¿Entraron a leer este fic pese al pésimo summary? Wow... que valientes. En ese caso, espero que no se decepcionen mucho (xD) Nos vemos abajo!
Helden
Era tarde. Bueno… Tarde para Sakura. A estas horas ella estaría con su familia, o en su cama viendo televisión o, tal vez, jugando con su mascota, Kero. Pero no. Estaba bajo una fría noche, frente a una casona deteriorada por los años, a las afueras de Tomoeda.
La casona en particular era conocida por la gran mayoría de los chicos de la universidad. Se podía decir que si querías una experiencia "extrema", ese era el lugar indicado. ¿Quieres buena música? Toda la noche ¿Quieres Alcohol? Te lo dan por litros ¿Quieres drogas? Encontrarás de todas las clases para todos los bolsillos.
Entonces ¿Qué es lo que hacía la buena e inocente Sakura ahí? Por un momento ella misma se cuestionó eso.
- ¿Sabes? Creo que no debí haberte traído aquí – Dijo Eriol con clara preocupación en su voz – Siento que Shaoran me va a matar cuando se entere. Eso por mínimo.
Shaoran. Por él Sakura estaba aquí. Por él sentía el frío calar hasta sus huesos. Por él, lo más seguro, se metería en problemas. ¿Acaso no todo amigo haría eso?
- Si te hace sentir mejor, en el caso de que no me hubieras contado, yo te hubiera matado, Eriol
- Esto me pasa por mi sentido de la caballerosidad – Repuso el joven lamentando con la cabeza
Rápidamente se acercaron. La música sonaba varios decibeles más de lo que la policía permitía en Tomoeda. Pero los policías aprendieron que ir a lidiar con la gente que estaba dentro de la casona era una perdida de tiempo. Más de la mitad de los hombres y mujeres que bailaban, tomaban o se drogaban en ese lugar no les interesaba un arresto más.
En el patio delantero había uno que otro grupo de amigos sentados en el pasto fumando o con varias botellas de cerveza a su alrededor. Si se prestaba atención a los sectores con más oscuridad se podía ver a varias parejas besándose o tocándose mucho más allá de lo que Sakura había visto antes. Es más, la chica estaba segura que lo que había detrás de unas bancas era un trío.
- Apúrate Sakura – Gritó Eriol tratando de superar a la música – Mientras más rápido lo encontremos más rápido nos iremos.
Pero la parte exterior de la casona era sólo un preámbulo. Dentro las cosas eran mucho más caóticas. La iluminación era escasa, tratar de caminar a través del tumulto y uno que otro tipo tirado en el suelo era toda una proeza y la visión se perdía por tanto humo. El olor era un cuento aparte. En especial porque todos eran desconocidos y muy desagradables para Sakura.
- Vamos a las escaleras – Propuso Eriol - Desde ahí veremos todo el salón.
Fue inevitable para Sakura no toser un poco. Sentía estar ahogándose dentro de una caja mientras era consumida por el fuego.
Con uno que otro empujón llegaron a la escalera. Desde ahí se podía apreciar otra panorámica. Por un lado mucha gente bailando y riendo. Lo estaban pasando muy bien. Por el otro, varios jóvenes tomando cerveza y fumando marihuana. Sin embargo, a Shaoran no lo encontraron por ninguna parte.
- Debe estar en el segundo piso – Dijo Sakura tras unos minutos
- Puede ser, pero aún falta la cocina y algunas piezas más. Sin olvidar el patio trasero.
- ¿Adónde vamos primero?
- No. Creo que mejor idea es que tú vayas arriba y yo me quede a registrar abajo. Nos juntamos en la salida.
Con tal acuerdo, se separaron.
El segundo piso no estaba tan distinto que el primero. Aunque éste tenía varias habitaciones más. Eso iba a complicar un poco más las cosas a Sakura ya que tendría que darse el trabajo de entrar a cada pieza arriesgándose a encontrar cosas que, lo más probable, no quisiera ver.
Respiró profundo y se obligó a recordar el porque estaba en el lugar más anárquico de toda la ciudad.
Todo por Shaoran. Todo por su héroe de infancia.
Se habían conocido hace varios años atrás. Sakura apenas tenía 7 años y Shaoran 12. Ella estaba jugando en el parque, alejada de la mirada de su madre. Él jugaba fútbol en el mismo lugar. Ella se adentró en los árboles pese a desconocer el lugar. A él se le escapó la pelota hacia los matorrales. Ella cayó dentro de un agujero. Él la rescató al escuchar su llanto desesperado.
Desde ese momento Shaoran y Sakura fueron inseparables. Pese a la diferencia de edad, los dos lograron restarle importancia a los 5 años que los separaban.
¿Podía Sakura recordar algún momento sin él? Muy difícil. Cuando quería jugar, él estaba ahí. Cuando quería salir a caminar, él la acompañaba. Cuando se perdía, él la guiaba. Cuando caía, él la levantaba. Cuando lloraba, él la consolaba.
¿Cuándo fue que la tragedia comenzó?
Ah… Ese fatídico día.
Shaoran nunca fue bueno mostrando sus sentimientos. Sakura era demasiado despistada como para observar más atentamente a su amigo. Por eso, cuando se dio la noticia de que el matrimonio Li se divorciaba, fue todo un golpe.
Aunque eso no era lo peor. Shaoran se iba con su madre a los Estados Unidos.
Sakura nunca había llorado tanto en su vida. O, al menos, nunca había sentido tanto dolor. Era como ver a su hermano irse a un largo viaje y saber que nunca volvería. Sin embargo, lo último era verdad. Ielan Li afirmó que nunca volverían. El corazón de Sakura se partía en mil pedazos. Y, aún así, su amigo estuvo con ella para consolarla.
Shaoran se fue una semana antes del cumpleaños número 14 de Sakura.
Trataron de mantener contacto. Y por al menos un año funcionó. Pero con el tiempo se perdió cualquier comunicación. Las cartas que enviaba Sakura no tenían respuesta. Muchas veces trató de llamar por teléfono, pero nunca hubo buenos resultados. Ya al tercer año simplemente decidió seguir. No olvidando, claro. Pero aceptando que su amigo tenía otra vida lejos de ella y que necesitaba dejar el pasado atrás.
En los siguientes años todo transcurrió normalmente. Sakura se graduó (Con muchos honores en distintos deportes) y entró a una universidad. Su círculo de amigos no era amplia, pero eran personas buenas y confiables y la relación con sus padres era amena y cariñosa.
Por otro lado, no tomó mucho tiempo en que los hombres se dieran cuenta de que la menor de los Kinomoto se había transformado en una bella dama. Sakura salió con uno que otro chico, aunque, oficialmente para sus padres, tuvo sólo un novio. Era una relación muy afectuosa, pero llegó a un punto donde él le pidió a Sakura más de lo que ella estaba dispuesta a dar. Así que terminaron.
Sin embargo, eso no afectó mucho a Sakura. Ahora ella podría enfocarse más en sus estudios.
De esa forma llegaron las fechas de los intercambios universitarios. Ocurrían una vez al año y sólo los mejores de las clases podían optar a ellas. No es que Sakura quisiera participar, pero era un gran acontecimiento. Jóvenes de todas partes llegaban. Así, los estudiantes locales podían cambiar de país por un año con un chico extranjero.
Fue ahí cuando lo vio.
Tomoyo dijo que no era extranjero. Su cara no parecía ser la de un americano. Sin embargo, Eriol le recordó que América se componía de muchos orígenes, así que no era tan raro.
Aún así, resaltaba entre la multitud. Su vestuario oscuro y su mirada penetrante incitaban a la curiosidad, el misterio y el peligro. Era alto y con la suficiente masa muscular como para enfrentarse en cualquier pelea que quisiera sin ser fácilmente derrotado. Todo en él parecía ser un riesgo. Y no debían olvidarse de la inteligencia, porque si estaba ahí significaba que era uno de los mejores.
No. No era el tipo de persona a la que uno se acercaría. A menos, claro, que tengas preferencia por los chicos malos.
- Vamos – Dijo Tomoyo – Llegaremos tarde a clases.
Pero Sakura no escuchó. Su mente estaba concentrada en ese chico tan peculiar. Casi con miedo, comenzó a acercarse sin escuchar a Tomoyo o Eriol o a cualquiera de sus amigos que la llamaban. Era demasiado irreal, demasiada ilusión, que fuera él.
Caminó a través de los demás jóvenes hasta que estuvo a metros. Él aún no la veía, observaba algo en dirección contraria, por lo que Sakura no pudo ver sus ojos. Sabía que, lo más probable, estuviera equivocada. Pero algo en lo más interno de su ser le daba esperanzas.
De repente, él se volteó. Y Sakura pudo al fin ver.
Al menos algo seguía igual. Esos ojos ambarinos aún no perdían su fuerza, su intensidad. A veces, en noches de pesadilla, Sakura sólo necesitaba vislumbrara esos ojos para tranquilizarse. Ahora no había más duda.
Sin ninguna palabra, Sakura lo abrazó lo más fuerte que pudo. Los observadores estaban asombrados. ¿La buena Sakura conocía a tan extraño joven? Pareciera sí.
- Volviste… - Susurró Sakura en su pecho.
Shaoran sonrió y la estrechó más a él en respuesta.
- ¡Hey! ¡Preciosura! – Gritó alguien desde el fondo del pasillo - ¿Buscas compañía?
Sakura se limitó a negar con la cabeza. Necesitaba apurarse. Por el bien de Shaoran y por el propio.
Una a una comenzó a ver cada pieza. Algunas puertas estaban abiertas, en otras se veía forzada a indagar. Cuando llegó a un baño, vio como una chica se inyectaba algo en su brazo. Al lado había otra mujer vomitando. Por unos segundos Sakura quiso ayudarla, pero recordó donde estaba. En esta casona se debía ser fuerte para sobrevivir. O muy débil.
- ¿Necesitas algo? – Se acercó un chico algo más bajo que Sakura. Tenía los ojos muy rojos – Tengo de la buena – Sacó unos sobres con cocaína – Están a buen precio.
- No – Respondió lacónicamente la chica.
Ya no quedaba mucho del pasillo. Sólo dos piezas más. Entonces, Shaoran debía estar abajo. De todas formas, Sakura tenía que asegurarse de que él no estuviera ahí, por lo que abrió otra puerta más. Dentro de la pieza habían tres hombres.
Uno de esos tipos, el más fornido, la miró extrañado. Los tres jugaban cartas.
- ¿Se te perdió algo? – Preguntó el que se veía más joven
- Sí – Respondió Sakura sinceramente
- ¿Está aquí lo que buscas?
- No – Y se dio vuelta para salir del lugar
- ¡Espera! – Gritó uno de los hombres pero Sakura no se quedó a averiguar quien.
Por primera vez en toda la noche la chica se percató realmente donde estaba. El miedo comenzó a invadirla pero no lo permitió. Su instinto le decía que huyera, pero no se dejo llevar por la adrenalina.
Entonces, recordó que Shaoran entró al mundo de las drogas para huir. Al menos, eso le había dicho él a ella.
No tomó mucho tiempo en que Sakura se percatara de que algo no andaba bien con su amigo. Primero, pensó que era culpa de todos esos años en que estuvieron alejados. Tal vez a Shaoran le tomaría un tiempo acostumbrarse de nuevo a Tomoeda.
Error. Pero Sakura no se alejó. Quería ayudarlo. Quería salvarlo. ¿Idealista? Quizás. Pero lucharía hasta lograrlo.
Con el pasar de los meses logró un gran avance. Es más, había superado sus expectativas. O eso creía.
Sin embargo, la verdad era otra. Al menos aceptaba que Shaoran fue un gran actor para fingir mejoría enfrente de ella.
Finalmente lo supo todo. A Eriol le había costado guardarle el secreto, pero terminó contándole. ¿Mejoría? ¡Ja! Ninguna. Pese a que Shaoran le había prometido a Sakura que dejaría las drogas, no había cumplido su promesa.
Saber que él estaba en esta casona era la prueba de ello. Y eso le estaba doliendo en el alma como nada en el mundo.
- ¡No puedo creerlo! – Exclamó alguien - Sakura Kinomoto aquí… ¿Quién lo diría?
De forma automática, Sakura se dio vuelta hacia la voz. De inmediato se arrepintió. Encontrar a Tetsu ahí simplemente significaba problemas.
- ¿Cuándo fue que comenzaste a rebelarte, Sakura? Me hubieras dicho para acompañarte.
- No fastidies – Respondió evasivamente la chica dirigiéndose a las escaleras. Shaoran no estaba en el segundo piso.
- No tan rápido, señorita – Tetsu la tomó del brazo – No hay ningún apuro – Su voz cambió a un coqueto murmuró y sonrió cínicamente – Aún hay tiempo para divertirnos.
- Suéltame – repuso Sakura tratando de mantener la calma.
- Oh, así que aún te queda algo de puritana. No te preocupes, yo me encargo de cambiar eso. Esta noche, si quieres.
- Me está doliendo el brazo y me esperan abajo. Ahora Tetsu, suéltame.
- Creo… - El chico se acercó a Sakura - … que no. – Y la besó.
Oficialmente Sakura estaba en problemas. Los labios de Tetsu se pegaron a los suyos de forma violenta y sin cuidado. ¡Dios, que asqueada se sentía! Quería gritar, pero no podía. Trató de empujarlo, pero Tetsu le ganaba en fuerza. El miedo que tanto esfuerzo le había tomado esquivar inundó su cuerpo de golpe.
Pero el martirio duró poco. Demasiado poco para la felicidad de Sakura
En cosa de segundos Tetsu se apartó de la chica bruscamente y fue golpeado contra una pared. Incluso el ambiente se silenció. Sakura estaba demasiado aturdida para poder distinguir caras, pero sí pudo escuchar.
- Tetsu, ¿Molestando otra vez? – Dijo una voz calmadamente.
No necesito más. Sakura supo que era Shaoran. Otra vez la había salvado.
- No, no… No sabía… - Tetsu comenzó a tartamudear, pero Sakura no estaba segura si era por el nerviosismo o por la falta de aire. Shaoran lo tenía agarrado del cuello y un par de centímetros elevado del suelo
- ¿Qué no sabías? ¿Qué Sakura estaba conmigo?
- ¿Contigo? – La cara de Tetsu comenzaba a enrojecerse más y más – No, no sabía.
- Parece que no sabes nada hoy. ¿Hay algo que sepas?
- No… - Ahora su cara comenzó a tornarse morada – Me cuesta… Me cuesta… - Shaoran lo soltó repentinamente y Tetsu cayó al suelo
- Debería golpearte – El ambarino miró a los demás personas que observaban - ¿Creen que se merece una golpiza?
Algunos espectadores gritaron que sí. Una pelea siempre era entretenida. Otros miraban con miedo. Sakura no estaba segura porque, pero podría apostar que le temían a Shaoran. El ambarino volvió a dirigirse a Tetsu
- Nadie intercede por ti – Shaoran negó con la cabeza fingiendo pesar - Creo que necesitas amigos.
- Tu tampoco los tienes – Repuso con toda la dignidad que pudo Tetsu
- Puede ser. Pero, a diferencia mía, tu los necesitas en este momento. – Sakura pensó lo mismo. Shaoran era al menos una cabeza más alto que Tetsu y, definitivamente, poseía mucha más masa muscular.
- ¡Vamos! – Gritó alguien - ¡Se merece un golpe!
- ¡Sí…! ¡Por meterse con tu chica! – Gritó otra persona.
- Escucha, Tetsu – Murmuró Shaoran tranquilamente – El público aclama tu sangre.
- Shaoran… - Comenzó Tetsu a rogar con su voz y mirada. El ambarino sonrió
- Eres patético. Aún más que yo – Shaoran se dio vuelta y miró a Sakura. Y al fin la chica se pudo percatar de la furia que corría por las venas de su amigo. Tal vez no lo demostraba, pero sus ojos decían mucho más – Agradece a Sakura, Tetsu. Por ella no te quitaré los dientes en este momento.
Sin esperar respuesta, Shaoran se acercó a Sakura y la tomó de un brazo. La chica se dejó llevar por él y, empujando a los jóvenes que se habían reunido a ver el espectáculo, pronto llegaron a las escaleras.
- Más le vale a Eriol que esté en la puerta. Fue él el que te trajo, ¿No? – Preguntó Shaoran a Sakura
- Sí
- Maldito imbécil
- Yo le pedí que me trajera
- Y él debió haberse negado – Cuando llegaron al primero piso Shaoran se detuvo y miró a la chica directamente a los ojos - ¿Sabes que hubiera pasado si yo no hubiera llegado?
- Yo… - Comenzó a balbucear Sakura
- El muy bastardo te habría metido a alguna pieza y te habría violado. Y nadie te hubiera ayudado porque en esta mierda de casa a nadie le importas – Los ojos de la chica comenzaron a nublarse. Debía aceptar esa realidad. Pero no permitió que ninguna lágrima cayera - ¿Te das cuenta del peligro en que te metiste?
- ¿Qué haces aquí, Shaoran? – La pregunta descolocó al ambarino
- ¿Qué hago aquí?
- Sí… ¿Qué haces aquí? ¿Por qué frecuentas esta casa? Y no me digas que no lo haces porque vi como te miraban esos tipos y te conocían.
- Sakura, yo… - Partió a explicar el ambarino, pero la chica lo detuvo
- No. Cambio la pregunta. Dime, Shaoran, ¿Por qué me mentiste? ¿Por qué me dejaste creer que te estabas alejando de las drogas cuando no lo hacías? – El chico bajó la mirada y respiró profundo. Después de unos segundos levantó la cabeza.
- Sakura, sé que mentí, pero…
- ¡Shaoran! – Gritó Tetsu desde arriba - ¡Shaoran! – El ambarino rodó los ojos
- ¿Qué diablos quieres ahora, hijo de perra?
- Es imposible. – Tetsu llegó hasta las escaleras. Varias personas se dieron vuelta a ver que pasaba.
- ¿Qué es imposible?
- Que Kinomoto esté contigo. Tú eres igual a mí y Sakura ya me rechazó. ¿Por qué ella andaría con contigo?
- Te daré la razón en algo – Repuso tranquilamente Shaoran - No sé que diablos hace Sakura conmigo. Pero te equivocas en lo primero. No soy igual a ti.
- ¡Ja! ¡Claro que eres igual a mí! – Contraatacó Tetsu – Igual de perdido, igual de infeliz. Los dos somos casos perdidos y nos pudrimos en alcohol, drogas y sexo.
- Oh, pero sí hay diferencia entre nosotros – El ambarino comenzó a contar con los dedos -¿Perdido? No lo niego. ¿Infeliz? Definitivamente. ¿Caso perdido? Tal vez estoy aún más jodido que tu. ¿Alcohol? Como si fuera agua. ¿Drogas? Por algo estoy aquí – Shaoran detuvo su conteo – Ahora, ¿Sexo? Por lo que vi arriba mi idea de sexo difiere de la tuya. Yo jamás, en mi puta vida, he forzado a una mujer. ¿Y tu, Tetsu?... ¿A cuántas has forzado?
Desde el comedor algunos tipos comenzaron a pifiar a Tetsu, otros le tiraron algunas botellas. Sakura no fue capaz de describir lo que el rostro de Tetsu expresaba, pero era algo que sobrepasaba la ira. Shaoran lo había humillado ya dos veces en la misma noche.
- Pruébalo – Desafió Tetsu
- ¿Qué cosa?
- Que ella va contigo por su cuenta. Que lo hace bajo todas sus facultades sanas.
- Eres un pésimo perdedor, Tetsu.
- Simplemente no me cabe en la cabeza que ella esté contigo cuando yo la cortejé meses – Shaoran miró de inmediato a Sakura en busca de una respuesta
- Oh, no me mires así – La chica levantó las manos en signo de inocencia – Lo rechacé.
- ¿Celoso? – Repuso Tetsu sonriente.
- ¿De ti? Ni por asomo.
- Vamos, pruébalo. Pruébame de que ella va contigo lúcidamente.
- No necesito probarte nada.
- Eres un mentiroso hijo de puta – Tetsu volvió a recobrar su humor - Y tu, Kinomoto, me has decepcionado.
A Sakura no le importaba la opinión de ese idiota, pero Shaoran no podía dejarlo pasar. Sin dejar de mirar a Tetsu, el ambarino comenzó a acercarse al oído de la chica. Para asombro de ella, él apretó suavemente el lóbulo de su oreja derecha con sus dientes y le susurró.
- Confía en mí. Déjate llevar.
Sin esperar respuesta, Shaoran comenzó a bajar sus labios por el cuello de Sakura. Un temblor recorrió el cuerpo de la chica. No supo si fue porque llevaba meses sin que nadie la tocara o porque jamás la habían besado así, tan lentamente, con tanta paciencia. Daba la impresión de que Shaoran se estaba dando el tiempo de besar cada centímetro de su piel.
Una de las manos de él tomó su cintura. La otra se fue hasta su cuello. Se separaron y se vieron fijamente. Esa fue la perdición de Sakura. Esos ojos ambarinos que parecían escarbar en lo más hondo de ella. Y se dejó llevar.
Shaoran bajó su cabeza y la besó. No se parecía en nada al beso de Tetsu. Este era indagador, como si pidiera permiso para poder pasar más allá de sus labios. Lamió dulcemente, mordió un poco, hasta que la chica se abrió. Después, su lengua entró en su boca de forma demandante. Y ella le dio todo lo que tenía.
Sakura se olvidó de donde estaba. Se olvidó de las personas que observaban. Se olvidó de todo. Simplemente estaban ellos dos. Rápidamente llevó sus brazos a los hombros de Shaoran y con sus manos comenzó a jugar con su cabello. Lo atrajo más a ella.
¡Oh, que delicia! Sakura no recordaba haberse sentido así antes. Quería pegarse cada vez más a él. Sintió que su cuerpo subía su temperatura. ¿Por qué se había puesto tanta ropa?
No se percató del momento en que Shaoran metió su mano por debajo de su blusa. Era una sensación cálida, exquisita. Su mano contra su piel hacía que perdiera lo poco de control que le quedaba. Hubo un instante donde su conciencia quiso aparecer. Sakura no la tomó en cuenta. No era capaz de pensar. En este momento sólo estaba hecha para sentir.
Fue inevitable para ella no hacer un puchero cuando Shaoran finalmente se separó. De inmediato él se dirigió a Tetsu.
- ¿Suficiente para tus escépticos ojos?
Tetsu lo observó con odio y se dio vuelta. Los demás jóvenes aplaudieron ante el espectáculo. Llevaban tiempo sin ver una pelea así. Pero Sakura sólo estaba concentrada en Shaoran. Oh, ¿Qué había hecho?
Shaoran no la miró. Simplemente la volvió a tomar del brazo y la llevó a las afueras de la casa. Eriol estaba ahí, como lo habían acordado.
- ¡Sakura! ¿Por qué demorabas tanto? Ya iba a entrar de nue… - Eriol no alcanzó a completar lo que estaba diciendo a ver la cara de enojo de Shaoran – Veo que lo encontraste.
- Sí, y menos mal que me encontró ella, porque a ti te hubiera golpeado. Y no lo hago ahora porque necesito a alguien que lleve a Sakura a su casa.
- ¿Tú no vienes? – Preguntó la chica
- No – Respondió a secas el ambarino
- ¿Por qué no?
- Porque tengo asuntos que arreglar.
- ¿Asuntos? Oh, vamos Shaoran. Volvamos a casa.
- No – Volvió a repetir el ambarino. Ahora Sakura fue la que comenzó a enojarse.
- Nada más vinimos aquí para buscarte.
- No era necesario. Sé cuidarme.
- ¿En serio? – Dijo irónicamente la chica. Ahora sí que estaba furiosa.
- Sí – Bien, Sakura había llegado a su límite.
- ¿Sabes qué? Tetsu sí tiene razón en algo. Sí eres un mentiroso hijo de puta. El más falso que he conocido – Esas palabras asombraron a Shaoran. Nunca había escuchado a Sakura hablar así.
- No entiendes. No tienes la más mínima idea de lo que me pasa
- Me da igual ahora. Antes me hubiera esforzado por tratar de entender. Ahora no me importa. Tú no me importas – Esas palabras fueron como latigazos para el ambarino.
- Sakura, va más allá de mi control.
- No, no lo va. Tú eres el que no quiere controlarlo. Aunque ahora ya no me interesa. Vuelve a esa casona y púdrete en ella. Y nunca más te vuelvas a acercar a mí. No mientras sigas en esto.
- Sakura… - Partió a hablar Shaoran, pero ella no lo escuchó, sino que se dio vuelta y se dirigió a Eriol
- Vamos, estoy cansada.
Sakura no volvió a mirar atrás. Pero Eriol sí pudo ver a Shaoran. Y tuvo lástima, porque ya no había ningún rastro de enojo en su rostro. Sino un gran dolor.
Notas del autora (Sí, aún está viva):
Tanto tiempo! Como extrañaba esto. Pero sin tiempo no podía hacer mucho. Y aún sigo facinada con el new look de fanfiction xD
Al menos cumplí algo. Volvió a los fics cortos. Este no es One Shot, sino un Two Shot (Si es que existe eso). Por tanto, sólo tendrá dos capítulos. Originalmente iba a ser un One shot, pero me iba a salir muy largo. No es que al leerlo sea largo, sino al escribirlo. Y si es muy largo me aburro. Y si me aburro lo dejo. Y si lo dejo nunca lo publico xP
¿Qué es Helden? Significa Héroes en alemán. La idea del fic la saqué de dos frases de la canción Helden de Apocalyptica. (Que, en realidad, es un cover de la canción Heroes de David Bowie) Una es: Nadie nos da una oportunidad pero podemos triunfar para siempre. Y somos héroes por un día. Y la otra (Mi favorita): Los disparos rasgan el aire, pero nos besamos como si nada ocurriese. ¿Cómo mierda esas dos frases terminaron convirtiéndose en esta historia? No tengo idea. Pero en mi cabeza funcionaron. Sé que ahora no tiene mucho sentido, pero en el próximo capítulo estas dos frases, más lo del summary, van a ser importantes. De forma metafórica (No sabría como poner literalmente lo de las balas a menos que esté en una guerra), pero importante.
¿Cuándo actualizo el próximo capítulo? Espero que antes de que se acabe el año. Esa es mi meta =D
¿Opiniones? ¿Sugerencias? ¿Vuelvo a mi letárgo? Cualquier cosa lo acepto. Y por las faltas de ortografía, basta con decir que en este momento son las 5:12 de la mañana ¬¬
Nos vemos!
Good night and good luck!
