Summary: "TRADUCCIÓN de "Green Eyes" de InterestingGirl: Bruce conoce a alguien realmente interesante en Calcuta. ¿Qué ocurre cuando se encuentran de nuevo, esta vez en el Helitransporte? ¡Es la nueva terapeuta de S.H.I.E.L.D! Puede manejar su enfado bastante bien, pero no dejar de ir a sus sesiones de "terapia". Una captura cómica del lado dulce y sexy de nuestro científico preferido. Bruce/OC".

Disclaimer: Esta historia no me pertenece. Los personajes son del universo Marvel y este increíble fic ha salido de la maravillosa mente de InterestingGirl, que me ha permitido traducirlo. ¡Pasaros por su profile para leer la historia original!

Muchísimas gracias y espero que guste.

OoOoO

CAPÍTULO 1: PATATAS FRITAS

Bruce Banner adoraba la sección de comida congelada. No solo porque no podía resistirse a los guisantes congelados o a los rollitos de primavera precocinados. Ni al picoteo indio de allí, el "paneer tikka" o la hamburguesa "aloo".

Se estaba tan bien y fresco… Era un respiro bienvenido del calor que lo rodeaba, por dentro y por fuera. Tal vez S.H.I.E.L.D debería construirle un frigorífico, pensó mientras empujaba su carrito tambaleante por la sección de congelados del mayor supermercado de Calcuta. Quizá la frialdad del hielo podría solucionar su pequeño problema verde, pensó y se rió.

Calcuta era un desastre, pero se sentía como su desastre. Miró a su alrededor y vio dos clientes emocionados cruzando como las balas por el pasillo, cuchicheando algo sobre Pepsi. Recordó su anuncio preferido, fingiendo leer la etiqueta del curry congelado que sostenía en la mano. Sonrió para sí mismo pensando en todos los lujosos y brillantes hoteles en los que había estado y el laboratorio de vanguardia en el que trabajó una vez. Había crecido tan acostumbrado a ese tipo de lugares actuales que todas esas comodidades ahora le parecían de una vida pasada.

Alzó la mirada de su paquete de curry y vio una mujer parada a su lado, intentando alcanzar una bolsa de patatas fritas congeladas. Llevaba unos vaqueros de pitillo y una túnica rosa con un pavo real bordado en ella. Su brazo estirado hacia el estante de arriba, tapando parcialmente su cara de su visión. Parecía muy blanca, muy sonrosada para ser de Calcuta, donde el sol penetrante provocaba una tez de bronce. No era pálida ni tenía el "moreno cangrejo" de muchos turistas cuando experimentaban el calor. De manera similar, su atuendo también era confuso. Los pitillos eran un básico occidental mientras que la túnica parecía nativa. ¿Quién era?

Dándose cuenta de que seguía sujetando el mismo paquete de curry congelado, lo soltó deprisa en su carrito y se movió hacia ella, fingiendo buscar también las patatas fritas. Se las había arreglado para coger las suyas y había ladeado la cabeza para leer la etiqueta del paquete. El cabello le cayó sobre la cara y Bruce se dio cuenta de cuán largo lo tenía. Casi por la cintura. Y de repente, su color moca le hizo ansiar una humeante taza de café con crema y…

Ella alzó la vista hacia él.

Ojos verdes, tan claros que parecían resplandecer. Por un momento, Bruce no fue capaz de pensar.

-¡Hola! ¿Otro entusiasta de las patatas fritas?- preguntó, sonriendo y agitando su paquete hacia él. Bruce sonrió por toda respuesta. Al menos esperaba estar sonriendo y no mirándola lascivamente, como se sospechaba a punto de hacer. Quizá debería decir algo…

-De hecho, nunca las he probado. ¿Están bien?

Ella se rió.

-¿Un americano que vive en India y no depende nutricionalmente de patatas fritas congeladas? Impresionante.

Le habló con una familiaridad relajada, como si lo conociera desde hacía años. ¿Estaba coqueteando con él? Sus propias habilidades sociales estaban bastante oxidadas, así que no podía asegurar nada. Realmente, no quería analizarlo demasiado y avergonzarse a sí mismo después.

-¿Cómo está tan segura de que soy americano?

-Elemental, mi querido Watson. Tu acento.

Aquello tomó a Bruce por sorpresa. Se pensaba que ya no tenía, después de trotar tanto por el mundo. Para su sorpresa, esa misteriosa chica era capaz de notar su acento inglés sin esfuerzo y, a pesar de sus "aventuras" por todo el Globo, él no podía identificar el suyo. Podría ser de cualquier lugar.

-Me has pillado. ¿De dónde eres tú? -Bruce intentó no demostrar la curiosiad que sentía por la respuesta.

De repente, escuchó música. Y, dado que no parecían violines, sospechó que no sonaba solo en su cabeza. ¿Rock? ¿Led Zeppelin?

La chica buscó en su bolsillo, avergonzada, y sacó su móvil que sonaba. Sus mejillas se veían incluso más coloradas, por el suave sonrojo. ¿Era vergüenza por su elección de tono, sorpresa por la llamada o algo más?

-Hola... ¿QUÉ? No, Phil, sabes que las bodas son importantes en mi familia. No, me… No es como para todo el mundo. Créeme, no sabes qué torturas tendré que soportar si no voy a la boda de mi… ¡Phil, son mis primeras vacaciones en siglos! ¿Por qué tanta prisa? Vale, no hace falta que seas tan sarcástico. Trataré de volar mañan… Está bien, hoy. No, no "ya mismo". Tengo que decir adiós y coger unas cosas importantes. Esa es mi oferta final, Phil. Bien, entonces te veo en el siempre super secreto helitransp-Ok, no lo diré en alto. Adiós.

Bruce escuchó cada palabra intentando de nuevo, sin éxito, identificar su acento. Y sin darse cuenta, rezó fervientemente para que ese 'Phil' no fuera su novio.

-¡Lo siento! Era mi jefe teniendo un ataque -dijo- Supongo que me tocará volver a trabajar antes de lo que me esperaba, tengo que irme. Por cierto, ¿cómo te llamas?

Bruce estaba todavía procesando su precipitada verborrea, así que contestó automáticamente:

-Bruce.

-Un placer. ¡Disfruta de tus patatas fritas, Bruce de América!-y antes de que pudiera detenerla, echó a correr y se esfumó de allí.

Bruce se quedó plantado junto a su abandonado carrito de la compra. Miró su mano, dándose cuenta de que la tenía adormecida de sujetar el paquete de patatas congeladas. Su mente estaba en un estado similar. Se maldijo a sí mismo, deseando haberla parado de algún modo y terminar la conversación. Aquella chica, ¿cómo no le había preguntado su nombre? Lo había dejado con tantas preguntas… ¿Quién era? ¿De dónde? ¿Cómo sabía tanto de acentos? ¿En serio tenía a Led Zeppelin como tono de llamada? ¿Por qué lo intrigaba tanto? Y sus ojos…