DISCLAIMER: No, nada me pertenece. Todo es propiedad de JK Rowling.
Este fic participa en el Reto Especial de Aniversario: "Almas gemelas" del foro Hogwarts a través de los años.
Palabras: ¿Pueden creer que esto tenga exactamente 500 palabras? Sin contar el titulo, claro.
1. Draco & Astoria
Draco Malfoy no podía creerlo.
Astoria había aceptado casarse con él, despúes de todo. Él había creído que la familia Greengrass se alejarían de ellos, dando por muerto el trato que habían hecho hace un par de años para que Draco y Astoria se casaran.
Sin embargo, allí estaba ella—tan hermosa como siempre, o quizás más—cenando con él en la Mansión Malfoy, dispuesta a responder sus preguntas.
—¿Por qué viniste?
—¿Te molesta, Malfoy?
—No, pero creí que me odiarías —le confesó, fingiendo indiferencia.
—¿Odiarte? ¿Luego de lo que pasó entre nosotros? —preguntó Astoria, algo extrañada. Esperaba que él tuviera tantas ganas como ella de estar juntos de nuevo, pero nunca era fácil leer los ojos grises del rubio.
—Eramos unos niños, Greengrass, especialmente tú. Creía que al menos tus padres tendrían el sentido común de alejarte de mi.
—¿Entonces donde está ese niño, el que me confesó que me quería luego de besarme por última vez? ¿El adulto en el que se convirtió sigue queriendome? —dijo Astoria impetuosamente. Verde y gris chocaron; ambas miradas igual de intensas.
Draco tragó pesado y se levantó tan rápido que su silla cayó hacia atrás, pero no le importo. Se levantó la manga del brazo derecho dejando a la vista la Marca Tenebrosa, antes de un color negro oscuro y que ahora lucía despintada.
Astoria no se inmuto.
—¿Querrás realmente estar conmigo, Astoria, pese a todo lo que hice? —le preguntó.
—No me importa esa estúpida marca, Draco, y lo sabes —dijo ella furiosa.
—Casarte conmigo te convertirá en otra repudiada Malfoy —advirtió.
Astoria se levantó y camino hasta estar parada frente a él, e intento tomar su rostro entre sus manos pero el rubio retrocedió.
—¿Sabes que tu madre me adora, verdad? Y probablemente tu padre esté feliz de que puedas sentar cabeza con alguien, especialmente un sangre pura. Te presionaran, pero esto podría ser mejor si simplemente lo admites.
—¿Qué debería admitir, Greengrass? —preguntó, en tono socarrón.
Astoria le sonrió y se acercó a él, juntando sus labios. El movimiento brusco e intenso de sus bocas cálidas hizo que Draco pensará inevitablemente en los besos suaves y cautelosos que se habían dado hace unos años, y en cómo este era mucho mejor. Era algo desesperado y ansioso. Él ni siquiera recordaba cuanto la extrañaba hasta aquel momento.
Se sentía un idiota, pero sólo ella podía sacudir de esa manera sus adentros.
Ella se separó abruptamente y le dió una sonrisa altanera. Él se echó atrás y sacudió su cabeza para despejar la confusión, luego se acerco hacia la castaña. Sus rostros estaban a centimetros de distancia; si se movía tan sólo un poco más, podría volver a besarla.
—Lo admito, Greengrass.
—Disculpa, Malfoy, ¿de qué hablas? ¿Qué es lo que admites?
—Te quiero —respondió.
—Lo sabía —dijo Astoria, con una sonrisa para luego juntar posar nuevamente sus labios sobre los de él.
—Bien, te veré en el altar, Greengrass.
—¿Altar? Pero si nadie me ha propuesto matrimonio, Malfoy.
—Eso se puede arreglar.
N/A: Sé que podría haberlo hecho mejor, pero no soy buena con los drabbles y necesitaría más de quinientas palabras, aunque este es mi primer Drastoria, así que... en fin, capaz salía igual de malo. Gracias por leer :)
