Kise estaba impactado, sorprendido, hasta podría decirse que preocupado por la escena que acababa de presenciar, que sus ojos enfocaron con la inocencia propia de no poder saber qué iba a pasar.

Sólo unos segundos sus miradas se encontraron y la expresión de Tetsuya no se borró. Al contrario, pareciera que, más que intentar ocultar su inusual gesto, se lo dedicaba, haciendo que Kise se sintiera más especial de lo que acostumbra a sentirse. Porque, aunque Aomine y Momoi también estaban presentes, la sonrisa de Kuroko estaba dirigida hacia él… Obviamente.

Claro que el rubio, para proteger su ilusión y su "frágil" corazón, pasó totalmente por alto el hecho de que se encontraban en una especie de ronda de chistes, donde, entre Kise y Aomine, soltaban un sinfín de comentarios idiotas que, de alguna manera, resultaban graciosos, robándole risas a quienes estuvieran cerca, siendo Momoi ésta vez la víctima al igual que Tetsu, quien no pudo resistirse ante cierto chiste algo cruel por parte del rubio. Mismo chiste que provocó las carcajadas de Aomine y unas palmadas en la espalda de Kise, mostrando así que Daiki aprobaba y festejaba su maldad.
El de tez morena jamás perdía la oportunidad de carcajearse ante chistes hacia Midorima, es que el tipito freak del horóscopo siempre da para mucho en lo que a burlas respecta.

Idiota es el segundo nombre de Ryouta, quien tomó una sonrisa de "buen chiste, Kise-kun" como una declaración de amor disfrazada, y se le pegó como sanguijuela por el resto de la tarde a Kurokocchi, el pobre inocente cuyo único pecado fue sonreír.
Suerte que Aomine existe y lo separó a los golpes del chico fantasma para que, inmediatamente después, Satsuki se aferrara al brazo de Tetsu-kun sin intenciones de dejarlo ir.

Ese día, Kise se decidió a que, además de baloncestista y modelo, sería también comediante. Todo sea por más sonrisas de Kurokocchi y volver a sentir esa sensación asfixiante de su corazón golpeando con fuerza su pecho.

… Qué pena que Kuroko luego de unos días de él cargoseándolo, no sólo dejó de dirigirle sonrisas… sino, también, la palabra.