Hermione se encontraba nuevamente llorando a la orilla del lago. Otra vez había tenido una discusión con Draco Malfoy, su novio desde hace año y medio. Ella tenía toda la ilusión de ir con él al baile de Navidad, pero por la culpa de Pansy Parkinson y sus cizañas terminaron peleándose.

Flashback

- Escuché un rumor de que Viktor Krum anda detrás de tu novia.

- No lo escuchaste Parkinson, lo leíste en corazón de bruja. Además, ya hablé con Hermione, ella tan siquiera lo pela.

- Oh en serio, porque hoy la vi muy entusiasmada platicando con él afuera de la biblioteca.

-Draco- intervino Hermione tratando de darle un beso a su novio, pero este último lo evito, -sucede algo ?-

- Déjanos a solas Pansy.

-Como quieras- dijo Parkinson con una amplia sonrisa en el rostro.

- Entonces, vamos a dar una vuelta por el lago- intervino Hermione.

- No, vete tú sola o mejor aún con Viktor Krum.

-QUE! Cuántas veces hemos hablado de eso. Viktor no significa nada para mí. Entiéndelo.

- Pues hoy se veían muy contentos juntos afuera de la biblioteca.

-De seguro eso te lo dijo la chismosa de Parkinson.

- No importa quién me lo haya dicho. El punto es que estas con él. A ver de qué tanto estaban hablando.

Hermione miraba a su novio. Sus celos enfermizos la volvían loca y siempre terminaban en discusiones, hasta por el simple hecho de estar con sus mejores amigos.

- Nadie engaña a un Malfoy. Pensé que eras diferente a las demás chicas, por eso me enamoré de ti. Y no eres más que…

No terminó de decir la frase cuando la mano de la chica pegó fuertemente contra su mejilla. Hermione estaba furiosa cómo se atrevía a decirle eso y hablarle así.

- Olvida de que tú y yo iremos al baile. Es más olvida que somos novios- gritó el rubio y se marchó a grandes zancadas del lugar.

FIN DEL FLASHBACK

No pudo contener el llanto al recordarlo de nuevo. Si bien, Draco era tierno, cariñoso, guapo, en fin todo un hombre que cualquier chica quisiera tener. Sin embargo, era celoso y posesivo.

A lo lejos un chico ojiverde veía como su mejor amiga nuevamente estaba llorando. Cada vez que la veía así odiaba a Draco Malfoy. Más de una vez había ido a buscarlo, sin que su amiga lo supiera, para dejarle en claro que Hermione no estaba sola, que lo tenía a él y a Ron para defenderla de quien fuera.

Sufría mucho cada vez que la veía así. Ella siempre había estado con él tanto en las buenas como en las malas. Siempre lo hacía reír, aquella sonrisa tierna y encantadora provocaba que se le olvidara todo, el tiempo se detuviera y sólo estuvieran ellos dos. Sus ojos miel lo transportaban a la luna y de regreso.

- Otra vez peleaste con Draco- preguntó Harry.

- Sí, otra vez con sus celos enfermizos.

- Ya no llores, ven, vamos a dar una vuelta- dijo Harry extendiendo su mano.

- Gracias Harry, pero esta vez quiero estar sola.

- Si, no te preocupes. Nos vemos en la sala común.

Harry la abrazo y ahí estaba aquella fragancia que no podía olvidar. Ya había pasado tiempo desde que su corazón comenzó a cambiar. Para él ya era una necesidad estar con ella, sentirla, escucharla, verla. La necesitad de protegerla y cuidarla se hizo más fuerte. No supo como ocurrió ni cuándo ni dónde. Sólo la observaba cada día, cada hora, cada segundo, por mucho tiempo. No obstante, de lo único que sabía era que se había enamorado de su mejor amiga.

- Harry- detuvo Hermione a su amigo y le tomó de la mano - gracias, gracias por estar aquí conmigo, gracias por tu apoyo y sobre todo gracias por ser mi amigo.

Harry al escuchar esta última palabra se le encogió el corazón. Amigos, sólo amigos. Cuánto daría por que Hermione lo viera más que eso. Y cada vez que ella decía "nunca vamos a dejar de ser amigos pase lo que pase" y le sonreía, provocaba que él tendía que esconder aun más profundo sus sentimientos.

Harry se marchó después de darle una débil sonrisa. No sabía que era mejor, si quedarse con sus sentimientos ocultos y continuar como amigos o decirle lo que sentía y tener una oportunidad. En algunas ocasiones prefería la primera, tal vez porque así la protegería mejor. Además no quería perderla.

Hermione veía como su mejor amigo se marchaba hacia la torre de Gryffindor.

- No porque haya discutido con Draco significa que no tenga que dejar de hacer mis deberes. La chica se levantó, se limpió las lágrimas. Harry siempre la hacía sentir bien. Se dirigió a la biblioteca.