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Día uno.
(Parte I)
Iba caminando por el museo observando todas las pinturas que a la vez también lo veían a él. Siguió con su recorrido, cuando de pronto se encontró con una pared: era como un callejón sin salida. Volteó a los dos lados y tan sólo miró más pared.
Fijó su vista de nuevo enfrente y vio a una mujer de espaldas. Su cabello se movía sensualmente de un lado a otro, movido por el viento, que él ni siquiera sabía de dónde provenía.
Su cabello era pelirrojo, largo, lacio y con un brillo espectacular. Desprendía un perfume embriagador que lo hipnotizó por un momento. Se quedó mirando esa cabellera, cuando poco a poco fue cambiando de color hasta transformarse en un negro cenizo y él se quedó un poco impresionado por el brusco cambio. Sintió también el perfume de esa cabellera, que a su parecer, era más fogoso que el de la anterior.
Lentamente, la mujer fue volteando dejando al descubierto unos rasgos completamente italianos, unos ojos negros profundos y una tez morena. Se acercó y la contempló, cuando de un solo golpe, la chica se transformó permitiéndole observar unas facciones francesas que descansaban en una tez blanca junto con unos ojos verdes cautivadores. Era la chica pelirroja.
De pronto, la imagen comenzó a hacerse borrosa y terminó con un resplandor que al difuminarse por completo, mostró dos rostros: La chica de ojos negros y la de ojos verdes.
Robert Langdon se despertó sobresaltado y con una confusión en su cabeza que comenzó a molestarlo. Abrió los ojos de par en par para que se acostumbraran a la luz y después suspiró. Al recostarse boca arriba, sintió la presencia de alguien más en el cuarto, así que giró la cabeza hacia un lado y encontró a una mujer pelirroja, que estaba recostada en la otra cama individual y que sonreía.
La observó y llegó a la conclusión de que era realmente hermosa. Con su cabello caoba, sus rasgos finos y delicados y esos ojos verdes, ahora cerrados, que lo volvían loco.
Al parecer, Sophie se dio cuenta de que era observada y abrió los ojos lentamente, para después sonreír.
-Buenos días, Robert.-dijo la pelirroja.
-Buenos días, Sophie.-contestó Robert, para después acercarse a la cama de ella y darle un beso en la frente.
-¿Cómo amaneciste?
-Muy bien.-contestó.
Sophie dejó al descubierto una pequeña sonrisa. No sabía cómo ni cuando había pasado. Simplemente había pasado. Se había enamorado de alguien a quien sólo conocía de una noche. Se podía decir que ahora la pelirroja creía en el amor a primera vista.
-¿Y tú?-dijo Robert sacando a Sophie de sus pensamientos.
-También muy bien-dijo la chica para después pararse de la cama-Creo que iré a bañarme para salir a desayunar.
-Está bien, cuando tú salgas, yo entro.-dijo Robert volviendo a su cama a recostarse.
Sophie asintió y se dirigió hacia el baño mientras Robert volvía a acostarse. Mientras ella se bañaba, el hombre sonreía aun tapado con las cobijas. Recordó el beso que se habían dado aquella noche. Había sido tan especial y dulce. Suspiró. Cómo le gustaría volver a vivir esa experiencia, pues el día anterior que se habían vuelto a ver, también había vuelto la timidez.
Robert Langdon estaba esperando en el aeropuerto de Florencia. Estaba un poco nervioso y debía admitirlo: Se moría de ganas de volver a ver a Sophie. El beso que se habían dado la última noche que se habían visto todavía estaba reciente en su memoria y en verdad deseaba volver a probar esos labios. Ese mes que habían estado separados, para él había sido más largo de lo normal.
De pronto sus pensamientos se interrumpieron, pues Langdon reconoció esa cabellera pelirroja en cuanto la vio. Corrió hacia la chica y le tocó el hombro. Una joven con una sonrisa lo recibió.
-¡Robert!-exclamó para después colocar sus brazos alrededor de su cuello.
-Hola, Sophie-dijo él separándola sutilmente de su cuello para poder verla-Veo que no has cambiado.-dijo sonriendo.
-Creo que en un mes la gente no cambia mucho ¿no?-dijo ella con una ceja levantada-Porque yo también te recuerdo igual.
Ambos se rieron. Después de unos momentos, en el cual ninguno de los dos sabía que decir, Sophie rompió el silencio.
-¿Nos vamos ya al hotel?-preguntó.
-Sí, está bien, yo dejé mis cosas en recepción, porque todavía no me asignan el número de cuarto.-contestó Langdon.
Robert tomó la maleta de Sophie, mientras ésta le agradecía con una sonrisa, provocando que Langdon se sonrojara un poco. Maldijo para sí; parecía un adolescente enfrente de la chica que le gusta.
En algunos minutos arribaron al hotel. Se acercaron a recepción y Robert habló.
-Disculpe, ella es Sophie Neveu y es la que me acompañará esta semana.
-Oh sí claro, ya la había mencionado-dijo el recepcionista mientras tecleaba algo en su computador-¿Van a dormir en el mismo cuarto o por separado?
Tal vez hubiera sido mejor que el recepcionista no hubiera dicho eso. Ambos enrojecieron un poco ante tal pregunta; parecían en verdad dos adolescentes. Robert se acercó a Sophie y le preguntó discretamente qué prefería, ante la atenta mirada del recepcionista.
-¿Qué te parece el mismo cuarto y dos camas?-dijo ella.
-Me parece buena idea.
Robert volvió a acercarse al recepcionista.
-El mismo cuarto y con dos camas-informó.
-Perfecto-dijo el chico-Aquí tiene su llave-le entregó la llave-Y el número de la habitación es el 103, que disfruten su estancia.
Robert y Sophie asintieron, dieron las gracias y se dedicaron a mirar alrededor para ver por donde se podía acceder a su dormitorio. Langdon la localizó casi en el fondo y se alegró muchísimo al comprobar que estaba en el primer piso, pues así no tendría que usar el ascensor ni tampoco las escaleras, que también era cansado subirlas.
Después de varios minutos, el hombre escuchó cómo la regadera dejaba de sonar y se levantó de la cama para buscar su ropa. Cuando la encontró, se dirigió al baño al tiempo que Sophie salía de éste, por lo que quedaron frente a frente observándose mutuamente.
Ella solamente vestía una toalla blanca alrededor de su cuerpo. Su cabello caía sensualmente por sus hombros, detalle que para Robert no pasó desapercibido y como buen hombre, notó las curvas de la chica. De pronto, se dio cuenta de lo que estaba pensando y sacudió su cabeza levemente.
-Esto…yo me voy a bañar.-dijo Robert entrando al baño precipitadamente.
Sophie asintió y caminó hacia su maleta para guardar su ropa. ¿Qué era lo que le pasaba? Sabía que Robert le gustaba y mucho, pero ¿por qué no se podía controlar?
"Vamos Sophie, tú puedes controlar tus sentimientos", pensó para sí misma.
Mientras tanto, Robert en la bañera pensaba lo mismo. Sabía que Sophie le parecía encantadora y que le gustaba mucho y también tenía la sospecha de que la pelirroja sentía lo mismo por él.
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Sophie y Langdon se encontraban comiendo en un restaurante a una cuadra del hotel. Era de pura comida italiana y como ninguno de los dos conocía mucho la comida de Italia, decidieron pedir lo que todo el mundo conoce: Spaghetti.
-Está muy bueno.-dijo Sophie tomando un poco de su agua.
-Sí, me habían dicho que éste era el mejor restaurante de aquí.
-¿Ya habías venido?-preguntó Sophie interesada.
-Pues no...me lo dijo una amiga.-dijo Robert un poco nervioso recordando a Vittoria.
-Ah.-fue la respuesta de la pelirroja.
Después de un rato, se quedaron por unos momentos en silencio. Durante esos minutos, Sophie se dedicó a observar a Robert. Era realmente apuesto. A pesar de que era más grande que ella, lo amaba, aunque tenían muy poco de conocerse.
Mientras estaba perdida en sus pensamientos, Langdon observaba el restaurante; sintió la mirada de Sophie puesta en él y no quiso encontrarse con esos ojos verdes, pues lo ponían nervioso. Siguió en su tarea de observar el restaurante, cuando de pronto vio algo o alguien que hizo que abriera los ojos de par en par.
Vittoria Vetra estaba a escasos metros de él.
N/A: Bueno, desde que leí el libro de El Código Da Vinci, me quede súper traumada con la pareja de Sophie y Robert, así que decidí escribir este fic romántico, sin ningún asesino que esté detrás de ellos ni tampoco ningún asesinato que empiece con la historia xD. En verdad me gusta mucho la idea. Espero que a ustedes también.
Y por último quiero agradecerle a mi amiga Laura Daniela que me dio muchas ideas, así que el mérito también va para ella. Gracias LD :)
Acerca del capítulo: Bueno, podemos ver que la acción comienza desde el inicio. Pensaba poner a Robert y Sophie ya como una pareja, pero decidí que lo mejor sería que se diera su relación poco a poco. Esto se quedó intrigante con eso de que he metido a Vittoria desde el comienzo (o eso pienso yo jaja).
Comentarios, críticas, tomates, halagos, etc. Todo eso y más en un review :)
-Bianca.
