Total Drama Countdown
La llegada de los Participantes e Instalación
Aparece un extenso campamento, igual que el conocido Wawanakwa, como un bello paisaje.
La toma cambia entonces a una del muelle, donde entran a escena los conductores: Alexa, Santana y Austin McLean.
—¡Hola a todos! —decía Santana poniéndose en el centro, con las manos en las caderas y el mentón en alto.
En eso, Austin daba unos pasos al frente.
—Y bienvenidos a la primera emisión de…— y Austin se detenía.
—¡Total Drama Countdown! — dijeron los tres conductores, emocionados.
–-El concurso que no te querrás perder — intervenía entonces Alexa, la tercera conductora, con una gran sonrisa.
—Bueno, como ya saben, los participantes ingresaron su solicitud… —recordaba Santana a la cámara.
—Y aquí van llegando todos los que lograron entrar — anunciaba Alexa, señalando a un bote blanco que llegaba con varias personas apretujadas en él.
–Así es, y ¡aquí están las chicas! Démosle una bienvenida a: Miroslava, Jasmine, Agus, Mireya, Sarah, Jessica, Rocío, Paula, Rebeca, Elizabeth, Carla, Samantha y Terri. —Decía Austin mientras las chicas bajan junto con sus maletas del bote, finalmente recuperando un poco de aire.
— Así que, ¿este es el campamento? — preguntaba Terri observando el lugar, mientras cargaba sus maletas.
—Creí que sería más… bueno, que sería mejor — decía por su lado Samantha, observando el lugar.
— Agh, ¡qué asco! ¿Qué no pudieron conseguir algo mejor? — llegaba Rebeca con un tono molesto, observando con expresión de disgusto el lugar.
–A mí me parece bien. Tiene… un lindo toque. Pintoresco, ¿no les parece? — sonreía Paula mientras jalaba una pesada maleta, y Rebeca le proporcionaba una mirada de odio, alejándose.
La gran maleta de Paula se estancaba en una tabla del muelle, y al ser tan pesada, la chica no lograba sacarla, forcejeando con ella.
— ¿Necesitas ayuda? — le preguntaba una chica acercándose.
— Si, por favor — accedía, y juntas jalan la maleta y logran desestancarla —. Gracias — sonreía la muchacha, agradecida.
— De nada. Soy Mireya — decía, extendiéndole la mano amigablemente.
—Yo Paula — se presentaba la primera, aceptando la mano de Mireya —. Linda maleta — halagaba luego sonriente.
—¡Gracias!
–- Ay, ¡por favor! ¿Vamos a comenzar ya con esas estupideces emocionales y esas cosas de niñitas? — preguntaba Jasmine casi arrancándole la manija a su maleta.
— Cuida tus palabras — le advertía Miroslava en tono de desaprobación, pero Jasmine le daba una mirada amenazante y ella se alejaba por miedo.
¡Ja! Que genio—susurraba en lo más bajo Terri.
–- ¿Tienes algún problema? — preguntaba Jasmine acercándose amenazadoramente.
—¡Chicas, basta! Dejen eso para después, ¿sí? —les pedía Austin molesto.
—Bien, dejando eso atrás—retomaba el hilo Santana —, ahora vienen los chicos, que son: Thiago, Zack, Fred, Sean, Francisco, Cho, Tomas, Dylan, Matt, Jake, Cory y Mark — y los doce muchachos bajaban del bote con agilidad.
—Qué asco de lugar —susurra Matt cargando sus maletas, con expresión enfadada.
Todos los chicos habían bajado, hasta que el último, un chico gordito y castaño, saltaba haciendo temblar el muelle.
—¡Ay! — gritaba Miroslava y caía de lado, pero un chico alto y rubio logra atraparla.
—Ten más cuidado — le recomendaba sonriendo el chico.
—Gracias — agradecía Miri sonrojada.
—¡YUJU! Este campamento es genial. ¡Haré nuevos amigos y comeré comida de campamento! ¡Genial! —gritaba el gordito emocionado.
—Sí… no lo creo — corregía Jessica mirando con ojos indiferentes al chico.
—Se ve… interesante, y… tierno — decía Carla en un tono extraño con una media sonrisa, observando al gordito, y Jessica arqueaba una ceja.
— Si, bueno, pero ¡¿podrías no volver a hacer eso, por favor?! ¡Si este muelle vuelve a temblar y me caigo mi cabello se arruinará! — exclamaba Samantha preocupada, manteniendo el equilibrio.
— Si, claro. ¿Podrías dejar de ser tan vanidosa? Si tu cabello se moja, no es el fin del mundo—decía Terri de brazos cruzados, con mirada divertida.
—Para ella eso nunca cambia —intervenía Cory, sonriéndole a Terri.
— Un momento, ¿ustedes tres se conocen? — preguntaba Rebeca.
—No. Como verás, soy adivina — decía Terri con sarcasmo, mientras que Rebeca la miraba desentendida.
—Eso significa que sí. En realidad, nos conocemos desde pequeños —respondía Cory con más amabilidad, ante la mirada apática de Rebeca.
—Agh. Como sea—decía Rebeca desinteresada, volteándose.
—Esa chica no está nada mal—decía Matt mirando de reojo a Rebeca.
–-He visto mejores—respondía Thiago distante, caminando lejos de Tomás.
–-Bien campistas, ya que todos están aquí comenzaremos con esto. —anunciaba Austin juntándose con Santana y Alexa.
—Y, ¿qué se supone que haremos ahora? —preguntaba Zack con las manos en los bolsillos.
–-Bueno, lo primero será dividirlos en equipos —anunciaba Austin.
—¿Equipos? ¿Quién mencionó algo de equipos? — preguntaba Rebeca molesta, con las manos en las caderas.
—Se supone que todos los participantes deberían haber leído las instrucciones—aclaraba Austin algo molesto.
—Ni siquiera estamos seguros de que si ella sabe leer—decía Elizabeth señalando a Rebeca.
—Como sea…mencionaremos sus nombres, y se pararan aquí para formar el primer equipo. ¿De acuerdo? —dice Santana.
—Bien, el primer equipo está formado por: Samantha, Cory, Terri, Tomas, Sarah, Carla, Elizabeth, Rebeca, Dylan, Jake, Jessica, Thiago y Matt. —Nombraba Alexa y todos los chicos se juntaban de un lado—. Ustedes serán los "Lobos Asesinos".
—¿Acaso eso tiene sentido? —preguntaba Sarah con el ceño fruncido.
—Más de lo que crees — reía Santana y sacaba una nueva tarjeta, que comenzaba a leer —. Y el otro equipo está formado por: Miroslava, Zack, Fred, Jasmine, Agus, Mireya, Sean, Francisco, Rocío, Cho, Paula y Mark.
—Ustedes son los Leones Depredadores —les decía Austin cuando los chicos se acomodaban del lado opuesto.
—Cuanta imaginación—bufaba Sean, rodando los ojos.
—Si bueno, para los nombres no somos muy creativos que digamos—admitía Austin.
—Bien, ya que están los equipos formados, ahora se instalarán en las cabañas. Escuchen, hay dos cabañas. La cabaña izquierda es de los chicos y la de la derecha de las chicas. En cada cabaña, el lado izquierdo es de los Lobos Asesinos y el derecho de los Leones Depredadores. Podrán acomodarse de la forma que quieran. ¿Quedo claro? —explicaba Alexa ante la mirada cansada de los nuevos campistas.
—Supongo—respondía Terri confundida.
—Bien, entonces vayan—ordenaba Santana, mientras junto con Austin y Alexa se alejaba.
—Un momento, ¿a dónde rayos van? —preguntaba Cho mirándolos.
—A hacer… cosas. Ustedes instálense y los llamaremos después— Y dicho esto, se fueron.
Cabaña de las Chicas
Todas las chicas se dirigían a las cabañas de la derecha. Al entrar vieron y quedaron asombradas, en el mal sentido: eran simples cabañas de madera, con literas sin sábanas. Había uno que otro enchufe, y poco color.
—Vaya—exclamaba Rocío, observando la cabaña.
—No está…mal—intentaba ser positiva Elizabeth, aunque mirando no muy convencida.
—Bien. Las lobas del lado izquierdo y las leonas del derecho—señalaba Terri y todas se dispersaban.
—¡Yo quiero la cama más grande! —gritaba Carly corriendo al lado derecho.
Confesionario
–-Si es una niña consentida prometo que voy a vomitar—admitía Jessica con cara de asco, recordando a Carly.
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—Mmm, no está mal. Sólo espero que aquí tenga lo necesario para cuidar mi cabello —suspiraba Samantha arreglándose el peinado.
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—Bien, no está nada mal. Hasta podría conseguir a unas tontas para manipular en mi propio equipo. Sólo hay que permanecer tranquilos y ver el lado bueno de las cosas. No está mal—intentaba convencerse Sarah, pensativa.
—El lugar es lindo. Espero poder conseguir amigas aquí, ¡sería genial! Aunque Rebeca me parece mandona, y Carla me parece un poco… rara—contaba Agus, recordando la actitud de estas.
—¡¿Por qué rayos hay una cámara en el baño?!—preguntaba Rebeca observando la cámara.
Fin del Confesionario
Chicas Lobas Asesinas
—Bueno, es un cuarto dividido en dos, ¿Cómo nos acomodamos? —preguntaba Terri a todas las chicas.
—Sencillo. Cuatro chicas de un lado, y tres del otro—respondía Liz con las manos en las caderas, con toda naturalidad, y el resto la miraba escéptica
—Vaya, admiro tu inteligencia. —decía Sarah con sarcasmo, mirando con desprecio y burla a la joven.
—Sé muy bien que soy alguien muy inteligente, a diferencia de...otras — retrucaba Liz, y algunas chicas sonreían al ver el enfrentamiento.
—Aseguraría que te falta materia gris en el cerebro — volvía a atacar Sarah, ésta vez más molesta por la audacia de la oji verde.
—Y, a juzgar por tu indumentaria tan masculina, yo aseguraría que te falta para rellenar tu sostén— deducía Liz, sonriente tras la victoria, y varias chicas comenzaban a reír.
—Golpe duro—susurraba Sam, aguantando las ganas de reír.
—Liz un punto, y Sarah…cero— comentaba Terri cruzada de brazos, observando la escena.
—No estaba hablando contigo, niña tonta — volteaba a verla la rubia de mal modo, y Terri se acercaba, enfrentándola y provocándola con la mirada.
—¿Alguien tiene un espejo a la mano? —interrumpía Carla, mientras buscaba algo con que verse a la cara.
—¡Basta! ¿Apenas nos juntamos como equipo y ya vamos a pelear? De acuerdo, lo haremos así: la egocéntrica, chica fresa y la de falta de relleno para sostén se quedan de un lado y poca materia gris, niña vanidosa, súper–sarcástica y yo nos quedamos del otro. ¿De acuerdo? —hablaba con cordura Jessica, terminando la pelea.
–Para mí está bien— accedía Terri, y se alejaba del círculo—. Pido la cama junto a la puerta.
–—De acuerdo—asentía Jessica.
—Yo la que esté a lado de Terri—pedía Samantha, y corría detrás de su amiga.
—Elizabeth y yo dormiremos en las de enfrente. —Señalaba Jessica a ambas camas—Ustedes tres el lado de allá.
—Bueno, hagan lo que quieran, pero la cama grande es mía. —Anunciaba Carly a punto de poner sus cosas en la cama, pero Sarah ponía su maleta primero—¿Se te ofrece algo?
–-Si la cama más grande le va a pertenecer a alguien será a mí. ¿De acuerdo? —le comentaba la chica en tono amenazante, pero Carly solo ponía una cara de indiferencia.
—Por favor, no sean tontas. Tomaré la cama más blanda, ¿de acuerdo? —se burlaba Rebeca mientras camina a la salida de la cabaña.
Confesionario
—¡Agh! ¡No puedo creer que me haya tocado compartir habitación con ellas! Por un lado, su actitud no es tan… ¿vulgar? Pero, ¡son tan estresantes! Y si me estreso ¡me pueden salir arrugas! ¡Aghhhhh! —grita Rebeca estresada.
Fin del Confesionario
—Bien—dijo Sarah, mientras veía a Rebeca alejarse.
—Me gusta tu actitud—Carly fue demasiado directa, o al menos así lo pensó Sarah.
—¿Qué rayos dices? —preguntó Sarah en un tono molesto.
—Tu actitud es muy fuerte, podrías sacar a muchos del juego con eso—dijo Carly con una sonrisa amarga.
—Sí, y tu actitud es… interesante—comentaba Sarah algo confundida.
—Aunque claro, no podrías sacarme a mí—aseguraba Carly, cruzándose de brazos.
Sarah comprendió el reto, y se acercó más a Carly.
—¿Quieres apostar? —
Entonces Carly sólo sonrió con amargura mientras un millón de cosas le pasaban por la mente.
Chicas Leonas Depredadoras
—Y bien, ¿Cómo se supone que dormiremos? —preguntaba Agus.
—No lo sé, pero si estoy con Miri o Mireya estoy bien—dijo Paula con una sonrisa ya que las tres se habían caído muy bien.
—Agh—se quejó Jasmine viéndolas con ojos fríos.
—Bueno, somos seis…tres de un lado, tres del otro, ¡y ya! —dedujo Rocío alzando los brazos.
—Admiro tu lógica—comentó Jasmine, a lo que Rocío solo sonrió.
—Bien, si es así, entonces de un lado Paula, Miri y yo y el otro lado Jasmine, Rocío y Agus—propuso Mireya.
–Así está bien—sonrió Miri mientras cargaba sus maletas rumbo a una cama.
–Ja, ja… si—dijo Agus nerviosa mientras miraba a sus dos compañeras de cuarto dirigirse a su habitación.
Confesionario
—Ay, no —se preocupaba Agus con cara horrorizada—. Bueno, tal vez podamos ser… buenas amigas—dijo con una sonrisa inocente en la cara.
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—Con que no toquen mis cosas sin permiso… estará bien—dijo Jasmine cruzada de brazos.
Fin del Confesionario
—Quiero la cama al lado de la ventana — pidió Paula mientras colocaba su maleta.
—Claro — comentó Mireya sonriente, al voltear pudo ver a Miri observando detenidamente la ventana —. Miri, ¿qué haces?
—¡¿Qué?! ¿Yo? Ah, ¡nada! — comentó la chica alterada y nerviosa, a lo que sus dos amigas rieron.
—¿A quién espiabas? —preguntó Paula a la morena mientras se dirigía a la ventana —. ¿Espiabas a un chico?
–¡No! —respondió ésta, nerviosa.
–Aja…—dijo Paula rodando los ojos —. ¿A quién? ¿Al rubio?
—Si —comentó Miri rendida después de dar un gran suspiro.
—Mireya, ¿sabes quién es? — preguntó Paula mirando al chico.
—¿Rubio? Mmm, creo que su nombre es Jake—dijo ésta, desempacando sus cosas, mientras echaba un vistazo a la ventana.
—Es lindo—sonrió Paula alejándose de la ventana.
—Si, como sea — bufó Miri.
—Pido la cama grande—dijo Jasmine jalando su maleta.
—Claro. Yo la de al lado, junto a la ventana. —Accedía Rocío poniendo la maleta en la cama. —Si quieres toma la de enfrente. — Le sugirió a Agus.
—Sí, gracias. —respondió la chica, visiblemente tímida —. ¿No creen que es genial que estemos en el mismo equipo?
—Me llevo mejor con los chicos—respondió Jasmine sin prestarle mucha atención, mientras acomodaba sus cosas.
—Ah, claro. — dijo Agus un poco decepcionada, luego se acercó a su maleta —. ¿No quieren barniz de uñas?
—Odio pintarme las uñas —comentó Jasmine, y Agus deshizo su sonrisa.
—Yo no me las pinto muy seguido —comentó Rocío.
—Iré afuera —comentó Agus deprimida, antes de salir de la cabaña.
—Pobre — Rocío vio como Agus se iba, y luego miro hacia el suelo —. Linda patineta.
—Gracias—agradeció Jasmine con una ligera sonrisa.
—¿Te gusta el deporte? —preguntó Rocío mientras se sentaba.
—Si. ¿Y a ti? —
—¡Igual! — respondía animada la chica.
Jasmine esbozo una sonrisa, y se sentó cerca de Rocío.
—¿Sabes? Tal vez no me caigas tan mal — admitía, pasando su brazo por el hombro de su nueva amiga.
— Lo mismo digo. —asintió Rocío antes de sonreír.
Confesionario
—Esto va a ser muy difícil — confesaba Agus cruzada de brazos.
—Tal vez no sea tan malo, aunque ojalá y las cabañas fueran mixtas—dijo Jasmine, y luego quedo en silencio —. ¡No malpiensen!
—Así que, ¿se llama Jake? Lindo nombre —soñaba Miri sonriente —. No es que me importe, claro.
Fin del Confesionario
Cabaña de los Chicos
—Ok. Leones derecha, lobos inquiera. Tal vez podamos…—coordinaba Francisco hasta que era empujado y tirado al suelo por Matt.
—¡Muévete! No necesito tus instrucciones —dijo este mientras se iba al lado derecho.
—A eso se le llama fuerza—decía Cory con una media sonrisa.
–A eso se le llama mal genio—corregía Francisco frustrado mientras se levantaba.
Lobos Asesinos
—Ok. Somos seis, tres aquí, tres allá. ¿De acuerdo? —dijo Cory.
—Bueno hagámoslo así: Cory, Tomás y yo de un lado, y Dylan, Matt y Thiago del otro—sugería Jake.
—¿Y porque tendríamos que hacerte caso? —preguntó Matt enojado.
—Porque no quiero tener pesadillas —admitía Jake, asustadizo.
—Cómo sea inútiles, pido la cama grande—dijo Thiago alejándose a la otra habitación.
Matt también se fue, y Tomás suspiraba.
—Gracias, ahora el que tendrá pesadillas soy yo —dijo Tomás mientras se alejaba.
—De nada—respondía Dylan a punto de estallar en risa.
—Quita tu maleta de ahí—ordenaba Matt a Thiago, quién tenía su maleta en la cama grande.
—¿Por qué debería quitarla? —le preguntó Thiago desafiante.
—Porque si no lo haces… te voy a hacer daño. —le dijo en tono amenazante.
—Cómo si pudieras — burlaba Thiago, sin prestarle atención a las advertencias del chico.
—Puedo hacer eso y mucho más—dicho esto se dispuso a irse. —Ah, y bonita ropa. ¿No había para hombre?
Thiago sólo le dedicó una mirada furiosa, y Tomás no aguanto guardar silencio.
Es muy amigable, ¿no crees? —le preguntó con una sonrisa forzada, y el muchacho lo miraba de la peor manera.
—Cierra la boca — casi ladraba y le daba la espalda al chico.
—Soy Dylan—decía este mientras se presentaba a Cory y Jake.
—Lo sabemos —asentía Cory, y estrechaba la mano de su nuevo compañero—. Jake, ¿quieres la cama de la ventana o cual?
Jake no respondía, estaba con la mirada en la nada.
—¡Jake! —le gritó Dylan, y este reaccionó.
—Lo siento—dijo este con algo de turbación en los oídos.
—¿En qué pensabas? —le preguntó Cory mientras sacaba su ropa.
—Nada. Bueno…si, en algo — admitía como niño chiquito, con algo dándole vueltas por la cabeza.
—¿Qué cosa? —preguntó Dylan mientras recargaba su maleta en la cama.
—Una… chica—
—¿De verdad? ¿Dejaste a una novia en casa? —preguntó Cory, y el chico abría los ojos como platos.
—¡No! Es decir, no, es sólo que. Bueno, la conocí hoy — corregía, y buscaba algo por la ventana.
—Ah claro, lo olvidaba, estamos ingresando como nuevos en un reality show—dijo Dylan algo sarcástico.
—Para — le ordenaba el chico, quien se encogía de hombros —. Bien, el punto es que…— incitaba a Jake a continuar.
—Que no sé cómo se llama — finalizaba el muchacho cabizbajo.
— Y, ¿por qué no se lo preguntaste? —le preguntó Dylan.
—No lo sé. Pero tratare de hacerlo.
—Me parece bien—dijo Cory, y palmeaba su espalda.
Leones Depredadores
—Bien, tres de un lado y tres del otro—dijo Francisco señalando.
—Bien, pero no voy a compartir habitación con inútiles como…tú— menospreciaba Sean a Francisco, y caminaba hacia una habitación.
—Entonces en un lado Francisco, Mark y Fred y del otro Cho, Sean y yo. —dijo Zack.
—Como sea— bufaba Sean, seguido por 'Cho' y Zack —.Mi casa es mucho más grande y pulcra que esto—denotaba, observando el lugar.
—Bien por ti — no le daba importancia Zack.
—Agh. ¿Por qué tuve que estar en un equipo sin Sarah?
—¿Sarah? —pregunta Cho.
—¡Mi hermana, perdedor!
—¿Tienes hermana? ¿Me la presentas? — pregunta Zack con un tono pervertido.
—¡Ni pensarlo! ¡No te acerques a ella! — defendía el rubio a su gemela, sumamente molesto.
—Como si quisiera, no es que tu hermana fuera la más linda de éste lugar — bufaba Zack riendo y tomando su cama.
—Cierra la boca — miraba Sean al chico con ojos entrecerrados.
—¡Wouuuuuu! ¡Quiero la cama grande! —gritaba Mark y se aventaba a la cama grande, y esta temblaba y se despedazaba.
—Bien, pero hagas lo que hagas no te acerques a mi cama—le advertía Fred mirando la cama destrozada.
—Ja ja ja, claro hermano — respondía amigablemente el gordito, acercándose al muchacho.
—Y mantén distancia — lo detenía en seco Fred.
—¡Je, je! De acuerdo — respondía sin dejar de sonreír el gordito.
—¿Sabes? Te ves muy amigable, tal vez podremos llevarnos bien. — le decía Francisco, acercándose a Mark.
—¿Enserio? ¡Wouuuuuu! Genial viejo —decía eufórico mientras abraza a Francisco, sin darse cuenta de que lo está asfixiando.
—¿Podrías…por favor… dejar de...asfix…iarme? —pedía sin poder respirar.
—Cielos—exclamaba Fred, sorprendido.
—"¡Campistas, los espero en el comedor en 5 minutos!"—anunciaba en un altavoz Austin.
Entonces fuera de las cabañas aparecían Santana y Alexa.
—Buen episodio, ¿no? —preguntaba Alexa con una sonrisa.
—Eso supongo. Bien, eso fue todo por hoy, pero prepárense para ver el primer desafió en el siguiente episodio de…—
–¡Total Drama Countdown! —gritaban ambas y se apaga la cámara.
Por favor, ¡no me maten! Díganme que les pareció.
Ok, sé que no quedo excelente, pero por lo menos ¡déjenme review!
Acepto comentarios, quejas, sugerencias, etc.
Esperen el próximo cap.
Besos
Bye
–Santana
PD: Perdón si no pude meter a algunos personajes, pero me faltaban demasiados chicos y eran muchos, me sobraban chicas. Perdónenme.
