Cáp. 1: ¿Qué? ¿Vuelves a las peleas?
Caminaba rápidamente por la calles de konoha, con paso firme y seguro, pero a la vez moviéndose con gracia, solo como ella sabía hacerlo. Todos la miraban con asombro, no se daba que una extraña se atreviera a "pasear" por esos barrios tan peligrosos. Si, la parte baja de la aldea. En cambio, otros la miraban con felicidad, la conocían muy bien.
No se preocupaba, estaba acostumbrada a que todos se voltearan a mirarla, no le suponía un gusto, pero lo soportaba.
Llego a una pequeña casa de madera, no era para nada bonita pero era mucho mas aceptable que las otras que había a su alrededor. Toco la puerta. Su paciencia no era la mejor, toco de nuevo y nadie respondía.
—¡Sabes que si no abres haré mierda la maldita puerta!— dijo golpeando insistentemente la puerta
—OK que linda visita—dijo una castaña al abrir la puerta.
—¡Mierda! … ¡tenten mírate la cara!—grito mientras entraba a la casa y la otra chica cerraba la puerta bufando.
—Temari… no es para tanto.
La rubia no dijo nada mientras se acercaba a la otra salita, no necesitaba que su amiga la guiara, había vivido con ella un largo tiempo, eran como hermanas.
Se sentó en una vieja silla junto a una pequeña mesita mientras llegaba su amiga seguramente con un par de cervezas.
Cuando vio que se acercaba su amiga puso la cara seria.
—¿Quién fue?— le dijo cuando ya se encontraba sentada frente a ella— las noticias vuelan, sabías que aunque no me lo dijeras lo iba a saber ¿Quién fue?
—Temari no te preocupes, fue algo sin importancia, yo estaba borracha solo por eso me golpeó—dijo señalándose la cara y luego tomo un buen sorbo de su cerveza.
—Tu aún estas en las peleas no puedes emborracharte ¡tarada! — le riño y luego le sonrió, no quería que su amiga se pusiera a llorar ni nada. Tomo un trago de su botella.
—Tonta… no me grites—le dijo sonriendo.
—Dime quien fue
—¿Para qué quieres saberlo?
— Solo dime.
—es una mierda de tipa, no sabe pelear, ella es débil …
—Pero aún así te golpeó
— No quieres saberlo, te enfadaras conmigo.
—¿La conozco?
— No, pero sé que iras a buscarla y te enojaras conmigo al ver que perdí contra ella.
— Ya no estoy en las peleas, dime.
—Es una rubia. Yamanaka Ino.
—Ok, iré a buscarla, Tenten vuelvo a las peleas… —dijo poniéndose de pie
—¿Qué?
— Iré a patear a esa zorra. ¿Dónde la encuentro?
Salio casi volando de la casa, pero una mano la alcanzo.
—Temari no vallas
—No te preocupes, la dejare viva para que puedas ir a golpearla cuando quieras…—se zafo sutilmente— y no te avergüences de que vaya a cobrar por ti.
Se sonrieron y luego de eso cada una se fue por su propio lado.
Llegó a un terreno donde solo había autos desmantelados. Se tensó, no sabía porque exactamente pero dedujo que era porque hace dos años que había dejado las peleas callejeras.
Siguió caminando y vio un grupo de… de siete personas, se acercó. Todos la miraron con interés. Solo había una rubia ahí, esa debía ser la perra.
—¿Se te ofrece algo?— le dijo un chico de tes pálida mientras una cínica sonrisa se calaba por sus delgados labios.
—Alguien, para ser precisa.—dijo con voz firme. Las miradas se concentraron más en ella, menos la de un chico que parecía dormir sobre el capo de un auto.
El chico de tes pálida le miraba divertido.
—Sai, no le mires así—dijo con voz fría un chico de pelo negro-azulado.
—¿Sasuke?—dijo un chico rubio que lo miraba incrédulo, la chica de pelo rosa y ojos verdes que estaba junto a el al otro lado pareció enfadarse con eso.
—¿Yamanaka ino?—preguntó temari—¿Quién es la yamanaka?
—Esa soy yo —dijo la rubia con la que temari había sospechado.— ¿Qué quieres?
—eso puedes adivinarlo …
—Ino parece que alguien viene a pelear contigo—dijo divertido un chico gordo.
Ino soltó una carcajada que casi hace que temari la degollase ahí mismo, pero se controlo.
—¿Y quien eres tu?—pregunto con burla la yamanaka.
—Temari, sabaku no temari—al escuchar su nombre todo quedo en silencio y hasta el chico que parecía dormido se incorporo lentamente, bostezando. Luego la miro atentamente.
—Mentira—acusó la pelirosa— no conozco a la sabaku no, pero ella dejo de pelear hace un par de años.
—Pues hoy vuelvo a las peleas—respondió mirando con ojos desafiantes la cara de aquella chica, la yamanaka.
