Mis cordiales saludos a ti, que estás leyendo. Estoy aquí con otro fic. Hace días ésta pareja ronda en mi mente, pensé e imaginé la forma en la que debería escribir y esto fue lo que pasó por mi cabeza…

TITULO:

CURARTE EL ALMA

PAREJA:

Esto es un PeinSasu e ItaSasu.

ADVERTENCIAS:

¡Alto contenido de SPOILER!

El fic contiene spoiler para las personas que no siguen el manga. Más precisamente del manga 396-401. Es posible que los próximos capítulos también contengan spoiler. Como bien dije los datos fueron sacados exclusivamente del manga, también de wikipedia y otras páginas, todo eso fue gracias a mi querida amiga. (Te lo agradezco, si estás leyendo)

GÉNERO:

Este es el primer intento que hago exclusivamente de angst. ¿Por qué angst? Sencillamente porque a mis ojos esta es la única manera que veo de poner a Pein junto a Sasuke.

DISCLAIMER:

Si Naruto me perteneciera ¿Crees que me tomaría la molestia de escribir este fic? Evidentemente no. Naruto es propiedad de Kishimoto.

SUMMARY:

Por esta vez no digo nada… estoy tan apesadumbrada con esta redacción.

Nota de autora:

Sucedió un improvisto. Algo que no debía acontecer. Este fic no debía salir de mi ordenador. Sin embargo, gracias a mi ego, acepté una propuesta en que con una personita dejamos al azar la suerte de este fic. Por decirlo de una manera, este… verán no salí favorecida en un piedra, papel y tijeras. Prefiero ahorrarme los detalles, demasiado tengo con aclarar el contexto en que se publica este escrito. Por tanto me limitaré a hacer la siguiente declaración:

Yo Taumaturga publico el presente fic porque fui estafada por:

Lucario INU

El fic en su generalidad está dedicado a ti

(Sin rencores)

CAPÍTULO PRIMERO

Paraíso perdido

"Había elegido un camino oscuro para que todo se volviera tiniebla"

Lluvia… una interminable… Tal vez un diluvio… capaz de apaciguar cualquier incendio…Y sin embargo un fuego negro que no se apaga, como ese sentimiento extraño que hondaba en sus corazones a pesar de que denegaban de su existencia. Así era, el amaterasu jamás se apagaría, ardería eternamente. Lo que ambos sentían también tenía esa cualidad perenne, aunque no querían aceptar que ese vínculo sería difícil de romper, como lo era el hecho de que eran hermanos, que tenían una sangre en común… Y que además el odio que se profesaban de ningún modo existió… Nunca.

Una lluvia que no quería parar, como si fueran las lágrimas de ambos. Un llanto que no se detendría. Aunque uno de ellos jamás volvería a llorar, eso si alguna vez lo habría hecho. Porque sus ojos estaban vacíos… sin vida… sin dolor… sin sufrimiento…

Sin embargo en sus labios se dibujo una débil sonrisa, un leve gesto que sólo era notorio a los ojos de su hermano menor. Un sentimiento imposible de descifrar a los ojos de una persona normal. Aunque pareciera una anomalía la imagen que Sasuke tenía delante era real: Itachi sonreía. ¿Por qué lo hacía? ¿Esa era la verdadera cara del asesino más recordado en Konoha? ¿Era la persona que le incentivo a odiar los lazos porque eso le hacían débil? ¿Era el mismo que le repetía constantemente que lo odiara?... Realmente el pequeño no estaba seguro. Inseguro, sin intenciones de comprender esa imagen surrealista, el vengador sintió que sus piernas flaqueaban. Y con lentitud se desplomó ante su antagonista.

Finalmente su ambición pudo consumarse. Cualquiera que conociera los hechos "oficiales" de la famosa "Masacre del Clan Uchiha", diría fehacientemente: "Dios existe, la justicia es lenta pero eficaz. Loable es el valor de ese magnífico shinobi que ajustició a las víctimas de esa cruenta masacre. No hubo fratricidio, sino justicia"

Hace tiempo uno de los cuerpos tirados en el suelo dejó de respirar. El alma de aquel cuerpo descansaba en algún lugar lejano, en el infierno por los crímenes que había cometido, en algún cielo por tantos sacrificios por un amor prohibido. Quizás un dios de alguna religión se apiadaría de su amor vedado, de aquella entrega absoluta por la persona que había amado, pero a quien obligó a odiarlo. Tal vez alguien comprendería que lo muchos tildan de aberrante, es una forma diferente de amar al común de la sociedad. Si, en definitiva de los muchos pecados que había cometido, del que nunca se arrepentiría es de ese pecado tan sublime. Uchiha Itachi jamás se arrepentiría de haber albergado un sentimiento que traspasaba lo fraternal por su hermanito pequeño. Nunca jamás se lamentaría de haber exteriorizado sus emociones de manera física… Y si era verdad, antes de acabar con el clan Uchiha mantuvo una relación con Sasuke. A tal punto que su hermano menor le entrego su cuerpo y alma horas antes de la masacre. Ese era el mejor recuerdo que tenía de su precioso hermanito. Empero después de ese acto, en el que ambos expresaron y demostraron su amor, Itachi acabo con su vida. Lo mató psicológicamente. Hizo de su vida un infierno… Y sin embargo…

No lo exterminó de la manera en que se lo pidieron. Después de todo, la misión del mayor era acabar con todo el clan, pero no pudo aniquilar a su amor. ¿Cómo asesinar a su sangre, a la única persona que lo veía más que mero ninja del cual sentir orgullo? ¿Cómo exterminar su único lazo? No podía hacerlo, y no pudo hacerlo… pero por todo ese daño, por esa traición, por tanto dolor que le infringió, por esa infancia robada, pero sobre todo por su felicidad, para que siguiera creyendo en el clan… Para que continúe viviendo en esa hermosa fantasía, debía mentir, decirle que toda esa historia fue un juego. Expresarle que sólo montó una obra teatral para hacerle sentir bien, porque después de todo él era su repuesto, su salvación, necesitaba sus ojos para no quedarse ciego… mentiras, farsas, más engaños ¿Qué más daba? Su hermanito debía tener su venganza y continuar su vida, aunque esta fuera sólo una mera utopía. Él merecía ser feliz. Tenía que olvidar el pasado, esas heridas que no cicatrizaban debían ser curadas, y la única forma de lograrlo era con su muerte. Itachi tenía que caer en sus brazos. Y aunque su pequeño hermano le daría un final a su vida para cumplir una venganza ficticia… valía la pena morir si él lograba ser feliz.

Nunca sabría de sus verdaderas intenciones. Jamás se enteraría de que todo lo hizo pensando en él. Él no sabría la verdad, ese era su consuelo. Pero que poco duraría esto…

Sasuke se desplomó al lado de su hermano, le contempló sin saber que sentir, muchas cosas pasaron en ese pequeño lapso de tiempo. Varias cosas le develó la persona que le causó un irreparable daño mental. Su hermano le confesó que sólo lo dejó con vida para quitarle sus ojos. Puesto que al adquirir el Mangekyou sharingan, su consecuente uso le deterioraban de manera irreversible la visión. Y sólo existía una cura para esta enfermedad: los ojos de un familiar. En pocas palabras necesitaba del pequeño. Y por está razón Itachi no culminó con su existencia.

A decir verdad esa declaración le sorprendió de sobremanera, tal vez creía que Itachi aún lo amaba. ¡Qué idiota había sido! Era muy ingenuo de su parte pensar que su hermano mayor mantenía esos sentimientos por él, cuando lo único que le demostró desde aquel nefasto día fue un profundo odio. Pero a pesar de todo no pudo sino pensar que allí descansaba su corazón, su hermano y amante, la persona a la que amó. La misma persona a quien Sasuke prometió amar. Pero eso ya no importaba. Al fin culminó con su venganza.

Tal vez volvería a su aldea natal y reconstruiría su clan. Si, eso haría. Olvidaría que alguna vez sintió un cariño por esa quimera que estaba tendido a su lado. Borrar de la memoria todo vestigio… sólo tenía que olvidar…

Lentamente cerró sus ojos sin nada más que pensar. Inconscientemente sus dedos rozaron los de su hermano. Sasuke sentía como las gotas caían del cielo, bañando sus ropas. Irónicamente pensó que esa lluvia podía lavar ese pequeño estremecimiento. Esa horrible sensación de que algo andaba mal. Un débil zumbido en su ¿corazón?...

"Síntomas del cansancio" pensó, no muy convencido.

Entonces creyó percibir un chakra. Empero estaba cansado y en un estado imposible de definir, no sabía si sentir euforia por culminar su tan anhelada venganza o si aquello era un vacío inexplicable. Su cuerpo cedió al cansancio y dolor. Se encontraba a la libre disposición de esa persona.

A los pocos minutos un shinobi con los atuendos de Akatsuki, con una máscara naranjada que cubría su rostro, llegó al lugar, observó cuidadosamente los detalles del campo de batalla. Y luego posó sus ojos en el menor de los Uchiha. En eso, un ser bastante extraño salió de la superficie. El ente tenía las mismas ropas que el otro shinobi.

- Llegas tarde- le hizo notar su lentitud.

- Perdóname por no poder moverme a la maldita velocidad de la luz- fingió una disculpa.

- ¡Vamos! Antes de que lleguen esos de Konoha- ordenó Tobi.

Tobi cogió al peliazul, y el hombre planta hizo lo propio con el moreno. Sin mayores preámbulos ambos se alejaron del terreno en que se llevó a cabo la más cruenta batalla entre dos hermanos, al que momentos después llegaría Naruto en su búsqueda por Sasuke.

El hombre de la máscara llevó al menor a una cueva en donde se encargo de sanar sus heridas, y al terminar con estas acciones espero a que despierte. Ellos tenían mucho de que hablar. Él necesitaba la cooperación del desertor de Konoha. Estaba seguro que él le ayudaría en sus planes, de eso no tenía dudas. Tobi se encargaría de desmantelar los más profundos secretos de Itachi. Y gracias a esto último conseguiría un nuevo partidario para Akatsuki.

Todo era negro en su cabeza, distinguió una silueta. Se le hacía conocido. El joven se dio la vuelta para encararlo. Era su hermano. Se le acercó, y el peliazul por instinto retrocedió unos pasos. Pero el mayor se adelantó a sus acciones, y con dos dedos de su mano le golpeó la frente diciendo:

"Lo siento, quizá la próxima vez, Sasuke"

Entreabrió los ojos, estaba en una cueva. ¿Cómo llegó a ese lugar? Sintió unas vendas que cubrían sus heridas. Trató de recordar lo que había pasado… la pelea, el Amaterasu, la técnica final de su hermano: Susanou, la muerte de… Itachi.

- Te di atención médica- una voz le habló desde la profundidad de un rincón-. Ganaste. Aunque no deberías ser tan arriesgado con tu vida- casi le reprochó-. Ya nos conocíamos, no es necesario que te preocupes por lo que sucedió con Deidara.

Los ojos de Sasuke no reflejaban ningún tipo de interés por el monólogo. Aunque le dirigió una mirada discreta, percatándose de sus atuendos idénticos al de su hermano, a la ropa que llevaba debajo de la capa con nubes. Evidentemente era un Akatsuki. Y le era familiar, puesto que le había visto en la pelea que tuvo contra el shinobi de la roca.

- Hay algunas cosas que es necesario que sepas.- Parecía divertido por lo que diría a continuación- Es sobre Itachi, su verdadera historia- reveló en un intento de que su interlocutor le prestara la atención debida.

Pero el ahora victorioso vengador le devolvió una mirada vacía, como si realmente no le importara en lo más mínimo la presencia del Akatsuki.

- Si me presento, quizás me llevarás el apunte- colocó una mano en su máscara-. Soy un Uchiha, y soy la persona que conoce a la perfección la verdad sobre Uchiha Itachi…

Pero al deslizar la máscara, y mostrar un ojo con el sharingan, ocurrió algo extraño y a la vez aterrador. El Mangekyou sharingan de Itachi apareció en el ojo izquierdo de Sasuke. La sangre brotó del mismo. Increíblemente una llama negra surgió en el brazo derecho de Tobi. El Amaterasu cubrió una parte considerable de su cuerpo, y el shinobi se perdió entre la oscuridad de la cueva. Mientras que el líder de Hebi se tapaba el ojo que tenía el Mangekyou. Y al desaparecer todo vestigio del mismo, la confusión se plasmó en su rostro.

Para sorpresa del Uchiha menor, el Akatsuki que le hacía compañía salió ileso de aquella técnica.

- Parece que Itachi implantó su Amaterasu en ti, sin duda no quería que nos encontráramos- explicó el enigmático Tobi-. Quizás lo hizo para matarme o simplemente para mantenerme alejado de ti. Es evidente de que esto fue planeado para que cuando veas mi sharingan, el Amaterasu se active inmediatamente.

- No sé a que quieres llegar…

- Lo que quiero decir es que Itachi te trasfirió todos sus doujutsus.

- No tiene sentido ¿Por qué haría…?- alegó Sasuke.

- Todo lo hizo para protegerte- interrumpió.

La expresión del rostro del peliazul paso de desconcertada a exasperada ante la revelación. Le había tomado por sorpresa las palabras del shinobi, pero esto se borró al instante.

- ¿Protegerme? Tú ¿Estás viéndome la cara de idiota?- dijo con frialdad.

- A veces las cosas no son como parecen, como claramente tú sabes tanto de tu hermano, y sin embargo él es un perfecto desconocido para ti- al ver el rostro iracundo del peliazul, declaró- Aparentemente será difícil entablar una conversación contigo. Pero debes saber que mi relato será verídico, porque esta es la única verdad. ¿Acaso no le preguntaste a Itachi sobre la persona que le ayudo aquella trágica noche?

El Akatsuki hizo una pausa, para luego revelar:

- Esa persona la tienes delante de ti. Soy Madara Uchiha.

La cara del peliazul se puso en blanco. Delante tenía al coautor de la masacre.

- Sé todo sobre Itachi. Aunque él no sabía hasta donde llegaba mi información…

Exista una posibilidad de que esa fuente de información fuera la auténtica historia. Pero Sasuke no quería saber nada. Todo estaba claro. Itachi era un criminal que ya tuvo su merecido veredicto.

- ¡Suficiente! ¡Ya no me importa!- apretó las mantas que cubrían la mitad de su cuerpo-. ¡Aléjate! ¡Vete! ¡No vuelvas a acercarte a mí!

- Es tu deber saber, conocer las verdaderas razones de Itachi. Necesitas conocer la historia del shinobi que arriesgo absolutamente todo por proteger a la honorable aldea de la Hoja… Necesitas saber de la persona que te protegió por sobre todas las cosas. Tienes que saber de la persona a la que catalogaron como un criminal.

Pero Sasuke no quería escucharlo, trataba de hacer caso omiso de Madara. Presionó aún más sus manos contra las sábanas. Después de culminar con su ansiada venganza no necesitaba saber nada más. Nada. Ya lo tenía planeado: reencarnaría al clan Uchiha, olvidando por completo el amor que sintió por su hermano.

- Ya te lo había dicho. El Amaterasu es una clara prueba de mis palabras. ¿Por qué se molestaría en implantarlo en tus ojos? ¿Por qué?- con pasos lentos se acercó al peliazul-. Es claro que no quería que nos encontráramos. Si me dejas contarte, verás que todo encaja a la perfección.

Sin embargo el Uchiha menor no escucharía con facilidad, sé lo había dicho. No quería oírlo. No quería. Sabiendo esto Madara agregó:

- Existieron cuatro personas que podrían dar fe de mis palabras. El tercer Hokage, y sus consejeros Homura, Koharu y Danzou. Ahora que Saturobi está muerto únicamente existen tres personas que conocen la verdad. Y es imposible que ellos confiesen, por eso es que esta aterradora "verdad" ha permanecido oculta. Y aunque no lo creas, es precisamente lo que Itachi quería- reveló con un tono imparcial-. Pero existe otra persona que sabe el secreto mejor guardado de Konoha. Si, yo lo sé.

Hizo otra pausa.

- Es claro que Itachi sospechaba que supiera la verdad. Por eso se resguardo con el Amaterasu, para asegurarse de que la verdad muriera con él. Porque los otros no hablarían, es obvio que querrían continuar con la farsa- dijo para hacer entrar en razón al joven-. Hasta sus últimos minutos de vida pensó en protegerte.

Mientras Madara prácticamente le hablaba a las paredes, Sasuke mantenía la cabeza casi escondida entre la manta que cubría parte de su cuerpo. Pero lentamente levantó el rostro, su vista estaba perdida "¿Qué es lo que quiere decir…? ¿A qué viene todo esto? ¿Por qué Itachi quería…? ¿Protegerme?"

- Intenta recordar todo lo que sabes de Itachi. Has que los recuerdos afloren en tu mente.

Era demasiada información para un solo día. Continuó presionando la sábana. Sudo frío al memorar su pasado, las sonrisas de Itachi, sus interminables excusas para no ayudarle en su entrenamiento… Y además las últimas acciones, la masacre, las palabras frías, el intento de arrancarle los ojos.

El hombre con el rostro cubierto, percibió el efecto que producía en Sasuke, y se fue acercando al peliazul, para calmar un posible arranque de locura.

- Es imposible, no es cierto… Él intento matarme… Intento sacarme los ojos…

- Serénate- le tomó el mentón.

Ante la acción el vengador le abofeteo para alejarlo. Lo que menos quería en ese momento era la cercanía de ese hombre que hacía de su cabeza una laguna de dudas. Pero mientras más removía en el pasado, más se perdía. Lo poco que relató Madara, surtió efecto en el líder de Hebi, puesto que se desplomó.

Cuando despertó, Sasuke no se encontraba de ánimos para hablar. Pero casi no tenía alternativa, puesto que después de perder el conocimiento, Madara le amarró para que oyera la calumnia más grande de Konoha.

- Itachi era la persona a quien anhelaba matar. El convirtió mi vida en un infierno. Liquidó al clan…- dijo, en un intento de continuar con su necedad.

- Todo eso fue una misión que le encomendaron hacer los líderes de Konoha. Es desde este punto donde empieza su historia, su verdad.

- ¿Una misión?

- Esa noche en que abandonó la villa, esa misma noche, cumplió su última misión como un shinobi de Konoha. Como el shinobi más leal de Konoha.

Por un momento Madara creyó que ya tenía a un Sasuke dispuesto a escucharle, dado que su rostro parecía no reflejar emociones como siempre lo hacía, pero entonces el peliazul dijo:

- ¿Qué demonios estás diciendo?

- Para que cada cosa que te revele tenga sentido, es necesario comenzar por el principio, con la fundación de Konoha. Irónicamente tu hermano fue el último sacrificio de una larga lista de muertes.

- ¿Sacrificio?- repitió-. No pienso creerte, todo es una absoluta mentira- dijo a la defensiva.

- Lamentablemente no tengo pruebas a mi disposición para respaldar mi confesión, y así ganar tu confianza. Está a tu criterio creerme o ignorarme. Pero debes escucharme… Lo sabes.

Madara estaba convencido que después de haber utilizado al máximo la retórica tendría la confianza del hermano de Itachi. Ya había sembrado las dudas en la cabeza del inocente peliazul, pero con la revelación que haría a continuación toda huella de ingenuidad desaparecería para transformarlo en un ser carente de alma. De esta forma, tendría un aliado para concretar sus planes.

- Está bien, tienes mi completa atención.

El hombre con el rostro cubierto se regocijo con el consentimiento de Sasuke. Ya no habría vueltas atrás. Ya no. Sólo tenía que contar. Debía relatar todo. Y después el hermano de Itachi ya no sería nunca más un ninja de Konoha. Nunca más.

- Nuestra historia comienza con la fundación de Konoha, la verdadera historia del nacimiento de esa aldea…

Y Madara desmanteló el secreto mejor guardado de la Aldea de la Hoja. No se calló nada. Contó sobre la vida antes de Konoha. Describió sobre la rivalidad que enfrentó a los dos clanes más fuertes: Uchiha y Senju. Relató la historia del clan Uchiha, de cómo fue su vida en ella, junto a su hermano. De cómo nació con el más grande talento que se haya visto en su clan. La forma en la que se hizo del Mangekyou sharingan, su increíble talento le valió para convertirse en el Líder del clan. De cómo su hermano le cedió sus ojos, no se los sacó a la fuerza como Sasuke creía. Y es que en verdad no podía hacerlo, sólo alguien que no era humano cometería tal acción aberrante contra un hermano. Y su posterior enfrentamiento con Hashirama, el Líder de los senjus, quien luego se trasformaría en el primer Hokage. Relató las razones que dieron lugar a la fundación de Konoha, a la cual Madara se opuso. En fin los motivos por los que abandonó a esa aldea. Y la eterna desconfianza que tenían los líderes de Konoha hacia los Uchiha. Las medidas que fueron tomadas para reducir su peligro. De cómo el tercer Hokage se mostró desacuerdo con estas medidas, aunque como la "voz que clama en el desierto", no se hizo oír.

Para entonces el clan Uchiha se habría artado de la situación, y planearon un golpe de estado comandada por Fugaku Uchiha, el padre de los hermanos. Pero Konoha tomó las medidas necesarias para detener todo intento de sedición: Uchiha Itachi era su espía. Aunque, en principio lo había sido del clan Uchiha. Así el hermano de Sasuke terminó dando información del clan para la aldea. El anbu, habiendo presenciado a temprana edad un clima belicoso, se opuso al movimiento subversivo de los Uchihas, no quería volver a presenciar una guerra en la que correría sangre. No quería que la historia se repitiera. Por este motivo trabajo a favor de la aldea, para lograr la tan ansiada y esquiva paz. Por lo que aceptó ejecutar una misión secreta: exterminar por completo al clan Uchiha. La decisión no fue fácil, pero debía hacerlo para evitar una nueva Guerra Ninja. La traición no fue por odio, sino para evitar una futura guerra. Y hay es dónde se produce el encuentro entre Madara e Itachi, este último le hizo una oferta al primero para que le ayudará a aniquilar al clan que le había traicionado.

- Y así fue como sucedió, luego Itachi abandonaría para siempre la aldea. Sería catalogado como un criminal. Cumplió al pie de la letra su misión. Sin embargo, no pudo acabar con su talón de Aquiles.

El corazón de Sasuke se detuvo, había escuchado pacientemente la historia de Madara, haciendo alguna que otra pregunta, las cuales fueron salvadas por el informante.

- Incluso le rogó al tercer Hokage que te protegiera. Amenazó a Danzou para que no hiciera nada contra ti. Diciendo lo siguiente "Si le pones un dedo encima a Sasuke… Filtraré toda la información que conozco de la aldea a los países enemigos". Como comprenderás no pudo decirte la verdad.

Los recuerdos volvieron a florar en su aturdida cabeza. El hermano perfecto al que admiraba. Las duras palabras que le profesó antes de abandonarlo a su suerte. La cara de un asesino. La imagen de un criminal se le cayó de la cabeza…

- Itachi quería que creyeras en una utopía. Él te ha esperado. Ha esperado pacientemente el día en que caería en tus brazos.

Aquello eran mentiras. No, debían ser mentiras. Toda su vida no podía ser sólo una obra teatral. Itachi no podía haber planeado su vida, de manera en que se embistiera como un vengador. La historia no podía estar escrita de antemano, de la cual su hermano fue el trágico escritor y director.

- Él no peleo en serio contigo- continuó el más longevo Uchiha-. Piénsalo, él te hizo llegar al límite con un único objetivo… sólo razona un poco.

Las manos dudosas de Sasuke deambularon hacia su cuello. Ya no estaba allí la maldición que lo acompaño en su entrenamiento con Orochimaru. Si, Itachi le hizo llegar al límite, bajó su reserva de chakra para así desaparecer todo rastro del sannin en su anatomía… Pero aún así no podía creer el relato del hombre de la máscara. No podía concebirlo. Porque hacerlo significaría admitir que su vida fue una total hipocresía. En donde su motivo de existencia se desdibujaba.

- Si todo fue para liberarte del sello. El acabo con Orochimaru. Y que de esta forma sacarás tu propio Mangekyou-. Se cruzó de brazos-. Esto se lograría en cuanto dieras muerte a la persona más cercana a ti. Estuvo actuando.

Pero no quería creerlo, eso sería como morir una vez más. Así que se aferró a una última esperanza:

- Es falso. Fuiste tú quien utilizó al Kyuubi para destruir Konoha hace 16 años…

Si no tuviera la máscara puesta, Sasuke sería capaz de ver la cara serena de Madara al revelar sin pesar lo siguiente:

- Siento decírtelo- su voz sin sentimientos-. Pero es otra muestra de la actuación de tu querido hermano, en un vano intento de protegerte de mí. Por eso el Amaterasu me acató hace unos instantes… es más claro que el agua, Sasuke.

- No, esto es parte de tu ficción- intentó escudarse en sus palabras, a pesar de que ya casi no le quedan fundamentos, por no decir que no los tenía-. Itachi es un asesino…

- Él nunca se olvido de ti, Sasuke. Nunca perdió su amor por ti. Es más cuando el tercero murió volvió a Konoha para revindicar su amenaza a Donzou…

- No, esto…

- Sigues vivo, ¿No?

El mundo de Sasuke se congeló. Estaba derrotado. No era que pensaba que Madara estuviera loco. No, al contrario quería creer que él sólo le engañaba. ¿Por qué y con qué intenciones? No lo sabía… pero no podía…

- Sasuke… ¿No me crees o es que no quieres creerme?

Y Madara había dado en el clavo. Sasuke se negaba a intentar siquiera en aplicar la lógica para determinar la versatilidad de su contraparte, porque eso sería como morir. Trataba se cerrarse a sus declaraciones. Quería creer por todos los medios que ese hombre sólo jugaba con su mente.

"Sasuke ¿no me crees o es que no quieres creerme?"… se frase se repetía una y otra vez en su cabeza. "Yo sé que Itachi es un asesino. Lo es. Es un criminal… porque yo necesito… requiero… ¿No quiero creerte?"

- Él te hizo ver una ilusión, para que de esta manera te embistieras con el traje del héroe al darle una justa muerte. No tuvo reparos en asesinarlos a todos, pero no pudo contigo… ¿lo ves? No podía hacerlo, y no pudo hacerlo. No pudo acabar con ese sentimiento. Para él tu vida era más importante que la aldea.

Cada palabra que salía de sus labios era como un veneno mortal. Madara se acercó al estático peliazul, casi acechándole, continuó sacando simples palabras, tan sencillas, pero cargadas de una aterradora verdad. Una forma diferente de matar a una persona. Sus dichos eran como lentos y desgarradores ataques con Kunai. Una manera terrible de destrozar un alma. Una acción más terrible que el Tsukuyomi. La vida de Sasuke se desmoronaba lentamente, como la caída de un gran imperio.

- Él tenía una enfermedad terminal. Pero sobrevivió con medicamentos, de una manera tan humillante. Sólo por ti. Para que salieras airoso, dándole muerte al "hombre sanguinario". Para que acabes con el malvado dragón de los cuentos de hadas, y de esta manera volvieras airoso a esa aldea de traidores.

Más revelaciones, que sólo despedazaban la existencia del hasta ahora inocente hermanito de Itachi. Una inocencia corrompida.

- Si, él se dejó morir, para que fueras visto como un héroe.

El sinfín de imágenes de la batalla de hace unos momentos, volaron como una memoria que sería esculpida con sangre. Podía sentir el último contacto que tuvo con su amado hermano, sentía los dedos en su frente, de esa persona que le amó hasta los últimos días…

- Todo por su querido hermanito. Para morir a tus pies.

En ningún momento Sasuke mostró signos vitales, más el otro prosiguió arruinando su vida, ya de por sí funesta.

Ya no podía negar nada. No le quedaban argumentos para contrarrestar los dichos agudos del otro Uchiha.

- Sé que él simbolizó algo más que un hermano para ti…- dijo con una nota de ironía-. Entiendo el porqué no pudo matarte. El amor que existía entre ambos se asemeja a lo que sentía hacia mi hermano…

Pero Sasuke no prestó atención a la última declaración. En su mente se debatía sus anteriores decisiones. Su erróneo accionar. El compromiso tácito de amor hecho con sangre hace tanto tiempo…

"Yo Sasuke Uchiha prometo que siempre te amaré. Sin importar lo que suceda"

"¿En serio?" había preguntado Itachi, escéptico por esa declaración. Pero sonrió regocijado por ello. "Creo que sería más conveniente atender ese pequeño dedo, otouto" señaló.

"¡No! Esta sangre será nuestro vínculo" Con su mano pequeña había detenido la de su hermano, quien le miró pasmado.

"Tonto hermanito ya tenemos un vinculo sanguíneo" le recordó.

Una promesa que no logró cumplir… él fue el que no pudo comprender a esa persona que se desentendió con su propia vida, a cambio de su felicidad. Una acción desinteresada, todo por su bienestar… Sin reparar en el odio y desprecio que se ganaría… Todo por él… en una entrega absoluta.

"Sería capaz de vender mi alma por ti, otouto. Porque tú me ves como verdaderamente soy" Había confesado Itachi.

Habiendo desmantelado el "universo utópico" que Itachi creó para su Sasuke, Madara decidió dejarlo solo.

Por su parte el menor se levantó de su lecho, con pasos inseguros caminó sin saber adonde ir ni mucho menos qué hacer, tambaleó. Sus piernas no podían sostenerlo. Y para no caerse se apoyó en las frías paredes de esa cueva.

"¿Me amarás eternamente?" preguntó Itachi, mirándolo a los ojos.

"Si, por siempre. Eres muy importante para mí. Te amaré eternamente, aniki" Afirmó el Uchiha menor cuando sólo tenía cinco años.

Le faltaba el oxígeno. Sentía la boca seca. Nada volvería a ser como antes. Su vida se derrumbó.

Aquello por lo que había peleado durante tanto tiempo…

Aquello por lo que se había entrenado sin reparar en las consecuencias…

Aquello era un espejismo…

Renunció a su vida…

Todo por una ambición que en realidad era ilógica, quería morir…

Pero irónicamente ese día había muerto interiormente.

Su mundo se demolió en menos de un día, en pocas horas. Su paraíso ya no existía. Sus actos no podían ser catalogados de épico. Porque su vida había sido una absoluta y vil mentira.

"Ciego. Incapaz de distinguir con nitidez mi entorno… Como perdido en una espesa negrura, creí distinguir a un asesino… más confundí aquella alma noble con un criminal"

CONTINUARÁ…

Bueno este es un nuevo fic mío. El mismo cuenta con un final ya escrito. Además "Curarte el alma" no pasará de los cinco capítulos. Es más creo que serán sólo tres capítulos, porque me deprimo y sufro al escribir una historia en qué mi querido Itachi sólo forma parte de los recuerdos de Sasu-chan.

Por otro lado quiero decirles qué parte de la conversación que se produce entre Madara y Sasuke fue sacado del manga, y algunas cosas las modifique. No iba a copiar todo tal cual, porque sería monótono, además de que se supone que el fic sale de mi inventiva.

Para los que no leyeron el manga les digo dos cosas:

1- Si, Itachi muere.

2- Lo de la relación de Sasuke e Itachi, es una invención mía. Claro que no tuvieron nada amoroso. Eso que dijo Sasuke "Te amaré eternamente" y demás, es parte de mi perfecta utopía.

Es posible que este fic sufra algunas modificaciones, no lo sé. Sólo lo publique porque me cansé de retrasar su publicación, ya que como bien dije al principio debía cumplir mi promesa.

Y como se habrán dado cuenta en este capitulo no se menciona a Pein, el Honorable Líder hará su aparición en el próximo capítulo.

Por último "gracias" Lucario INU, nunca me olvidaré el sinsabor que me dejó ese juego.

También agradezco a dos personitas que me apoyaron para subir este fic. Espero que lean, y me digan que les pareció, para hacerle algunas correcciones, y también sugerencias para los capítulos venideros.

Hasta luego.