El zorro y el Hokage X Luna Riddle

Summary: AU Yondaime Hokage no muere al sellar al Kyuubi. ¿Cómo será la vida en Konoha con la presencia de este personaje?

Nota: este es un universo alterno no tiene relación con la línea de tiempo del anime/manga. No sé si Naruto realmente será hijo de Yondi, pero en este fic voy a hacer de cuenta que si..

Nota 2: Yondaime Arashi. La verdad me gustó este nombre mucho mas que Kaseiyo así que en mi fic Yondi se llama así // EDIT: Modifiqué el nombre del 4to por su original.

Nota 3: Naruto y todos los personajes de este animé pertenecen pura y exclusivamente a Masashi Kishimoto. Esta es una historia sin fines de lucro.

Nota 4: Odio, detesto y aborrezco a los personajes inventados por fans, si los pongo y dispongo de ellos como quiera es porque no tengo otra salida.


"La decisión del concejo ¡Konoha a la vanguardia!"

El invierno había caído duramente sobre Konhagakure. Su clima, templado y húmedo durante la mayor parte del año, era añorado con suma nostalgia desde hacía ya varios meses. Los días se habían vuelto cortos y sobre todo ventosos, algo raro en aquel lugar permanentemente rodeado de montañas y árboles que aislaban a la villa de los duros cambios climáticos del exterior. A pesar de ese hecho atípico, todos los habitantes de aquella aldea sabían por experiencia que estos días particularmente fríos eran tan solo el preludio de el fin de la estación invernal. Estaban entrando en marzo, la primavera estaba a la vuelta de la esquina y pronto haría notar su llegada.

Sin embargo, cualquiera que hubiera estado allí esa noche, hubiera apostado a que en aquel lugar los días calurosos estaban lejos de llegar. Aquella era una noche fría y vacía. El cielo estaba despejado, pero las estrellas no llegaban a disimular la ausencia de la hermosa luna en fase nueva. Konoha todavía rebozaba de vida y actividades durante el día, pero debido a la guerra no muy lejana, por las noches todos los habitantes tomaban las precauciones de no dejar a su ciudad demasiado al descubierto. Por orden, era necesario prender durante la noche el menor número de luces posible, se aconsejaba no salir después del atardecer y, en lo posible, evitar abrir negocios durante las horas de penumbra. La vida nocturna de Konoha hubiera sido demasiado visible en contraste con aquel oscuro bosque que le rodeaba y alertar a los enemigos sobre ubicación era lo último que aquella aldea quería lograr.

Era por eso que en toda la ciudad a penas se vislumbraban un par de ventanas iluminadas. Una de ellas, la más luminosa, provenía nada más y nada menos que del edificio central de la ciudad: la torre Hokage; mas precisamente de su oficina principal, la cual, en comparación con el resto de la aldea, parecía tener un clima totalmente opuesto al mostrado.

- ¿Por qué a mí¿¡Por qué a.. a mi hijo!? - Vociferó una mujer al borde del llanto. Era una joven sumamente hermosa, su cara de niña no aparentaba mucho más de veinte años. Su cabello largo y rojizo lucía alborotado, mientras que sus ojos color almendra brillaban con ira intensa ante las miradas atónitas de los allí presentes - ¡Contesten! - Demandó, pero ninguno de los hombres que le rodeaban emitió palabra alguna. La muchacha bufó insatisfecha, se sentía como una fiera acorralada y no dudaba en demostrarlo abiertamente.

- Kushina... por favor - Susurró un hombre detrás de ella mientras le sujetaba el brazo con suavidad - Por favor, escucha lo que el concejo tiene para decir -

Era un hombre entrado en años, alto y fornido. Al lado de la estatura media de Kushina, el hombre de cabellos blancos parecía inmenso e invencible. Sin embargo, poco le importó ese detalle a la muchacha. A penas el hombre rozó su brazo, esta le dio a entender de manera brusca que no quería ningún tipo de contacto.

- ¡No estoy jugando! - Dijo histérica y empujando al mediador, mas conocido como Jiraya - ¡No intentes convencerme, no lo haré!.. ¡No se los permitiré! - Las lágrimas brotaron de sus ojos, pero su llanto quedó ahogado justo a tiempo; no les iba a dar la satisfacción de verla llorar. La mujer se volteó hacia su amante - Minato... - Murmuró a voz quebrada.

El joven rubio detrás del escritorio no despegó la vista de su mesa de trabajo, parecía tener una lucha interna consigo mismo; seguramente a penas era capaz de pronunciar alguna palabra, sin quebrarse en el intento.

- Escucha, Kushina - Murmuró uno de los tres ancianos del llamado consejo - Será un bien para la aldea.. debes pens..-

- ¡CIERRE LA BOCA! - Interrumpió la joven - ¡ME IMPORTA UN CUERNO ESTA ALDEA DE MIERDA! - El consejo la miró con desaprobación. Akane intentó contener sus emociones pero las lágrimas no paraban de brotar de sus ojos - Si por mi fuera... - Murmuró - Si por mi fuera... -

- No nos interesa escuchar lo que las muchachas histéricas tienen para decir - Aseveró la única mujer del grupo de ancianos. Parecía sumamente fastidiada por la llanto de la muchacha.

- Koharu-san, cuida el tacto por favor - Dijo un tercer hombre conocido como Donzou, líder de la división "Raíz" de AMBU. La aludida lanzó un pequeño bufido de desaprobación - Kishina... - El hombre se dirigía a la joven pelirroja ahora - Kushina, debes entender que eres la única que puede asegurar el futuro de Konoha - La mujer lo fulminó con la mirada, pero el anciano continuó con su discurso como si nada hubiera pasado - Además, como protegida de Konoha y esposa del Hokage, también tienes responsabilidades con la aldea ¿Acaso quieres que Minato pierda su puesto? -

Kushina miró con desagrado al viejo hombre, no daba crédito a sus oídos. Era más que obvio que no sacrificaría nada por esa aldea, menos a su hijo. Pero con Minato, con él era otra historia. Minato, el hombre a quien amaba, era capaz de dar todo y cuanto le pidieran por ese asqueroso lote de tierra. Konoha lo era todo para él y ella lo sabía.

- El deber de un Hokage... - Las palabras de el capitán de la Raíz resonaron en la habitación - es proteger a la aldea a toda costa; no importa qué, la aldea siempre esta por sobre toda las cosas... incluso por sobre los intereses personales - Énfasis en la última frase. El silencio se apoderó del ambiente.

- Sin embargo... - El hombre de cabellos blancos que había intentado detener a la pelirroja, volvió a hablar - Todavía no sabemos el método a utilizar. Este tipo de cosas deben tomarse con mucho cuidado y no creo... -

- No creo que sea justo que Kushina sea la que debe pagar con su vida - El líder rubio habló por primera vez en la noche. Se había puesto de pie y abandonado su escritorio para situarse junto a su mujer. Mantenía una mirada serena, pero a la vez intensa y desafiante - Además - continuó - dudo que un bebé, por más especial que sea, resista esta técnica... -

- Pero Minato... - Mustió un cuarto anciano, su nombre era Homura - Esa técnica ya ha sido probada ¡funcionó en todos los casos! -

- Hablamos de Kyuubi... - Argumentó el joven Hokage - Esa técnica fue usada en bijuus con menos poder... ¡Kyuubi no puede ser encerrado con la misma facilidad! - Decisión en sus palabras.

- ¡Pues debemos al menos intentarlo! - Esta vez fue la anciana Koharu quien habló - Tal vez las aldeas ninjas hayamos llegado a un pre-acuerdo de paz, pero es sólo en las apariencias -Aseveró - La realidad es que todas las aldeas se están armando secretamente ¡Konoha no se puede quedar atrás! - El anciano a su lado asintió.

- Hemos recibido la información de que la Sunagakure consiguió sellar a la "encarnación de la arena" recientemente, también tenemos la certeza de que la Kumogakure tiene a el "espíritu viviente" entre sus tropas - Dijo - No podemos perderles el paso, si nos dejamos estar... ¡las demás aldeas se harán con nosotros como si nada! - Kushina bufó, pero Homura hizo caso omiso de ella - ¿Acaso quieres que Konoha perezca sin siquiera luchar?

Minato desvió la mirada y se paseó como fiera en cautiverio por la habitación. Todos en la oficina estaban a la expectativa de su decisión, pues él era el Hokage, el ninja número uno de Konoha y sobre sus hombros recaía el futuro de ella y de sus habitantes. El a penas convertido en hombre apoyó todo su peso sobre el marco de la ventana intentando inútilmente dar con una solución al problema. Si se negaba, la aldea corría el peligro de quedar inofensiva frente ataques enemigos. Negarles la protección que les hacía falta, era fallarles como Hokage; sin embargo, entregársela, significaría fallar como esposo y como padre ¿Qué clase de hombre sacrificaría la vida de su mujer y la felicidad de su hijo sólo para satisfacer demandas de poder?

El Yondaime paseó su mano desde la frente hasta el final de su nuca. "El deber del Hokage es proteger la aldea a toda costa. No importa qué, la aldea está por sobre todo, incluso por sobre los intereses personales". La frase resonó en su cabeza como un eco ininterrumpido y taladrante. Minato suspiró y levantó su vista, podía ver a su mujer por el reflejo de la ventana, ella no apartaba la vista de él. El gesto en su cara denotaba su plena confianza; ella estaba segura de que su esposo moriría antes de defraudarla...


- Mina-chan - Rió la pelirroja sujetándose al brazo de su amante - Mina-chan, tengo algo que decirte - Volvió a sonreír.

- ¿Hum...? - El rubio miró con curiosidad disimulada a su pareja.

- Es una sorpresa.. ¡Adivina! - Jugueteó la mujer.

- No lo sé, me rindo- Sonrió su amante.

- ¡Cielos que eres aburrido! - Fingió falso enojo - Te daré una pista - Kushina posó el dedo índice sobre su boca tratando de hallar algo que le sirviera como indicio. Finalmente jaló del brazo de Minato y señaló con la cabeza a un joven matrimonio que paseaba cerca de ellos - Observa a esa pareja - Rió.

Minato reconoció al esposo como Uchiha Fugaku, el jefe del escuadrón de policías de Konoha. Fugaku era un par de años mayor que él, sin embargo siempre habían tenido un buen trato mutuo. A su lado paseaban su bella mujer Mikoto y su pequeño hijo Itachi.

- ¿Qué con ellos? - Preguntó despistado.

- ¡Ash! - Bufó su mujer exasperada - ¡Mira bien¿Qué es lo que llevan? -

- Hum... - El muchacho entrecerró sus ojos para enfocar mejor. Fugaku llevaba a su hijo sobre sus hombros haciéndolo saltar y llorar de la risa. Mikoto observaba sonriente la escena, cuidando en cada momento de que el pequeño infante no sufriera daños por parte del juego brusco de su propio padre. Minato observó por un largo rato a la feliz familia. De repente, una sensación extraña cayó como bomba en su estómago. Con los ojos como platos miró primero a su mujer, luego a la pareja con el niño y finalmente a su mujer de vuelta. ¿Acaso era que...?

Kushina confirmó con una enorme sonrisa lo que el nuevo Hokage sospechaba.

- ¡Estoy embarazada! - exclamó - ¡Vas a ser papá! -


- ¿Minato? - Llamó Jiraya. La voz de su maestro hizo caer al rubio de nuevo a la realidad - Dime.. ¿Has llegado a alguna decisión? -

El joven volteó decidido y dirigió su mirada a su hermosa mujer; la cara de esta última se encontraba cubierta de lágrimas y su respiración era entrecortada, como la de un llanto escondido. Ambas manos estaban posadas sobre su creciente vientre, intentando, inconcientemente, proteger bajo cualquier costo a su tesoro más valioso.

- Me niego a usar esa técnica de sellado sobre mi hijo - Proclamó el cuarto Hokage. Kushina sonrió liberada - Y no habrá, bajo ninguna circunstancia, sacrificio humano por parte de mi mujer - El concejo estalló comentarios de desaprobación e indignación.

- ¡¿Acaso eres conciente de lo que dices!? - Bramó Donzou - ¡Esa "arma" significaba la supervivencia, la prevalecía de Konoha! - ¿Cómo podía ser este Hokage tan iluso? Pensó -¡No permitiré que tu egoísmo hunda a esta aldea! - Amenazó con ira - Me aseguraré de que te remuevan de tu puesto, tú... ¡asqueroso traidor! - Jiraya reaccionó ante estas palabras y lanzó una mirada fulminante a el estratega de Konoha.

- ¡No permitiré que te dirijas de esa manera al Hokage! - Gruñó el ermitaño. De fondo se oían los comentarios apagados de los miembros del consejo: "Sabía que era demasiado joven para el puesto"; "Debimos pensarlo mejor antes de nombrarlo Hokage"... "Sabía que alguien como él no era capaz de cargar con tanta responsabilidad".

- ¡Silencio! - Clamó el Hokage y la habitación quedó completamente muda - Ya he tomado mi decisión. No se llevará a cabo la técnica de sellado aconsejada por la Sunagakure, pues no permitiré el sacrificio de vidas inocentes - Miró especialmente a su esposa - Y no dejaré a la suerte la supervivencia de mi hijo - Donzou intentó argumentar en contra, pero se vio obligado a ahogar sus palabras en la garganta cuando el Hokage volvió a hablar - Sé que Konoha precisa de un contenedor para Kyuubi, seré yo mismo quien lo selle y será con la técnica que yo crea más segura para mis seres queridos - Afirmó.

- ¿Y cuál será técnica? - Interrogó escéptico Donzou. Minato le lanzó una mirada tan autoritaria y decidida que el líder de la división AMBU "Raíz" a penas pudo disimular la intimidación que le causaba.

- Prometo que daré con ella lo antes posible - Aseguró - No me importa si tengo que sacrificar mi propia vida, pero conseguiré lo que Konoha necesita - La habitación volvió a hundirse en un incómodo y tenso silencio.

- Tienes seis meses - Sentenció Donzou.

Fue lo último que se oyó esa noche en la torre. Momentos después, todos los involucrados en la discusión partieron a sus casas.


Continuara..