Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad e Masashi Kishimoto.

Universo alterno

Capítulo único

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Si me lo preguntan, nunca lo esperé. Creía que mis fantasías eran completamente absurdas y ahora estoy aquí, en esta situación algo incomoda.

Desde el primer día de clases, al escuchar su voz, ver sus movimientos y esa tranquilidad para explicar las materias. Su carácter era completamente opuesto al mío, apacible, amable, confiable. La guinda de la torta eran sus hermosos ojos azules, caí completamente enamorada de él.

Al principio lo creía imposible, ya saben es lo típico. La chica enamorada de su profesor, es estúpido de cierta manera, casi siempre en las noveles o teleseries el hombre les corresponde aquel furtivo amor. Esta es la vida real, es mi vida y eso jamás pasaría… ¿o sí?

Lo veía irse luego de clases en su auto, a veces su mujer, una peliroja muy bonita iba a su encuentro. Cada vez que los veía juntos una parte de mi corazón se trizaba. Tan felices, tan apasionados, tan ajenos a todo… envidia, sentía envidia. ¿Por qué ella y no yo?

Traté definitivamente de matar aquel sentimiento, pero fue imposible. Con ese hombre fantaseaba, con ese hombre me masturbaba por las noches. Vergüenza no me da admitirlo, vergüenza debería darme no hacerlo.

Curiosamente, daba la casualidad de que justo en su ramo, mis notas eran bajas. Trataba de dar mi mayor esfuerzo en sus clases, anotaciones, capturas de pantallas, hasta acepté la tutoría del genio de la clase. Pero nada parecía cambiar mis resultados.

"No tengo problema en ayudarla con lo que necesite señorita Haruno"

"Tengo a alguien que me ayuda, gracias"

"Estaré aquí si lo requiere… todo por mis alumnos"

Solo ese corto dialogo logró que casi me derritiera. No recuerdo la última vez que un chico con tal solo hablar, me haya excitado. Por qué así era, el profesor en cada clase logra excitarme y eso es bastante incómodo. Ahora que lo recuerdo, no… jamás nadie ha sacado lo más bestial de mí, solo aquel hombre.

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La tarde era calurosa, solo un vestido bastó para ponerme. Personalmente hubiera asistido desnuda, pero por normas de moral y ética y bla bla bla, no lo hice. Ya casi llegando a la universidad, noté como mi rubio de ensueños, mi tan anhelado amor platónico, bajaba de un auto gris. Se veía furioso, bastante enojado. La peliroja que era su señora le gritoneó unos cuantos insultos, para luego marcharse como una fiera.

Pocos universitarios circulaban por ahí, así que la bochornosa escena que tuvo que pasar mi profesor, no fue escandalizada.

Llegó finalmente la hora tan esperada. Las clases con él… aunque estaba algo fastidiada, el calor era insoportable y en el aula que nos tocaba pegaba directamente el sol. Él impartía las clases como de costumbre, solo que su mirada se notaba cansada, sentí pena por él… ¿Qué clase de esposa te grita en medio de la calle delante de tus estudiantes? Solo ella al parecer.

"Pueden retirarse, mañana los ensayos… no lo olviden"

Todos estaban sonrientes, menos yo. La clase había acabado media hora antes, eso significaba no verlo en ese rato. Con resignación y mientras la sala quedaba vacía, comencé a guardar todo en mi bolso. Observé que el profesor tenía la mirada perdida en algún punto, en dirección a la puerta específicamente.

Mis ganas de preguntar lo que pasó fueron mucho más fuertes, cuando ya estaba a punto de salir. Él solo me observó sonriente y le restó importancia. No insistí más, harto valor me había costado reunir para dirigirle la palabra.

Recordé algunas actividades pendientes. Tenía que leer un libro en específico, para desarrollar una actividad dada por la profesora Anko, esa mujer, cada vez que la recordaba me daban escalofríos. No resguardaba el interés sexual que tenía por nadie, prácticamente se había acostado con todo el curso.

La biblioteca era sumamente gigante, algo así como una cancha de básquetbol. Rodeada de libros, obviamente y una infinidad de pasillos que, si no sabías a donde ibas… te perdías. La mujer de la recepción me saludó con una mano, le respondí y le indiqué sobre mi búsqueda.

"Niña, llevas tiempo viniendo aquí, así que… te encargo las puertas de la biblioteca. Tengo que ir a buscar a mi nieta y ya se me hizo tarde."

"No se preocupe, yo me encargo. Es más cerraré apenas se vaya, para que este segura"

"Muchas gracias, linda"

Cerré apenas salió, así nadie entraría y podría buscar tranquila. Si llegara a perderme, bueno… no me molesta dormir entre libros.

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Finalmente había llegado a la sección correcta y no tardé en encontrar aquel estúpido libro. Casi diez minutos me costó encontrar el pasillo, era todo un record… sobre todo para una rata de biblioteca como yo. Limpié algo de sudor en mi frente y hojee las primeras páginas. Escuché pasos que hacían eco, mi imaginación ya me estaba traicionando. No había forma de que hubiera alguien más ahí, estaba cerrado. Miré en la dirección donde escuché los pasos. Lo vi… era él… ¿Qué rayos hacia aquí?

"Mira, donde te encuentro"

"S-sensei"

"Sí, quería salir, pero… estaba con llave"

"Ha"

Se acercaba, se acercaba… cada paso que daba en mi dirección era una tortura. Su mirada era tan tranquila y su caminar tan agraciado. Por qué tenía que pasarme exactamente esto… del nervio el libro se me resbaló y cayó al piso. Mi caballero de blanca armadura lo recogió y me lo entregó, ante el contacto de sus manos di un pequeño salto, en eso las llaves de la puerta de la biblioteca resonaron en el piso. Reí de tanto nervio ¿Qué más podría hacer?, como dijo el amigo de una amiga de mi prima. Una sonrisa te puede sacar de un momento bastante incómodo. Lo puse en práctica y al parecer no resulto.

El miraba extrañado las llaves, no sé si era mi sonrisa o las llaves… tal vez el silencio incómodo.

"Enseguida abriré"

Me adelanté unos cuantos pasos y lo sentí llamarme, su voz era tan dulce.

"Sakura"

"Si, sensei"

"Dime Minato, por favor"

"M-minato sensei"

"Haruno, no me llames más sensei"—sonó como una orden, demasiado agresiva para tratarse de él.

"Pero, si es…"

De dos zancadas ya estaba frente a mí, poco es decir que estaba confundida tanto como para acallar cualquier sonido de mis labios. Su rostro no era el que mostraba en clases, ese amable y siempre sonriente. Fue como si el mismo demonio tomara posesión de su cuerpo… su endemoniado cuerpo. Estaba hirviendo sentía la sangre subiendo a mi cabeza, él se veía molesto, muy molesto. Sus orbes azules dieron con los míos, a la velocidad e un rayo agaché mi vista, era consiente de mi piel de mi reacciones. ¿Por qué diablos tenía que estar tan cerca?... no era normal.

"Dime"

No sabía exactamente a lo que se refería, solo atiné a nuevamente llamarlo de la forma en que me advirtió que no lo hiciera.

"Sensei"

Y ahí fue el colmo. Sus manos rodearon mis brazos, estampó mi espalda contra la estantería. Algunos libros cayeron a los costados. Estaba asustada, fui presa del pánico ¿acaso me golpearía por haberlo llamado de aquella forma? Todos en la puta clase lo llaman así. Recordé estar sola en la biblioteca ¿a quién mierda pediría ayuda?

"Estamos solos"

Su voz me atrajo a la realidad. Acorralada y con la adrenalina a flor de piel, mi instinto decía corre, pero mi cuerpo no respondía. Sus manos aún estaban apretando mis brazos, no era brusco… lo sentí como un dominio por parte de él. Su mirada observaba cada detalle de mi cara y aun así seguía molesto.

"S-sensei"—la única palabra que atiné a decir. Solo en mis sueños lo llamaba por su nombre de pila.

Dejó escapar un gruñido o al menos eso sentí antes de que sus labios atraparan a los míos. Con torpeza y aún sin creer le correspondí.

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Las manos del hombre pasaron de los brazos a las mejillas de su joven pupila. Creyó que había cometido un error al principio, pero al ser correspondido, todo se fue al demonio. Sus peleas, los problemas con su esposa, todo. La idea de descargar sus frustraciones acostándose con una alumna, le parecía el acto más cobarde y estúpido. Pero esa joven, Sakura se había ganado la atención de él.

Minato siempre fue una persona fiel, amable y comprometida. Amaba a su esposa y ese "amaba" fue suficiente para hacerle perder los estribos por la joven chica que estaba besando. Era inmoral, incorrecto.

Desde que la vio, todos sus actos estaban entrelazados con los de ella. Mientras trataba de mantener relaciones sexuales de costumbre, la imagen de su alumna lo descolocaba por completo, de ahí sus problemas con Kushina, desde que habían tenido problemas en la cama la peliroja se mantenía distante e irritada. ¿No sería mejor acabar con su problema de raíz? Era ella… Haruno Sakura el problema.

Al verla sola en la biblioteca, sintió impulsos desenfrenados por tomarla ahí mismo. Controló sus ganas y trató de mantener una charla amable, de todas formas él había llegado antes ahí. No la perseguía.

Supo que todo se había ido a la mierda, cuando ella le llamó sensei. ¿Tan depravado era? Escuchar esas palabras provenientes de aquella mujer, que parecía un conejo asustado delante de un zorro… a punto de ser devorada. Definitivamente estaba loco, loco por ella. Si ella le llegara a corresponder aquel desenfrenado deseo… obtendría un pase libre, directo al infierno.

La joven ciertamente correspondía sus deseos. Ambos cayeron en la llama de un beso, lleno de pasión y ternura. Como el reencuentro de dos amantes que no se veían en años. El rubio se sintió en el paraíso, si la joven hubiera gritado o corrido… o simplemente evitado el acercamiento, Minato no se atrevería a presionar hasta llegar a la situación actual.

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El beso, llegó a un punto culmine. Ambos agitados y con un sonrojo evidente se separaron por escasos centímetros.

"Necesito, acabar con esto. Eres mi pesadilla… a causa de ti, mi matrimonio va de mal en peor, por tu causa estoy perdiendo la cabeza, Sakura."

La joven anonadada, no se sintió en absoluto culpable. Ella jamás lo había provocado, era él quien pensaba en ella de una forma no tan inocente, lo cual agradeció profundamente. Por primera vez en muchos años se sentía feliz.

"Minato sensei…yo, jamás me entrometí en su vida, lo evite a toda costa… es usted el que ha estado pensando en mí."

Sus orbes azules contactaron los verdes de ella. Como si lo que ella acabara de decir fuera una sorpresa, él culpaba de su desgracia a ella… cuando el único culpable era él."

"Sakura… esto tiene que quedar aquí."

"No soy plato de segunda mesa, sensei…"

Él se alejó un poco de ella comprendiendo la situación, mantuvo la compostura y comenzó a imaginar las consecuencias en su cabeza. Estaba perdido, tendría que renunciar a la universidad, seguiría casado pero… ya no sería lo mismo.

"Comprendo... fue un error, lo sé"

Ella lo atrajo hacia sí, entrelazo ambos brazos alrededor de su cuello y con fuerza lo obligó a besarla nuevamente, no era como el primero. Fue un beso tierno, lleno de sentimientos de parte de ella. Al separarse de él, dio agarre de una solapa de la camisa desabotonada… SU sensei, está perdido.

"Podría hacer la excepción… si logra aprobarme en su materia… o podría darme lecciones toda la semana, como guste. Vivo sola"

El diablo era tentador, la carne es débil y Minato supo desde que la vio… su boleto VIP hacia el infierno estaba más que obtenido.

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La situación complicada de la que hablé al principio, ocurre ahora. Desde aquel día que incendiamos la biblioteca, llegaba toda la semana a mi departamento a darme "clases". Subí mis notas sin sospecha alguna. Lo mejor fue que la biblioteca no fue el único lugar de la universidad que "bautizamos"… en nuestra sala, los días en que el cerraba el aula. Silla, piso y pizarrón tenían nuestras marcas.

Con lo que no contaba, ni el tampoco… era que su esposa al parecer lo extrañaba mucho y en pleno acto, con las manos en la masa, hizo acto de presencia. Dando así el puntapié inicial a todos los problemas que se nos avecinaban. Minato extrañamente estaba tranquilo, sereno. Me indicó que mantuviera la calma y él se encargaría. Mi sorpresa fue el ver que ella con gritos abruptamente guardó silencio, al ver lo que parecía una barra de algo. Ella se cubrió la boca a dos manos y finalizó el escándalo, Minato había descubierto la infidelidad de su esposa dos días después de aquel encuentro en la biblioteca.

Ella sin decir nada… se retiró con la frente en alto. Minato me explicó que él mismo la había llamado, en resumen había planeado todo para que finalmente lo dejara en paz, desde que descubrió ese jabón de motel, había tratado de terminar con ella en vano. Era una mujer muy intensa al parecer. Pero finalmente lo dejó en paz… y con él en paz yo… Haruno Sakura podría deleitarme con las caricias de mi sensei. Mi querido y amado sensei.

"Dime Sakura… ¿Cuánto es dos más dos?"

"Cinco, sensei"

"Veo que… te hacen falta algunas lecciones"

"Muchas… demasiadas"

Las fantasías pueden volver realidad.

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Notas de Autor: Holaaaaaaaaaaaaaaaaa! Uuf… este fic, está especialmente dedicado a una amiga, que no encuentra casi nada de este Pairing, de verdad fue un reto. Espero que te guste Klau, lo escribí con mucho amor jaja. Si alguien más está leyendo esto, bueno… espero que les haya gustado? Y si no… bienvenidas son las críticas. Eso, nos leemos dulzuras!