A/N: Todos los personajes de este fic pertenecen a stephenie meyer.
Prólogo.
Parecía tan perfecto. Nunca pensé que me lastimaría de esa manera. Hubiese apostado todo lo que tenía o podría tener a que me amaba. Como yo lo amaba a él.
Parecía tan perfecto. Me hacía sentir otra persona, alguien valiente y digno de cariño, alguien que valía la pena.
Parecía tan perfecto, lo que teníamos. Creí que nuestro amor vencería toda barrera y lo lograríamos. Finalmente seríamos felices por siempre, eternamente.
Parecía tan perfecto. Y tan rápido terminó. Cada día creo más que toda rosa tiene su espina.
A/N: Bueno, la historia toma lugar en Luna Nueva, despues de que Edward deja a Bella tras el incidente de su cumpleaños. Espero que lo disfruten.
Maggie
Capítulo 1. Amistad.
—Cuídate mucho —sentí su frío hálito sobre la piel.
Abrí los ojos de golpe cuando se levantó una ligera brisa artificial. Las hojas de una pequeña enredadera de arce temblaron con la tenue agitación del aire que produjo su partida. Se había ido. Le seguí, adentrándome en el corazón del bosque, con las piernas temblorosas, ignorando el hecho de que era un sinsentido. El rastro de su paso había desaparecido ipso facto. No había huellas y las hojas estaban en calma otra vez, pero seguí caminando sin pensar en nada. No podía hacer otra cosa. Debía mantenerme en movimiento, porque si dejaba de buscarle, todo habría acabado.
El amor, la vida, su sentido... todo se habría terminado. Caminé y caminé. Perdí la noción del tiempo mientras me abría paso lentamente por la espesa maleza. Debieron de transcurrir horas, pero para mí apenas eran segundos. Era como si el tiempo se hubiera detenido, porque el bosque me parecía el mismo sin importar cuan lejos fuera. Empecé a temer que estuviera andando en círculos —después de todo, sería uno muy pequeño—, pero continué caminando. Tropezaba a menudo y también me caí varias veces conforme oscurecía cada vez más. Al final, tropecé con algo, pero no supe dónde se me había trabado el pie al ser noche cerrada. Me caí y me quedé allí tendida. Rodé sobre un costado de forma que pudiera respirar y me acurruqué sobre los helechos húmedos.
Allí tumbada, tuve la sensación de que el tiempo transcurría más deprisa de lo que podía percibir. No recordaba cuántas horas habían pasado desde el anochecer. ¿Siempre reinaba semejante oscuridad de noche?
Moví mis brazos y sentí el ruido de un objeto sobre la madera. Levanté la cabeza y vi el agua derramada en el suelo. "Genial. Otra pesadilla", pensé para mi misma y me dispuse a bajar a la cocina a buscar algo para limpiar el desastre que provocaron mis poco tranquilos sueños.
Habían pasado meses, y yo todavía seguía soñando lo mismo. La pesadilla que fue el momento cuando me dejó. El dolor que sentí, del cual nunca me recuperé. Había parecido un sueño en la realidad, me era tan difícil aceptar que ya no me quería, que ya no me amaba.
Sentí el dolor en mi pecho expandirse como fuego. Me agarré fuerte a la baranda de la escalera para no caer. Traté de respirar hondo y exhalar. Funcionó luego de casi 10 minutos. Descendí el resto de los escalones tratando de no tropezarme con mis propios pies. Fui al armario donde estaban los productos de limpieza y tomé un trapo y el secador. Subí, limpié mi habitación, volví a bajar, dejé las cosas y de nuevo subí. Me pareció todo tan mecánico que quise llorar.
Me acosté en mi cama y miré el reloj. Eran las 4 am. Charlie se levantaría en unas horas. Decidí tratar de dormir. Cuando escuché movimiento abajo me levanté de un salto. Me sentía extraña. Un poco optimista, lo cual era raro para mí.
Me miré al espejo y vi que mis ojeras ya no eran tan notables. Bajé las escaleras y vi a Charlie en la cocina, con el desayuno ya listo. Dimensión desconocida o las cosas cambiaron mucho sin que me de cuenta. Tomé el cereal y la leche, lo serví y me senté a la mesa.
Pasamos un tiempo callados hasta que Charlie habló.
-Bella, recuerdas que hoy iremos a casa de los Black, no? -. ¡Oh, lo había olvidado completamente!
-Claro papá- respondí optimista. Cualquier cosa que cambiara la rutina era bienvenida.
Terminamos de comer, limpié los platos y me fui a cambiar. Me puse lo primero que encontré sin siquiera ver que era. Me recogí el pelo en una colita y salí de mi cuarto casi corriendo.
Charlie me esperaba en el auto. Llegamos a casa de los Black en poco tiempo. Apenas estacionamos Jacob salió a la puerta con una sonrisa brillante. Al verlo, tuve ganas de sonreír también. Me di cuenta que lo hice, al ver a Charlie mirándome como si fuera un fenómeno.
- ¿Pasa algo papá?-
- No, nada- respondió y salió del auto rápido. Puse mis ojos en blanco y abrí la puerta, Jake estaba ahí cuando lo hice, tan cerca que casi lo golpeo.
Reí un poco, casi sin ganas.
-Hola Jake! Como estás?-
- Genial. Tú?-
-Muy bien- me miró con ojos críticos y me apresuré a corregir.
-Estoy bien… mejor…- y sonreí para tranquilizarlo y que me dejara de mirar. Era extraña la sensación, parecía tan natural, como si lo conociese de toda la vida y fuésemos amigos desde siempre.
-Así me gusta- dijo y sonrió de nuevo. Su energía y buen humor eran tan contagiosos. Por eso me alegraba estar con él.
-Charlie! Bella! Pasen, por favor- exclamó Billy al vernos afuera. Entramos y vimos la televisión encendida. Por supuesto, era hora del partido y seguro que Charlie y Billy no se lo perderían por nada.
-Hey, Bella, quieres ir a dar una vuelta. Creo que te vas a aburrir un poco aquí-. Por eso era que quería a Jacob, a veces parecía que leía mi mente. De pronto me invadió el recuerdo de Edward. Asentí a la pregunta de Jake con la cabeza y me apuré a salir. Me estaba comenzando a desesperar.
No tardamos mucho en llegar a la playa. El día estaba muy lindo, la temperatura casi perfecta. El sol brillaba, extrañamente, en mitad del cielo, cegándome. Caminamos por un rato hasta divisar un tronco de un árbol caído cerca de la orilla. Lentamente, me senté, esperando a Jacob. Él hizo lo mismo, para luego tomar mi mano. Lo miré con ojos curiosos.
- Bella, tú no estás bien. Sigues mal por lo de él, verdad?- me resultaba difícil de creer lo bien que me conocía Jacob. Asentí con la cabeza, no confiaba en que mi voz pudiera salir sin mostrar lo mal que en realidad me sentía. Jake me abrazó fuerte. Me dejé llevar por la sensación de comodidad y cariño que me embargaba y lo abracé también. Estuvimos así un rato, sin hablar. Cerré los ojos y disfruté de la contención y amor que me daba.
Creo que me quedé dormida, porque lo próximo que sentí fue la mano de Jacob acariciando mi rostro. Subí la cabeza y encontré su mirada. Al verme sonrió cálidamente. Le respondí de igual manera, como un reflejo. Con Jake me sentía cómoda, protegida.
Sin hablar, nos dirigimos de vuelta a la casa. Con nuestras manos todavía entrelazadas, entramos para ver a Billy y Charlie pendientes del partido como si su vida estuviese en riesgo. Reí con un volumen aparentemente alto, ya que al oírlo, Charlie volteó y me miró extrañado. Solté la mano de Jacob para evitar sospechas por parte de mi padre y tener que aguantar luego la larga lista de preguntas que tendría para mí.
Pedimos pizza y comimos tranquilos, el ambiente era ameno, extremadamente cómodo. Pero como todo lo bueno, tenía que terminar. Ya era tarde cuando Charlie y yo subimos al coche para volver a casa. Mañana sería un día muy aburrido y desesperante, así que decidí hacer planes con Jacob. Al menos olvidaría mi sufrimiento por el tiempo suficiente como para sentirme humana otra vez. O eso esperaba.
A/N: Hola de nuevo. Bueno, espero que les guste mi historia. Este capitulo lo escribi para describir la amistad entre Jake y Bella. Como se daran cuenta, Bella está mal, pero no tanto como en luna nueva. Creo que el proximo será desde el punto de vista de Edward.
Por favor diganme lo que piensan.
Suerte. Maggie
