Noche de amor

Esa noche Ishizu se asomó por el barandal de su departamento, la luna brillaba de una forma sorprendente y bella como nunca la había visto antes, se podían ver algunas estrellas. Esperaba a su novia con el que llevaba andando más o menos tres años, habían quedado tener una cena romántica y ella decidió organizarla en su casa. El timbre sonó y al abrir la puerta estaba su novio allí

-Siento la demora

-No hay problema

Seto Kaiba era el novio de Ishizu, se conocieron en una inauguración de una exposición egipcia y desde entonces se habían enamorado y comenzaron su relación

Ambos estaban sentados juntos alrededor de la mesa con una cuantas velas como única iluminación

-Me alegra que vinieras esta noche

-Te lo prometí, no pensaba faltar-dijo Kaiba

-Sí, pero uno nunca sabe

Ambos bebieron un poco de vino y siguieron con su cita, tras finalizar Kaiba se puso muy serio

-Necesito hablar contigo de algo importante

-¿Qué sucede?

Kaiba se levantó, saco algo de su bolsillo y se puso de rodillas con Ishizu, de la caja pequeña que sacó se pudo ver un anillo

-Sé que no estamos en un restaurante ni nada parecido pero ¿te gustaría ser mi esposa?

Ishizu lo miró sorprendida, le estaba pidiendo matrimonio, su sueño de estar con él finalmente se haría realidad

-Sí, acepto

Kaiba sonrió, se levantó y le tomo la mano, ella se levantó de su silla y se miraron fijamente por unos minutos y después se unieron en un beso largo, ella pasó sus brazos alrededor de su cuello y él pasó sus brazos alrededor de la cintura de ella, su beso fue apasionado.

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Al caer lo más profundo de la noche, unos fuegos artificiales comenzaron a explotar en la ciudad Domino, las luces y los sonidos provocaron que Ishizu se despertara y se levantara, estaba acostada con su novio al lado de ella. Se cubrió con una bata y salió a ver los fuegos artificiales

-Que hermosos

-Sí que lo son

Se volteó y vio que Kaiba también salió al balcón con una bata puesta

-Lo siento, ¿te desperté?

-No, me despertaron los sonidos de los cohetes

Se quedaron viendo los fuegos artificiales explotar y entonces Kaiba pasó sus brazos por la cintura de Ishizu abrazándola con amor

-Gracias por aceptar mi propuesta

-De nada, amor

-Que bella forma de celebrar la proposición y tu aceptación que con esto

-Como si el destino lo hiciera apropósito

Miraron los fuegos artificiales por largo rato abrazados y luego se besaron de nuevo, quedando unidos en su amor por siempre, la luna era la testigo de ese sincero amor que había nacido entre Seto Kaiba e Ishizu Ishtar.

FIN