La vida de Himawari Uzumaki

1.- Cocinando para papá

El sol empezó a mostrar su luz a través de la ventana de esa habitación. Junto a un oso de peluche y cobijada en una sábana color blanco, la pequeña Uzumaki recibía los primeros rayos de sol en su rostro y aunque le molesto al principio, siempre le gusto despertar y ver la luz de un nuevo día frente a su pequeña ventana. Dio los buenos días a su esponjoso compañero de sueño, retiro la sabana que la cubría. Se levantó aun en su pijama que solo era un sencillo vestido de una pieza color amarillo y empezó a arreglarse para un nuevo día.

Bajo rápidamente por las escaleras, lo primero que quería hacer era darle los buenos días a su familia. Al llegar al comedor, su hermosa mama estaba preparando el desayuno, su genial hermano estaba guardando varias cosas en una mochila, pero al que más quería ver era a su padre, el héroe de la aldea y el Hokage, el cual se encontraba leyendo el periódico mientras tomaba un poco de té.

¡Buenos días! – grito la pequeña como si se encontrara en una enorme plaza

No grites Hima, no estoy sordo – dijo su hermano con la actitud de siempre

Buenos días mi pequeña – le respondió su madre con una tierna sonrisa

Buenos días mi pequeño solecito – dijo su padre mientras bajaba el periódico y habría los brazos para recibir su abrazo como de costumbre

La pequeña corrió a los brazos de su padre, dando un gran salto para abrazarlo. Después del tierno saludo, se dispusieron a desayunar en familia. Aunque la pequeña y su madre saboreaban cada bocado lentamente, su padre y su hermano comían como si su desayuno fuera a desaparecer si no se apresuraban a comerlo. Pero eso era algo común. Su hermano ahora era un ninja, y como tal, salía a cumplir misiones junto a sus compañeros y a su Sensei; mientras que su padre, el Hokage, debía cumplir con su apretada agenda de trabajo, así que se alegraba que podía desayunar con ella y con su familia, al menos una vez a la semana.

Después del desayuno, los hombres de la casa se despidieron y se marcharon, dejando a la pequeña y a su madre solas. Su dulce madre se dispuso a completar las labores del hogar del día, mientras la pequeña corrió a su habitación, busco una libreta de dibujos, unos colores y por supuesto a su compañero de dibujo, su oso de peluche. Salió al patio y se dispuso a dibujar todo lo que viera en todo el día. Estaba tan concentrada en su dibujo que no escucho a su madre acercarse detrás de ella.

Hija, olvide decirte algo – dijo su madre mientras se agachaba a donde estaba la pequeña – tu padre tendrá unos días libres dentro de unas semanas, y quiere saber si te gustaría ir a algún lugar especial con el

¿En serio? – pregunto la pequeña con brillo en los ojos – pero me sentiré bien con que este aquí con nosotros mami

Bueno, aun tienes unos días para pensarlo – dijo su madre mientras se levantaba – por ahora, vamos a comprar unas cosas. Tu padre y tu hermano llegaran después de ponerse el sol y debo preparar la cena

Al oír esas palabras, una idea broto en la cabecita de la pequeña Uzumaki. Ella le pidió a su madre que le dejara cocinar la cena de su padre. Su madre la miro con una sonrisa y acepto la idea.

Salieron de su casa y tomaron rumbo hacia la zona comercial de la villa. En cada tienda en que se detenían, la pequeña observaba todo con detalle. Llevaba su pequeña libreta de dibujo y escribía todos los ingredientes comprados y otras tantas cosas interesantes en las tiendas. En eso, se detuvieron en una tienda de postres. Ahí fue donde decidió que realizaría el mejor postre posible para su padre.

Entraron a la tienda, la pequeña tomo una canasta para comprar y empezó a tomar ingredientes para diferentes tipos de postres. Después de un rato, su madre pago los ingredientes para tres diferentes tipos de postres, pero ella agrego unos cuantos más, por si hacían falta. Después de terminar sus compras, tomaron rumbo a su hogar. En eso, apreciaron a uno de los clones de su padre que hacía unos encargos.

Aquí están la princesa y la reina de mi castillo – dijo el rubio mientras se agachaba a abrazar a su pequeña hija

¡Papi! – grito la pequeña mientras abrazaba a su padre, aun sabiendo que era un clon

Debes estar muy ocupado Naruto-kun. Mejor no te interrumpimos – dijo la amorosa madre mientras tomaba a su hija de la mano

Descuida – dijo el clon – ya estaba a punto de irme, en unas horas más terminare y tomare rumbo a mi casa con mi hermosa familia

Estaré esperándote papi, porque te preparare un delicioso postre – dijo la pequeña con brillo en los ojos

No puedo esperar a probarlo – dijo el clon del Hokage mientras desaparecía con una sonrisa

¡Deprisa mami! Debo hacer el postre de mi papi – dijo Himawari mientras jalaba de la blusa a su madre.

Al llegar a casa, la pequeña corrió a la cocina y empezó a sacar todos los ingredientes que compro para preparar diferentes dulces, mientras que su madre empezaba a preparar el platillo favorito de su esposo y su hijo. Se puso un mandil a su medida, cubrió su cabecita con un pañuelo color amarillo y con una mirada de determinación, se dispuso a preparar los dulces.

Primero trato de hacer unos dangos, pero todas las bolitas que intentaba hacer estaban un poco deformes y se deshacían muy rápido. Desesperada, intento hacer otro dulce diferente. Su siguiente opción fue hacer el melonpan sabor chocolate. Al principio la forma del pan era la correcta, pero la cubierta se trozaba al salir del horno y el pan estaba muy duro. Limpio todo de nuevo y decidió tratar con un dulce más sencillo. Su última opción fue hacer el botamochi. Empezó a crear las bolas de arroz, después, las empezó a cubrir con chocolate derretido, pero no espero a que este se enfriara y por desgracia sus bolas de arroz se deformaban por el calor del chocolate.

El tiempo se agotaba y ya no le quedaban más ingredientes y los que hizo no eran perfectos. Una lágrima empezó a salir de sus ojos, pero en eso, su madre coloco un recipiente con harina frente a ella.

Mami, ninguno de mis dulces salieron bien – dijo la pequeña mientras cubría su carita toda sonrojada – creo que no podre sorprender a mi papi

No te rindas mi pequeña – dijo Hinata mientras limpiaba sus lágrimas con un pañuelo – déjame decirte algo, yo tampoco era buena en la cocina cuando era pequeña

¿De verdad? – dijo la pequeña muy sorprendida

De verdad. Pero aprendí que uno puede mejorar, si de verdad lo deseas. Solo recuerda para quien serán los dulces

Son para mi papi

Correcto. Así como yo no me rendí en aprender a cocinar y como tu padre no se rindió nunca en su camino ninja, tu no debes rendirte

De acuerdo – dijo la pequeña mientras alzaba sus manos al aire con una sonrisa

Ahora, te enseñare a hacer unos bollos que aprendí de tu abuela

Con mucho esfuerzo y paciencia, terminaron los bollos suaves que Hinata aprendió de una receta de su madre. Después de varias horas, la cena estaba lista. Mientras Himawari ponía la mesa, se escuchó como la puerta principal se abría.

¡Estamos en casa! – se escucharon las voces de Boruto y su padre

¡Bienvenidos! – respondieron Hinata y la pequeña al mismo tiempo

Me muero de hambre – dijo Boruto mientras se acercaba a la mesa

Yo igual, fue un día muy pesado en la oficina – dijo el rubio mayor mientras se quitaba su capa de Hokage y se dirigía a la mesa

Pues prepárense para una cena increíble – dijo la pequeña mientras traía los platos de ramen más grandes que se pueden imaginar.

Todos se sentaron en la mesa y empezaron a comer. Entre bocados, padre e hijo contaban como había sido su día. Al terminar de comer, Himawari corrió a la cocina mientras su madre la seguía. Al regresar, ambas llevaban un tazón cubierto cada una.

Y ahora, lo mejor, ¡el postre! – dijo la pequeña mientras colocaba su tazón frente a su padre y su madre hacia lo mismo con su hijo

Himawari y yo los hicimos, espero que les gusten – dijo Hinata mientras se sentaba en su lugar

¡Ta – ran! – dijo la pequeña mientras levantaba la tapa de ambos tazones.

Al abrirlos, un cálido aroma a menta salió desprendido de los tazones. En ambos, había muchos bollos suaves, color rosa, rellenos de crema batida sabor fresa y menta. Naruto de inmediato reconoció el delicioso postre que su esposa le daba cuando eran novios. Ni tarde ni presuroso, ambos rubios tomaron uno cada uno y le dieron un gran mordisco. La pequeña cruzaba los dedos, mientras su madre colocaba su mano sobre su hombro para que no se preocupara.

¡No puede ser! – exclamo Boruto - ¡ESTAN DELICIOSOS, DE VERDAD!

¡Saben iguales a los que me dabas cuando éramos novios Hinata! – exclamo Naruto mientras sus mejillas se ruborizaban por el dulce postre que disfrutaba

De hecho, Himawari los preparo – dijo Hinata mientras tomaba un bollo – ella tiene un gran talento para la repostería

Estoy orgulloso de ti hermanita – dijo Boruto mientras no paraba de comer más y más bollos

Te prometí un delicioso postre papi, ¿de verdad te gusto? – pregunto la pequeña con una carita muy tierna

Pero que dices mi pequeña – respondió su padre mientras se levantaba de su asiento y levantaba a su hija – es el mejor postre del mundo. Muchas gracias

Ese día, la pequeña Uzumaki aprendió que ante cualquier reto, nunca hay que rendirse y siempre seguir intentando. Mientras que Boruto aprendió que comer muchos bollos dulces en la noche, le podría causarle dolores de estómago muy fuertes al día siguiente.

Fin