Esta es una adaptacion usando a los personajes de JK Rowling, y a la Novela de Bianchin Helen.
Sumary: Hermione se quedó atónita cuando Draco Malfoy le contó su descabellado plan. Necesitaba una acompañante, y la hermosa y sofisticada Hermione era, exactamente, lo que él necesitaba. Además, ella también lo necesitaba para espantar a un desagradable pretendiente.
Pero el papel no resultó tan fácil de representar, pues Draco era tremendamente atractivo y Hermione jamás había sentido antes una atracción como aquélla.
No obstante, las circunstancias se encargaron de que no le quedara otra opción. Pero, ¿qué sucedería si la ficción se convertía en realidad?
La amante fingida
Capitulo 1: Cena. 1/2.
Hermione dio un sorbo del extraordinario vino que habia en su copa, de finisimo cristal y miro de un lado a otro en la habitacion.
Los hombres estaban replandecientes con sus esmoquines negros, sus camisas blancas, y las pajaritas negras. Las mujeres vestian elegantes trajes de diseño exclusivo.
La fiesta no era mas que una sencilla cena celebrada en la hermosa casa de Pansy y Adrian Pucey-Parkison, los Pucey se habian ganado la reputacion de ser los anfitriones que agasajaban a sus comensales con los mejores vinos y la comida mas exquisita.
-¿quieres otra copa, querida?
Hermione sintio la poderosa mano de Blaise sobre su cintura, los padres de Hermione, los miraron complacidos.
Hermione era consciente de la manipulacion de la que era objeto. Sin duda no era una concidencia que Blaise hubiera asistido a la mayor parte de las fiestas que ella habia ido en las ultimas semanas.
Pero su agenda no tenia escritala palabra, matrimonio, y tampoco estaba dispuesta a entrar en una absurda, relacion carente de sentido, pues para ella Blaise, no significaba nada…
Gracias al apoyo de su maravillosa abuela, Hermione gozaba de buena posicion social, a sus veinticinco años, tenia su propio departamento, llevaba una galeria de arte en colaboracion con un amigo, y no tenia intencion alguna de cambiar su modo de vida.
-Gracias- respondio Hermione- prefiero esperar a que llegue la cena.
¿Cuándo llegaria ese momento?
Los invitaos se preguntaban un poco ansiosos, cual era el motivo de aquel retraso.
¿Quién se atrevia a llegar tare a una cena en casa de los Pucey?
-Mi madre se esta poniendo un poco, nerviosa –dijo Blaise- pero Draco, ya dijo que podria tener problemas para llegar a la hora.
-¿Draco? –pregunto Hermione curiosa, Blaise la miro con una media sonrisa.
-Malfoy. Es griego, nuevo rico que ha ga nado su dinero respetablemente. Tiene una empresa dedicada a la electrónica. Tiene oficinas en Atenas, Roma, París, Londres, Vancouver y Sidney.
-¿ y si la oficina está en Sidney, qué hace aquí, en la Costa Dorada?
-Tiene un ático en Main Beach -le dijo Blaise-. Es un experimentado estratega. Parece ser que está a punto de cellar un gran negocio, que ha preferido negociar aquí, en la Costa Dorada.
-Impresionante -dijo ella.
-Sí, bastante -afirmó Blaise-. Mi padre lleva parte de sus cuentas.
-¿Son amigos?
-Lo suficientemente amigos cuando se trata de negocios.
Suficiente era lo mismo que nada en aquellas circunstancias.
Draco Malfoy se sentaría a la mesa de los Pacey para tratar algún tema financiero. Era todo parte de un plan.
La política, los negocios y las relaciones socia les -formaban parte de un intrincado entramado que hería su sensible concepción altruista del mundo.
-Estaremos un par de horas aquí y después nos escaparemos a algún lugar de copas -dijo Blaise.
Hermione se sintió ofendida por aquel posesivo modo de hacer planes sobre su vida. Estaba a punto decírselo, cuando algo llamó su atención Instintivamente levantó la vista y se quedó sin respiración
-Ése es Draco -le dijo Blaise.
No prestó atención a lo que su acompañante le decía, pues todos sus sentidos se volvieron hacia el hombre que acababa de entrar en la sala.
Era alto, fuerte y bien formado, con una mandíbula cuadrada y recortada a la perfección, pómulos ligera mente prominentes y una boca creada para el deleite.
Hermione lo observó con detenimiento. Vestía como un caballero y se comportaba como un corte sano de la más alta alcurnia, pero seguramente tenía el corazón de un depredador, de un guerrero siem pre dispuesto a la batalla.
Su mirada heladora se volvió hacia ella.
La miró de arriba abajo, captando con deteni miento cada mínimo detalle: figura esbelta; envuelta en un sofisticado vestido negro de diseño; cabe llos de color miel, cayendo en una cascada de en sueño yesos grandes ojos marrones.
Ningún poder supremo de la tierra o el cielo pudo ayudada a contener el escalofrío que su mira da le provocó. Se sintió físicamente desnuda al tac to de sus ojos posesivos.
Pero ella no apartó los suyos, continuó implaca ble con la mirada igualmente insistente en un reto innegable y doloroso. No estaba dispuesta a dejarse amedrentar.
Draco era la antítesis del griego rechoncho y cal vo que ella se había imaginado. Alto, fuer te y guapo, vestía con elegancia suprema. Tenía unos treinta y tantos años.
No apartó su mirada de él ni un sólo segundo.
Tenía una de esas sonrisas devastadoras que hacen estragos a su paso y se movía con una agilidad prodigiosa.
Por fin, llegó a su lado.
-Hermione Granger- Pansy se la presentó en primer lugar- Es la novia de Blaise.
Draco Malfoy tomó la mano de Hermione y se la llevó a los labios.
hermione se sobresaltó al notar que le daba la vuelta y le besaba voluptuosamente la palma.
El calor comenzó a recorre de las venas y alteró todo su sistema nervioso.
-Hermione -dijo él, con un marcado acento -Nos encontramos de nuevo.
Sensaciones distintas se mezclaron con la confu sión. Su tacto era poderoso y letal, su comentario, incomprensible. «Nos encontramos de nuevo». ¿De qué hablaba? No lo había visto jamás en su vida. Si lo hubiera visto, se acordaría.¡Era imposible olvidar a un hombre como aquel!
Pansy la miró sorprendida.
-¿ Ya os conocíais?
-Nos conocimos cuando Hermione estaba estu diando en la Sorbona de París.
-¿De verdad? -preguntó Pansy
Hermione lo miró sorprendida. ¿Cómo sabía eso? Draco le lanzó una sensual sonrisa y continuó. -¿Cómo iba a olvidarla?
Hermione se dispuso a negar que se conocieran.
-Me sorprende su memoria -iba a continuar, cuando, de pronto, decidió que sería mucho más interesante seguirle el juego.
Draco no apartaba ni un segundo su mirada de la de ella. Hermione tenía la extraña sensación de que podía leerle el pensamiento, de que no había ningún lugar, ni dentro de su propia mente, en que pudiera estar a salvo.
Era una sensación incómoda.
Draco era un hombre poderoso, implacable, im predecible y tremendamente sexual. Un amante te rrenal y apasionado que lo daría todo en la cama y que exigiría que se le diera todo.
La sola idea de lo que aquel hombre podía ha cerle a un mujer fue suficiente para todo su cuerpo se alterara.
Las pupilas se le dilataron mientras un centenar de imágenes eróticas se agolpaban en su mente.
-¿No me digas? -respondió él a su comentario. Su voz era profunda, acariciaba un significado oculto que ella prefería no explorar.
Pansy se dio cuenta e intervino para volver a hacerse con el control de la situación.
-Draco, Adrian te dará algo de beber -Pansy posó su mano sobre el brazo del invitado. Hubo unos segundos de tensión. Hermione temió que, de un momento a otro, él pudiera apartar el brazo. Pero no lo hizo.
Sonrió e hizo un gesto de irónico reconocimiento. Luego, permitió que la anfitriona se lo llevara.
-Lo conoces -dijo Blaise.
Hermione entreabrió los labios para decir que no Pero no lo hizo -y pensar que he hecho un gran esfuerzo por comportarme como un caballero! -continuó Blaise mientras levantaba la copa, en una parodia de brin dis que Hermione sintió insultante.
Indignada, le lanzó una fría mirada.
-Esta claro que cualquier relación de Draco con una mujer tiene que ser íntima -dijo Blaise.
-¿No me digas? -Hermione atemperó la respues ta con una fingida sonrisa -¿Te estás atreviendo a acusarme basándote sólo en la reputación de un hombre como él?
Pansy Pucey-Parkison anunció que la cena estaba servida. Una intervención realmente oportu na.
-¿ Te extraña que pueda sentir celos? -le dijo Blaise mientras se dirigían al comedor.
Draco Malfoy le debía una explicación a Hermione. Tendría que responder a un montón de preguntas.
A lo lejos, la impresionante figura del griego se alzaba entre la de los demás invitados.
De pronto, sin que nada, aparentemente llamara su atención se volvió hacia ella y sus ojos intensos y grises se fijaron en los de ella con tal fuerza que todo alrededor pareció desvanecerse durante unos segundos. Sus labios se curvaron en una sonrisa pero sus ojos permanecieron inalterables como si guardaran un secreto insondable e inaccesible.
Michelle se quedó sin respiración y se forzó a despertar del estado de ensoñación que le había provocado.
Con un poco de suerte, Draco Malfoy se sentaría al otro extremo de la mesa y evitaría tener que mantener una incómoda conversación con tan singular invitado.
Pansy colocó a los comensales: seis en un lado y Siete en el otro Su marido y ella ocuparían los ex tremos.
De pronto se dio cuenta ¡Eran trece comensa les en un viernes trece!
Un vocecita interior le dijo que no debía tentar a la fortuna pensando en ello.
Acababa de decirse aquello, cuando, al alzar la vista, se encontró a Draco sentado frente a ella, con la única barrera de un centro de flores entre ellos.
-Hola -dijo Draco con su acento griego y su sonrisa seductora.
No apartó los ojos de Hermione ni un solo segun do La sopa era deliciosa pero después de la segun da cucharada Michelle ya no pudo más.
Luego, sirvieron gambas sobre escarola, con una deliciosa salsa y vino blanco Hermioneoptó por el agua Necesitaba tener la cabeza despejada
La conversación tocó todo tipo de temas gene ralmente económicos políticos o de negocios.
-¿Qué opinas tú Hermione?
Hermione alzó la vista y miró a Draco.
-Supongo que lo que yo opine no tiene ninguna importancia –Blaise acercó la botella de vino hasta la copa de Draco en un gesto de ofrecimiento, que recibió, a su vez una tácita respuesta negativa. Eso no inhibió a Blaise para llenar su propia copa.
-A pesar de todo me gustaría oír tu opinión.
El juego había empezado y Hermione de un modo u otro había sentado las bases para ser parte de él.
-Si no recuerdo mal nunca estuviste particular mente interesado en mi cerebro.
Hermione la miró fijamente y esbozó una sonrisa cómplice.
-Creo que nadie me podría culpar por ello El comentario estuvo a punto de exaltar los ani mos de los presentes más próximos pero por suer te Pansy intervino justo a tiempo.
-Podemos pasar al segundo plato.
El servicio se puso manos a la obra y retiró con esmero los platos que quedaban en la mesa.
-¿Un poco más de vino Draco? -ofreció Adrian el siempre perfecto anfitrión con una mirada de soslayo.
-No, gracias -rechazó Draco y volvió de nuevo su atención hacia Hermione- No necesito ningún estimulante más.
Hermione sintió que aquello empezaba a escapár sele de las manos. Además, se habían convertido en el centro de atención de la cena.
El segundo plato resultó delicioso pollo en salsa de limón acompañado de una selección de vegeta les de la huerta. Hermione sólo pudo dar un par de bocados y optó por dejar el resto tristemente intacto en el plato.
Después llegó el postre y el queso Pero hasta una hora después, no podría inventar ninguna excusa para desaparecer de allí. Blaise estaba especialmente pesado e insistía en pasar su brazo por el respaldo de su asiento y en in clinarse exageradamente sobre ella.
-Dime, Hermione comenzó él, en un tono de complicidad que no anunciaba nada bueno ¿Es real mente bueno en la cama?
Hermione no se molestó ni en contestar a seme jante pregunta. Se limitó a evitar la mirada de Draco y a hablar con la persona que tenía al otro lado.
-¿Pasamos al salón para tomar el café? -propu so Pansy.
Hermione pensó que era la mejor propuesta que le habían hecho en toda la noche. Se levantó rápidamente y se unió a sus padres. Chantelle Granger miró a su hija interrogante.
-No sabía que conocieras a Draco Malfoy..
El capitulo era mas largo, pero al ser el primer capitulo no queria que se hiciera tan largo, aparte de que ahorita en unos minutos saldre. Espero que les haya gustado.
