Disclaimer: El mundo de Harry Potter no me pertenece, son propiedad de JK Rowling. Yo solo los uso para llevar a cabo mis locas ideas.
Bueno, me ha pegado fuerte otra vez el amor por esta pareja y al escuchar I kissed a girl de Katy Perry no pude evitar imaginar esta bizarra historia e.e
ojala les guste ;)
Prologo: No estas invitada
Si confiara un poco en la adivinación y la practicase de vez en cuando, habría visto que esa noche no era la mejor para haber bajado de su habitación a la sala común de Gryffindor luego de la cena, es más, nunca… pero ¡nunca! Siquiera se hubiera plateado salir de su cómoda y tibia cama ni para ir al baño.
Sin embargo, la adivinación ni la intuición eran habilidades con las que contaba en el instante en que descendió, un poco adormilada, aquella noche de comienzos de otoño en donde la temperatura ambiental aun era agradable y tibia, tan solo con su pijama de tirantes y pantalón lilas. Al llegar a la sala común de su casa observó confundida a la gran cantidad de alumnos aglomerados en esta a esas horas de la noche, pero lo que más llamó su atención era que todos iban vestidos y tan solo eran de quinto y sexto curso, su curso.
Los leones hablaban animadamente entre ellos y no se habían percatado de la aparición de la castaña, quien distinguió entre la multitud cercana a ella a Ginny Weasley y se acercó a ella. La pelirroja se sorprendió un poco cuando alguien la agarró del brazo derecho y jaló de ella hasta un rincón de la sala común, alejada del resto, pero cuando descubrió quien era su "captor" o, en este caso, "captora" palideció de golpe, imaginándose lo que vendría a continuación.
– ¿Qué sucede aquí? Ginny, ¿Qué hacen todos vestidos a esta hora? – preguntó la castaña a su amiga, más curiosa que otra cosa.
– B-bueno, Hermione…veras…lo que pasa es que… – la menor de las dos tartamudeaba mientras miraba nerviosamente a cualquier lado que no fuera la chica frente a ella, quien comenzó a fruncir el ceño al ver la indecisión de la otra Gryffindor. Hermione conocía tan bien a Ginny como a si misma, por lo mismo sabía que ella actuaba de esa forma solo cuando intentaba ocultarle algo que le haría daño.
Suspiró. Su amiga solo quería protegerla, pero eso solo aumentó su curiosidad, por lo que con un ademán de su mano derecha la hizo callar de inmediato.
– Ginny – la llamó, captando su atención. En su voz solo había frustración, razón por la cual la pelirroja dejó de evitar su mirada y se centró en su amiga – no importa lo que digas, solo quiero saber que sucede, no me lastimarás ni nada… así que habla de una vez y terminemos con esto que no es propio de ti.
¡Y claro que no lo era! ¿Desde cuando Giiny sin pelos en la lengua Weasley no se atrevía a decir algo?
¡Ah, claro! Desde que ese "algo" pudiera lastimar a una de sus mejores amigas. Sin embargo, ya no había vuelta atrás, ella se enteraría de todas formas y mejor que fuera por su boca que por otro imbécil sin tacto -como su hermano Ron-, así que tomando aire para armarse del bien sabido valor Gryffindoriano y decir lo que debía a costa de dañar a Hermione.
– Lo siento, Hermione – la aludida asintió indicándole que aceptaba las disculpas y para que continuara – los prefectos han armado una fiesta entre todos los de quinto y sexto de todas las casas, la que será en la sala de los Menesteres… – la pelirroja observó angustiada a la castaña, toda esa información era un golpe bajo, sobre todo teniendo en cuenta que su amiga era prefecta y no sabía nada de aquella fiesta.
La de risos la miró atónita unos segundos antes de reponerse y cambiar su mirada por una profundamente herida. Su dolor se reflejó solo unos breves instantes, pero los suficientes para que la otra joven lo captara y eso solo la hizo sentir mal por haber estado participando en el comienzo de esa fiesta sin incluir a una de sus mejores amigas.
– Entiendo – fue la escueta contestación de Hermione tras suspirar para calmarse
– Hermione...yo...– comenzó a disculparse, pero la mayor se adelantó.
– Ginny, dimelo, por favor…esta vez… ¿por qué me excluyeron? – preguntó con voz queda, ya estaba cansada de que siempre hicieran lo mismo… siempre dejándola de lado cuando este tipo de cosas pasaban. Tenía claro que no iría a la fiesta si la hubieran invitado, eso estaba contra las reglas y ella no rompía las normas si no era necesario. Sin embargo, eso no significaba que iba a chivarles a los profesores lo de la fiesta aquella, no era ese tipo de persona, razón por la que le dolía aun más que no la tomaran en cuenta.
"Siempre rechazándome, no importa lo que haga para ser la mejor…siempre pasan de mi como si no…existiera" pensó la castaña mientras cerraba sus ojos con fuerza para tranquilizarse y evitar comenzar a sollozar ahí mismo. Solo quería salir corriendo y encerrarse a llorar en su habitación como en todas las ocasiones en que la habían excluido, solo por ser quien era, "la insufrible sabelotodo", ¿Qué mas daba? si hasta Harry y Ron habían llegado a pensar así de ella. El garraspeo incomodo de Ginny la distrajo de sus pensamientos para poner total atención a la pelirroja frente a ella, quien la miraba culpable
– Perdón, Hermione – dijo la chica antes de continuar – Harry y Ron se acercaron a mí y… ¡ash! El imbécil de mi hermano me dijo lo de la fiesta y que no debías saber porque de seguro no querrías ir y, además, tratarías de impedir la fiesta contándoles a los profesores, por eso de que va contra las reglas y bueno… – agachó la cabeza. En cualquier otro momento hubiera golpeado a su hermano por dejar de lado a la amiga de ambos, pero que Harry la estuviera abrazando desde atrás, embargándola con su aroma y llenándola con caricias en su vientre no la ayudaban a concentrarse en lo importante.
– Ginny, no hubiera dicho nada, una cosa es no estar de acuerdo con esto y lo otro es chivar a mis compañeros y amigos – contestó la castaña más dolida que al comienzo, ya imaginaba que dirían algo así, pero nunca imaginó que sus amigos fueran quienes lo dijeran y la dejaran de lado– gracias por contármelo, nos vemos, ya no te retraso para que vayas a la bendita fiesta – Con los ojos cristalizados por la necesidad de llorar fue que se alejó de Ginny en dirección a su habitación, ya había escuchado lo que quería y no deseaba retrasar más a la pelirroja.
La pequeña de los Weasley observó a su amiga alejarse del bullicio de la sala común y de los jóvenes que hacían la previa de la tan esperada fiesta. Ginny había observado que su amiga resistía las lágrimas y eso la hizo sentir peor que antes, por lo que apretando sus puños, hirviendo de ira, decidió seguirla y convencerla para ir la dichosa fiesta y demostrar al resto que Hermione Granger sí sabe divertirse y ¡en grande!
Con esa idea en mente se dirigió a paso firme y decidido a la habitación de su amiga, ignorando a cuanto idiota que se le acercaba para hablarle, aun cuando ese idiota era nada más y nada menos que su novio Harry Potter quien quedó confundido ante la actitud de la chica, pero no le puso más atención, "de seguro está así por cosas de chicas, cosas que yo no entiendo ni por asomo" pensó el pelinegro. Y bien en el fondo Harry tenía razón.
Cuando la pelirroja entró a la estancia de las chicas de sexto curso se encontró con el sonido de los sollozos de Hermione inundando el lugar quedamente. La menor apretó sus puños con rabia, su hermano y novio pagarían por haber dejado de lado a su amiga de esa forma. ¡Por favor! Si ellos eran los más cercanos a la castaña y la olvidaban de esa forma por una estúpida fiesta... "¡hombres! Idiotas sin tacto… nos las pagarán" pensó la joven adentrándose a la habitación.
– Hermione – la llamó con toda la suavidad que pudo. La aludida levantó su rostro a su interlocutora a quien se le estrujó el corazón al ver el estado de desolación de su amiga…en definitiva esos chicos se la pagarían. Suspiró para calmarse y se sentó en la cama de su amiga, a su lado, la castaña se incorporó y limpio con el dorso de su mano sus lágrimas – No es justificación, lo sé, pero en ese momento la presencia de Harry…abrazándome…me distrajo, sino hubiera pateado en ese mismo instante a Ron por decir semejante idiotez.
Ginny se cruzó de brazos y bufó. Aun no podía creer lo estúpida que había sido, "todo por culpa de cierto pelinegro de ojos color esmeralda" pensó molesta.
Hermione la miró y suspiró. No podía culparla, a ella le pasaba algo similar al estar junto al idiota número dos de todo Hogwarts -Ron Weasley-, ya que el número uno se lo llevaba nada más y nada menos que el hurón oxigenado de Draco Malfoy.
Ya no estaba triste, después del comentario de Ginny su humor había vuelto, al menos para evitar que siguiera llorando como una Magdalena. Sin embargo, aun estaba totalmente enojada con sus "amigos" y quería hacer algo para demostrarles de una vez por todas que no era una mojigata y menos una chivata.
– Está bien, Ginny – garraspeó para aclarar su garganta, pues su voz sonaba extraña después de haber estado llorando – no estoy molesta contigo, pero Ron es otra cosa…
– Créeme que para mí no solo es Ron, también es Harry, ya que no hizo nada para cambiar la opinión de mi hermano y, además, ¡me distrajo! – gritó lo ultimo como si fuera la peor injuria que pudieran hacerle a una persona y para Ginny así era – pero no te preocupes, tengo una idea para que no vuelvan a hacerte algo así… ¡ninguno del colegio!...nunca más
Dicho lo último, la pelirroja se cruzó de brazos. Hermione la miró curiosa, a pesar de saber que nada de lo que se le ocurriera a su amiga en esos momentos podría ser buena idea.
Antes del Miercoles colgaré el segundo, a ver que les parece (:
