-Mi nombre es Eliza Woods Griffin, tengo veintidós años, he sido tres veces campeona nacional, tengo dos títulos mundiales en moto 3, uno en moto 2 y este año doy el salto a la categoría reina con el Heda Team. ¿Mi gran inspiración en la vida?-Repetí la pregunta del periodista.-Mi madre.
Me llené de barro al cruzar un charco con mi moto de enduro, era una carrera personal, mi orgullo estaba en juego. Me detuve ante una gran cuesta esperando a la moto que me seguía, pique gas a modo de reto y solté el embrague saliendo disparada hasta la cima.
Una vez arriba me quite el casco soltando mi marañada melena rubia al viento hasta que la otra moto alcanzó mi posición.
-Te haces mayor mama.-Me burlé.
-Ya te gustaría llegar a los cuarenta y nueve en mi estado.-Dijo quitándose el casco y buscando en el interior de su chaqueta el móvil.
Adoraba estos momentos privados de diversión con mi madre, desde que tengo uso de razón siempre lo hemos compartido todo. Crecí prácticamente en los paddocks de todo el mundo, entre las paredes del box del Heda Team, admirando como esa mujer a quien yo llamaba mama daba ordenes y consejos a sus pilotos, haciéndome sentir esta gran pasión llamada motociclismo.
La palabra admiración se quedaba pequeña por quien me lo había enseñado todo o casi todo en esta vida. Para el resto del mundo era una leyenda, para mí era un ejemplo a seguir.
-Tu madre no ha parado de llamarnos,-Murmuró.-sera mejor que volvamos.-Empezó a guardar su teléfono.
-¿Una carrera hasta casa?-Pregunté entusiasmada poniéndome el casco y arrancando sin darle tiempo a que se preparara.
Desde que me había convertido en piloto profesional habíamos cambiado de residencia, la de ciudad por la del pueblo para una mayor tranquilidad. Una faena para mi hermano Alex que había tenido que cambiar de instituto.
Dejamos las motos en la entrada, cruzábamos el jardín entre risas comentando nuestra pequeña competición, en la que finalmente la comandante me había dado caza a pesar de mi ventaja.
-Ni se os ocurra entrar a casa así.-Nos llamo la atención mi otra madre. Entonces nos observe cubiertas de barro hasta las orejas y reprimí una sonrisa.-Voy a recoger a Alex.-Le dio un pico a su mujer.-Cambiaros,-Miró su reloj.-Alycia estará a punto de llegar. Portaros bien con ella.-Nos advirtió antes de irse.
La peor parte de la mudanza se la había llevado sin duda mi madre, tenia que conducir cuatro horas diarias. La primera para llevar a Alex al instituto, la segunda para volver a casa, otra más para recogerlo y la ultima para traerlo hasta aquí. Le habíamos regalado a mi hermano una moto para su cumpleaños, pero esta estaba en el garaje cogiendo polvo pues el pequeño Woods no le gustaban las motos, la verdad es que el pobre estaba algo saturado de tener que pasar los fines de semana en el paddock y luego oírnos hablar en casa de temas del mundial.
-¿Alycia?-Pregunté confusa.
-Sí, es la actriz que ha conseguido el papel para la película.-Rodó los ojos nunca le habían gustado las cámaras, creo que era de las pocas cosas que nos diferenciaba.-Me escribió un correo muy amable, quería conocerme para interpretarme mejor, cosas de actores.-Se encogió de hombros.-Así que la he invitado a que nos acompañe unos días hasta que empiece la temporada.
La idea de tener a otra niña en casa recibiendo las atenciones de mi madre no me gustaba mucho. Podía ser algo celosa con ella, sí, pero porque no estaba acostumbrada a compartirla con desconocidos, ni siquiera en el parque cuando era pequeña pues mi madre huía del resto de los niños básicamente porque le daban miedo.
-¿Qué películas ha hecho?-Mi madre se encogió de hombros.-¿Le han dado el papel a una desconocida?-Empecé a molestarme, esa película era muy importante para mí, era el mayor de los reconocimientos a la carrera de mi madre.-Si es por falta de dinero yo financió lo que haga falta para que traigan a una buena actriz, a una famosa que arrastre masas al cine.
-Eliza si ha pasado el casting será porque es buena. ¿No crees?-Trató de relajarme con dulzura.
Nos fuimos al garaje, mi madre parecía una guerrera con la coraza y las botas endureraras. Realmente lo había sido, a mi edad se había abierto paso en un mundo de hombres consiguiendo seis títulos mundiales y yo no estaba a su altura. Pese a todas las ventajas que conllevaba el apellido Woods seguía siendo una sombra bajo su leyenda, bajo esos diez títulos que ni siquiera Aden había logrado.
-Hola, soy Alycia bueno ahora soy Lexa Woods.-Mostré el mono de piloto que llevaba puesto a la cámara que me seguía.-Es el primer día de rodaje y estoy algo nerviosa la verdad. Todo el paddock nos observa, la propia Lexa y su familia también están aquí.-Resople.-Espero estar a la altura. ¿Qué si la conozco en persona?-Repetí la pregunta que me habían hecho.-Sí.-Sonreí tímidamente.-Quise hacerlo antes de empezar a rodar y ella me invitó a su casa.-Reí recordando lo divertida que era.-Es una gran persona.-Aseguré.
¿Era posible quedarme sin taxis en el aeropuerto? Sí. Había tenido un pequeño problema con mi maleta, básicamente estaba tan nerviosa que no la veía pasar por la cinta. Así que cuando salí la gente ya había cogido todos los taxis de la parada y además había cola de espera, vi como llegaban de uno en uno y la gente iba subiendo en ellos.
A veces me gustaría ser ese tipo de persona descarada que te roba el taxi cuando estas apunto de subir, como la mujer que me lo acababa de hacer a mí.
Me senté en el suelo apoyando la cabeza sobre la maleta, no había podido dormir. No todos los días se conoce a una leyenda viviente.
Por fin llegó uno y este sí que era para mí.
Ya llegaba tarde, me preocupaba lo que pensaran de mí, seguro que parecería que quería poner escusas cuando justificara mi demora. Había visto las viejas carreras de Lexa Woods para prepararme el papel, también imágenes actuales de ella dirigiendo a su equipo. Parecía el tipo de persona que se toma su trabajo muy enserio, siempre concentrada, con ese semblante recio que intimidaba un poco.
Cuando llegué a la entrada principal vi dos motos de montaña llenas de barro aparcadas. Hacia unas horas que Lexa había sido etiquetada en una foto junto a su hija sobre esas motos, aunque en la foto estaban más limpias.
Sinceramente nunca me habían atraído las carreras, pero la oportunidad de interpretar a una gran mujer triunfando en un mundo de hombres me resultaba fascinante. Su vida lo era y por supuesto seria la oportunidad perfecta para dar un salto en mi carrera que se había limitado hasta la fecha a películas de seri papeles secundarios en alguna que otra serie.
Crucé aquel precioso jardín en el que observe un pequeño huerto ecológico, sonreí de manera tonta, seguramente seria de Clarke, porque no podía imaginarme a Lexa cultivando hortalizas.
La puerta se abrió dejándome ver a una Lexa mucho más mayor que en su época de piloto, bueno hacia veintidós años de su retirada. No decía nada, fruncí el ceño confusa y ella hizo lo mismo. ¡Dios que tensión! Me había quedado sin palabras, rasqué mi nuca nuca y Lexa me imitó haciéndome sonreír gesto que reprodujo.
-Hola soy Alycia.-Balbuceé tendiendo mi mano.
-Hola soy Alycia.-Balbuceó tendiéndome la suya.
¿A qué esta jugando?
Estaba imitando cada una de mis gesticulaciones poniéndome más nerviosa de lo que ya estaba. De repente empezó a reír y me abrió paso.
-Encantada de conocerte Alycia y bienvenida a mi humilde morada.-Añadió divertida pues de humilde no había nada en esa casa.
-El placer es mio señora Woods, muchas gracias por la invitación.
-Espero ser de ayuda, y llámame Lexa por favor que me haces sentir vieja.-Rió cogiendo mi maleta.-Vamos a instalarte.-Me animo a seguirla.-¡Princesa!-Gritó subiendo las escaleras por delante de mí.-Mi hija tiene tu edad seguro que os lleváis bien.
La verdad que por lo poco que había visto de Eliza Woods no tenia nada que ver con su madre. A diferencia de la seriedad aparente de Lexa su hija siempre tenia una sonrisa adornando su cara y decían de ella que era "la sonrisa más bonita del paddock" Siempre enamorando al publico, guiñando el ojo y mandando besos a la cámara, publicando cada cosa que hacia en las redes sociales. Era una persona realmente carismática y los fans la adoraban.
-Mi mujer y yo te hemos preparado la habitación de invitados.-Entro dejando mi maleta sobre la cama.-Espero que te sientas como en tu casa.
-Gracias seño...-Su cara de horror me frenó.-Lexa.-Sonreí y ella asintió devolviéndome la sonrisa.
Me había entretenido hablando con Lincoln después de salir de la ducha. Mi prometido estaba cerrando unos contratos de ultima hora fuera del país y hasta el inició de temporada no lo vería. Él también había continuado su vida en el paddock pero como mánager de jóvenes promesas.
Me deje caer sobre la cama, había retrasado mi boda más de tres veces porque mi carrera era lo más importante para mí, también porque sentía que me estaba precipitando con esa decisión, aunque normalmente era una persona decidida e impulsiva. Las bodas de plata me habían dado que pensar, ver a mis madres tan enamoradas, dedicándose una a la otra todos esos años.
Pero yo estaba genial con Lincoln, nos queríamos, nos conocíamos desde niños y teniamos confianza plena el uno en el otro como para darnos la libertad de entretenernos cuando estábamos alejados por motivos de trabajo. ¿Qué más podía desear?
Sacudí mi cabeza, debía estar concentrada para esta nueva etapa de mi vida, esta categoría era donde siempre había querido llegar, poder labrar mi nombre en esa famosa copa junto a todos los campeones anteriores.
Escuche a mi madre llamarme, seguramente ya había llegado la tal Alycia. Suspiré antes de levantarme y me puse una camiseta de merchandising del equipo junto a unos vaqueros. Había heredado el famoso 8 de mi madre.
Al salir de la habitación algo distraída leyendo mensajes de los fans me tropecé con... ¿Alycia? Me quede pasmada por el gran parecido que compartía con mi madre, excepto por el el tono más pálido de piel y unas facciones más dulces que las de la comandante. De no ser por la gran diferencia de edad las podrías confundir fácilmente.
Ambas nos quedamos en silencio observándonos algo incomodas.
-Déjame adivinar porque has conseguido el papel.-Dije sarcásticamente.-Eliza.-Le tendí la mano.
-Creo que no necesitas presentación.-Sonrió nerviosa.-Alycia.-Me estrecho la mano.
Me siento más cómoda dándoos el coñazo con las motos. ¿Qué os parece?
Twitter: saritasegval
