Dos contra uno

Una ficción basada en Cthulhu Tech, juego de rol. Ricard y Richard Carter creados por Pokepollo. Rocket creada por mí

Sube al cuadrilátero y se quita las botas. Sus pies sienten la lona, lisa y tensa bajo su peso. Las vendas de sus manos forman un tejido elástico y reconfortante. Aun tiene tiempo para realizar algunas elongaciones antes de comenzar. Cierra los ojos y relaja todo sus músculos. La mente en neutro. Inspira. Exhala

Hermano, crees que alguna vez podamos hacer esas flexiones imposibles que estamos apreciando en este momento?

No sé a qué te refieres con "imposibles", hermano

Saltan los dos sobre ella. Rompen su concentración y pagaran por ello. El primer golpe va a su costado y lo recibe sin problemas. No ha aplicado la suficiente energía, pero está ansioso. Deseoso de más. Gira sobre sus talones y enfrenta al segundo. Esquiva un agarre y atrapa su hombro en una presa salvaje y precisa. Dos toques. Brazo paralizado. Uno a uno

Siento tu mano lánguida, Ricard. No lo estas demostrando. Y en cuanto a ti, Richard…

Ese siempre ha sido tu problema, pequeña Rocket. Eres una habladora!

Una barrida poderosa. De espaldas contra la lona. Con un crujido regresa su brazo a la vida y se lanza sobre ella, justo cuando logra anteponer una rodilla antes de que alcance su cuello. Por poco. Recobra posición de un brinco tan artístico como veloz. Y todo se vuelve puños y patadas, saltos y esquivas. Ninguno cede terreno. Fallar no es una opción.

Vamos, Richard. La capitana ya te ha ganado un punto. Lo dejaras pasar?

Creo que es ella la que no lo dejara pasar

Dos golpes, uno para cada uno. Azota un rostro y un torso en una milésima de segundo y caen pesadamente, directo a la lona. Ella se aleja, toma posición y espera. Como una animal de presa. Observa y espera

Tres a uno. Ustedes mueven, capitanes Carter

Se miden. Ella vuelve a recibir un golpe, esta vez tan poderoso sobre su abdomen que levanta un murmullo de la concurrencia alrededor del ring. Aprieta los dientes y siente el sabor tibio y metálico en sus labios. Calienta sus venas. Deposita su peso sobre una sola mano y salta en posición invertida sobre los hombros de su oponente, aprisiona su cuello, cambia de posición y lo lanza contra la lona, junto cuando el otro se apresura a asestar el segundo impacto. Fuego en su espalda. Su espina se curva en un dolor acido y lanza un gemido al aire. Inspira. Exhala. Abraza en dolor

Demonios, Ricard, como la haces gritar!

A caso lo dudabas?

Ella se voltea y sonríe. Es suficiente. Llena los pulmones de aire tibio y electrizado. Lo último que ven los gemelos Carter es el destello de sus pupilas rojas y un borrón cambiando de lugar. Justo antes de preguntarse a sí mismos que está pasando. Sienten un toque debajo de la barbilla y otro en la base de la columna. Los dos casi al mismo tiempo. Y luego, frio. Una cascada de deshielo. Sin dolor. Solo el frio y la lejanía de sus cuerpos, como si estuvieran a kilómetros de distancia.

No… es justo, Rocket. No la parálisis…

Desenrolla las vendas de sus brazos y les dedica una sonrisa dulce, inocente y satisfecha. Ha sido un buen combate. Se conocen, saben moverse y ninguno de los tres se contiene. Ni siquiera ellos, que son dos contra uno. Siempre dos contra uno.

No desesperen, capitanes. Esta vez solo les he dado un par de minutos

Justo los que necesitas para escapar a los brazos de tu mayor Tau, verdad, pequeña traviesa? Nos debes una

La sensibilidad regresa poco a poco a sus fibras y se ponen de pie para verla traspasar las puertas del gimnasio. Aquellas formas sinuosas y elásticas, la piel de obsidiana perlada de sudor. Hay algo salvaje e inocente en ella que no saben definir, pero que los intoxica día con día, que no podrían pensar en dejar atrás. Y saben que ella lo sabe

Richard? Prométeme una cosa

Lo que quieras, Ricard

Prométeme que la próxima vez serás tu quien la haga gritar