Título: Resignación
Disclaimer: Death Note no es mío. En serio, si lo fuera, créanme, no hubiera sido tan genial. Y habría un tomo especial sobre el tiempo que L y Light permanecieron encadenados. Well...
Pareja:
Mello/Matt.
Advertencias: Shonen ai, nada explícito.
Nota: Es mi primer... fic/drabble lo que sea, de Death Note. Y no he leído el final porque me trauma, pero en fin, a ver qué tal...


Resignación


Mello tiene una personalidad explosiva y su manera de ser no le permite nada más que actuar, a veces dejando que su mente se ciegue por instantes y su cuerpo reaccione, siempre con esa sonrisa de soberbia y esa seguridad que no lo es. Near, al contrario, es más parecido al antecesor de ambos, pasivo, frío, pragmático. Lo demuestra todo el tiempo, mientras las personas mueren a su alrededor y él se limita a fruncir el ceño, no dejando que nada inmute su semblante, sin permitir que la ira se apodere de su ser.

Mello es obsesivo, con ese complejo de inferioridad que se fue forjando a través de los años en aquel orfanato. Siempre, dos puntos, un punto, tres puntos, dos puntos. Pero siempre, inferior a Near. Y no es que le falte inteligencia, es sólo que le cuesta mantener la cabeza fría y tiene sentimientos. O emociones, que no son lo mismo que los sentimientos pero igual pueden llegar a nublar el juicio. Near también es obsesivo, pero no comete tantos errores y si lo hace, no lo demuestra.

Y Matt está ahí. Uno más dentro de Wammy's House, el fiel compañero de Mello, el que soporta los arranques del otro, que sigue sus órdenes, que ríe de vez en cuando por la anticipación de un plan que parece que funcionará. Matt sigue ahí, después de todo, después que el último enfrentamiento ha acabado, ahora que la Death Note ya no está en poder de Mello y en su rostro ha quedado una cicatriz.

A Matt le duele, porque Mello vive por y para superar a Near y no le parece justo. Le mira llevarse un chocolate a la boca, uno más de la dotación interminable que él se encarga de mantener así, y escucha el sonido de los mordiscos, como si estuvieran demasiado cerca. El rubio masculla algunas frases incomprensibles y su mente trabaja rápidamente, sopesando y de nuevo comparando su trabajo con el de Near. Comparaciones que nunca acaban, comparaciones y una obsesión que acabará con ambos.

Matt lo sabe, que aunque ahora esté a su lado, deslizando su mano a través de la cicatriz, apartando despacio el chocolate de la mano del rubio, algo ahí no es real. Lo siente mientras Mello, que siempre debe tener el control, se coloca sobre él y con esa sonrisa casi perversa comienza a acariciar por encima de la ropa, caricias toscas, ardientes.

- Mello...

Pero el resto de la oración se pierde en el aire y las palabras se tambalean, porque no vale la pena decirlas. No le escucha y prefiere entregarse y saborear una vez más, casi impersonal, el sabor a chocolate que ha quedado en labios de su amigo. Diría que aún quedan más oportunidades, pero no sabe si eso es lo adecuado, porque la compasión es algo que a Mello le asquea y que a él mismo le aburre, y porque, pensar que podría morir en la siguiente confrontación no le hace gracia. No le parece lindo que Mello muera en su intento por superar a Near. Que muera por Near y no por él.

- Mello...

Le contesta sólo el silencio y cierra los ojos. Al final, sólo le queda resignarse.