aferrarse a los únicos lazos de sangre que le quedaban. Neji, Itachi y Sasuke. Pero las diferencias de edades la arrojaron a refugiarse con Sasuke, que es casi de la misma edad que ella. Crecieron juntos, se criaron juntos, todo su mundo giraba alrededor de él. Incluso se comprometió con su mejor amigo.
Sakura levantó el rostro aun con la mano de la rubia apoyada en su cabeza– ¿Quieres decir que Naruto es un sustituto al amor que Hinata le tiene a Sasuke?
- No, a lo que me refiero es que Hinata intenta mantener su mundo en una sola pieza.
- Aun así no la entiendo –señaló un tanto ofendida pensando en la forma en que la prima de su novio se comportaba cada vez que se veían.
- Es muy simple –Ino acercó peligrosamente su rostro al de la adolescente y con un dedo delineó su rostro– Tú fuiste la pequeña revolución que sembró el caos en su casa de muñecas.
Imágenes olvidadas bombardearon la mente de Sakura. Una casa, un sótano, una mujer de cabello blanco asustada, su hermana jugando con una muñeca del tamaño de una mujer adulta. La pelirrosa se levantó de la silla tirándola al suelo en medio de un ruido ensordecedor– ¡Eso no es cierto! ¡Yo no quería…! ¡No era mi intención…!
- Tranquila, Sakura –la ojijade estaba fuera de sí, horrorizada, angustiada. La médico forense tomó por los brazos a la chica para detener sus movimientos frenéticos– ¡Sakura! –gritó y con una bofetada sacó a su amiga del shock– Discúlpame, por un momento olvidé lo que pasaste con ese hombre –ya más tranquila abrazó a Sakura contra su pecho arrullándola– No debí hacer referencia a las muñecas. Fue una mala broma. Lo siento.
La adolescente rodeó el cuerpo de Ino buscando el consuelo– Perdón. Perdón. Yo no quiero alejar a Sasuke-kun de Hinata. No quiero ser egoísta, pero no puedo evitarlo. Él para mi es…
La rubia tomó a Sakura por la barbilla y la hizo mirarla a los ojos– Tienes derecho a ser egoísta. Tú solo buscas la felicidad, igual que todo el mundo. Y no tienes que pedir perdón por eso –con los pulgares limpió el rastro de lágrimas que se extendían por las mejillas sonrojadas– Vamos, sonríe. Si Sasuke te ve así se va a preocupar y no queremos que eso suceda, ¿verdad?
…
- ¿Bromea? –preguntó seriamente la chica en la recepción– Nakajima. ¡Escucha! ¡Mataron a Shiomi!
- ¿A quién? –se escuchó desde la pequeña oficina detrás de la recepción.
- A Shiomi, el presumido ese que se llevó a Issei a vivir con él.
Un hombre con músculos enormes salió de la oficina haciendo ver a la puerta como un hueco pequeño en la pared– Ese hombre no me agradaba, siempre veía a todos como si fueran un pedazo de carne en un exhibidor.
- Ahora sabes cómo nos hacen sentir los hombres cada vez que nos miran –señaló la recepcionista. Una joven mujer con un cuerpo bien trabajado, pero no muy agraciada con respecto a la belleza.
- Ok, ya entendí –se defendió el musculoso hombre– ¿Y qué hacen aquí? Debo decirles que hace mucho que corrí a Shiomi de aquí, hacía sentir incomodos a los demás usuarios y eso no era bueno para el negocio.
- Buscamos a Etsuko Issei –habló Shino mientras Kiba echaba un vistazo al interior del gimnasio– Según nos dijeron trabaja aquí.
- Solía hacerlo hasta que, la semana pasada, lo atrapé metiéndose drogas en el baño.
- ¿Qué clase de drogas?
El hombre torció la boca no muy convencido de haber usado la palabra correcta– No eran drogas para elevarse, para ser más claros eran esteroides.
Los detectives asintieron entre ellos– ¿Por qué haría eso Etsuko-san? –preguntó Shino nuevamente.
- Shiomi era muy selectivo con sus amistades, la mayoría parecían modelos de revista y estrellas de cine –intervino la recepcionista– Si alguien no era lo suficientemente atractivo no podía entrar en su círculo social. Issei es un chico lindo. ¿Entiende? –Kiba y Shino negaron al mismo tiempo– Tiene cara de niño, cabello naturalmente alborotado, finas facciones, un brillo especial en los ojos, sonrisas que te hacen suspirar. Todo eso se acabó cuando conoció a Shiomi. Fue como si el caballero de brillante armadura fuera en realidad la bruja del cuento que hizo a la princesa caer en una trampa mortal.
…
- Según la información reunida por la gente que conocía a la víctima y al sospechoso, Shiomi Motoki era un bastardo que se aprovechaba de la gente y abusaba de su pareja, Etsuko Issei.
- Es el típico caso de violencia domestica –añadió Naruto sentado sobre su escritorio, con las manos recargadas entre sus piernas en el filo de la mesa.
Sasuke asintió concordando con él– ¿Quién era el que llevaba la casa?
Kiba revisó su libreta y algunos documentos que habían encontrado en el buzón del apartamento– El contrato del apartamento está a nombre de Shiomi Motoki, al igual que los cargos por los servicios. Y solo encontramos estados de cuenta de las tarjetas de Shiomi.
- Etsuko Issei se cansó del abuso y explotó. PUM –el detective Uzumaki simuló una explosión abriendo sus manos y extendiendo los brazos sobre su cabeza– Y acabó con la razón de su sufrimiento.
- No importa cuánto abuso haya sufrido, no es justificación para matar –Shino negó. Él era conocido por su comportamiento reservado y callado y extrañamente daba su punto de vista– Imagínate si todos tomáramos la justicia por nuestras propias manos. De nada servirían tantos años de civilización y de sistemas jurídicos. Viviríamos sumidos en una era de odio, rencor y venganza. La sociedad se hundiría en la violencia y la oscuridad.
- ¿Tú qué podrías saber de vivir en la violencia o en la oscuridad? ¿Alguna vez has estado ahí? –interrumpió Sakura dejando unos informes sobre el escritorio de Sasuke y abandonando el área tan rápidamente como pudo.
Los detectives se quedaron callados sorprendidos de la pregunta tan agresiva y perturbadora que había realizado la adolescente.
Sasuke tomó la carpeta que su novia había dejado y leyó el informe dentro– Ya sabemos el motivo: el sospechoso se cansó de ser la víctima. El medio fue un objeto pesado y puntiagudo con el que le golpearon la cabeza repetidas veces. La oportunidad la tuvo siempre al vivir con la víctima. Emitan un boletín con la orden de captura para Etsuko Issei.
- ¿Sasuke? –Naruto se paró junto a su amigo y lo arrastró del cuello del saco lejos de sus demás compañeros.
…
Por segunda vez en el día, el rubio confrontaba a su mejor amigo llevándolo a un lugar más privado para poder gritarle sin hacer un espectáculo– ¿Qué demonios pasó allá dentro?
- Di órdenes para capturar a un criminal –Sasuke trataba de evitar la pregunta respondiendo con lo primero que se le venía a la cabeza, pero sería imposible considerando lo testarudo que era el detective Uzumaki.
- Sabes que me refiero a Sakura-chan.
Sasuke suspiró cansado y se cruzó de brazos– Aunque lo dudes, no sé todo lo que le pasa o piensa Sakura.
- Tienes que ser sincero conmigo. La razón por la que se conocieron no es una casualidad, ¿cierto? –Naruto frunció el ceño desconcertado por el misticismo que rodeaba la relación de su mejor amigo y la adolescente. Por primera vez sentía su confianza traicionada y eso nublaba su juicio. Tomó por el cuello de la camisa a Sasuke y lo estrelló contra la pared. Los dientes de Naruto rechinaban ante la presión y la ira– Pensé que confiabas en mí y que nunca guardaríamos secretos el uno del otro.
- Usuratonkachi –el rubio levantó el rostro sorprendido por el tono burlón que usaba Sasuke– Nunca te he escondido nada, pero cuando se trata de Sakura no puedo decírtelo todo. Tal vez, cuando necesite de tu ayuda, ella te lo diga todo.
- Lamento interrumpir su idílico amor, pero… –dijo Kiba asomándose al pasillo mientras se ponía el arma en la funda de su cinturón– encontramos que Shiomi tiene un departamento compartido cerca de las Playas de Odaiba. He pedido que el distrito de policía mande una patrulla para buscar a Etsuko Issei y Shino y yo vamos a ir también.
- Manténganos informados –ordenó el moreno quitándose la mano del Uzumaki de un apretón en el lugar preciso de su muñeca.
…
Bajó al archivo de evidencias y se encontró con el oficial a cargo del departamento– Detective Uchiha. ¿Qué lo trae a las profundidades de la jefatura?
- Necesito hablar un momento con la interna.
- Sakura-chan debe estar en el archivo histórico. Cuando no tenemos trabajo siempre va ahí a leer viejos casos.
- Gracias.
…
La pelirrosa estaba sentada frente al escritorio viendo la oscuridad del monitor de la computadora. Su cabeza descansaba en su mano y los dedos libres golpeteando las teclas con movimientos lentos y rítmicos.
Su tranquilidad y sus pensamientos se interrumpieron cuando alguien la tomó por la espalda cubriéndole los ojos y la boca. El aroma de fuego ardiendo inundó sus sentidos y erizó su piel– ¿Cuántas veces debo decirte que siempre te encontraré?
Sakura puso su mano sobre la que cubría su boca y la movió para poder hablar– Vuelve a decirlo.
- No importa dónde te escondas, siempre te encontraré.
- ¿Lo prometes? –pidió con voz apagada.
- Claro –la voz de Sasuke sonó justo a un lado de su oído, junto con el aliento que chocó contra su cuello y el beso que depositó en el hueco sobre su clavícula. A Sakura le gustaba cuando él se portaba así, tierno y protector– Ahora, ¿me podrías explicar que fue lo que pasó allá arriba? –pidió girando la silla para ver a la chica a la cara. Toda ternura se había desvanecido con el tono serio y autoritario.
Los ojos jades se entrecerraron desviando su mirada, sabía que tarde o temprano él cuestionaría su reacción, pero jamás pensó que usara métodos tan perversos– Fue un arranque de ira. Solo eso.
- Sé que has pasado momentos difíciles, pero no es razón suficiente para reaccionar así contra Shino. Y lo sabes.
- Lo siento.
- No es conmigo con quien debes disculparte.
Sakura suspiró rendida– Iré a hablar con él.
- Tendrá que ser más tarde. Kiba y Shino fueron a la costa de Odaiba para investigar –el detective vio las carpetas que tenía la chica sobre el escritorio. Todos eran casos viejos sin resolver de la Unidad de Homicidios– ¿Por qué estás leyendo esto?
- Solo trato de comprender porque todos estos casos no han podido resolverse.
- Si seguimos dando vueltas por todo Tokyo sin encontrar al sospechoso, nuestro caso terminará entre estos viejos archivos.
La adolescente frunció el ceño al escuchar el pesimismo de su novio. Definitivamente él no se encontraba de humor para investigar un homicidio. No en esos momentos tan importantes– Deberías pedir unos días libres.
- ¿Quieres ir de vacaciones?
Sakura negó con la cabeza. Tenía que hacerlo reaccionar y si era necesario lo golpearía para que la razón entrara en esa cabezota dura que tenía su detective favorito. Decidida a hacer algo tomó las manos de Sasuke, se levantó y lo obligó a él a tomar asiento– Necesitas dejar de pensar en los problemas de la gente y empezar a pensar en los tuyos. Sasuke, sé que no estás durmiendo por las noches. Sé que no puedes pensar en resolver un caso porque tu hermano ocupa todos tus pensamientos. ¿Sabías que no me has vuelto a besar como la noche en que te dije que vi el alma de tu hermano?
- ¿Bromeas? –el detective rodeó la cintura de su novia y la sentó sobre sus piernas.
- No y no quiero sonar egoísta o celosa, pero te quiero de regreso. Quiero pasar tus días de descanso juntos, platicar de tonterías, desayunar en la cama. Volver a verte sonreír. Aunque sea una de tus sonrisas retorcidas –Sakura se sonrojó y bajó la mirada para jugar con el cuello de la playera que llevaba su novio en ese momento– Además, solo hemos estado "juntos" un par de veces y no ha sido tan mágico como la primera vez.
La comisura de los labios de Sasuke se levantó en un intento de sonrisa– Te has vuelto una pervertida, Sakura.
- No, yo no... –la pelirrosa trató de pararse de las piernas del detective, pero él se lo impidió reforzando el agarre a su cintura con el otro brazo.
Sakura tenía razón, pasaba tanto tiempo tratando de pensar en lo que su hermano podría estar pasando que se estaba olvidando de él mismo– En cuanto termine éste caso pediré unos días libres. ¿Te parece bien?
- ¿Lo prometes? –preguntó levantando el dedo meñique de su mano izquierda.
- Lo prometo.
…
- ¿Ha visto a este hombre? –preguntó Kiba mostrando la foto de Etsuko Issei con su teléfono móvil a la mujer en la recepción de un lujoso hotel.
Tras una breve pausa para ver el rostro del hombre, la recepcionista asintió con una amistosa sonrisa– Es Etsuko-san, el invitado de Shiomi-san.
- ¿Se encuentra en este momento en el hotel?
- No lo sé –la mujer empezó a ver sospechosamente a Kiba y a su compañero– ¿Podría preguntar porque lo buscan?
- Detective Inuzuka y Aburame, Unidad de Delitos Mayores de Tokyo –ambos detectives mostraron sus placas para tranquilizar a la mujer, aunque el resultado fue todo lo opuesto– Estamos buscándolo para hacerle unas preguntas.
Otra de las personas en el mostrador también vio la foto– Lo acabo de ver. Hace poco menos de diez minutos terminó de comer y subió de nuevo a su habitación.
- ¿Quieren que llame a su suite para verificarlo? –tener a dos detectives frente a la recepción buscando a un huésped podía poner a cualquiera nervioso y la joven no era la excepción.
Kiba y Shino intercambiaron miradas por un segundo– No creo que sea conveniente. Saber que alguien lo está buscando podría ponerlo en nervioso y la gente asustada hace tonterías.
- Necesitamos evacuar las habitaciones cercanas a la de Etsuko y cerrar el piso –pidió Shino con el comunicador en la mano– Necesito apoyo para bloqueo de escape.
- Hablaré con el jefe de seguridad para que ayude a evacuar… –Kiba cortó la llamada que la mujer empezaba a hacer.
- Esto no es trabajo para guardias de seguridad. El hombre mató violentamente a alguien cercano a él. Si hacemos alboroto y se da cuenta, no sabemos de lo que sea capaz de hacer.
…
La policía local había cooperado llevando un escáner térmico, así podrían entrar a la habitación sabiendo exactamente donde estaba el sospechoso. Kiba y Shino entraron tras el escuadrón SWAT y arrestaron a Etsuko Issei para llevarlo a su jefatura. Todo sucedió tan rápido y tan fluido que era difícil de creer.
…
- Di la verdad, Issei. Motoki te maltrataba, te golpeaba, te humillaba. Hubo amigos de él que nos dijeron que se aprovechaba de ti usándote para pagar sus deudas –enunció Kiba ligeramente alterado.
- Sabemos que sufrías violencia doméstica, depende de lo que nos digas el fiscal lo tomará en cuenta para hacer un trato contigo –la voz de Shino era calmada y tranquila, muy diferente a la del experto en rastreo– Cuéntanos. ¿Qué fue lo que pasó?
Issei era un hombre de constitución robusta, piel bronceada y cabello castaño rizado. Por la poca ropa que llevaba, era evidente que pasaba gran parte de su tiempo en el gimnasio trabajando su musculoso cuerpo. Para cualquiera que gustara de los hombres atractivos, en definitiva Issei era alguien digno para perder el aliento. Y a pesar de todo esto, solo era un hombre que se balanceaba de adelante a atrás en la pequeña silla que ocupaba; con las piernas pegadas a su pecho y mordiéndose la uña de su dedo pulgar. Todo su encanto quedaba abolido con su actitud sumisa y temerosa.
…
Sasuke podía ver y escuchar todo desde el cuarto de observación. Ya que Kiba y Shino habían realizado el arresto y la mayor parte de la investigación, él prefirió hacerse a un lado y dejarlos llegar hasta el final.
- ¿No vas a entrar? –preguntó Naruto uniéndose a su mejor amigo para observar.
El detective miró a su compañero por el rabillo del ojo y negó con la cabeza– No tiene caso. Kiba y Shino lo tienen todo bajo control. El infeliz ni siquiera ha pedido un abogado y actúa como un animal acorralado.
- Sabes que los animales acorralados son los más peligrosos, ¿verdad? Lucharan por sobrevivir aún si eso les cuesta la vida.
- Pero a este le cortaron las garras y le quitaron los colmillos.
…
- Encontramos estas fotografías en una página web que administraba Motoki –Kiba extendió sobre la mesa fotografías de Issei en posiciones sexuales demasiado sugestivas– No solo te usaba para pagar sus deudas, sino para conseguir dinero, ¿verdad? Si alguien me usara de esa manera no dudaría en matarlo.
- No te culparía si un día tuviste que defenderte. Motoki era un hombre que solo buscaba la satisfacción propia, no le importaba pisotear tu dignidad –añadió Shino.
El detective Inuzuka golpeó fuertemente la mesa y pateó la silla donde estaba Issei tirándolo al suelo– Di la verdad. Te cansaste del maltrato. Esa noche Motoki regresó de una fiesta con sus amigos de la alta sociedad. Te insultó. Abusó de ti. Te humilló –gritó mientras Issei se cubría la cabeza con ambas manos tratando de protegerse del ataque Kiba– Pero era la última vez que lo haría. No permitirías que te siguiera maltratando. No, ya no más. Llegaste a tu límite y lo mataste. Agarraste esa pesada estatuilla y lo golpeaste una y otra y otra vez, hasta que los brazos te dolieron. Y no acabaste ahí. Te paraste y lo pateaste hasta que te cansaste, tus energías se acabaron, pero fue demasiado tarde. Motoki ya estaba muerto.
…
Sasuke seguía viendo desde el otro lado a Issei. Una víctima de maltrato igual que cualquier otra. La única diferencia es que era un hombre y los hombres en una sociedad como en la que vivían no se quejaban de violencia contra ellos. Ellos eran los que la generaban.
- ¿Por qué la gente permite que abusen de ellos? –dijo Itachi mirando lo mismo que su hermano menor, una víctima de una sociedad machista y homofóbica– No importa si eres hombre o mujer, si tienes una autoestima baja no puedes evitar volverte una víctima.
Asqueado de lo que veía se retiró del cuarto de observación para ir a buscar a su refugio personal y tranquilizarse un poco.
…
Cuando llegó a su casa todo estaba oscuro y silencioso, parecía que no había nadie esperándolo, pero se equivocó. Sakura estaba en la recámara con las luces apagadas y solo una pequeña lámpara sujeta a la tapa del libro. Seguramente también llevaba audífonos puestos, porque por más que anunció su llegada ella no lo había escuchado.
Sasuke la conocía. Si la lectura que tenía entre sus manos era de su agrado no había nada en el mundo que la despegara de devorar el libro hasta que lo terminara o tuviera algo que hacer obligatoriamente. Lo que él solía hacer era quitarle el libro de las manos y besarla hasta que su atención era solo para él.
- Dsadsuke…kun –habló atrapada entre el colchón y el cuerpo de Sasuke– ¿Ge dsucede?
Lentamente y con desgano, Sasuke dejó de besar a la adolescente y dejó caer todo su peso sobre ella. Su cabeza descansaba sobre el pecho de Sakura mientras ambos trataban de calmar sus respiraciones– ¿Alguna vez has hecho algo que sientes que está mal?
- ¿Es sobre el trabajo? –era tan raro verlo así. Frágil, vulnerable, parecía un niño pequeño buscando protección.
- Está este tipo, Etsuko, y el hombre con el que vivía, Shiomi, era una escoria. Lo trataba como la peor basura del mundo y aun así Etsuko no se iba.
La chica acarició suavemente la cabeza del detective, peinando las hebras negras con las puntas de los dedos y masajeando el cráneo con sus uñas ligeramente largas– El amor nos hace hacer muchas tonterías. Tal vez Etsuko amaba a Shiomi tanto que no podía alejarse de él.
Sasuke se incorporó recargándose en sus manos– Pero lo usaba de la manera más ruin que puedas imaginar. Para Shiomi, Etsuko era solo una herramienta para conseguir lo que quería… –el moreno apretó fuertemente la quijada y desvió la mirada de la chica bajo él– Soy igual que él. ¿No es cierto?
- ¿Qué? ¿Igual que quien?
- Soy igual que Shiomi –el pelinegro se sentó a la orilla de la cama escondiendo el rostro entre sus manos– Soy igual que esa escoria. A veces solo te uso por lo que puedes hacer. Soy un maldito bastardo…
- No digas eso –Sakura se abrazó fuertemente al cuello de Sasuke– Yo te ayudo en tu trabajo porque quiero. Tú y yo lo único que buscamos es ayudar a los demás y encerrar a los que hacen daño a la gente. Jamás serías como ellos.
- Solo lo dices para hacerme sentir mejor y porque estás conmigo.
- Claro que no –la pelirrosa bajó de la cama y se paró frente a su novio. Sosteniendo su rostro con ambas manos para que la mirara a los ojos dijo con voz firme y decidida– Uchiha Sasuke, eres el mejor detective que conozco. No te dejas llevar solo por lo que tus ojos ven y tampoco te conformas con lo que te cuentan. Buscas, investigas, interrogas, pides ayuda, confías en tus compañeros. Y lo más importante de todo: eres incapaz de hacer daño a un inocente.
Sasuke suspiró rendido– Serías una excelente oradora motivacional, ¿lo sabías?
- No, claro que no –refutó sentándose sobre las piernas de Sasuke repartiendo pequeños besos en sus mejillas y sus labios– Para motivar sinceramente a alguien tienes que amarlo profundamente para que tus palabras alcancen no solo su corazón, sino su alma también.
- Tienes razón –el moreno concordó con ella y con la seguridad que no quería compartirla con nadie más rodeó la pequeña cintura de Sakura para atraerla más cerca de su cuerpo y poder deleitarse con el olor de su piel– No puedo permitir que motives a nadie más. Tu amor solo puede ser mío.
La pelirrosa sonrió contra el beso que su novio le daba– ¿Siempre eres tan posesivo?
- No. Solo lo soy con las personas que amo.
- ¡Detective Uchiha! –Sakura usó un acento de simulada sorpresa– ¿Acaso está diciendo que me ama?
- Usted lo dijo primero, Haruno-san.
Sakura sonrió separándose un poco del hombre y negando con la cabeza– Claro que no.
- Pues a mí me pareció que sí.
- Por supuesto que no.
- Bueno, si no lo dijo… la obligaré a hacerlo –amenazó tomándola de la cintura y tirándola sobre el colchón mientras Sakura no paraba de reír.
…
A la mañana siguiente la pelirrosa preparaba el desayuno mientras esperaba a que Sasuke saliera de bañarse y estuviera listo para ir a trabajar. Después de la pequeña plática que tuvieron, la pareja durmió toda la noche con las piernas enredadas y abrazándose como si no quisieran que nada ni nadie los separara, al menos por esa noche.
- Que rápido olvidaron que me estaban buscando –la voz de Itachi detrás de ella la sorprendió tanto que la hizo saltar del susto y tirarse el agua caliente sobre el brazo.
Inmediatamente Sakura abrió el agua fría y metió el brazo bajo el grifo para calmar el ardor– ¡Demonios, Itachi! ¿En que estabas pensando?
- No lo sé, dímelo tú. Anoche te cogiste a mi hermano aprovechándote de lo vulnerable que se encuentra –la acusación del mayor de los hermanos Uchiha dejó a Sakura con la boca abierta y un sonrojo cubrió sus mejillas. ¿Vergüenza? No, ella no se avergonzaba de haber pasado la noche junto a Sasuke. Sakura estaba enojada, furiosa por la acusación de la que era víctima– ¿Siempre has sido así? ¿Por eso tu padre no te mató? –los ojos de la chica empezaron a humedecerse, pero ni eso detuvo a Itachi de seguir atacándola– También está ese tipo. ¿Cómo se llama? Nobato… Nagisa…
¿Qué pensaba Itachi que era? ¿Una cualquiera?– Entre Sasuke-kun y yo no pasó nada anoche. Solo dormimos abrazados y si hubiera pasado algo no es asunto tuyo. Tu hermano está bastante crecidito para saber lo que hace y cuando lo hace. Y no metas a Nagato en esto –advirtió la pelirrosa. Su mirada se tornó amenazante. Al mismo tiempo, el tono de su aura empezó a cambiar a colores sombríos, inundando el ambiente con un emanación oscura y peligrosa– Las diferencias que hay entre tú y yo no tiene nada que ver con él.
Itachi sentía que su alma era aplastada por una fuerza desconocida. ¿Acaso Sakura era la causante de eso? Nunca, en toda su carrera de investigador, vio que alguien tuviera control sobre su aura como lo estaba haciendo la chica en ese momento. ¿O acaso era algo que hacía involuntariamente? No, no podía ser una casualidad. La pequeña novia de su hermano estaba tratando de destruirlo.
- ¿Sakura? –con la sola presencia de Sasuke el ataque en contra de Itachi desapareció inmediatamente– Te escuché gritar. ¿Sucedió algo? –la pelirrosa miró a Sasuke como si tratara de comprender lo que estaba sucediendo– ¿Qué te pasó en el brazo? –preguntó tomando el brazo izquierdo de Sakura e inspeccionando el enrojecimiento en él.
- Me descuidé un momento y derramé el agua caliente. No te preocupes me untaré un poco de ungüento para quemaduras y estaré bien.
- No me mientas –ordenó molesto tomándola por la muñeca– ¿Qué fue lo que pasó?
Sakura desvió la mirada enojada– Itachi me asustó. ¿Ok? ¿Contento?
- ¿Qué hizo para asustarte?
- ¿Vas a poner a mi hermano en contra mía? –el mayor de los Uchiha se cruzó de brazos, aunque no sonreía como lo hacía Sasuke cuando se sentía triunfador sobre sus discusiones, la pelirrosa sabía que Itachi tenía su propia manera de demostrarlo y era mirándola como si fuera un bicho, con sus ojos fríos y duros aplastándola con el peso de su superioridad.
Quería estrangularlo, patearlo en donde más le doliera y darle una bofetada, pero no podía, Itachi era un espíritu más que ella podía ver, pero que era intangible– Voy a llegar tarde al colegio –tragándose el coraje que sentía, Sakura, salió de la cocina dejando lo que estaba haciendo sin terminar.
El detective apagó la estufa sin apartar la vista de la tetera que descansaba sobre el fuego momentos antes– Sé que nunca ha sido de tu agrado, pero… ¿podrías dejar de buscar problemas con Sakura? No quiero perderla a ella también… no creo soportarlo.
…
- Hoy te ves particularmente enojada, por decir poco –señaló Karin alcanzando a Sakura de camino a su salón por los pasillos de la escuela.
- La desaparición de Itachi sigue siendo un misterio y él, cada día, está más insoportable –la pelirrosa se recargó en una pared cercana y suspiró cansada. Sus hombros pesaban, la cabeza le palpitaba y sentía que su corazón era oprimido por la desesperación de no poder ayudar en nada.
- ¿Cuál es el plan de acción?
Negó silenciosamente. En ese momento se encontraban a ciegas, Sasuke estaba muy ocupado con el trabajo e Itachi no era muy cooperativo con ella– Solo me queda una última opción.
La melancolía en los ojos jades asustó a Karin, la chica sabía que su amiga tenía a tomar decisiones que no siempre eran favorables para ella– No cometas una estupidez, por favor.
Sakura se deslizó hasta el suelo sintiéndose totalmente abatida– Si una estupidez le devuelve la felicidad a Sasuke-kun, no dudaría en hacerla una y mil veces.
…
- ¿Encontraste cual fue el arma homicida? –preguntó Sasuke apareciéndose en el laboratorio de criminalística.
Hinata levantó la vista del microscopio donde estaba analizando alguna evidencia. Se quitó los guantes y buscó entre los documentos perfectamente ordenados en una mesita cerca de su primo– Según el análisis de Ino, el arma fue un objeto de base redonda, sólido y pesado; pero no dejó rastros del material del que está hecho. Posiblemente sea algo muy rígido para romperse o desprender residuos.
- ¿Rígido? –preguntó en voz alta pensando– ¿Cómo una pesa?
- Podría ser –convino la joven– ¿Porque pensaste en una pesa?
- El sospechoso es fisicoculturista. Podría ser que tenga equipo para entrenar en el apartamento de la víctima.
La pelinegra dejó los papeles de regreso a la bandeja de donde los había tomado y se abrazó a si misma. Sasuke la conocía y sabía que esa postura era señal de que su prima estaba preocupada– ¿Has sabido algo de Itachi-niisan?
- No, no tengo nada. Nada que investigar, nadie a quien interrogar, ninguna evidencia que analizar. Nada –gritó fuera de si el menor de los hermanos Uchiha.
- Sasuke. Sasuke –la criminalista tomó el rostro de su desesperado primo entre sus manos– Shhh. Shnn –hizo un sonido parecido a un silbido para tranquilizarlo y obtuvo el resultado que quería. Sasuke se relajó mientras tomaba asiento frente a su prima quedando ambos casi a la misma altura– Todos estamos preocupados y sabemos que te sientes impotente al no tener nada con que trabajar, pero debes tomar las cosas con calma. Recuerda que para resolver los problemas necesitas un corazón frío y una mente calculadora.
- Tienes razón –con una sonrisa de agradecimiento, Sasuke tomó las manos de su prima entre las suyas y las pegó a su pecho– Si no fuera por ustedes ya habría salido corriendo sin dirección alguna.
- ¿Por nosotros? ¿Te refieres a…?
- Tú, Naruto y Sakura han sido lo único que me ha mantenido cuerdo.
- ¿Has hablado con Aya-san sobre Sakura?
Sasuke negó con la cabeza– No creo que sea el momento adecuado para llevar a mi novia a la casa y presentarla con mis padres.
Hinata se separó unos pasos del detective mirándolo incrédula– Nadie dijo que la presentaras con Oji-chan y Aya-san.
- No, pero tarde o temprano lo tengo que hacer.
- ¿Es que tu relación ya es tan formal?
- Lo mismo me pregunto yo –Itachi apareció en el laboratorio sentado sobre una de las estanterías con material para las pruebas– Ilumínanos, estúpido hermano menor.
Sasuke rodó los ojos entre divertido y cansado– Hinata –tomó sus manos nuevamente y la miró con una sonrisa– Nunca te he pedido nada. Ni siquiera cuando éramos niños y nos atrapaban haciendo travesuras. Por eso, por ésta única vez te pido de corazón que le des a Sakura una oportunidad –la pelinegra abrió la boca para decir algo, pero su primo la calló poniendo un dedo sobre sus labios– Entiendo que a veces es difícil llevarse bien con ella. Es explosiva, complicada, terca, atolondrada y todos los defectos que quieras encontrarle; pero es la chica que amo y espero que lo aceptes, porque no pienso separarme de ella. Nunca.
La determinación y brillo con los que resplandecían los orbes negros de Sasuke conmovieron a la criminalista– Ok, pero solo lo hago por ti.
- Si, si –contestó alborotando el cabello de su prima– Sigue con tu trabajo, ya te quité mucho tiempo.
- Sabes que la familia siempre tendrá prioridad.
- ¿Aun por encima del dobe?
- No juegues con tu suerte, Sasuke.
Sasuke sonrió sinceramente– Pero es un usuratonkachi que no vale la pena…
- ¡Sasuke! –el detective escapó antes de que la ira de su prima lo alcanzara en forma de un libro del ancho del directorio telefónico de Japón.
…
Sasuke se quitó la chaqueta en cuanto llegó a su lugar y estaba por buscar a sus compañeros, pero estos ya venían platicando por el pasillo de la entrada– ¿Lo hicieron? ¿Lograron hacer hablar a Etsuko?
Kiba sonrió rebosante de altanería– Rompí tu record. En tan solo una hora logré que ese infeliz hablara y firmara una confesión.
- Te felicito. Mi meta nunca ha sido establecer records de tiempo, sino de encontrar al verdadero culpable basándome en las evidencias –la respuesta desinteresada y carente de emociones del detective Uchiha enfureció al compañero de Shino.
- ¡Eres un maldito arrogante! ¡No puedes soportar que alguien sea mejor tú! –el experto en rastreo trató de abalanzarse contra Sasuke, pero cayó de bruces al suelo al tropezar con algo.
- Hola, hola, hola –la voz de un risueño Naruto con un pie extendido y la mano saludando en forma militar sorprendió a todos– No les encanta lo soleado que amaneció el día. Se puede respirar el fresco aire de otoño y se puede escuchar las hojas secas de los árboles crujiendo bajo los pies.
- ¡Naruto! –gritó furioso Kiba poniéndose en pie rápidamente– Después arreglaré cuentas contigo, ahora estaba por enseñarle a… –cuando giró su rostro el otro detective ya no estaba– Maldito Uchiha, ¿Por qué huyes de mí? ¿Tanto miedo me tienes?
- ¡Basta, Kiba! –la tétrica advertencia de Naruto erizó los vellos de Kiba y Shino alertándolos de que el rubio estaba realmente molesto; aunque les hubiera encantado saber porque– Sabes que no apoyo que Sasuke se comporte como si fuera un Dios, pero ésta vez él tiene muchas cosas en la cabeza y en lo que menos piensa es en sí rompiste su record o no. Así que: deja… de estar… molestando. ¿Entendiste, Inuzuka?
Kiba frunció el ceño y bajó la mirada entre molesto y avergonzado. Naruto nunca usaba sus apellidos porque decía que era demasiada formalidad para él; el que los usara quería dejar en claro que lo que decía requería demasiada seriedad.
…
- ¿Por qué siento que algo no está bien? –los problemas se acumulaban en sus cabeza y lo hacían dudar de todas las decisiones que quería tomar.
- ¡Sasuke! –Naruto salió intempestivamente por las puertas de la comisaría– ¡Es Issei! –el rubio señaló hacia arriba y Sasuke levantó la mirada hacia la azotea del edificio.
El sospechoso de la muerte de Shiomi Motoki estaba parado en la orilla de la comisaría dando la espalda al vacío. Y como el alzar el vuelo de un ave, inesperado y al mismo tiempo previsto, Etsuko Issei cayó como un peso muerto creando un estruendoso ruido cuando su cabeza golpeó el pavimento destrozando su cráneo.
No era la primera vez que Sasuke veía una muerte, pero si la primera que alguien se arrojaba de un edificio y caía frente a él. La cabeza le dio vueltas, las arcadas convulsionaron su vientre alto y la hiel trepó por su garganta; estaba por vomitar el café negro que había comprado de camino a la oficina. Se dio la vuelta y dejó salir su precario desayuno junto con los ácidos estomacales que quemaron su esófago.
…
Sakura llegó a casa corriendo tras la llamada de Naruto. Sasuke había dejado el trabajo tras el trágico evento que presenció y tenía preocupado a su compañero.
- ¿Qué fue lo que hicimos mal, nii-san? –lo escuchó decir desde la puerta de la habitación. El detective estaba tirado en la cama con al menos ocho latas de cerveza regadas por todo el suelo, la cama y sobre los muebles de la recámara.
- Olvidaste como hacer tu trabajo, estúpido hermano menor. Si tan solo dejaras de pensar en esa chiquilla e hicieras tu trabajo, te darías cuenta que quien mató a tu víctima no fue tu sospechoso –tal vez Itachi no se daba cuenta o tal vez lo hacía a propósito, pero cada palabra que pronunciaba laceraba el alma de su hermano menor– Eres un estúpido…
- ¡Basta! ¡Basta! ¡Aléjate de Sasuke-kun! –gritó desesperada al ver como el alma de la persona más importante para ella empezaba a dañarse– Con la luz que nace de mi alma y la oscuridad que crece dentro. La luz concebida a través del tiempo y la oscuridad que se alimenta de los pecados –Itachi retrocedió un par de pasos desconcertado por las sombras que se extendían desde los pies de la pelirrosa y avanzaban frenéticamente contra él como manos que trataban de alcanzarlo. Sasuke veía a Sakura… no, esa no era la dulce chica que conocía. Sakura parecía otra… ¿persona?– Yo ordeno a las almas dar un paso atrás y doblegarse ante mí, porque yo soy… –antes de terminar la frase Sakura se desvaneció cayendo en los brazos del detective.
Sasuke miraba preocupado a la chica desmayada en sus brazos– ¿Sakura? ¿Qué pasó?
…
Sakura despertó con un fuerte martilleo en la cabeza, acompañado de lucecitas multicolores centelleando frente a sus ojos.
- Deberías recostarte –sugirió la suave voz de Sasuke acercándole un vaso con agua.
- Sasuke-kun… ¿Qué pasó?
El joven se sentó en la cama junto a ella sosteniendo el vaso cerca de su rostro para que bebiera y después la ayudó a recostarse sobre las almohadas– Eso mismo quisiera yo saber. ¿Recuerdas lo que pasó anoche?
- ¿Anoche? –repitió preocupada. Volteó a ver el reloj junto a la cama y marcaba las 4 de la mañana– No recuerdo haberme quedado dormida.
- No lo recuerdas porque no te quedaste dormida, lo correcto es decir que te desmayaste.
Un par de imágenes vinieron a su adolorida cabeza. Itachi susurrándole a Sasuke al oído, hablándole agresivamente, atacando el alma del menor de los hermanos, Sakura recitando– Si, lo recuerdo.
- ¿Podrías explicármelo? –pidió removiendo un mechón de su frente para poder ver mejor sus ojos. Y al verla desviar la mirada tomó su mentó y la obligó a verlo– Prometimos decirnos la verdad, ¿lo recuerdas?
Sakura infló las mejillas en desagrado; pero él tenía razón, no podía mentirle sobre su hermano– Itachi… Itachi estaba atacándote. Bueno, no a ti directamente, sino a tu alma.
- ¿Por qué estaba haciéndolo? ¿Dijo algo?
- No lo recuerdo –y en verdad no lo recordaba.
- Repite mis palabras, Akasuna Sakura –ordenó Itachi apareciendo tras la espalda del detective– Dile que se olvide de ti y regrese a hacer bien su trabajo –Sakura negó fervientemente con la cabeza– Hazlo o lo de anoche se repetirá hasta que lo hagas –la provocó poniendo una mano sobre el hombro de Sasuke.
La pelirrosa levantó la mirada y sus ojos eran de un color jade brillante demasiado aterrador incluso para el mayor de los hermanos– No importa que seas su hermano –la chica se levantó de la cama parándose junto a su novio y poniendo una mano sobre la de Itachi– Si te atreves a poner un solo dedo sobre Sasuke-kun acabaré contigo hasta que no quede nada, ni siquiera el recuerdo de tu existencia.
- ¿Sakura? ¿Estás amenazando a Itachi? ¿Qué es lo que está diciendo?
- No te atreverías a hacerlo.
- ¿Qué estás haciendo, nii-san? –Sasuke intentó levantarse, pero no solo la pequeña mano de la chica se lo impedía. Una fuerza que él no podía ver también ejercía resistencia sobre él.
- Gracias a la última vez que nos vimos pude aprender algo muy interesante. Soy capaz de enviar las almas de los condenados de regreso al infierno. Tal vez deba probar con una que aún no se decide a cruzar.
- ¡Sakura! –las palabras de Sasuke no alcanzaban a la pelirrosa. La conversación que había entre el espíritu de su hermano y ella parecía consumir toda su atención. Incluso él podía sentir como la presencia de Sakura era abrumadora, como si su alma se estuviera expandiendo para ocupar toda la habitación. La energía estaba subiendo de intensidad a tal grado que el aura de la adolescente era completamente visible sin ayuda de ninguna habilidad extrasensorial. Tuvo una idea. Si podía ver el aura de Sakura con sus simples ojos, si cambiaba su mirada tal vez podría ver a su hermano. No perdía nada con intentarlo. Cerró sus parpados y cuando los volvió a abrir un carmín teñía el iris de sus ojos. Se paró rápidamente girando su cuerpo en dirección a donde Sakura estaba mirando y logró ver algo frente a él. Una silueta borrosa, como cuando se ve sobre algo que calienta el aire a su alrededor y distorsiona la visión de las cosas detrás– ¿Estás enojado?
Itachi dejó de gritarle a Sakura cuando Sasuke se interpuso entre ellos mirando directamente a su rostro. Si no supiera que su hermano era incapaz de ver a los muertos creería que de verdad lo estaba mirando directo a los ojos– Sasuke…
- Tendrás que actuar como nuestro interprete, Sakura.
Sakura se sorprendió con la seguridad que mostraba el detective al pararse justo delante de Itachi. ¿Acaso Sasuke tenía una habilidad que ella desconocía?– Sí –contestó impresionada.
- Sé que últimamente no he sido yo, pero debes entender que tu ausencia nos ha afectado mucho. Otou-san ha tratado con todos sus contactos, Neji incluso interpuso una demanda para acceder a la información de tus investigaciones –una sonrisa melancólica surcó los labios de Sasuke– Hinata regresó unos días a la casa para hacerle compañía a Aya –al escuchar el nombre, Sakura levantó la mirada fijándola firmemente en la nuca de Sasuke, como si eso le ayudara a ver los pensamientos del moreno– Lo admito. Yo no he podido concentrarme en el trabajo porque trato de imaginar que fue tan importante que dejaste de reportarte con ella –por el tono de voz que usaba el detective, Sakura imaginó que aquella mujer era importante para el hermano mayor de los Uchiha. ¿Aya? ¿Podría ser…? No, no, eso era imposible. Pensó que sería demasiada coincidencia y desechó la idea inmediatamente– Mi cabeza está hecha un lío –admitió poniendo una mano frente a sus ojos. Itachi frunció el ceño, ¿su hermano estaba tratando de esconder su llanto? ¿Sasuke estaba llorando por él?– ¿Podrías indicarme cual camino tomar? Por favor.
El hijo menor de Fugaku suspiró y con las palabras de su hermano su alma se relajó tanto que Sasuke no pudo verla más y se asustó. Sasuke se asustó temiendo que había ahuyentado a su hermano, pero Sakura tomó su mano y negó con la cabeza comprendiendo lo que pasaba por la mente de su novio– Él no se ha ido. Aún sigue aquí.
- No recuerdo nada de lo que sucedió. Estaba investigando un viejo caso que involucraba a tu padre, quería saber más de ti y creo que destapé algo que no debía. Me descuidé–reveló Itachi con una triste sonrisa para sorpresa de Sakura– Dile que no podrá encontrar nada estando fuera de la Agencia.
Sakura temía decirle todo a Sasuke, así que escogió sus palabras– Dice que estaba trabajando en un viejo caso y también dice que no podrás encontrar nada… estando fuera de la Agencia.
El momento que tanto temía había llegado. Sasuke tenía que decidir entre dos de las cosas más importantes de su vida: su hermano y Sakura.
…
- ¿Estarás bien?
- Si, papá, te prometo comer mis verduras diariamente y lavarme los dientes después de cada comida –contestó en tono burlón la pelirrosa, pero ante el desatino de su respuesta y la seriedad de su novio decidió corregirse– No te preocupes, estaré bien. Además no será mucho tiempo, solo hasta que encuentres algo que te ayude a encontrar a Itachi.
- Sabes que no será fácil, ¿verdad? Tiene mucho tiempo desaparecido y la Agencia es muy recelosa de la información de sus casos.
Sakura jugó con la orilla de la chaqueta del pelinegro tratando de ocultar su nerviosismo y tristeza ante la inminente separación. Lo había pensado mucho y había llegado a la conclusión que era lo mejor para dar con el hermano mayor de Sasuke, pero estar a escasos minutos de separarse no era lo mismo que haberlo hablado y accedido a hacerlo mientras estaban abrazados en la cama. Su mente le decía que lo dejara ir, que estaría bien sin él por un tiempo; además no era como si no fueran a hablarse o verse de vez en cuando. Pero su corazón le suplicaba no dejarlo ir, que fuera egoísta y le pidiera quedarse con ella. Sus palpitaciones eran tan rápidas que sentía que el corazón se le saldría del pecho ante la ansiedad.
Esbozó una sonrisa para reprimir las lágrimas que se acumulaban desde su alma– Tienes que prometerme que en cuanto lo encuentres regresarás a casa, con una sonrisa y me darás un beso para decirme que no te volverás a marchar.
- Cuando lo encuentre no regresaré a casa –Sakura sintió una aguda punzada en el corazón dando un paso atrás, pero Sasuke fue rápido y la atrapó por la cintura antes de que lograra separarse completamente y la volvió a pegar a su pecho– Regresaré contigo, a mi hogar, porque eso es lo que eres para mí. Sakura, tú eres mi hogar, mi lugar al que regresar. Jamás podría sentirme bien si no estoy a tu lado.
La pelirrosa no pudo contenerlas más y se soltó en llanto. Era difícil separarse. Inquietante no escuchar su voz. Temible no dormir a su lado. Aterrador no verlo. Pero por sobre todo, era más doloroso que sufriera la ausencia de su hermano mayor– Prometí que no iba a llorar, pero como no hacerlo cuando me hablas así. Eres un tonto, Sasuke-kun –chilló golpeando el pecho de su novio sin poder aguantar la avalancha de emociones que la aplastaban.
Sasuke la abrazó tierna y cariñosamente tratando de aminorar los daños que le ocasionaría a su novia. La chica sollozaba contra su pecho y bajo su barbilla sentía como el pequeño cuerpo luchaba contra las lágrimas– Si, tienes razón, soy un tonto por hacerte llorar.
Sakura levantó el rostro con un puchero de dolor y tristeza, y Sasuke no pudo resistirse a tomar su rostro entre sus manos y besarla. Un beso desesperado que trataba de llevarse con él hasta el más mínimo rastro de tristeza y dejarle a ella un recordatorio del amor que le tendría siempre y el agradecimiento por permitirle marcharse para buscar a su hermano.
- La salida del tren a Miyasaki en la plataforma 3 está lista. Favor de abordar el tren –la melodiosa voz de una mujer anunciando por los altavoces los hizo separarse con los labios inflamados, las mejillas sonrojadas y todos a su alrededor mirándolos y murmurando. Pero eso a ninguno de los dos les molestó, en ese momento solo existían ellos en el mundo y nada más importaba– La salida del tren a Miyasaki en la plataforma 3 está lista. Favor de abordar el tren.
- Debo irme –susurró con la frente recargada en la de la chica. Sakura asintió y lo empujó animándolo a irse antes de que cualquiera de los dos se arrepintiera.
Sasuke se subió al tren mientras se miraban a los ojos, con solo el aire a su alrededor y un paso de distancia alejándolos. Sonrisas falsas en sus labios que trataban de ocultar la tristeza de la separación y que intentaban alentar al otro a no sucumbir a esa tristeza.
El timbre anunció el cierre de las puertas y ambos hicieron un gran esfuerzo por no moverse. A pesar de saber las prohibiciones de pisar más allá de la línea amarilla, Sakura se acercó al convoy y pegó su mano al cristal de la puerta e increíblemente Sasuke puso la suya al mismo tiempo al otro lado del cristal. Ambos sonrieron por su cursi sincronización y se insultaron mutuamente. Tonto y molesta fueron las palabras que dibujaron sus labios.
El segundo timbre sonó anunciando la partida del tren. Sakura dio un paso atrás y la sonrisa en su rostro se borró al tiempo que su mano señalaba el bolsillo de la chaqueta de Sasuke, seguido de ella simulando sacar algo del bolsillo de su abrigo. El detective frunció el ceño cuando ella torció la boca como cuando él no entendía lo que le estaba diciendo. Sakura señaló nuevamente la chaqueta y Sasuke bajó la mirada dirigiendo su mano al bolsillo. Al levantar la cabeza no supo si enojarse, asustarse o gritar. Konan y un hombre estaban tras su novia a ambos costados de ella.
La pelirrosa pudo ver todos los sentimientos reflejados en los ojos del detective. Echó un vistazo hacia atrás por encima de su hombro y regresó su mirada al frente. Volvió a sonreír y el moreno frunció el ceño. Al ver que Sakura señalaba su mano, recordó que había sacado un papel del bolsillo de su chaqueta. Inmediatamente desdobló la hoja de papel y leyó su contenido:
Sasuke-kun,
Espero que no te molestes con la decisión que he tomado, debes entender que no puedo quedarme en la casa sentada, esperando a que regreses con noticias sobre tu hermano. Yo también quiero hacer algo. Todo este tiempo has hecho mucho por mí y quiero pagártelo buscando por mi cuenta el paradero de Itachi. Será difícil estar lejos de ti, pero el sacrificio valdrá la pena. Quiero volver a verte a los ojos y compartir la felicidad de estar juntos, y sé que tú no serás feliz viviendo con la duda de no saber de tu hermano.
Esto no es un adiós, sino un hasta luego. Cuídate mucho y no dejes de pensar en mí, porque yo no dejaré de pensar en ti. Mis pensamientos, sueños y acciones serán solo para ti y para recuperar tu felicidad.
XOXO
Sakura
Cuando terminó de leer la carta, el tren inició su avance y la figura de su novia se quedó atrás en la plataforma. Alcanzó a ver que Sakura recibía una mochila del hombre acompañando a Konan y se dio cuenta que ella tomaría un camino diferente solo para ayudarlo y acelerar la llegada a su meta: encontrar el paradero de Itachi y revelar la verdad tras su desaparición. Estarían separados y tal vez no sabría del paradero de la chica por un tiempo; pero tenía fe en ella y tenía la seguridad que sabría cuidarse.
Con la meta grabada en su corazón Sakura y Sasuke partieron por caminos separados.
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Los caminos podrán dividirse, pero los corazones siempre permanecerán juntos.
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