Capítulo #1

El barullo en la clase era ensordecedor a pesar de ser primera hora de la mañana. Los alumnos se habían reunido en grupitos y charlaban aprovechándose del retraso de la profesora. Sólo un alumno parecía más interesado en instruirse que en hablar sobre cartas o sobre qué nuevas parejas se habían formado. En el último pupitre de la fila de asientos más cercana a la pared Squall tecleaba en la computadora de su atril ajeno a las ruidosas conversaciones. Él no les molestaba y ellos no le molestaban a él. Perfecto. Aunque, si bajaran un poco el tono... Dicho y hecho. Las voces callaron y se oyó el golpeteo de las sillas al sacarlas de las mesas. Squall alzó la cabeza sorprendido de su poder mental, pero este sentimiento duró muy poco; en la puerta se encontraba Quistis Trepe, la cual llevaba un gran montón de papeles y el ceño fruncido. Quistis cerró la puerta con fuerza y se dirigió a su mesa. Dejó los papeles sobre la mesa, se apoyó sobre el borde y cruzó los brazos:

– Con el ruido que se oía hace un momento pensé que había entrado en una cuadra y no en un aula llena de aspirantes a Seed.

Los alumnos bajaron las cabezas y no respondieron.

– En fin – continuó Quistis – os he traído la lista de tareas y exámenes preparatorios para acceder al examen final de Seed. - Quistis empezó a repartir las hojas mientras hablaba – Debéis saber que para pasar a este examen necesitáis aprobar TODAS las pruebas con un mínimo de 8 – murmullo general – Sí, sí, así es. Ser Seed no es un juego. Sólo los mejores pueden llegar a serlo. Bueno, sigamos, tenéis tres semanas para entregar las tareas y realizar los exámenes, por lo tanto, a partir de ahora no habrá más clases – Quistis miró su reloj – De acuerdo, ánimo y mucha suerte, chicos.

– Gracias, instructora Trepe – exclamaron los alumnos al unísono.

Quistis se despidió de ellos y abandonó el aula. Los alumnos comenzaron a recoger sus cosas y las conversaciones se reanudaron.

– La instructora Trepe es increíble – dijo un chico de tez oscura perteneciente a su club de fans – es capaz de imponerse y a su vez hacerse querer.

– Sí, es única – correspondió otra chica de pelo rubio miembro del mismo club – quisiera ser Seed sólo para compartir misiones con ella – la chica puso ojos soñadores.

– ¡Buah! - espetó alguien detrás del club de fans de Quistis – cualquiera podría ser mejor Seed que la instructora Trepe. Sois unos pelotas.

El pleno del club de fans se giró en redondo para encararse al que había dicho aquella blasfemia. El dueño de la voz, un chico de pelo castaño a tazón y muchas pecas, les hizo un gesto obsceno. Los rostros de los miembros del club se pusieron rojos de ira. Se olía el peligro en el ambiente. Los alumnos comenzaron a marcharse. Squall les imitó, cogió sus cosas y se dirigió hacia la salida. Cuando estuvo fuera del aula, estalló la guerra. Squall se alejó de la clase ahora convertida en un campo de batalla.