Bueno.... fui al cine y me traumé con "La maldición del perla negra".
Así que decidí escribir esto.... y además...... no me inspiro para seguirle a mis otros dos fics, así que ahí disculpen.
Este es un fic de una realidad alterna, uso a los personajes de Harry Potter en otra época y ni siquiera son magos....... espero que les guste.
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La brisa salada soplaba en dirección al norte con una suavidad que solo invitaba a todos a tirarse un rato a descansar sobre la cubierta del viejo galeón Inglés mientras el agradable viento tropical se encargaba de mover el barco por las tranquilas aguas.
Pero este pensamiento era el único que nunca pasaría por la mente de un joven soldado que miraba las aguas mientras un mareo insoportable lo hacia aborrecer este maldito viaje mas de lo que ya lo aborrecía.
No teniendo mas de 24 años se había enrolado en la milicia inglesa, así como había hecho su difunto padre, uno de los generales mas condecorados por su Real Majestad. Pero a diferencia de la suerte que se jactó su padre de tener hasta el día de su muerte, el tenia la peor suerte posible de todo el mundo.
No hacia mas de 10 días su novia lo había dejado por irse con un empresario que parecía mejor acomodado que el, hijo de un militar famosísimo, además de que unos días antes de eso se había muerto su perro Snuffles.
Y para colmo no terminó el entrenamiento para cuando lo metieron en ese maldito barco y lo enviaron a Jamaica a defender las islas de los múltiples ataques de piratas que se estaban dando en esos días.
Lo único que le quedaba, y estaba seguro de perder no en mucho rato, era su almuerzo. Y realmente no paso mucho tiempo para cuando lo hizo.
- Maldito barco..... – se quejó por enésima vez
Se dio la vuelta y se recargo en la barandilla, miro a todos sus demás compañeros; ninguno de ellos tenia mareo y ni siquiera se veían preocupados por ir a Jamaica, todos parecían sentirse tomando unas vacaciones.
Nuevamente se dio la vuelta y dejo caer los brazos hacia fuera del barco, el movimiento de vaivén continuaba con regularidad.
El calor empezaba también a volverlo loco, tan loco estaba que creía haber oído que un cañón se disparaba y que a bala había pasado a solo unos escasos centímetros de su cabeza. Así que solo por curiosidad, que el bien sabia que había sido su imaginación, se dio la vuelta para mirar.
Cual fue su sorpresa al ver abordar al barco a varios hombres vestidos con ropas de pirata, ver a otros desenvainar espadas de piratas y ver como a el lado del barco estaba disparando por los cañones un barco pirata.
Si, realmente el mareo empezaba a afectarle.
Lo mejor seria levantarse de ahí he irse a los camarotes a descansar, ya le explicaría al general la razón por la que estaba tumbado en su cama a esas horas del medio día. Se fue con un paso lento hacia los camarotes.
Su viajecito fue interrumpido por un golpe en su hombro de un hombre que salía corriendo en la dirección contraria.
Ese pequeño y simple detalle hizo que saliera de su ensoñación y se percatara que todo lo que estaba ocurriendo en su entorno era real y no una alucinación causada por el mareo que le producía estar en ese barco.
- ¡Lupin! – le gritó alguien - ¡¿Qué diablos hace ahí parado?! ¡Defienda el barco!
Fue cuando notó otro pequeño detalle, había dejado su espada por ahí por que le pesaba demasiado.
En uno de sus fallidos intentos por encontrarla se dio de frente con una figura gigantesca. Un hombre que con facilidad podría llegar a medir dos metros y medio lo miraba con una sonrisa en los labios, y esa sonrisa en vez de darle un poco de tranquilidad le puso los nervios de punta.
- No tengo nada en contra de ti, pequeño – dijo el gigante – Pero ordenes son ordenes – se encogió de hombros y levantó a Remus en el aire, lanzándolo por ahí.
El golpe no fue tan duro como pareció serlo, sobretodo si contamos que cayo dentro de un pequeño barril lleno hasta el borde de pepinillos. Claro que con la caída técnicamente vació el barril.
Intentando ponerse de pie recibió un buen golpe en la cabeza con una tabla, y ya no se entero de nada mas.
***
La luz del sol lo despertó poco a poco, junto a el se oía un molesto cuchicheo que le taladraba los oídos y a su nariz llegaba el olor ácido de los pepinillos. Abrió los ojos para encontrarse completamente rodeado.
Varios pintorescos personajes estaban en una encarnizada discusión en la que el parecía ser el tema principal. Se quedó quieto esperando a ver que sucedía, pero aunque hubiera querido moverse no lo habría logrado, estaba paralizado de miedo.
- Deberíamos tirarlo por la borda – dijo un hombre con delantal que parecía haber sido blanco alguna vez – no es mas que un Polizonte..... y ¡además un soldado!
- Yo digo.... – comenzó otro – que lo encerremos y pidamos rescate
- ¡No seas idiota Malfoy! – renegó una mujer pelirroja con un pañuelo atado en la cabeza – No es mas que un soldado de clase baja... podemos usarlo para divertirnos con el.... – ella intento acercársele pero fue detenida por otro de los que lo rodeaban.
- ¬¬ no se le ocurra tocarlo, vicealmirante Evans – era un tipo alto con gafas y extremadamente despeinado, además de usar unos llamativos pantalones a rayas – El capitán Black es quien decidirá la suerte de este pobre diablo...
El Capitán Black..... había oído ese nombre varias veces durante el viaje, al parecer era uno de los piratas que mas fama tenían por esas zonas del caribe, a pesar de que lo describían como un hombre joven tenia mas experiencia y era mas cruel que los demás corsarios que navegaban por esas aguas.
Su estremecimiento fue demasiado notorio para todos los presentes.
- ¡Eh! Mira... esta despertando... – dijo un hombre bajito y gordo con una camisa de lunares blancos sobre un fondo celeste - ¿Llamo al capitán?
- No será necesario Sr. Pettegrew – respondió una voz desde el fondo de la cubierta.
Se hizo rápidamente silencio en el lugar, nadie se atrevió a hablar. La misteriosa voz se alzó de nuevo.
- Llévelo a mi camarote, Sr. Potter.... – dijo con calma – ya veré que es lo que hago con el.
- ¡Sus deseos son ordenes, mi capitán! – Al que llamaban Potter, se inclino y jaloneo a Remus hasta hacerlo ponerse de pie – Ahora...... vas a conocer al capitán Black
Le dio un empujón y aunque no quisiera Remus tuvo que caminar para no caerse. Mientras era conducido por Potter, Remus empezó a mirar el barco en todas direcciones y algo que tuvo que aceptar era que estaba mas limpio que la cocina de su madre, ¡y eso si que es limpieza!.
Por fin se detuvieron frente a una puerta de madera tallada que se abrió sin un solo rechinido, entraron a un oscuro camarote que tenia un extraño aroma a...... ¿rosas?.
Potter le dio un empujón y salió del lugar, dejándolo solo frente a un viejo sillón de orejas y en una oscuridad casi total.
- ¡Oh! Que distraído soy, discúlpeme.... – de pronto se encendieron varias velas en el lugar, dando mas claridad y alejando a la penumbra del camarote – Si es tan amable de sentarse....
Remus siguió de pie, si lo iban a matar seria como a un verdadero hombre, de pie y con un disparo en la frente.
- No gracias....
- Dije....... ¡SIENTESE! – Vociferó el pirata
En esta ocasión a Remus no le quedó mas que obedecer y se sentó rápidamente en la silla que estaba frente a el escritorio. Miro de frente, al menos aun conservaba la idea que lo mataran con el balazo en el medio de los ojos.
Para ser un mueble tan pesado, el sillón con orejas, dio la vuelta con relativa facilidad, mostrando de frente a su ocupante. Remus no pudo hacer mas que dejar caer la mandíbula y quedarse así, aunque pareciera un tonto, con la boca abierta.
El mentado capitán Black, no era un hombre relativamente joven ¡Era un hombre muy joven! Si mucho tal vez tendría su misma edad, y eso era si se iba grande....
¿Cómo describir a este hombre?
Sus penetrantes ojos azules se posaron rápidamente en Remus en el instante en que termino de darle la vuelta a su pesado sillón, pero no sin antes tener que retirar con unas manos que incluso parecían ser delicadas y frágiles varios mechones de negro cabello que caía desordenadamente pero en bellas cascadas por su cara y espalda, llegando así hasta la altura de los codos.
Esos ojos.... era una mirada tan dura que Remus tuvo que posar los propios en otro lugar, se sentía de hecho mas incomodo si continuaba con ese duelo de miradas que nunca terminaría. Encontró en el escritorio algo que pensó que nunca encontraría en el camarote de un pirata.
En una pequeñita esfera de cristal nadaba un pececito betta de color azul con gran calma y gracia. De vez en cuando abría su boquita para dejar escapar unas cuantas burbujas. Al quedársele mirando por un largo rato, el pirata comenzó a reírse con sonoras carcajadas.
- Se puede saber...... – comenzó con un tono que demostraba molestia - ¿De que diablos se esta riendo?
- ¡De usted! ¿De quien mas? – contesto aun con varios espasmos musculares causados por la risa - ¡Nunca vi a nadie que se quedara mirando con esa cara a Burbuja!
- ¿Burbuja?
- Si.... ^^ el es Burbuja – Sonrió con gracia infantil y señalo al pececito – Algunos piratas tienen monos y otros cotorras.... pero he decidido ser original y tener mi propio pececito.
Es ahora el momento adecuado para dudar de la salud mental de este capitán, mira que tener un pececito no a cualquiera se le ocurre.
- Bueno... – continuó después de dejar de reírse como un poseso – El problema mas grande aquí es usted.... no mi pececito.
Miro la pecera y con un dedo toco una de las paredes de cristal mientras le hablaba al pez como si se tratase de un niño.
- Y el problema es ¿Señor...?
- Lupin, Remus Lupin, Soldad.... – lo interrumpió
- ¡Sirius Black! Mucho gusto ^^ - le dio un fuerte apretón de manos y continuo con calma su interrogatorio - ¿Qué hace usted en mi barco?
- ¡Créame que no estoy aquí por gusto!
- Convénzame de ello.... – se acomodó en el sillón y paso las manos para detrás de la cabeza – Tenemos mucho tiempo.
Y aquí es donde tiene lugar el pequeño relato sobre la caída de Remus en el barril de pepinillos que nosotros ya conocemos y que seria tonto volver a contar.
Por todo el barco solo empezaron a oírse nuevamente las carcajadas de Black seguidas de algo que sonó como "No es gracioso". Todos los demás tripulantes de barco regresaron a sus respectivas ocupaciones que iban desde trapear la cubierta hasta jugar dados en la cocina.
- ¡No puedo creerlo realmente! – risas – Nunca me había tocado conocer a un polizón que me contara una historia tan original ¡Le doy mucho crédito por ello!
- ¡Yo no estoy aquí por gusto! – rezongó
- Si.... si... lo que digas..... ¿Puedo tutearte verdad?
- ¬¬ no... no puede
- Esta bien... pero no es para que se enoje – carraspeó e intento en vano recuperar la compostura – Así.... que estas aquí gracias a unos.....
Cada vez que intentaba seguir, volvía a reírse hasta el dolor de estomago de los pepinillos y eran necesarios algunos minutos para poder normalizar su respiración. Esta vez contuvo su risa y habló con calma pero aun con una sonrisita ridícula en los labios.
- Sabe.... Usted me cae bien, ¡Si señor! Me cae bien.... – risita – Me hace reír y mucho... así que... he de dejarlo vivir hasta que me harte.
Sonrió e hizo un movimiento con la mano para indicarle a Remus que podía marcharse, pero en su terquedad Remus no se levanto y lo miró con desafío.
- Le ordenó que me suelte ahora mismo – se atrevió a mirarlo a los ojos – O la marina real lo va a colgar..... ¡Y de eso me encargo yo!
Nuevamente risas.
- No abuse, Sr. Lupin – le dijo con calma – me cae bien y lo dejare vivir..... pero no lo voy a soltar hasta que pueda traerme algún beneficio... o que me nazca hacerlo – se levantó de su sillón.
A diferencia de la mayoría de los bucaneros, este parecía tener buen gusto para la ropa (sobretodo si lo comparamos con Potter). Su ropa estaba limpia y perfectamente planchada. La casaca color aguamarina le caía a la perfección y hacia notar su espalda ancha y sus musculosos brazos. Remus casi juró que su camisa aun tenia el aroma al jabón y que decir de sus botas.... perfectamente lustradas. Este tipo podía pasar como caballero de la corte Inglesa con facilidad.
- Le pediré a la vicealmirante que lo lleve a sus aposentos – Silbó con fuerza y una trampilla del techo se abrió, revelando a la mujer pelirroja.
- ¿Desea algo, Capitán?
- Si... ¿Seria tan amable de ir a llevar al Sr... Lupino a sus aposentos?
- ¡Yo no me llamo así! – renegó
- Si si.... como sea.... ¿Lo lleva?
- ¡Con mucho gusto!
Ella bajó de donde estaba y a punta de empujones, otra vez, se llevó a Remus por donde había entrado, según lo que dijeron.... hacia su "camarote".
No pasados 10 minutos, la puerta de la habitación de Black se abrió nuevamente, esta vez era Potter.
- ¡Sirius! – golpeó la puerta al entrar - ¡Los tenemos en la mira!
- Eso es excelente, James – Sonrió y se acerco a su escritorio, donde miro las paginas del libro que había estado mirando hacia unos instantes – Todo sale de acuerdo al plan....
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Juju!!!!!!!!!! Acabe el cap! Me llego la inspiración de la nada y lo pude terminar, siendo que hace una semana que lo empecé.
Es que realmente me bloquee.... y hasta hace rato me volvieron las ganas de escribir y aquí me tienen..... con otra de mis lokeras.
Pero bueno! Ya conocen el método..... yo publico y ustedes leen, luego mandan reviews y yo decido si continuo esto o lo suspendo ^^
Así que esto esta en sus manos!
See ya!
