N/A: Sintiéndome totalmente deprimida, he aquí un corto extraño, algo sádico, depresivo pero al final tiene esperanza (?) tal y como veo mi vida ahora, xDD Si, Killer anda con modo emo, aunque se me pasará, lo sé, xD Creo que toda mi depresión se debe a que unas ocho paginas más y culmino mi novela... pero no se si realmente es buena o es una mierda, problema de autores, pero anyway, volviendo a lo que interesa, espero que encuentren bueno este corto, xD

DISCLAIMER: Bleach NO me pertenece.


Él había ganado. Él ahora poseía su cuerpo.

No sólo el de ella, sino el de él.

No importaba cuanto corriera, él siempre la alcanzaba y con esa extraña sonrisa en su rostro pálido siempre le decía: "Tranquila princesa, no hay a donde ir."

Ella estaba atrapada. Ella estaba realmente en problemas.

Ella le pertenecía. O al menos eso decía él. Todo el que la mirase, pagaría las consecuencias. Y eso ya lo sabía ella. Takashi-kun, un compañero de trabajo, también lo supo. Lástima que eso fuera lo último que él conociera.

Él era rápido. Él era furioso. Él era sádico. Él era cruel. No había momento donde él no le dijera lo jodido que esta el ex rey. Sí, porque élera el nuevo rey y el antiguo era el caballo.

Él había aparecido una noche, la misma donde Kurosaki había perdido el trono, la misma donde el mundo de ella se había desvanecido. El nuevo rey había llegado a su hogar, buscando lo que a él le pertenecía. Su princesa.

Desde que había visto su mirada, de irises doradas, ella supo que todo estaba mal. Ella había dejado de sonreír.

Pero eran momentos como este, donde lo tenía de cerca, que podía ver en sus irises doradas ciertos tonos y matices chocolate. No sólo eran sus ojos, sino su actitud. Él estaba enojado. Él estaba furioso. Él estaba perdiendo.

En ese momento ella comprendió algo, que la hizo sonreír por primera vez en esa semana. El antiguo rey estaba de regreso. Porque Kurosaki Ichigo siempre cumplía sus promesas y él le había prometido que la protegería. Incluyéndolo de él mismo.

Por eso él estaba enojado. Porque de la misma forma que había adquirido el trono, de esa misma manera, el antiguo rey se lo estaba quitando.

Por eso ella amaba al que siempre seria el rey. A ese que lo habían despojado del trono, pero que en esos momentos volvía adquirirlo, lanzando a la oscuridad total al tirano de ojos dorados. Por eso no importaba cuanto ella tendría que esperar para que él se diera cuenta de cuánto ella lo amaba. Ella aguardaría.

No importaba si era aquí o en la Sociedad de Almas. Ella siempre esperaría por él.